-ayer y con suerte durmieron- dijo el oji amarillo mientras veía a los dos cuerpos recostados en la desecha cama- oigan despierten- dijo Lion mientras movía la cama con el pie despertando a ambos jóvenes dormidos- ya van a ser las siete y tenemos que ir ya al instituto- dijo mientras se sentaba en la silla del escritorio viendo como su hermano y el rubio se incorporaban en la cama.
-Buenos días- dijo sin gana el oji naranja a su hermano que sonrió burlón al verlo de tan mal humor por despertarlo.
-Buenos días hermanito- dijo canturreando para molestar más a su gemelo- y buenos días Eco…Eco?- pregunto el azabache viendo al chico que se mantenía estático viendo las sabanas.
-Eh? Eco que te pasa- pregunto el oji naranja al muchacho que apretaba las sabanas bajo sus manos.
-nada- dijo cortante mientras se levantaba y corría lo más rápido que podía al baño, todo bajo la mirada de los gemelos.
-Y ahora qué?- se preguntaron los dos viéndose fijamente sin entender nada de lo que hacía ahora el rubio. Mientras tanto Eco se encerraba en el baño dejándose caer a la fría losa del suelo, su cuerpo presentaba espasmos involuntarios mientras sus manos temblaban y se dirigían a su boca, sus ojos de humedecieron y las lágrimas no tardaron el brotar, el cuarto de baño se llenó de los ahogados sollozos del rubio.
-Que acabo de hacer- se preguntaba mientras cerraba fuertemente los ojos- no, no puede ser, yo no hice eso yo jamás haría eso- pensaba el chiquillo mientras apretaba la mano que tenía contra su boca, el sabor del seme de Vanss continuaba en su boca, con la suficiente rapidez se dirigió al lavabo y saco el que era su cepillo, de manera desenfrenada comenzó a cepillar cada uno de sus dientes de manera brusca, tanto que las encías comenzaron a sangrar, pero a Eco no le importó, solo quería quitar el sabor de su boca, un sabor que no le desagradaba si no que le recordaba todo lo que hiso ayer, cuando el sabor comenzó a desaparecer y a sentir el sabor metálico de la sangre detuvo su mano sacando el manchado cepillo de su boca, sin mirarse al espejo, enjuago su boca votando el agua manchada de pasta de dientes y sangre, dejo el ya limpio cepillo a un lado para dirigirse a la tina y abrir el agua caliente que rápidamente lleno la tina a la mitad, con entro al agua hirviendo sintiendo el escozor del intenso calor pegar contra su piel, abrió la llave del agua helada dejando que esta apaciguara el intenso calor que había en la tina, lavo con cuidado su cuerpo limpiando cada evidencia de sus actos.
-E-Esto es demasiado- dijo al aire mientras se ruborizaba y sentía el blanquecino liquido salir de sus entrañas, con cuidado paso sus dedos por su ano sintiendo el dolor de inmediato- al menos creo poder caminar y sentarme lo más normal posible- pensó mientras veía flotar el blanquecino líquido que comenzaba a dispersarse en el agua.
-Vamos Eco- dijo una voz atrás de la puerta mientras la golpeaba- no te quedaras hay todo el día? Ya vamos retrasados- dijo la notoria voz de Lion – voy a pasar- dijo mientras se escuchaba la perilla girar, rápidamente el rubio seco sus lágrimas y se hundió en el agua ocultando su cuerpo de la amarilla vista del azabache- para que te escondes? No es como que nunca haya visto tu cuerpo- dijo divertido mientras dejaba algunas prendas pertenecientes del rubio sobre el retrete- apúrate- dijo mientras salía del baño y dejaba al sonrojado chico solo de nuevo.
-Maldición- dijo mientras acariciaba su sonrojado rojo- es un poco ridículo que sientas vergüenza ante ellos no crees?- dijo una voz en su cabeza- porque no debería?! Esto es demasiado me estoy volviendo loco- dijo a en su mente- Claro que sí? Pero dime acaso de verdad te disgusta?- se respondió en su mente- C-Claro que me disgusta!- dijo exasperado- vaya que eres mentiroso, te mientes a ti mismo, das lastima- dijo lo último en un susurro desvaneciéndose dentro de su mente llevándole a la realidad don ya estaba vestido y listo para irse, fue a su cuarto por su bolso y celular, el cual no encontró en donde normalmente lo dejaba, busco por la habitación encontrándolo sin batería bajo la cama, tomo el aparato solo por tenerlo consigo, y se dirigió a la primera planta encontrándose a los gemelos en la puerta de entrada esperándolo.
-Ya era hora, no crees?- dijo algo fastidiado el oji naranja al rubio que se encogió de hombros, mientras Lion solo reía por lo bajo mientras se dirigía al coche del oji naranja, el camino estuvo lleno de silencio, pero no uno cómodo pero tampoco uno incomodo, era solo un silencio sin ningún sentimiento en él, cuando el vehículo se detuvo en los estacionamientos el rubio salió disparado de este, bajo la mirada del alumnado que aún seguía intrigados sobre el extraño rubio de los gemelos.
-Eco!- saludo Sara abalanzándose a su hermano, estrujándolo entre sus brazos- buenos días? Como estas- dijo la pelirroja sin soltar al rubio.
-S-Sara no puedo respirar- dijo el chico mientras daba pequeños golpes al brazo de la chica.
-Ups disculpa, mi error, mi erro- dijo divertida mientras tomaba la mano del chico y lo arrastraba al salón donde los demás se encontraban, el rubio tomo asiento junto a Michel el cual saludo con su mano mientras continuaba viendo su celular.
-Hola Eco- dijo Andrew besando la mejilla del chico de manera dulce.
-Am, buenos días Andrew- dijo el rubio de manera neutra sin sentir nada ante tal suave acto del oji verde, el cual veía extrañado a su pareja.
-Hum, chicos tengo que salir un rato, los maestros están en reunión ahora así que buenos, nos vemos en el receso- dijo Sara mientras salía del salón corriendo a los patios traseros donde no se divisaba ningún alumno a excepción de dos cabelleras azabaches, la pelirroja sonrió mientras se acercaba al par que la veía de muy mala manera.
-Hola- dijo la chica de manera infantil.
-Para que nos llamaste- dijo Lion sacando una nota donde los citaba a ambos.
-Wow, no se van con rodeos, eso es bueno- dijo la muchacha mientras tiraba sus manos asía atrás estrechándolas entre ellas.
-Que quieres, si no hubieses dicho que querías hablar de Eco de verdad no hubiésemos venido, así que habla ahora- dijo esta vez Vanss cruzándose de brazos.
-Bueno, bueno- dijo la chica mientras hacía un gesto con sus manos para calmar a los gemelos- bien, entiendo que ambos quieren a mi hermano verdad?- dijo la chica viendo a ambos azabaches.
-y eso que tiene que ver?
-Bueno, yo quiero mucho a mi hermano- dijo la chica colocando su mano en su pecho- siempre lo he buscado y ahora que lo encontré quiero su felicidad- dijo la chica cerrando sus ojos- y ustedes lo pueden hacer feliz- dijo la chica mientras volvía a tomar su postura inicial con sus manos en la espalda- así que quiero proponerles un trato.
-Cuál?- dijeron ambos ya algo más interesados en las palabras de la pelirroja.
-Yo les ayudare a que estén con mi querido hermano- dijo la chica sonriendo de manera retorcida- yo me encargare de quitar los obstáculos, solo díganme cuales son y yo me desacere de ellos- dijo la chica viendo con sus ojos morados que mostraban una pisca de locura en ellos viendo a los azabaches.
-Creo, que podemos hacer un trato- dijeron los azabaches a la vez mientras sonreían de la misma manera que la pelirroja, mientras estrechaban la mano con aquella chica.
-Todo por la felicidad de Eco- dijo la chica sonriendo mientras comenzaba a irse a su salón con el toque de campana, la chica sonreía felizmente entre los pasillos con alumnos donde encontró a quien era su padre, la chica corrió a él saludándolo mientras lo seguía al que era su siguiente clase y salón.
-Que travesura hiciste ahora Sara?- pregunto el pelirrojo viendo a su hija la cual sonreía feliz.
-nada, nada, solo que estoy haciendo feliz a mi hermano- dijo la chica a su padre.
-a que te refieres? Tu hermano?- pregunto el hombre viendo a su hija de manera extrañado, su hijo estaba en esta escuela?
-Sí, mi hermano- dijo la chica- mamá me dijo que antes que yo naciera estabas con otra mujer, ella me dijo que posiblemente haya estado embarazado, lo busque en cada ciudad que íbamos y ahora lo encontré- dijo la chica mientras sus manos se agarraban a su sudadera.
-como está segura- pregunto intrigado su padre.
-él tiene nuestros ojos- dijo la chica señalando los llamativos ojos color morados- él es de nuestra familia papá, él puede dar vida- termino diciendo la chica entrando al salón dejando al adulto de pie fuera de este. El hombre entro sin prestar mucha atención a sus alumnos mientras dictaba su clase.
-el día termino y las clases igualmente, la pelirroja se marchaba junto a su padre en él vehículo del mayor, la chica jugueteaba con sus manos pintadas de color agua marina.
-Sara…no agás una tontería de nuevo- dijo el hombre mientras conducía por la autopista.
-a que te refieres papá- dijo infantil la chica viendo a su padre.
-no hagas algo que te vuelva a encerrar- dijo el hombre ya con la voz agotada, su hija ya no tenía remedio, ella estaba perdida desde muy pequeña, nunca entendió por qué ella era así, toda su infancia fue normal, su madre y él hicieron todo por ella, todo para que su vida fuera la más normal, pero a los diez casi fue llevada a un reformatorio, pero decidieron encerrarla por cinco años en el manicomio, nunca lo entendió, ella engaño a la maestra de artes, le rebano el cuello con un cúter, todo porque la maestra dijo que su dibujo de su familia estaba más, por haber puesto un integrante de más.
-papá ella fue quien empezó- dijo la chica mientras veía por la ventana su reflejo, sus ojos morados destellaban perversos recordando el incidente- ella negó a mi hermano, mi querido hermano- sonrió la chica, fueron cinco años de encierro donde la sometieron a terapias y medicamento, pero nada funciono, aprendió a comportarse para no llamar la atención de los médicos, los cuales comenzaron a pensar que estaba rehabilitándose, ese año fue liberada y pudo volver a la escuela, entro al instituto donde su padre trabajaba y el rumor de unos ojos morados llamo su atención, era él! Pensaba la chica ¡al fin encontré a mi hermano! Entusiasmada por ver a quien tanto añoro, a su querido hermano por el cual haría todo para verlo feliz. Saco su celular y conecto los audífonos, se colocó los auriculares mientras vagaba por los archivos del móvil, entro a una de las carpetas donde yacían los audios de los mensajes, fue al último de estos archivos de sonido haciendo clic en él, el reproductor comenzó dejando escuchar toda la conversación del rubio y el azabache la noche de ayer, cada palabra que se digieren y cada jadeo y gemido del rubio, todo grabado en un archivo de audio que tenía la chica.
-Fue una suerte que se haya comenzado a grabar y se haya enviado a su teléfono- pensó la chica mientras recostaba su cabeza y escuchaba la felicidad de su hermano.
.:OoO:.
-Los azabaches estaban sentados en el sillón de la sala viendo el televisor, el rubio se encontraba encerrado en su cuarto pensando en cada cosa que había hecho hasta ahora, su mente no le dejaba tranquilo, se levantó de la cama y se dirigió al espejo de su cuarto, se quitó la playera que llevaba y inspecciono su torso, los cortes que comenzaban a cicatrizar, los chupones y mordidas que le dejaron los gemelos cada vez que decidían tomarlo. Sin entender los por qué paso su mano por su torso acariciando los cortes y cada marca que tenía, suspiro recordando cada detalle, volvió su vista al espejo viéndose fijamente, sus ojos sin brillos veían su rostro y su cuerpo.
-Les pertenezco- susurro el joven mientras sin darse cuenta una sonrisa afloro en sus labios y sus ojos se cerraban- yo no puedo alejarme de ellos- pensó el chico mientras volvía a colocarse la playera de su pijama y recostaba en la cama, sintiendo las suaves sabanas nuevas y limpias envolver su cuerpo- yo ya no tengo vida sin ellos- pensó mientras sentía el sueño llegarle y una incomodidad en su vientre donde llevo una de sus manos acariciándolo sin saber el por qué lo hacía.
==>Continuara==>