Aquella mañana desperté, sinceramente no esperaba nada… Cuando mi madre vivía ella y papá despertaban temprano y luego entraban a mi habitación a despertarme con besos y abrazos pero a raíz de su muerte nada volvió a ser igual, ambos, mi padre y yo extrañábamos mucho a mi madre, lo triste era que en mi caso también lo extrañaba a él, pues aunque él estuviera vivo era como si no lo estuviera, como si hubiera muerto con mi madre aquella misma noche.
En fin, desperté y efectivamente no había nada nuevo, ese día era un día común y corriente, nada especial o al menos así parecía, un lunes como cualquier otro.
Me levanté y entonces escuché mi celular sonar, era Adri.
- ¿Aló? -respondí.-
- ¡Feliz Cumpleaños Isa! –dijo felizmente.-
- Gracias Adri –respondí con una sonrisa.-
- ¿Qué se siente ser la chica de 20 años más hermosa del mundo?-
- Estupendo –dije con seguridad.-
- Wow, cuanta humildad -bromeó.-
- Jajaja no puedes ser humilde cuando te ves y eres como yo –seguí jugando.-
- Isabel eres un caso…-suspiró.-
- Lo sé, gracias por llamarme Adri, eres la primera en hacerlo.
- Tenía que serlo, es mi obligación y privilegio por ser tu novia –pude imaginar la sonrisa en su rostro.-
- Ya, princesa tengo que apurarme si no quiero llegar tarde a clases, nos vemos en la universidad ¿sí?
- Claro mi amor, nos vemos allá y de nuevo feliz cumpleaños.
- Gracias, nos vemos.
Finalicé la llamada y comencé a hacer mis actividades del diario, tendí mi cama, me metí a la ducha, me vestí, me “peiné”, me puse mis lentes, tomé mis cosas y salí de casa.
Primera sorpresa del día:
Al salir de casa casi caigo al intentar evadir un objeto que se encontraba justo cruzando la puerta, salté y con suerte logré mantener el equilibrio, cuando recuperé la compostura miré hacia el piso encontrándome con una flor hermosa, pero no era cualquier flor era un tulipán, un tulipán amarillo…
Lo recogí y respiré su aroma, fue inevitable recordar a Andrea… “Como quisiera que estuvieras aquí” pensé, no había ninguna nota, nada que me dijera de dónde había venido en esa flor pero preferí mantener en mi mente el recuerdo de Andrea y convencerme a mí misma de que ella lo había llevado para mí.
Volví a entrar a casa y puse la flor en un florero con un poco de agua, luego salí de casa con una sonrisa en el rostro sin saber por qué, ya que sinceramente mi alegría estaba basada en algo tan volátil como una flor sin remitente.
Llegué a la universidad y fue increíble como varias personas comenzaron a acercarse a mí y felicitarme por mi cumpleaños no había pista de mis amigos, pero gente de otros salones, carreras e incluso grados se acercaba a felicitarme, después de responder cortésmente a sus saludos me dirigí a mi salón ahí se encontraban mis amigos y en mi asiento había varios regalos apilados.
- Son de tus admiradores –dijo Jade sonriente.-
- Sí, los vi a todos recién entré a la universidad –dije sonriendo con incomodidad.-
- Feliz Cumpleaños amiga –me dijo para luego abrazarme.-
Y enseguida uno a uno mis amigos más cercanos fueron acercándose a mí para darme sus felicitaciones y abrazos, justo iba a preguntarles si salíamos después de clases cuando entró la profesora de aquel día y comenzó su clase. Hice a un lado todos los detalles de mis “admiradores” y tomé asiento.
Cuando finalmente la clase terminó y fuimos libres, todos como ya era costumbre comenzamos a acercarnos unos a otros para charlar.
- Oigan ¿por qué no salimos? Digo… a divertirnos un rato, ir a la playa , tomar algo… No sé
- Ay Isa –comenzó Jen- sabes que me encantaría pero no puedo, mamá me pidió que le ayude con unas cosas creo que trajo trabajo extra a casa…
- Umm ya veo, está bien Jen, no te preocupes.
- Yo lo siento Isabel pero tengo trabajo –dijo Chris- tengo una sesión fotográfica muy importante desde hace meses ¿Qué te parece si lo dejamos para después?
- Claro Chris no hay problema –sonreí- ¿Qué dices tú Jade?
- Perdón Isa, pero tengo un proyecto muy importante para mi clase de inglés y Daniella me está ayudando con eso…
- Lo lamento –completo Daniella.-
- Bueno, ni hablar… Tendremos que dejarlo para después entonces… -dije restándole importancia.-
- Sí, cuando salgamos todos juntos prometo que lo pasarás excelente –dijo Jen- ¿verdad?
Todos asintieron y secundaron lo que Jen dijo y yo sin más les agradecí sus felicitaciones, guardé todos mis presentes en mi mochila y salí del salón no sin antes despedirme de todos. Fui en busca de Adri, mientras caminaba por los pasillos la gente me saludaba incluso la directora a quien me topé en las escaleras me felicitó, fue bastante extraño, finalmente llegué donde Adri.
Crucé la puerta de su aula y cerré la puerta, cuando me gire me encontré con un manta gigante que decía “¡Feliz Cumpleaños Isa!” y en ella estábamos dibujadas Adri y yo de una forma caricaturesca muy linda donde ella estaba dándome un pastel y yo soplaba las velas del mismo, fue genial ver cada detalle que Adri había puesto, mis lentes, mis ojos mi cabello despeinado y un montón de cositas más, estaba pintado de muchos colores era un regalo que sinceramente me había encantado.
Sentí las manos de Adri tomar mi cintura por la espalda, pegando su cuerpo al mío y diciéndome muy cerca “¿Te gustó?”
- Claro que me gustó –respondí- muchas gracias.
- Ven –me dijo tomando mi mano.-
Ella caminó en dirección a la pared donde la tela se encontraba colgada y yo la seguí, cuando llegamos ahí pude notar que estaba pintado totalmente a mano y pude notar más detalles, palabras de amor de Adriana para mí…
- Quiero pasar más años a tu lado –su voz me sacó de mis pensamientos- quiero que estar contigo festejando muchos cumpleaños más Isa…
- Ojalá así sea –le respondí – Gracias Adri… Es una de las cosas más lindas que me han dado, de verdad.
Ella giró y me besó, yo simplemente la abracé y le correspondí… Sé que mi respuesta fue algo “seca” pero no quise crearle ilusiones de que tanto duraría nuestra relación… No quería crearle las mismas ilusiones que “Andrea me había creado a mí”.
Sé que es estúpido, o al menos para ustedes debe ser así, pero es que ustedes tienen una visión completa de todo lo que sucedió, mi yo de ese entonces no sabía la verdadera razón de que Andy se fuera y Adri no había soltado una sola palabra de la batalla que se había librado entre ellas.
Cuando terminamos esa pequeña unión, Adri me dijo que ella tenía el día completamente libre para mí y que ella me acompañaría en ese día “tan especial” así que juntas bajamos el regalo de la pared y lo enrollamos para que fuera más fácil moverlo.
- ¿A dónde quieres ir? –le pregunté cuando íbamos saliendo de la universidad tomando dirección hacia el estacionamiento.-
- ¿Te parece si caminamos un rato? –me dijo deteniéndome.-
- ¿Caminar? –le pregunté y ella asintió tomándome del brazo- Bu-bueno… Está bien. Vamos –le sonreí.-
Fuimos a un parque cercano, muy lindo donde había flores multicolores generalmente era un lugar concurrido por familias, niños y parejas pero ese día estaba particularmente despejado, llegamos a un área verdes espaciosa y tomamos la manta que Adri me regaló poniéndola sobre el césped, nos acostamos sobre ella y miramos el cielo.
- Me gusta estar así contigo –dijo ella.-
- ¿Así como Adri?
- Pues, no sé, tranquila a tu lado… Haciendo nada, sólo acompañándonos… Es agradable.
- Sí, si lo es…
La miré fijamente, ella aún se encontraba con la vista perdida en las nubes, mis ojos siguieron la figura de su rostro, su perfil, la forma de sus labios, el color de su piel, la caída de su cabello… Adri siempre había sido hermosa.
- Ha pasado mucho tiempo desde que nos conocimos… -dijo ella de repente.-
- Estamos a nada de cumplir tres años de conocernos –le respondí con una voz tranquila, casi como un suspiro nostálgico.-
- Hemos pasado muchas cosas en ese tiempo…
- Sí es verdad, tanto que no puedo creer que estemos aquí ahora… Como una pareja.
- Perdóname por hacerte esperar tanto antes –me dijo.-
- Perdóname por no poder corresponderte del todo ahora … -le respondí- Adri… Ahora creo que me amas, si antes no lo hice ahora lo hago… Y lamento mi inseguridad, lamento no poder darte lo que tantas veces te ofrecí.
- Shh –me calló y giró su rostro para clavar su oscura mirada en lo azul de la mía – lo que pasó antes fue enteramente culpa de mis miedos… ¿Sabes? Es irónico que el miedo a perderte fuera lo que me movió a luchar por ti.
Miedo a perderme… Eso me hizo recordar cuando le planteé a Andrea el qué haría ella si descubriera que yo no era la novia tan perfecta que ella creía, el qué pasaría si yo estuviera enamorada de alguien más.
- Adri… Si yo quisiera a alguien que no eres tú… ¿Qué harías?
- Volvería a tener terror de perderte –respondió casi instantáneamente- pero… si tu estuvieras segura de que serías feliz con otra persona, entonces me haría a un lado… Porque de ser así no tendría nada que reclamarte, yo perdí mi oportunidad contigo hace mucho… Es precisamente por eso que quiero aprovechar cada segundo a tu lado Isabel.
Al terminar de hablar me sonrió encantadoramente y en ese momento sentí que estaba a lado de una gran amiga a quien había estado besando los últimos tres meses. Sus palabras me abrieron los ojos de alguna forma, me hicieron aceptar las cosas que yo ya sabía, había dejado de amarla hacía tiempo.
Quizá era como ella decía, ambas perdimos la oportunidad de estar juntas tiempo atrás, quizá de haber empezado una relación antes pudimos ser muy felices juntas, pero no lo hicimos y eso no significaba que fuéramos a ser infelices el resto de nuestras vidas, no… significaba que podíamos encontrar el amor en otras personas.
Sin embargo en ese momento me limité a sonreírle de vuelta y abrazarla ahí acostadas, después de sus detalles no me sentía con la capacidad de terminar lo nuestro así, tan repentinamente aunque de esa forma se había manifestado mi epifanía, no era el momento, ni el lugar… Quería que Adri guardara los mejores recuerdos del breve tiempo que estuvimos juntas, no era momento para romperle el corazón.
Estuvimos ahí largo rato hasta que decidimos que era tiempo de ir a casa, ella dijo que estaría todo el día conmigo así que tomamos las cosas fuimos rápidamente a la universidad por la moto y emprendimos el camino.
No tardamos mucho en llegar, tenía mucha hambre y al parecer no había en casa “Ya se nos ocurrirá algo” pensé y abrí la puerta principal, entonces de la nada confeti, globos y papeles de colores empezaron a caer acompañados de sonidos que parecían ser trompetas de juguete.
Escuché el grito de “Feliz Cumpleaños” y de pronto todos mis amigos estaban sobre mí abrazándome, ellos comenzaron a saltar y dar vueltas alrededor de mí hasta que perdimos el equilibrio y todos juntos caímos al suelo entre risas.
- No creíste que lo dejaríamos pasar ¿verdad? –dijo Jade sonriendo en el piso.-
- ¡Claro que lo creyó! ¿Ya viste lo malos amigos que cree que somos? –respondió Jen haciendo un falso drama.-
- Wow… Sinceramente no me esperaba esto… Muchas gracias a todos por estar aquí aunque… ¿Cómo carajos entraron?
- Bueno, eso se debe a mí.
Escuché esa voz y no lo podía creer, todos los que estaban en el piso sobre mí empezaron a hacerse a un lado para dejarme ver a quien estaba ahí frente a mí extendiéndome su mano para ayudarme a levantar.
- ¡Papá! –dije con emoción y lo abracé, el me abrazó cálidamente también.-
- Feliz Cumpleaños hija, me alegro que te haya gustado la sorpresa…
- ¡Por supuesto! Tengo aquí a la gente que más amo, no podría estar más feliz –sonreí.-
Pude haber estado más feliz por supuesto, si la doncella de ojos miel hubiera estado ahí… Si mi madre hubiera estado ahí, pero no… La que si estaba era Aura, resulta que ella había preparado toda la comida para mi cumpleaños, vaya que Aura me quería mucho “como a una hija” decía ella y yo no tenía como agradecérselo.
La tarde pasó entre comida, bebida, amigos, mi novia, mi padre y Aura, mis amigos me dieron distintos obsequios entre ellos más posters de T&S para mi colección, lo cual me hizo muy feliz y mi padre… Bueno, el me consintió con un coche pero no cualquiera, era un convertible Mustang plateado precioso, no soy muy de coches pero sinceramente era imposible ver ese coche y no amarlo, estaba increíble.
Y así pasé una tarde extraordinaria hasta que fue anocheciendo y papá se disculpó con todos los invitados diciendo que debía ir a descansar porque le esperaban días muy ajetreados en la empresa, mamá y papá eran dueños de una cadena de centros comerciales y de tiendas de auto servicio alrededor del país y bueno mi padre, Don Alexander Olivier quería que me estudiara administración de empresas para poder manejar la empresa el día que él faltara, sin embargo yo no quise hacerlo y mi madre Emma Sainz me apoyó ayudándome a llegar a un acuerdo con papá de que al terminar mi carrera en comunicación estudiaría una maestría en Mercadotecnia pero en línea.
En fin, papá se fue a descansar y esa fue la pauta para que poco a poco todos decidieran marcharse cuando llegó la hora de que Aura, Jen y Adri se fueran les ofrecí llevarlas al departamento en el coche nuevo, a Aura le daba un poco de miedo que yo fuera a aumentar mucho la velocidad y además le daba vergüenza subirse al coche, pues ella decía que era un regalo que mi padre “el ricachón” me había hecho y que no era correcto que ella y sus hijas se subieran, pero finalmente la convencí y con cuidado de no acelerar de más para no asustar a Aura, las llevé al departamento.
Al llegar me bajé del coche y abrí la otra puerta para ayudar a las damas a bajar, empezando por Adri quien iba en el asiento del copiloto, después Aura y finalmente Jen. Jen y su mamá me abrazaron una vez más felicitándome por mi cumpleaños, y yo les correspondí con fuerza agradeciéndoles todos los detalles que habían tenido conmigo, ellas se dirigieron al edificio y se perdieron en las escaleras dejándonos solas a Adri y a mí.
- Fue un día genial ¿no lo crees? –me dijo tomando mis manos con suavidad.-
- Sí, si lo fue –besé su mano- muchas gracias por todo Adri.
- No tienes nada que agradecer Isa… Te mereces eso y mucho más, todos los que estuvimos hoy a tu lado te amamos, no podíamos dejar de celebrar un año más de que estés en nuestras vidas.
No dije nada, sinceramente no sabía que decir así que simplemente deposité un suave, dulce y corto beso sobre sus labios.
- Gracias de nuevo, por todo…
- Creo que es hora de que me vaya –dijo sonriendo- te amo Isa… Nos vemos mañana.
Ella me abrazó por la cintura y me besó, fue un beso más largo que el anterior y un poco más pasional que no pude rechazar, no esa noche… Cuando finalmente nos separamos ella se perdió en las escaleras del edificio al igual que su hermana y su madre.
Volví al coche con la idea de que en cuanto llegara a casa iría a tomar aquella misteriosa flor amarilla que había aparecido por la mañana, respiraría su aroma y dormiría plácidamente en mi cama para finalizar un día hermoso, sí, ese era mi plan, sin embargo no contaba con la última sorpresa del día, una que definitivamente no me esperaba y que casi me deja helada.
Iba en el coche, me sentía feliz después de un buen tiempo volví a sentirme realmente feliz sin pensar en el hecho de que me hubiera gustado mucho que Andrea me acompañara en esa noche, pero aun sin ella, me sentía feliz, ya se vería al día siguiente si esa felicidad continuaba.
Me encontraba unos metros antes de llegar a la esquina donde tenía que doblar para llegar a mi casa cuando vi la silueta de una chica la cual me hacía señas, supuse que ella se encontraba perdida o algo así así que me detuve al llegar a donde ella se encontraba.
- Isabel… -dijo ella con sorpresa en sus ojos y después dibujó una sonrisa.-
- Re-rebeca…
Mis labios con dificultad lograron pronunciar su nombre, mi primer amor estaba ahí frente a mí después de años de no verla estaba ahí delante con esa sonrisa soberbia y sus ojos aceitunados mirándome fijamente como antes, como si el tiempo no hubiera pasado, me sentí como si hubiera vuelto a ser una chiquilla de dieciséis años conociendo por primera vez los delirios del amor y las tentaciones.
Su sonrisa creció al ver que me dejó sin palabras.
- Te ves espectacular… Cuanto has crecido... ¿A dónde se fue mi pequeña Isa?
Continuará...