{POV Mello}
Una vez más me encontraba delante de su puerta esperando a que "su realeza" se dignara a bajar. ¿Por que diablos tiene que tardar tanto siempre?
-¡Near! - grité tocando barias veces el timbre.
-Que si, que si, que ya bajo -dijo asomándose por el balcón, con una sonrisa plasmada en el rostro, vestido completamente de blanco, era tan desesperante.
-Cámbiate -murmuré lo suficientemente alto como para que me escuchara.
-Pero... ¿Por qué? ¿A caso no te gusto así? -dijo con fingida tristeza.
-Near... -tan solo bastó una mirada de desagrado para que se metiera nuevamente en su cuarto.
-¡A sus ordenes mi capitán! - grito con energía desde su alcoba.
Aun no entiendo porque se empeña en parecer tan casto, tan puro, si ya todos saben que es un puto demonio con cara de ángel.
Suspiré cansado, seguro volvía a pasar otra media hora antes de verlo salir por la puerta. Me apoyé contra la pared y comencé a fumar mientras miraba la calle sin gran interés. Y de pronto ahí estabas, con tu rojiza cabellera llamando la atención de cualquiera.
-Matt... -¿acaso estas llorando? Sin darme cuenta comencé a seguirte, casi corriendo, atraído por una fuerza que me llevaba hacia a ti ¿Una fuerza que me llevaba hacia a ti? ¿Que diablos estoy pensando? -¡Matt! -grité, me miraste, y comenzaste a correr, hacia a mi, como siempre yo tenía el control, era yo quien te atraía con una fuerza casi irresistible. Tu seguías siendo mío.
-Matt... ¡Ay! -sé que me deseas pero no hace falta abalanzarte haciendo que caigamos al suelo -¿se puede saber que haces? -me miraste con los ojos inundados en lágrimas, llenos de ira.
-¡Sal de mi cabeza! -creo que no es deseo lo que sientes por mi, sonreí -¡Déjame en paz! -rompiste en llanto, apoyaste tu cabeza en mi pecho y continuaste llorando en silencio -quiero dejar de amarte Mello... -susurraste un poco más calmado y te abracé, sintiéndote mio nuevamente. Mio porque nunca podrías dejar de amarme.
{POV Matt}
-Quiero dejar de amarte Mello... -susurre sin dejar de llorar, sentía como nos miraban, como susurraban y no me importaba, lo único que quería era dejar de amarte de una vez por todas. Pero tu me abrazaste, mis latidos eran rápidos, fuertes, seguro los podías sentir al igual que yo sentía los tuyos.
-Venga Matty, no llores -ese estúpido mocoso me acariciaba la espalda -todo se arreglará ya verás, bueno... con Mello es casi imposible que algo se arregle pero quizás con Elle...
-¡Cállate estúpido! -me levanté, enfadado ¿Cómo podías salir otra vez con ese? -¿Así es como te gustan verdad? -parecía un puto vendido, con ese pantalón corto y ajustado y una camisa casi transparente. Lo miré con rabia, me parecía increíble que me hubieras cambiado por gente como él.
-Vaya, parece que está celoso, mejor dejamos nuestra cita para otro día -se agachó y te besó en los labios, era tan repugnante -ten, las llaves de mi casa, por si quieren hablar en un sitio más privado.
-Gracias Near -dijiste mientras te levantabas y me cogías de la mano.
-Va, no es nada, si te cansas de él pásate por casa de Mikami -por casa de Mikami... maldito Near espero que no se le ocurra decirle nada a Elle sobre mi.
-Vamos -me llevaste a casa de Near, quizás hablar contigo fuera lo mejor, así podría enterrarlo todo de una vez, quizás así todo acabaría.
-¿Sigues saliendo con ellos? -pregunté casi en un susurro, sin tener el suficiente valor como para mirarte.
-Claro, no tengo porqué dejar de hacerlo.
-Ya... lo sé, ni siquiera cuando estábamos juntos dejaste de tirártelos cada que podías -¿Por qué las lágrimas comenzaban a caer otra vez? Me abrazaste por detrás, apoyando tu cabeza en mi hombro.
-Yo te amaba Matt...
-Curiosa forma de amar... -me apretaste más contra tu cuerpo.
-Aun te amo... -confesaste - y tu aun me amas... lo sé, se te nota. Vuelve conmigo ¿Si? -me giraste entre tus brazos -prometo cambiar Matt, por ti -me miraste a los ojos ¿Acaso serían ciertas tus palabras? -solo por ti -acariciaste mi mejilla, borrando todo rastro de lágrimas. Y me besaste, como extrañaba tus besos, tan dulces, tan amargos.
-No puedo... -murmuré segundos después -Elle...
-Olvida a Elle, me amas a mi no a él, y aunque lo has intentado no puedes forzarte a amarlo -me abrazaste más fuerte -no voy a soltarte hasta que decidas quedarte conmigo -te abracé, aquello era inevitable... yo... aun te amaba.
Continuará...