Se me hizo un nudo en la garganta al ver esa imagen, Adriana besando a Daniella … No sabía qué hacer ni qué decir, una enorme furia se encendió en mí quemándome por dentro pero no podía hacer nada porque no sabía a quién dirigirla y de cualquier modo… ¿Por qué tendría yo que reclamar algo? Ambas eran libres…
Tratando de controlar mis emociones, me aclaré la garganta y hablé.
- Daniella , tenemos que ir a clases.
Al escucharme ambas se separaron al instante.
- ¿I-Isabel? –preguntó Adriana mirándome sorprendida - ¡¿Pero qué mierda?! ¡¿Quién eres tú?!
Daniella se quedó en silencio, supongo que no sabía que decir, yo por mi parte no dije una palabra más y caminé fuera del estacionamiento para adentrarme en la universidad, Adriana corrió tras de mí tirándole el casco a Daniella, por suerte ella reaccionó y evitó ser golpeada con violencia.
- ¡Isabel! ¡Espera! ¡Fue un error! –gritaba Adriana tras de mí pero yo no la miré.-
Cuando me marché Adriana se quedó a mitad del estacionamiento, mirando a la nada donde antes me encontraba yo, al darse cuenta de que yo no volvería, Adriana se abalanzó contra Daniella, quien aún se encontraba conmocionada.
- ¡¿Pero qué mierda te pasa?! –le gritó.-
- ¡¿Qué?! ¿Qué me pasa a mí?... ¡¿Qué diablos te pasa a ti?! ¿Ni siquiera te conozco y vienes de repente a me plantas un beso? –Daniella comenzó a irritarse.-
- ¡Es obvio que ese beso no era para ti! –respondió Adriana.-
- ¡Pues si me hubieras dejado responderte antes de besarme te hubiera podido explicar! Además ¿Por qué demonios besarías a Isabel? Ella tiene NO-VI-A –enfatizó- y muy guapa por cierto.
- ¡Cállate! ¿Quién te crees para decirme esto? ¿Por qué carajo estabas usando la motocicleta de Isabel? –preguntó Adriana empujando a Daniella.-
- Mira niña, ya basta –respondió Daniella tomando con fuerza las manos de Adriana- ¡Acepta que esto fue culpa tuya! Y por otra parte, yo no tengo que darte explicaciones de nada, cuando hables con Isabel le pides que te cuente quien soy, yo no tengo ganas de estar discutiendo con una niña tonta.
Daniella soltó los brazos de Adriana con violencia y le dedicó una mirada de enfado, inmediatamente después salió en busca de nuestro salón de clases.
La chica de ojos verdes llegó quince minutos tarde a la clase, el profesor le hizo presentarse y después de hacerlo tomo asiento a mi lado. Durante toda la clase no hablamos más que lo estrictamente necesario para la clase, por su parte Adriana me envió mensajes explicando que el beso con Daniella había sido un error, que quería hablar conmigo para explicármelo todo, no le respondí.
Cuando la clase finalizó muchos de mis compañeros de clase se acercaron a Daniella para tratar de socializar y bueno, nunca faltan aquellos que quieren ligar, sobre todo sabiendo que Daniella era una chica extraordinariamente atractiva, sin embargo, ella con toda educación se disculpó diciendo que debía tratar un asunto muy importante conmigo y que otro día con toda la calma charlaría con ellos.
Así pues Daniella se acercó a mí mientras yo hablaba con Jen y Jade tratando de comportarme de forma “normal”.
- Hola –dijo Daniella amblemente para llamar la atención.-
- ¡Hola! –respondió Jade alegremente, Jen sólo sonrió.-
- Hola Daniella –respondí.-
- ¿Podemos hablar Isa? Por favor…
- Claro –respondí en tono neutral.-
Daniella y yo nos alejamos de las otras dos y tras unos segundos de silencio Daniella inició.
- Escucha –comenzó- no sé quién sea la chica de esta mañana, ni qué relación tengan…
- Ninguna –le interrumpí.-
- Pues lo dudo… Pero por favor déjame hablar… Tú me has brindado tu casa y has sido muy amable conmigo, también Andy lo ha sido y por esa razón no mencionaré esto con ella… Por otra parte, el beso que esa chica me dio… Fue completamente accidental, ella estaba segura de que eras tú.
Suspiré y luego me dirigí a Daniella.
- Lo sé, sé que fue un accidente, te pido una disculpa en nombre de Adriana… Ella y yo somos, sólo amigas, nada más que eso.
- ¿Entonces?...
- Ella dice estar enamorada de mí pero… yo no estoy muy segura.
- Vale… -dijo insegura.-
- Es un asunto complicado Daniella… Y te agradezco que no se lo menciones a Andrea.
Daniella estaba a punto de responderme algo pero de pronto se quedó callada, volteé hacia atrás y Adriana estaba ahí.
- Nos vemos en casa Isa –dijo Daniella y se marchó.-
Adriana se acercó a mí y me pidió que habláramos en otro lugar, yo me negué en un principio pero ella insistió y terminó por convencerme. Fuimos a un lugar alejado, donde pudiéramos hablar en privado sin nadie que nos molestara o interrumpiera.
- Dime lo que tengas que decirme Adri …
- ¿Estás molesta conmigo Isa? –me preguntó con una voz dulce que sonaba a culpa.-
- No estoy molesta, estoy decepcionada de ti.
- ¿Decepcionada por qué?
- Me sorprende que… después de jurar una y otra vez que me amas… beses a alguien más así como así… -dije mirando hacia otro lado.-
No podía verla a los ojos, no sabía por qué, no sabía que era ese sentimiento que estaba presionándome el pecho y causándome un nudo en la garganta.
Adriana tomó mi rostro obligándome a mirarla…
- Fue un error Isabel… La única a quien yo amo es a ti, la única a quien quiero besar, con quien quiero estar siempre, eres tú Isabel Olivier… sólo tú…
Adriana me besó, primero dulcemente y después, cuando le correspondí fue aumentando la intensidad, le abracé por la cintura y seguí besándola… No podía detenerme… Sus palabras… su sabor… ¿Por qué? ¿Por qué Adriana no había sido así cuando debió serlo?
Mi celular sonó, me separé de Adriana y sin fijarme en la pantalla del aparato respondí.
- ¿B-bueno? –respiré entrecortadamente tratando de recuperar el aire.-
- ¿Isa? ¿Estás bien? …
Era Andrea, el solo escucharle me hizo separarme de Adriana inmediatamente ¿qué había hecho? No debí haberme dejado llevar… No debí.
- Andy, princesa, estoy bien –le respondí- me alegra escucharte… -caminé mientras hablaba, alejándome de Adriana lo más posible.-
- Qué bueno, por un momento creí que algo te sucedía..
- No Andy, todo está perfecto ahora que puedo hablar contigo… Pero dime ¿para qué soy buena?
- Para todo –me respondió- jaja para ser la mejor novia del mundo… -eso me dolió, Andrea estaba equivocada- Iré a verte esta tarde… necesito verte y llenarte de besos.
- Eso me haría mucho bien mi niña, te esperaré en casa.
- Te quiero Isa… Te quiero demasiado…
- Y yo a ti también Andy… Te veré pronto…
Andy colgó y yo me quedé en silencio, mi cabeza tenía muchos pensamientos y no podía ordenarlos por más que lo intentaba… La voz de Adriana me hizo volver a la realidad.
- ¿Ves? –la miré- tú no la amas… Sólo puedes decir que la quieres… Porque tú a quien verdaderamente amas es a mí…
- Adri… Seré lo más sincera contigo porque no te mereces que te haga daño, ni tú ni Andrea lo merecen, así que escúchame bien… - Adriana me miró con atención- Yo no sé qué es lo que siento… Antes estaba completamente segura de que te amaba… pero ahora no lo sé, Andrea llegó a mi vida cuando más la necesitaba, me cuidó, me ha dado su atención y su cariño como nadie nunca antes lo había hecho… Y quieras o no, ese tipo de cosas se quedan en el corazón, quiero a Andrea con toda mi alma Adri, igual que a ti…
- Tienes que decidirte Isabel… Yo… prometo que no te presionaré y… -Adriana bajó la mirada- si eliges a Andrea lo entenderé.
No supe que decir y supongo que ella se dio cuenta de eso porque lo único que hizo antes de marcharse fue darme un beso en la mejilla e irse del lugar. De alguna manera Adriana y yo realmente éramos amigas, ella me conocía muy bien y me hacía sentir mejor el hecho de que ella pudiera entender que su cercanía me confundía y me hacía sentir un caos en el pecho… Estaba entre la espada y la pared, sin importar la decisión que tomara alguien resultaría herida y eso me dolía y me hacía sentir culpable… Quizá había sido un error pedirle a Andrea que fuera mi novia, quizá sólo había cometido equivocación tras equivocación.
Con ese pensamiento en la cabeza monté mi motocicleta y corrí por la ciudad, necesitaba despejar mi mente antes de llegar a casa y ver a Andy, cuando creí que me sentía un poco mejor, lo cual en realidad era mentira, decidí ir a casa.
Abrí la puerta de la entrada, escuché la hermosa risa de Andrea, por alguna razón siempre que la escuchaba no podía evitar sonreír, era como un bálsamo para mí, sin embargo, esa tranquilidad fue efímera pues cuando llegué a la sala me invadió un sentimiento de rabia al ver a Andrea y a Daniella sentadas en el suelo, riendo como si se conocieran de toda la vida.
Era un sentimiento estúpido e irracional, pero no podía evitar sentirme así y no entendía por qué.
- Estoy en casa –dije tratando de sonar neutral aunque creo que no funcionó.-
- ¡Isa! – Andrea se paró inmediatamente y me sonrió con esa sonrisa única.-
- Hola Andrea –le respondí.-
- ¿Qué tal Isabel? –saludó Daniella desde su lugar.-
- Yo bien… ¿y ustedes?
Diablos, por más que quería disimular mi enfado no podía hacerlo, mi voz sonaba como si algún ser maligno se hubiera apoderado de mí.
- ¿Qué pasa? –me preguntó Andrea con preocupación en su mirada.-
- No me pasa nada, voy a mi habitación, sigan divirtiéndose.
Me dirigí a mi habitación, dejé la mochila tirada en el piso y me acosté en la cama, unos minutos después entró Andy.
- Isa… ¿Qué sucede? –me preguntó dulcemente cerrando la puerta tras de sí.-
- Ya te dije que no me pasa nada… -sentí como se acostó a mi lado, no la miré.-
- No estarás esperando que te crea eso ¿cierto? –sentí su mirada fija, entonces volteé a verla – dime que pasa.
- No quiero que mires a alguien más como me miras a mí.
No sé por qué dije eso, sólo salió de mis labios, como cuando el agua se te resbala entre los dedos. No sabría explicar la expresión de Andrea al escucharme, sus ojos se abrieron ligeramente y fracciones de segundo después sonrió, sonrió para mí como siempre lo hacía y esa sonrisa estaba logrando quebrar mi orgullo.
- Tú –comenzó a decirme- ¿Estás celosa?
- No digas tonterías Andrea –respondí entre molesta y nerviosa.-
- Jajaja ¡Si lo estás!
- ¿De qué te estás riendo?
- De que estés tan estúpidamente celosa Isabel –dijo sonriendo como si no pudiera creer lo que veía.-
- Gracias –dije sarcástica, sentándome en la orilla de la cama y dándole la espalda – ahora no sólo debo soportar lo que siento si no también tus insultos.
- No Isa – me dijo abrazándome por la espalda – es sólo que, aunque me parece lindo verte así por mí, es increíble que pienses que pudiera fijarme en alguien más...
- Daniella es linda –dije secamente.-
- Sí, lo es, pero ella vive contigo no conmigo ¿No debería ser yo la celosa? –me quedé en silencio – Además, sí, Daniella es muy guapa, pero el verde de sus ojos no se compara con el azul de los tuyos y, para serte sincera, no me van las rubias.
Sonreí de medio lado, de alguna manera Andrea encontraba la forma de hacerme sentir bien y hacerme ver mi error, ella me quería, de verdad que me quería y yo no tenía nada que reclamarle… Mucho menos después de haber besado a Adriana como lo hice esa misma tarde.
- Perdóname –le dije casi en un susurro.-
- No tengo nada que perdonarte… Incluso celosa me haces muy feliz.
Andrea comenzó a recorrer el camino de mi cuello a mi oreja con sus labios, dejando pequeños besitos y mordidas, Andy había aprendido mucho, sabía exactamente qué, cómo, cuándo y dónde hacerme lo que quisiera para hacerme perder el control.
Volteé encontrándome con sus hermosos ojos miel, era gracioso, por un momento imaginé que al encontrarse el color azul de mi mirada con el café claro de la suya era como si la arena se uniera con el mar, como la playa donde tanto nos gustaba estar, tras ese pensamiento besé a Andrea, la besé con deseo, con ganas de hacerla mía, con ganas de demostrarme mí misma que Andy era sólo mía.
Mi doncella de ojos miel se recostó en la cama con suavidad llevándome con ella, besé sus labios y poco a poco bajé a su cuello mientras una de mis manos jugaba en su cintura, sin embargo un pensamiento se cruzó por mi mente.
- ¿Dónde está Daniella? –pregunté separándome ligeramente de Andy, definitivamente no quería interrupciones.-
- Salió – me dio un fugaz beso en los labios- y no creo que vuelva ahora…
- ¿Por qué no?
- Porque le pedí que no lo hiciera…
No dije nada, solo sonreí y seguí en lo mío, perdiéndome en su piel, disfrutando cada roce, cada beso, cada caricia que nos regalábamos, cada segundo en que la hacía mía.
Mientras tanto, Adriana se encontraba en su habitación, sola, sin querer hablar con nadie, realmente lo que me había dicho aquella tarde había sido muy difícil para ella y a diferencia de mí que tenía a mis amigos, ella no tenía a nadie con quien hablar de su sentir, ni siquiera a su hermana ¿cómo reaccionaría Jennifer si supiera que su hermana se había enamorado de una mujer? No, ella no soportaría el rechazo de su hermana mayor, era mejor callar.
Llamaron a la puerta de la habitación.
- Adri… -era la voz de Jen.-
- ¿Qué pasa?
- Eso es lo que quisiera saber… Abre la puerta por favor…
Adriana se levantó de la cama, limpió sus lágrimas y abrió la puerta dejando pasar a su hermana mayor.
- ¿Qué te pasa? –preguntó preocupada.-
- Nada ¿por qué?
- Adri… Eres mi hermanita y puedes confiar en mí, yo siempre te voy a escuchar y a cuidar…
- ¿Por qué me dices esto? -preguntó aguantando las ganas de llorar.-
- Porque… hace tiempo estuviste triste y yo creí que era por haber terminado tu relación con Giovanni pero… No es así ¿cierto? … Estás así porque Isabel está con Andrea.
- ¿Qué? –preguntó Adriana sorprendida, algunas lágrimas se escaparon de sus ojos.-
- Te enamoraste de Isabel ¿verdad?...
Adriana no dijo nada, simplemente comenzó a llorar sin poder detenerse, se lanzó a los brazos de su hermana y se quedó ahí recibiendo las caricias de consuelo que Jen le brindaba hasta que logró recuperar la compostura.
- La perdí –dijo finalmente Adri – estoy casi segura de que la perdí Jen…
- Shh… No te preocupes por eso hermanita…
- Es que es mi culpa… Si yo la hubiera aceptado cuando ella me pedía que le diera una oportunidad, ahora seríamos felices… Pero siempre la rechacé… Fui tan imbécil… -Adriana agachó la mirada.-
- Escúchame bien Adri… Si cometiste un error y tiene solución ¿para qué preocuparte? –Adriana la miró extrañada – y si cometiste un error y no tiene solución ¿para qué preocuparte?
Jen sonrió para su hermanita menor y esta le sonrió de vuelta con lágrimas en los ojos sin poder dar crédito a lo que su hermana le decía, siempre con esos consejos tan… suyos.
- Jaja no puedo creer que me hayas dicho eso…
- Sólo quiero que sonrías Adri salgamos a dar una vuelta ¿si?
- Umm no, no creo que sea lo mejor…
- Anda hermanita, vamos, le diré a Chris que venga por nosotras y así vamos al cine, o a la playa o a donde quieras ¿vale?
La pelirroja estaba tan entusiasmada que Adri simplemente no pudo negarse, y además por otra parte la menor de las Vidal se sentía feliz de que su hermana mayor la comprendiera y le apoyara.
Ambas hermanas salieron a divertirse en compañía de Chris el novio de Jen, aunque Adriana de verdad apreciaba el gesto de su hermana pero, definitivamente Jennifer no era la persona más sensible de mundo, mira que llevarla a distraerse llevando a Chris había sido mala idea, Adri se sentía fatal haciendo mal tercio entre su hermana y su cuñado peor en fin ¿qué podía hacer? Sabía que no era su intención…
Entre los tres decidieron ir al cine, mientras Jen y Chris decidían que película mirar Adri, como de costumbre, fue a comprar las golosinas y palomitas, de nuevo su hermana se había excedido con lo que le pidió, la charola que Adriana cargaba le cubría toda la vista, con sumo cuidado Adri caminaba por la dulcería intentando llegar a una mesita cercana donde esperaría a su hermana y a Chris sin embargo una persona salió de repente y chocó contra ella, Adriana perdió el equilibrio pero para su suerte justo cuando estuvo a punto de caer chocó contra algo más, ese “algo” la sostuvo con fuerza evitando que Adri y sus compras cayeran.
Continuará…