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Drove Me Wild por RedArrow

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Notas del capitulo:

Este es el segundo capítulo, espero que sea de su agrado y si así es ojalá me dejen un comentario :D

 

Gracias por leer.

“…. Estando con ella todo es maravilloso, pues tiene esa mezcla extraordinaria, me endulza los oídos con su voz, me derrite el alma con su mirada, me enamora el tacto de sus manos, me seduce el aroma de su piel… nada existe si la tengo a lado, y si algo existe, se vuelve maravilloso por el hecho de compartirlo con ella.

Pero, a pesar de todo eso, ella tiene una característica muy especial, un poder que nadie más tiene, todo lo que dice o hace puede llevarme al cielo...o al infierno…”

 

La tarde era cálida, bastante amena,  y una fresca brisa proveniente del mar llegaba al café donde nos encontrábamos Adri y yo.

Lo bueno de estar con Adri, a pesar de saber que ella no me quería, es que podía hablar con ella por horas y ninguna de las dos se aburría, porque a pesar de lo que ella pensaba, yo estaba segura de que éramos ideales la una para la otra, siempre lograba hacerla reír a carcajadas y ella siempre lograba hacerme sonreír como idiota y que mis manos escribieran tiernas palabras para ella.

 

“Te quiero”, le escribí en una servilleta y la deslicé por la mesita de madera hasta su mano, al verla ella sonrió tiernamente luego me miró y me dijo…

-          Yo también te quiero Isa… Pero…

-          Pero no como yo quisiera... Lo sé, no tienes que repetírmelo

-          Perdóname, por favor… Es que tú eres un persona muy linda y siempre has sido buena conmigo desde que nos conocimos y…

-          No digas más Adri, sé que me quieres como amiga y está bien, te agradezco que hayas sido sincera conmigo desde el principio… -Adriana bajó la mirada, se entristeció- ¿Puedo preguntarte algo?

-          C-claro Isa… lo que quieras… -levantó el rostro y vi sus ojos tristes.-

-          ¿Ya eres novia de Giovanni?...

 

Los ojos de Adriana se abrieron cual platos mostrándome su sorpresa y en sus mejillas apareció una tonalidad rosada que poco a poco se fue intensificando, ese sonrojo me dolió en el alma.

-          No… -respondió – él y yo…aún no somos nada…

-          ¿Tú lo quieres? –fui directa-

-          Yo… no sé Isabel… él me gusta mucho… y quiero estar con él…

Agaché la mirada, había recordado por qué no me gustaba hablar de Giovanni, pero era necesario, porque al paso de los días, cuando todo va bien y me olvido de Giovanni, tiendo a pensar que Adriana realmente siente algo por mí, estas conversaciones acerca del tipo con el que Adri sale tienen algo bueno, me devuelven los pies a la tierra.

-Isabel… ¿Estás bien? … -puso su mano delicadamente en mi hombro.-

-Sí –le dije forzando una sonrisa – si tú eres feliz yo también lo soy…

Hice que mis ojos tragaran una lágrima, y tomé mi celular que hasta ese entonces se encontraba en la mesa a lado de mi frappé….

-¿Ya viste la hora que es? –le dije en un tono normal como si la conversación anterior no hubiera sucedido – Tu madre va a preocuparse, debo llevarte a casa…

Me levanté de mi asiento y le sonreí extendiéndole mi mano con toda “caballerosidad”, ella me devolvió la sonrisa realmente alegre de que yo hubiera vuelto a la normalidad, saqué mi billetera y dejé el dinero de la cuenta y la propina en la mesa, ambas subimos a la motocicleta.

En la vida tengo 3 pasiones, la música, las motos y las mujeres.

Estas últimas dos se mezclan muy seguido cuando subo (o subía) chicas a mis motocicletas (sí, tengo más de una). Amo cuando Adri se sube a mi moto, ella no me lo dice pero sé que le tiene un poco de miedo a la moto y su velocidad, lo noto en cómo me abraza cuando acelero.

En el camino al departamento donde viven Adri, Jen y su madre, lo único que podía pensar era en Giovanni… En cómo ese tipo se había metido entre Adriana y yo cuando creí que realmente podía tener una oportunidad después de que terminó su relación con Alexa…

 

*FLASH BACK*

 

Yo conocía a Giovanni desde hace tiempo, porque íbamos en la misma preparatoria, cuando lo conocí me dio la impresión de ser un chico agradable y divertido, era amigo de mi  amigo Martin, nunca me involucré demasiado con Giovanni, pero al menos lo conocía.

Fue un sorpresa para mí saber que Giovanni era amigo de Jen y de Adri, ya que vivían en el mismo vecindario y bueno, Giovanni era amigo de un amigo de Adri y en fin, el mundo es un pañuelo dicen, y creo que es un grandísima verdad.

Giovanni atiende un establecimiento de comics y videojuegos,  del cual es dueño un amigo mío y de Martin,  cierto día le pedí a Adri que me acompañara a comprar un videojuego para mi mejor amigo, y ahí fue cuando supe que ellos ya se conocían y que eran amigos, realmente no le tomé importancia jamás me imaginé que se daría algo entre ambos…

Un día Jen me invitó al cine, me dijo que su hermana y Jade irían, así que felizmente acepté. Cuando llegué al punto de encuentro, me sorprendió mucho ver ahí no sólo a mis amigas y a Adri sino también a Giovanni.

No me molesté, de nueva cuenta creí que Giovanni estaba ahí en plan de amigos, pero estaba equivocada.

Entramos a la sala a ver la película, y en el transcurso de esta, sentía ese malestar en el pecho de cuando vas dándote cuenta de que la persona que amas está demasiado cerca de otra persona, pero en tu mente “sabes” que no hay nada entre ellos, sin embargo, en la oscuridad y con ayuda de la tenue luz de la pantalla logras ver cómo sus manos están entrelazadas y cómo la frente de ambos se unen una contra otra.

Ella sonreía. Y por primera vez, no quise ver esa sonrisa…

-          Isa ¿Qué pasa? ¿Estás molesta conmigo?

Adriana trataba de hablar conmigo, llevaba días alejada de ella, sin querer hablarle, sin querer verla.

-          No me sucede nada –respondí fría.-

-           ¿Por qué te alejas de mí? ¿Crees que no me doy cuenta? –Adri comenzaba a molestarse.-

-          Estoy haciendo un experimento. –solté en tono neutral.-

-          ¿Un…experimento? –me miró confundida.-

-          Sí, quiero conocer exactamente cómo diferenciar entre el trato de amigos, y el trato de “más que amigos” –le dije en un tono que molestaría a cualquiera, con bastante sarcasmo.-

-          ¿De qué hablas?-preguntó molesta.-

-          ¡Que me alejo de ti para ver como tratas a la gente, porque el día que fuimos al cine te vi muy juntita con Giovanni, y quiero saber si así tratas a todos tus amigos! –le grité molesta.-

-          ¡Pues no! ¡No trato así a todos mis amigos y  ¿sabes por qué?!

-          ¡¿Por qué?!

-          ¡Porque Giovanni no es sólo mi amigo!

 

Me dolió… sentí mi corazón romperse dentro de mí, e incluso pude escuchar el sonido de un cristal haciéndose pedazos en mis oídos, no pude decir nada más, y salí de esa habitación sin mirar atrás.

 

*FIN DEL FLASH BACK*

 

“¡Porque Giovanni no es sólo mi amigo!” su voz resonaba en mi mente, y sin darme cuenta aceleraba cada vez más en la motocicleta, no encontraba la forma de sacarme ese recuerdo de la cabeza, me dolía cada centímetro de la piel, mis ojos ardían como si estuvieran en llamas e irónicamente gotas de agua empezaron a brotar de ellos. Adriana no lo notó.

Después de algunos minutos que para mí no fueron nada, llegamos al departamento de Adri, estacioné la moto y subimos por las escaleras.

El padre de Adriana y de Jennifer, las había abandonado cuando se enteró que Aura, la madre de ambas, estaba embarazada por segunda ocasión, él era un desobligado, y muy frío hombre que en realidad no quería a Aura y mucho menos a sus hijas, por esa razón Aura tuvo que hacerse cargo de Jen y Adri por sí sola, lo cual ha sido muy duro, pero para ella ha valido la pena puesto que es preferible estar sola que mal acompañada, y lo mejor de todo es que no estaba sola, tenía a sus dos amadas hijas.

Sin embargo, como dije, cuidar y mantener a dos hijas fue muy duro para Aura, así que con el dinero que ganaba de su empleo del gobierno no pudo comprar una casa para ella y sus hijas, y lo único que pudo conseguir fue un departamento.

El departamento donde las Vidal vivían era pequeño, para entrar a él debías cruzar una reja herrada que estaba algo oxidada por el paso del tiempo, inmediatamente después una puerta de madera que estaba ya algo gastada, al entrar al lugar lo primero que puedes ver es la sala de estar, cuyos muebles reducen el espacio por el cuál caminar y al fondo se podían ver dos habitaciones, una era donde dormía Adriana y a lado de esta estaba la habitación de Aura, justo enfrente se encontraba la de Jennifer.

Si bien, el departamento no era el más espacioso o lujoso, al entrar a ese lugar eso era lo de menos, pues de alguna manera lo que aquel departamento inspiraba de verdad, era la sensación de estar en un verdadero hogar.

En las paredes había fotos de las 3 mujeres que conformaban esa pequeña familia, sobre todo de las menores, Jennifer y Adriana, fotos suyas de bebés, fotos de cada graduación escolar, e incluso diplomas pertenecientes a las hermanas se encontraban reposando en los cálidos muros del departamento.

Esa sensación de calidez y armonía era lo que me gustaba de ese lugar, por eso iba muy seguido, y claro, por Adriana. La señora Aura en poco tiempo me había tomado mucho cariño ya que ella suponía que yo era una buena influencia para sus dos “bebés” puesto que mis calificaciones son buenas y trato a las personas con respeto, además de que ha notado que siempre las cuido a ambas y estoy al pendiente de ellas. Siempre soy bien recibida en el departamento de las Vidal.

Adri y yo entramos al departamento, el cual se encontraba silencioso.

-          ¿Y tu mamá? –pregunté al cerrar la puerta.-

-          Está trabajando –respondió Adri.- ¿Quieres un vaso con agua?

-          Eso estaría muy bien, gracias –respondí sonriendo.-

-          Bien –me devolvió la sonrisa.- ¿Puedes enviarle un mensaje a mi madre y decirle que estamos en casa?

Después de su petición, Adriana me dio su celular y fue a la cocina en busca de agua, hice lo que me pidió, y ambas nos sentamos a conversar en la sala. Sin embargo, hacía bastante calor ahí, así que Adriana me sugirió entrar al único cuarto que tenía un aire acondicionado, el de Jen.

La habitación de Jen era la más oscura del departamento, tenía una ventana, pero le habían puesto una cortina de un color café oscuro que lograba tapar cada rayo de sol y la única luz que entraba era una muy tenue que se colaba por las orillas de la ventana, la cama de Jen aunque pequeña era bastante cómoda y si te acomodabas bien, dos personas podían entrar allí perfectamente, en esa ocasión, seríamos Adri y yo.

Me quité los tenis y subí a la cama de Jen sin embargo noté que Adri no me seguía, entonces volteé a mirarla, se encontraba frente al closet sacando ropa del mueble, entonces notó que la veía y me dijo:

-          Isa no mires, voy a cambiarme, date la vuelta.-

Me sonrojé, y asentí con la cabeza girándome y dándole la espalda, mi corazón latía a mil por hora de sólo imaginarla quitándose la ropa ahí mismo en la habitación donde yo también estaba. A tanto me llevaba mi imaginación que creí verla frente a mí deshaciéndose de la blusa negra que llevaba puesta hasta entonces, dejándome ver su blanquecina piel y los lunares que adornaban su espalda, cerré los ojos y agité mi cabeza como para sacudirme esos pensamientos, sin embargo al abrirlos, esa imagen de Adriana seguía ahí, sólo que esta vez estaba despojándose de su ajustado pantalón de mezclilla quedando sólo en ropa interior, entonces noté por qué no podía dejar de ver esa imagen a pesar de que Adri estaba en realidad detrás de mí, un espejo que se hallaba en el piso estaba mostrándome cada movimiento que Adriana hacía en la habitación, entré en un dilema, mi conciencia me decía que no debía mirar pero las hormonas y el deseo me rogaban que no dejara de hacerlo…

En medio de la batalla entre esas dos posturas, miré una vez más hacia el espejo, y noté que Adri se había puesto ya un short de mezclilla que dejaba ver sus bien torneadas piernas, seguí subiendo mi mirada en el espejo, la chica de mis sueños sus brazos metidos en las mangas de una playera holgada que estaba a punto de ponerse, no sé si fue mi conciencia, mi imaginación o si lo que vi a continuación fue real, porque seguí subiendo la mirada en ese espejo y entonces vi sus ojos mirándome fijamente y después vi cómo una sonrisa de medio lado se dibujaba en su rostro.

Esa sonrisa era diferente, podría jurar que seductora, pero no, no podía ser, esa no era la Adri que yo hasta entonces había conocía, seguramente era una broma que mis hormonas me habían jugado, y lo que vi fue producto de la ‘calentura’ que sentía en aquel momento. Cerré los ojos y agité la cabeza una vez más, y entonces escuché su voz llamarme.

-          Lista, ya puedes voltear Isabel…

 

Su voz parecía normal, como si nada de lo que vi hubiera pasado en realidad. “Lo dicho, sólo fue mi imaginación.” Pensé.

-Bien –le sonreí.-

Pasamos el resto de la tarde juntas en aquella habitación.

Mientras compartíamos el mismo espacio, tiempo y lugar, todo era perfecto para mí. Había cientos de cosas que me gustaba hacer cuando estaba con Adriana, pero una de las que más me gustaba era cantar y tocar la guitarra.

Una vez más, dos de mis pasiones se mezclaban, la música y las mujeres, que en ese entonces “las mujeres” habían sido sustituidas por la princesa de orbes cafés oscuros (casi negros) que yo tanto amaba.

Cuando conocí a Adriana, y comenzamos a hablar y a saber más la una sobre la otra, encontramos que teníamos un mismo gusto hacia la música y el canto. Mi sueño desde pequeña era aprender a tocar la guitarra, puesto que mi abuelo lo hacía, así que mi padre me regaló una guitarra cuando tenía 10 años, sin embargo a pesar de todos mis intentos míos y de mis padres por lograr que aprendiera a tocar, nunca pude hacerlo y mi guitarra quedó abandonada en un rincón de mi habitación… Hasta que conocí a Adriana Vidal.

Adri tocaba guitarra, no mucho porque también recién comenzaba a aprender, cuando nos conocimos me contó que también quería aprender a tocar por su abuelo, que era un excelente músico igual que el mío, esa fue una de las cosas que hicieron ‘click’ entre nosotras, ambas supimos en aquel momento que nos llevaríamos muy bien.

Y fue verdad, Adriana y yo teníamos una conexión, musicalmente hablando, muy especial. Ella fue la única que logró enseñarme a tocar guitarra, al menos lo poco que ella sabía en aquel momento, pero eso fue suficiente para que yo empezara a desarrollar mi propia forma de tocar y aprendiera con mucha velocidad a tocar mis canciones favoritas… Además de eso, cuando cantábamos juntas ella y yo, el lugar dónde fuera que nos encontráramos siempre cambiaba su atmosfera, había algo mágico en el aire cuando su voz se unía con la mía, por separado cantábamos bien, lo sabíamos y la gente nos lo decía a cada una en particular, sin embargo cuando cantábamos era algo extraordinario, algo que nunca había compartido con nadie más y para ella era igual.

 

-          You’ are beautiful… You are beautiful… You are beautiful it’s true… I saw your face, in a crowded place, and I don’t know what to do, ‘cause I’ll never be with you…

-          Fue hermoso como siempre Isa… No me canso de escucharte. –me dijo sonriendo emocionada.-

-          Y yo no me canso de cantar y tocar para ti Adri… -le dije con sinceridad – De hecho, por ti canto con más ganas cada día.

Adriana se sonrojó, amaba hacer que se sonrojara, cada sonrojo suyo era una pequeña esperanza para mí, pero cada vez que algo bueno que tuviera que ver con Adri me pasaba, llegaba algo que lo arruinaba, y en esa ocasión fue una llamada.

-          Debe ser mi madre –dijo Adri despreocupada, y contestó su celular.- ¿Hola?

Por obvias razones no logré escuchar lo que la persona al otro lado del teléfono decía, pero por la expresión de Adri pude darme cuenta de que no era Aura quien le estaba llamando.

-          ¿Ahora? … Bueno es que no está mi madre y estoy con Isabel… Quizá en media hora…. ¡Sí, sí! Claro… No hay problema…. Ok… Y yo a ti más… Besos, ¡Bye!~

 

Ese tono dulce meloso y estúpido,  sólo lo usaba con alguien, Giovanni.

-          ¿Era él cierto? –pregunté molesta.-

Vi sorpresa en su rostro, Adriana se había olvidado de que yo estaba ahí.

-S-sí… era Giovanni –dijo triste, sentía lástima por mí.-

-Viene a verte… -afirmé- Yo me largo…

Me levanté de la cama y dejé la guitarra de Adri recargada en una pared y salí por la puerta de la habitación, ella me tomó del brazo.

-          ¡No te vayas! ¿Por qué te vas así? ¿No fuiste tú quien me dijo que estaba feliz si yo era feliz?

-          ¡Si fui yo! Y es verdad… Pero me duele verte con él ¡No quiero verte con él! – le grité.-

 

Solté mi brazo del agarre de Adriana, y la empujé contra la pared, tomando sus muñecas con mis manos y poniéndolas también en contra del muro sólo para evitar que se moviera, entonces recargué mi frente en su hombro y continué hablando.

-          No quiero verte con él… No quiero estar con él y contigo en el mismo lugar… Porque me hierve la sangre de ver cómo le sonríes, cómo se toman de la mano… Me muero de los celos Adriana….

Sentí como se sobresaltó por mis acciones y mis palabras, entonces solté mi agarre en sus muñecas y me separé de ella dirigiéndome directamente a la puerta.

 

Continuará….

 

 

 

 

 


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