Lo vi y luego a los doctores, por mucho que lo intentaron ocultar noté a uno negar, fue hasta entonces que la realidad me pego, todo iba a regresar a ser como antes... Me iba a volver a quedar sólo... El que tanto me ayudo ahora se me in de las manos sin que yo pudiese hace algo para evitarlo, no logre hacer nada, caí de rodillas, jamás podré olvidar ese constante y penetrante sonido cuando su amable, cariñoso y honrado corazón deja de latir. Cuando esa persona que me enseño tanto y me adopto como su hijo dejo de estar conmigo. Fue lo supe el sonido de un amargo y triste adiós
Los días siguientes fueron aún más difíciles para mi, el funeral, el entierro pero sobre todo el juicio para ver quien se quedaba con que... El me había dejado todo lo que poseía pero su hermana y madre no estaban de acuerdo que alguien como yo se quedara con tanto dinero, autos, propiedades... En fin con tantas cosas si realmente no era de mi familia ni tenía relación conmigo, alegaron demencia y mil cosas más.. A mi realmente poco me importo, a mi si me dolía la pérdida tan grande que acababa de sufrir, a ellas no tanto lo cual se me hizo raro.
Al final nada pudieron hacer para quitarme la fortuna.
El ligero olor a viejo impregno mis fosas nasales en cuanto entre a aquella casa.. Que más que casa era más una mansión pero realmente poco y nada importaba ya.
Lo sirvientes como siempre me saludaron con una reverencia, en sus caras note la tristeza
—¿Qué hacen aún aquí?—ellos se miraron un poco y me abrazaron, sólo eso hizo falta para que terminar de desmoronarme. Les correspondí el abrazo llorando con fuerza, ellos se limitaron a acariciar mi cabello y a sentarme sin separarse de mi. Después de eso mi primer día en aquel lugar sin su presencia realmente no recuerdo más
Lo único que realmente me quedo de el es su familia que paso a ser también mía hace ya unos años... Antes de que todo esto empezara
Para contarles mi historia primero tengo que explicarles quien soy: mi nombre es Tyson Souichi, bueno ahora lo soy, tengo diesiseis años, suelen decirme que soy mi lindo sin querer sonar presuntuoso, mi cabello me llega a la mejilla cortado degrafilado de color plateado, mi tez es blanca llegando a ser casi literal, mis ojos es lo extraño, depende del humor en el que me encuentre es el color, algunas veces son rosas, rojos, morados, verdes... En fin se dan una idea. Solía vivir en uno de los múltiples callejones de las muy transitadas calles de Tokio. Así era hasta que lo conocí.
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Caminaba algo mareado hace ya una semanas que no conseguía dinero, por ende no había comido nada, me recargue en una pared y me deslice hasta quedar sentado.
—Ahora si moriré—comente al aire más nunca pensé que alguien me llegara a escuchar
—No creo que eso sea algo que desees—me sorprendí y mire arriba solo para encontrarme con un señor alto como de 32 años cabello Café claro y ojos verde obscuro, mis ojos cambiaron a azul claro por la curiosidad—eso es algo que no se ve todos los días—me sonroje al darme cuenta y mis ojos se hicieron rojo tirándole a rosa, el rió y me tendió la mano, dude pero al final acepte su mano y me levanté tambaleándome—creo que necesitas algo de comer... Ropa... Un baño, corte de cabello y un hogar—agache la cabeza y río—por fortuna yo tengo todo eso... O lo puedo conseguir—o estaba entendiendo mal o me estaba diciendo que el me lo iba a dar
—Pero yo no tengo eso— me revolvió mi cabello que en aquel momento era gris obscuro así que no se veía tan anormal
—Yo si... Ven primero vamos a mi casa—me sorprendí y por inercia fui tras de el hasta llegar a una mansión
—Esto.... Es enorme... ¿Aquí vive usted?—el me volteo a ver y asintió con la cabeza con una hermosa sonrisa que me dejo hipnotizado y hasta podría decir que algo embobado
—Si aquí vivo yo—dijo y se volvió a voltear mirando su amm hogar, se encaminó a la entrada y me jalo con él, claro que lo hizo yo apenas podía pensar no se diga moverse ¿Acaso un millonario me había traído con el? Eso sí no se veía todos lo días.
—Yo... Po... Ah...—juro que ni yo mismo me entendía, al menos no lo haría si no supiera lo que deseo decir, el se rió por lo bajo aún así lo alcance a escuchar
—Vamos primero báñate y después de que comas puedes preguntarme o decirme lo que desees—me sonroje bastante y mi cabello se hizo rojo pero por la suciedad no se notaba tanto
—Etto... Hai...—fue lo único que mi pobre cerebro hambriento podía procesar en estos momentos , el me guió hasta una habitación y después a un cuarto de baño, me dio varias indicaciones que la verdad no le preste mucha atención, el se salió y me caí al suelo
—¿Qué rayos pasa con ese señor?... Yo simplemente soy un chico de la calle.. ¿Suele recoger mendigos de la calle?...—suspire y abrí la llave del agua, me desvestí y cuando salió medianamente caliente me metí a bañar, al terminar sali y me seque, me mire al espejo y reí un poco—así que era yo blanco—dije burlándome de mi mismo lo que me hizo reír más, salí a la habitación y note que había ropa nueva en el colchón, me acerque y tome la ropa—es tan suave—comente para mi mismo y me la puse, sonreí bastante, sali del cuarto buscando al señor cuyo nombre aún no sabía, lo encontré hablando con dos mucamas bastante lindas he de decir, me acerque hasta el
—Oh mira—tomo mi mano y me hizo dar una torpe vuelta y rió encantadora mente, me sonroje un poco—Así que tu cabello era plateado interesante... En verdad eres lindo—me puse peor que un tomate, el se acerco y se hincó frente a mi, tomo mi mano y la beso como todo un caballero
—Se-señor...—fue lo único que mi boca logro articular, el se levantó
—Vamos a comer ahm... ¿Cómo me dices que te llamas?—agache la mirada y negué
—No poseo tal cosa señor—si yo vivía en la calle pero solía ir muy seguido a la biblioteca así que un inculto no soy al menos
—¿Cómo que no tienes nombre?—me rasque la nuca sintiéndome algo mal... Como si la culpa de que yo no tuviera nombre fuera exclusivamente mía
—Yo etto... Nunca tuve a nadie que me asignara uno y la verdad a mi no se me había ocurrido—el me miro algo compasivo y sonrió, me revolvió el cabello y asintió con la cabeza
—Muy bien yo soy Sanae Souichi así que Souichi será tu apellido pero el nombre mm—se quedo pensando mirándome atentamente lo que me puso algo nervioso, de pronto sonrió con ganas—Ya se me acaba de ocurrir uno... Claro si te gusta... Tayler...—quede sorprendido, no era mal nombre y a mi me gustaba bastante, asentí con la cabeza con una sonrisa, ahora por fin poseía un nombre... Una identidad
—Me gusta bastante señor... Me quedo con el... —estaba emocionado pero como no conocía tal emoción me conmocione un poco tomando mi pecho intentando averiguar que me sucedía hasta que el lo noto y se acercó a mi
—¿Qué pasa Tayler?—lo mire jadeando un poco por el ritmo algo acelerado de mi corazón, tome su mano y la puse en mi corazón
—Estoy feliz y mi corazón ha empezado a latir muy rápido.. ¿Qué pasa?—el sonrió con ternura hacia mi y me beso la frente lo que hizo que el calor inundara mis mejillas
—Eso es emoción Tai—lo mire extrañado... ¿Me acababa de decir Tai?...—Es un diminutivo peque—me sonroje más y asentí con la cabeza
—Oh... Es lindo—el asintió con la cabeza y tomo mi mano haciendo que mis palmas hormiguearan ¿Qué hace?
—Vamos a comer que juró que siento que te desmayarás en cualquier momento—me reí y mis carcajadas resonaron por toda la estancia poniéndome aún más colorado
—Perdona... Y no se preocupe me siento mejor ahora—aún así fuimos al comedor y me senté junto a el y una sirvienta algo baja de cabello rojo teñido y corto nos trajo la comida, su piel era canela y sus ojos no tenía idea pues usaba pupilentes azules, su ropa era un vestido negro no holanes y algunos adornos blancos, nos puso la comida enfrente y se fue a la cocina, mire la comida, sopa seca de coditos y carne que realmente no conocía era gordita y tenía muy buen olor, mire a Souchi y el asintió que podía comer, sonreí con ganas y empece comiendo la sopa que era deliciosa, comí algo rápido y pase a la carne, la corte exactamente como el y la prove
—Wow... ¡Esto es delicioso!—nunca había probado algo igual, la carne era suave y muy jugosa, seguí comiendo sintiendo que mi estómago lo agradecía desde el fondo, al acabar tome agua sintiendo como mi garganta también se refrescaba, no me había dado cuenta que ardía y estaba rasposa mi voz por la falta de agua, respire algo agitado y lo mire—Yo... Este... —me puse muy rojo por el echo de que me veía algo sorprendido, rió segundos después y me revolvió mi ahora limpio cabello y negó
—No es necesario que digas nada me alegro mucho de que te haya gustado tanto—asentí con la cabeza y el siguió comiendo como gente civilizada que era, yo no me arrepentía la verdad la había disfrutado como nunca