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Drove Me Wild por RedArrow

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Notas del capitulo:

¡Hey! Aquí les traigo un nuevo episodio, espero que les guste.

 

Mil gracias por leer y comentar :D

 

-          ¡¿TÚ?! ¡¡¿QUÉ HACES AQUÍ?!! –definitivamente no esperaba esa “visita”.-

 

Adriana cayó al ser sorprendida infraganti entrando a mi casa por la ventana de la habitación.

-          ¡Ay! –se quejó y me acerqué a ella para ver si se había hecho daño.-

-          ¿Estás bien? –pregunté tratando de bajar la voz para no despertar a Andrea.-

-          Auch… Sí, estoy bien… -le extendí mi mano para ayudarle a levantarse.-

-          Bien, ahora dime… ¿Qué haces aquí a esta hora y entrando de esa forma? ¿Estás loca? –le cuestioné con un tono de molestia.-

-          Quería verte… -respondió- y sorprenderte… Hacer locuras por ti.

 

Me asomé por la ventana y pude ver una enredadera  que se encontraba pegada a la pared de mi casa, deduje que trepando por ella fue como Adriana logró subir hasta la habitación. La luz de la luna se colaba por la ventana iluminando a Adri quien se encontraba sentada en la cama, en ese momento pude ver pequeños rasguños en sus brazos de los cuales brotaban diminutas pero incontables gotas de sangre, caminé hacia ella y me senté a su lado.

 

-          Hacer locuras no se trata de ponerte en peligro Adri, hiciste mal… -le dije seria aunque con un poco de tristeza- pudo haberte pasado algo de camino hacia acá, o pudiste haberte caído antes de llegar a la ventana y mírate, te hiciste daño al subir.

-          No es nada –respondió- pequeños rasguños que mañana ni siquiera van a notarse.

-          Bueno, de cualquier modo nunca me haces caso cuando te pido que te cuides…

 

Adriana me miraba fijamente a los ojos, no dijimos nada yo me encontraba perdida en la obscuridad de su mirada, poco a poco ella fue acercándose a mí, iba a besarme lo sabía…

Me levanté rápidamente de la cama y comencé a caminar por la habitación.

-          De cualquier forma… -comencé a hablar- no debiste venir.

-          ¿Por qué no? ¿Te molesta? –me preguntó.-

-          No es eso Adri… Sabes que puedes visitarme siempre que quieras, las puertas de mi casa estarán abiertas para ti siempre.

-          ¿Entonces? …

 

Se levantó de la cama y se dirigió a mí peligrosamente, posó sus manos sobre mis hombros dirigiéndome esa intensa mirada una vez más.

-          Adri…  No es un buen momento para que estés aquí… Y te pido por favor que no vuelvas a hacer esto.

-          ¿Pasa algo malo? –me preguntó, esta vez pude notar preocupación en su voz.-

-          Ayer –dije suponiendo que era de madrugada- fue el cumpleaños de Andrea…

 

Adriana se quedó en silencio tratando de procesar lo que le estaba diciendo.

-          Ella está en mi habitación, durmiendo –continué, el silencio de Adri era sepulcral- Escucha… lo que siento por ti es muy fuerte ¿sabes? … Pero lo que siento por Andrea también lo es y te guste o no ella es mi novia ahora y quiero serle fiel, porque la quiero y porque no se merece que le haga daño.

 

Los ojos de Adri comenzaron a cristalizarse conforme yo seguía hablando, me mataba por dentro hacerla sufrir pero ella debía entender que cada cosa tiene su momento y su lugar y que ella había perdido su oportunidad conmigo cuando la tuvo, ahora sólo le quedaba esperar.

 

-          Si vas a luchar por mí hazlo –le dije- pero respeta mi relación con Andrea y por favor no te expongas de más, no soportaría que algo te pasara por mi culpa…

-          Entiendo… -dijo finalmente con la voz entre cortada- Fui… muy tonta al venir aquí, perdóname…

 

Se dirigió a la puerta con la intención de marcharse pero la detuve, no iba a permitir que se fuera así.

-          Adri, estás loca si piensas que te dejaré ir a casa sola y a estas horas… Esperame unos minutos y te llevaré a casa… ¿Está bien?

-          ¿Y Andrea? –preguntó con tristeza.-

-          Espero que no se despierte –dije neutral- Espera aquí, ahora vuelvo.

 

Deposité un suave beso en su frente y salí de la habitación, me dirigí tratando de hacer el menor ruido posible, al entrar a mi cuarto pude ver a Andrea profundamente dormida en mi cama, algunas hebras de su cabello caían sobre su frente, parecía un ángel sin alas…  Me dirigí a ella y besé sus labios con suavidad, no despertó.

Me apresuré al armario, tomé unos jeans y una chamarra, me cambié, me puse los zapatos y salí en busca de Adri, ambas salimos de casa tratando de no hacer ruido y cuando estuvimos afuera del lugar salimos disparadas hacia el departamento.

Adriana no dijo una sola palabra en el camino, estaba triste muy triste, podía sentirlo y eso me partía el corazón, pero no podía hacer nada… Muchas veces yo sentí el mismo dolor y no, no era una venganza de mi parte, hubiera preferido que Adri  jamás pasara por lo que yo pasé pero ahora no podía hacer nada.

Al llegar Adri se bajó, se quitó el casco y me lo entregó.

-          Gracias por traerme –dijo con tristeza en su voz, sus ojos estaban rojos y un poco inflamados, había llorado.-

-          Era lo menos que podía hacer… -Adriana se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia las escaleras- ¡Adri! –se giró para mirarme- Por favor perdóname, nunca he querido hacerte daño… Lo lamento mucho…

-          Seré fuerte como tú lo fuiste –dijo- No voy a rendirme.

 

Adriana sonrió y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, ella intentó limpiarlas y al no poder detenerlas echó a correr por las escaleras, debo decir que realmente quedé impactada por sus palabras y por verla llorar, me quedé ahí, sentada sobre la moto con el casco en mis manos, pensando, tratando de recuperarme y pensar en que Andrea estaba esperándome en casa.

Me apresuré a volver cuando una idea surcó mi mente, saqué mi teléfono y llamé a un amigo.

-          Hey ¿qué tal Joe?  Lamento la hora pero necesito que me hagas un gran favor, te lo pagaré bien lo prometo.

 

Después de hablar con mi amigo Joe me lancé a toda velocidad a casa, sabía que podía confiar en Joe, al llegar en la puerta de mi casa había decenas de tulipanes amarillos, las flore favoritas de Andrea.

“Excelente” pensé, sabía que Joe no me defraudaría, tendría que pagarle bien por la hora en que le solicité sus servicios pero ya me encargaría después de hacerlo, metí las flores a casa dejando unas en la cocina otras en la sala, por las escaleras, había flores amarillas por todas partes…  y mi habitación puse dos canastas grandes, una de cada lado de la cama… Me desvestí  y me metí a la cama junto a Andrea, la abracé e intenté dormir un poco antes de que amaneciera.

 

 

 

 

 

 

Sentí un cosquilleo en la nariz, me rasqué con la mano y seguí durmiendo, de nuevo sentí ese cosquilleo pero tenía sueño y no quise hacer caso, escuché la dulce risa de Andrea la cual sonaba casi como un susurro.

-          Hmmm – me quejé.-

Me di la vuelta sin abrir los ojos quedando boca abajo, ocultando mi cara en la almohada, Andrea pasó su brazo por encima de mí y se acercó su rostro a mi oreja.

-          Eres la mejor novia del mundo…

-          Lo sé… -respondí con la voz ronca y adormilada- pero ya déjame dormir – sonreí sin abrir mis ojos y la escuché reir de nuevo.-

-          También eres la más floja –dijo, yo no le respondí, ella depositó un beso en mi oreja  y continuó- la más guapa, la más inteligente, la más detallista… -decía dejando pequeños besitos de mi cuello a mi espalda- eres la mejor Isabel…

-          ¿La mejor? –pregunté aún adormilada y sin abrir los ojos- ¿Acaso tienes más?

-          Sí –respondió bromeando, yo sonreí.- Pero ninguna se compara contigo.

 

Andrea mordió el lóbulo de mi oreja y entonces abrí los ojos, me giré y sin saber realmente cómo lo hice logré posicionarme sobre ella, entre sonrisas y caricias nos besamos largo rato, me di cuenta de que la cama estaba tapizada de pétalos amarillos y que Andrea tenía uno de los tulipanes en su mano.

-          ¿Te gustaron las flores? – le pregunté rozando mi nariz con la suya.-

-          Me encantaron, sabes que son mis favoritas –me respondió.-

-          Qué bueno bonita… -besé su mano y mi estómago gruñó.-

 

Me sonrojé por el sonido de mi estómago, fue bastante inoportuno, Andrea estalló en carcajadas pude sentir su abdomen expandiéndose y contrayéndose debajo de mi cuerpo lo cual me trajo recuerdos de la noche anterior.

-          ¿De qué te ríes? –le pregunté con falsa molestia- el sexo salvaje me da hambre.

-          Jajajajaaja – verla reír me hacía sentir feliz, reí con ella un poco y entonces continuó- si ese es el caso… Entonces me encargaré de alimentarte muy bien.

Andrea me besó dulcemente y yo le correspondí, no sabía bien que estaba pasando con mis sentimientos, cada día la quería más y más ¿cómo no hacerlo? Era una chica excepcional, dulce, cariñosa, inteligente y yo estaba segura de que tendría un futuro exitoso… Ella había sanado mis heridas tanto físicas como emocionales y en cada oportunidad que tenía me decía lo feliz que le hacía estar a mi lado, Andrea me hacía sentir valorada, querida y deseada.

Tras unos minutos de estar en la cama fuimos a darnos una ducha, sí, juntas por primera vez,  después de eso bajamos a la cocina y Andrea preparó un riquísimo desayuno para ambas.

Recapitulando el tiempo que había pasado con Andy desde que la conocí un pensamiento abordó mi mente… Por un momento  me imaginé como sería mi futuro a lado de Andrea… sentadas ahí en la misma mesa, comiendo un desayuno preparado por ella y después de una noche maravillosa, exceptuando la repentina visita de Adri, mi casa se sentía realmente como un hogar…  “Quizá me estoy enamorando…”  pensé.

Andrea pasó toda la mañana conmigo y por la tarde se fue a su casa yo prometí hacerle llegar sus flores pronto, y bueno, por mi parte pasé la tarde pensando en la idea que me había asaltado durante el desayuno… ¿Me estaba enamorando de Andrea?

Mientras yo reflexionaba acerca de lo anterior Andrea hizo algo que yo jamás me hubiera imaginado… Buscar a Adriana.

Andy se encontraba frente a la puerta del departamento, tocó con delicadeza esperando respuesta y entonces Jen abrió.

-          Hola –saludó Andy con cortesía- ¿se encuentra Adriana?

-          Ho-Hola –dijo Jen extrañada- Sí, mi hermana está dentro… No es por ser grosera pero ¿quién eres?

-          Oh, mil disculpas –dijo apenada- Mi nombre es Andrea Acosta, soy la novia de Isabel…

-          ¡Oh vaya! ¡Tú eres Andrea! –dijo sonriente.-

-          Así es –Andy sonrió también.-

-          Mi hermana está dentro ¿quieres pasar o prefieres que la llame?

-          ¿Puedes llamarla? El asunto que vengo a tratar es muy breve…

-          Pues, claro, sí así lo prefieres, ahora le digo que venga.

 

Andrea esperó unos minutos fuera del departamento y entonces Adriana salió.

-          ¿Andrea? ¿Qué haces aquí? –preguntó extrañada y seria.-

-          Oh, hola Adri… Necesito hablar contigo de algo importante…

-          Dime, te escucho.

-          Bueno, ya que quieres que sea directa lo seré, sé que anoche fuiste a casa de Isabel… -dijo en tono serio aunque sin ser agresiva.-

-          ¿Ella te lo dijo? –preguntó Adriana un tanto sorprendida.-

-          No… No me lo dijo… Anoche no la sentí a mi lado y desperté… La busqué y la encontré contigo en la habitación de huéspedes…

-          Vaya –dijo Adriana- lamento eso, fue un error, le ofrecí disculpas a Isa y ahora te las ofrezco a ti.

-          Adri… Eres una buena chica y sé que Isabel te quiere muchísimo y sé que tú la quieres a ella y te preocupas por su bienestar… No tengo nada en tu contra.

-          ¿A qué viene todo eso?  

-          A que sé que ella te interesa como más que una amiga… Y sé que quieres luchar por ella y respeto eso… -Andrea sonrió de medio lado con un deje de tristeza mientras Adriana la miraba sin entender- Te repito que no tengo nada en contra tuya pero… No voy a dejar que me la quites, si tu luchas por ella yo lo haré también.

-          ¿Por qué vienes a decirme esto?

-          Porque quiero que juguemos limpio Adriana… Quiero que si tú vas por el amor de Isabel sepas que haré todo para que se enamore de mí y elija estar conmigo… 

-          Entiendo –respondió Adriana y sonrió de medio lado sin poder creer lo que Andrea le decía- Me sorprendes, de verdad eres tan extraordinaria como Isabel dice… La lucha será difícil, pero no voy a rendirme.

-          Buena suerte – dijo Andrea y le extendió la mano a Adriana.-

-          Suerte.-

 

Adri respondió al gesto de Andrea marcando así el inicio de una batalla por conquistarme.

 

Continuará…


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