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Drove Me Wild por RedArrow

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Notas del capitulo:

¡Hey! Este nuevo capitulo tiene nuevo personaje :D


Gracias a quienes siguen leyendo y comentando, y si tú que me estás leyendo no me haz dejado un comentario... ¿Por qué no hacerlo hoy? :3

 

 

Gracias por leer. :)

Confusión.

Eso era todo lo que sentía, bueno no, es decir sí… ¡Mierda! Todo era tan complicado para mí, cada día sentía más y más cosas que ya ni siquiera sabía lo que sentía.

Habían pasado semanas desde el cumpleaños de Andrea, mi cuatrimestre había terminado y me encontraba de vacaciones, noto que la mayor parte de los estudiantes del mundo se alegran cuando están de vacaciones pero en mi caso ni me va ni me viene.

Durante los días que llevaba de descanso había pasado la mayor parte del tiempo con Andy, aunque, por alguna razón las cosas con Adri estaban tomando su curso de nuevo, me sentía más relajada al estar con ella, todo volvía a ser divertido, simple y … mágico. Era como si hubiera recuperado a la Adri de la que me enamoré, aquella que vi a través del cristal de un salón de clases.

Me encontraba en la playa,  justo en el sitio donde había pasado tantas tardes maravillosas con Adri y donde por primera vez vi a Andrea como algo más que una amiga.

Estar en ese lugar hacía que mis sentimientos estuvieran a flor de piel y la confusión se agrandara dentro de mi ser… Tomé un poco de arena y la dejé caer poco a poco, por alguna razón el ver la arena caer de mi mano lentamente y combinado con el sonido del mar me relajaba bastante, sin embargo, esa relajación se esfumó cuando mi celular sonó.

-          ¿Aló? –respondí.-

-          ¿Señorita Olivier? –preguntaron.-

-          Buenas tardes Señora Directora.

-          Es un gusto escucharla –dijo cortésmente.-

-          El gusto es mío ¿A qué debo su llamada?

-          Bueno, es de su conocimiento que usted es una de las mejores alumnas que nuestra institución tiene el privilegio de tener, y es por eso que se le ha tomado en cuenta para hacer un servicio a la universidad, si usted acepta por supuesto.

-          Con todo respeto Señora Directora, creo que usted exagera en cuanto al papel que juego en la universidad, aun así, dígame ¿En qué puedo ayudarle?

-          Preferiría que lo habláramos en persona Señorita Olivier, la espero en… una hora ¿Le parece bien?

-          Estaré ahí en quince minutos, estoy por la zona.

-          Correcto, le espero señorita Olivier.

 

No tenía idea de para qué me necesitaría la directora de la universidad pero aun así un poco de trabajo extra no vendría mal, quizá así podría despejar mi mente un rato.

Me apresuré, subí a la moto y conduje hasta la universidad, estaba vacía justo como esperaba, caminé por los pasillos hasta llegar a la oficina de la directora, al llegar toqué la puerta y esperé a que la directora me indicara que podía pasar.

 

-          Buenas tardes señorita Olivier.

-          Buenas tardes señora Directora.

-          Tome asiento –me indicó y yo obedecí – Le he pedido que venga porque necesito que me haga un favor.

-          Dígame ¿qué puedo hacer?

-          Ha llegado una nueva alumna a la universidad, quien se añadirá a su grupo en el ciclo próximo, sin embargo esta chica no ha podido conseguir un sitio dónde instalarse en la ciudad.

-          Umm, o sea que ¿lo que usted me está pidiendo es que le de asilo a esta persona?

-          Precisamente , la señorita Warren es de una familia moderadamente adinerada como usted, pero sus padres no permiten que se quede en “cualquier sitio” –dijo haciendo comillas con los dedos- usted entiende y dado que usted vive sola con su padre, he considerado que posiblemente pueda ayudarme.

-          Entiendo –respondí- creo que no tendré problemas, siempre y cuando exista respeto entre esta persona y yo.

-          Le agradezco Señorita Olivier, no sabe lo importante que es para esta Universidad contar con la Señorita Warren como alumna, le haré pasar para que se conozcan y espero que puedan llevarse bien… De no ser así está usted en su derecho de retractarse.

 

La directora salió de la oficina y yo me levanté de la silla como signo de cortesía,  me quedé parada mirando hacia la puerta esperando a la tal “señorita Warren” como la directora le llamaba.

Tras unos segundos la puerta se abrió, la directora entró a la oficina y le indicó el camino a la chica que le acompañaba, era una chica rubia de ojos verdes, su cabello era un poco ondulado y tenia unos labios rosas muy lindos.

-          Señorita Warren –dijo la directora dirigiéndose a la chica- le presento a la Señorita Olivier, quien le dará hospedaje en su casa.

 

La chica y yo nos miramos fijamente y entonces ella extendió su mano amistosamente.

-          Es un placer –comenzó- mi nombre es Daniella, Daniella Warren.

-          El placer es mío Daniella –dije tomando su mano- yo soy Isabel, Isabel Olivier.

 

La joven me dedicó una sonrisa y en seguida la directora nos pidió que nos sentáramos, tras unos segundos comenzó a hablar.

-          La señorita Olivier es una de las mejores alumnas de esta universidad, le recomiendo que esté cerca de ella Señorita Warren, creo que podrían hacer grandes cosas juntas.

-          Espero que así sea –respondió la rubia.-

-          Gracias directora, espero que Daniella y yo hagamos un buen trabajo como compañeras de clase y bueno también de “habitación” –dije, ambas rieron un poco.-

-          Te agradezco tu hospitalidad Isabel, y lamento darte molestias, para mí sería mucho mejor quedarme en cualquier departamento pero mis padres no me lo permiten,  prometo que sólo me quedaré contigo mientras encuentre otro lugar.

 

No dije nada solo asentí con la cabeza, tras hablar un rato más con la directora, Daniella y yo salimos de la universidad.

-          ¿Y tus cosas? –le pregunté.-

-          La directora dijo que las enviaría a tu casa, así que, deben estar en camino.

-          Ya veo –respondí - ¿Tienes auto?

-          Por el momento no , además, si he de ser sincera… Los autos no me van, prefiero las motocicletas.

-          ¿De verdad? –pregunté entusiasmada, ella asintió- En ese caso, ya tenemos algo en común.

 

Caminamos por el estacionamiento y  ahí estaba mi deportiva esperándonos.

-          ¡Wow! ¡¿Es tuya?!

-          ¡Sí! Es genial ¿no?

-          ¡Es fantástica! –dijo observándola de cerca.-

-          Pues sube, te llevaré a casa.

-          Vale –dijo sonriente.-

 

Subí a la moto y ella lo hizo también, la encendí y salí a una velocidad moderada del estacionamiento, al llegar a la calle  hice rugir el motor y aceleré, escuchaba la risa de Daniella, y era como si fuera conmigo misma, sabía que no temía en lo absoluto y que podía aumentar la velocidad cuanto quisiera, aunque claro, siempre con precaución.

Al llegar a casa encontramos a los encargados de llevar las cosas de Daniella, les indiqué el camino y los hombres dejaron las maletas en la habitación de huéspedes, los hombres se fueron y después de acomodar las pertenencias de Daniella ambas bajamos a la sala.

Por varias horas hablamos sobre nosotras para conocernos un poco más, Daniella era inglesa, nacida en Londres, pero su madre era española por lo cual dominaba perfectamente el español desde pequeña, hablamos de la universidad, de nuestros gustos y aficiones e incluso en dónde queríamos desarrollarnos profesionalmente.

 

-          Jajaja ¿y qué más te gusta hacer? –me preguntó.-

-          Um… -me quedé pensando un momento, luego sonreí- Me sorprende que no te haya dicho esto antes –ella me miro expectante- La música.

-          ¿Sí? ¿Compones?

-          He compuesto algunas melodías, pero aún sin letra y covers he hecho varios –le respondí.-

-          ¿Cantas?

-          Hago el intento – ella sonrió.-

-          Me encantaría escucharte.

-          ¿De verdad?

-          ¡Claro!

-          Entonces espera.

 

Subí las escaleras hacia mi habitación y saqué mi guitarra, toqué algunas canciones para Daniella y ella aplaudía, era una chica amable y divertida, me recordaba un poco a Andrea, y sería precisamente Andrea quien iría a visitarme aquella tarde.

Daniella y yo escuchamos que llamaron a la puerta, ambas nos levantamos al instante yo fui a atender y Daniella se quedó en la sala esperando.

Cuando abrí la puerta me encontré los hermosos ojos miel de Andrea, no me dio tiempo de decir “Hola” cuando Andy me abrazó y me besó dulcemente, sus labios eran suaves como algodones y adictivos como el más caro chocolate no podía dejar de besarla.

Andrea cerró la puerta tras de sí sin soltarme y ambas comenzamos a caminar por el pasillo hasta la sala, me había olvidado completamente de Daniella.

Daniella tosió y Andrea y yo nos separamos completamente sonrojadas, después de unos segundos de un incómodo silencio, hablé.

-          Emm… Mira Andy, ella es Daniella Warren, entrará a mi clase en el siguiente curso y estará viviendo aquí un tiempo – luego miré a Daniella – Daniella, esta es Andrea, mi novia.

 

La rubia sonrió y saludó con cortesía y amabilidad a Andy, después de las presentaciones Daniella creyó que lo correcto era dejarnos a Andrea y a mí a solas.

Admito que, la llegada de Andrea no era precisamente el distractor que esperaba para poder librarme de la confusión que tenía mi corazón entre Andy y Adriana, pero, de igual modo pensaba que nunca estaba de más conocer más personas, y bueno, de principio Daniella me agradó, parecía una buena chica y, según la directora, muy inteligente.

Los días de vacaciones se pasaron volando y en menos de lo que canta un gallo en una película mexicana el nuevo curso había comenzado.

Aquel primer día de clases Daniella y yo fuimos a la universidad en motocicleta, cada quién en una yo en la deportiva y ella en la chopper, como Daniella aún no conocía del todo bien el lugar decidí cederle mi lugar en el estacionamiento, mientras que yo por mi parte busqué algún espacio libre.

Lo que menos me imaginé es que ese simple gesto causaría una confusión.

Daniella había seguido mi indicación, estacionó la motocicleta y cuando estaba a punto de quitarse en casco y dejar a la vista su larga melena rubia una persona  le asaltó.

-          Sé que no debería hacer esto –Daniella se giró para buscar a la persona a quien pertenecía esa voz – pero es que no puedo aguantar más Isabel…

 

Antes de que Daniella pudiera aclarar que no se trataba de mí, Adri se acercó a ella, le levantó el casco y le plantó un apasionado beso en los labios.

 

Continuará…

 

 


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