La noche había caído, la niebla se levantaba suavemente sobre el Lago Toluca, la mayoría de los habitantes de Shepherd’s Glenn estaban de fiesta, pues el 150 aniversario del pueblo se festejaba, todo el lugar se hallaba llena de algarabía, en el lago, varios botes se hallaban en el lago, un par de hermanos se hallaban en un pequeño bote colocando varias linternas de papel en el agua.
-Esto se ve muy bonito, ¿Verdad, Alex?
-Claro Josh… es muy bonito… te esforzaste mucho en hacer esas lámparas… ¿Y para qué las hiciste?... nunca había visto que alguien las arrojara esta noche.
-Por nada en especial… solo quería arrojarla hoy… además de que el pueblo está muy lleno por la fiesta, prefiero estar un poco solo…
-Ya veo, me gustaría aprender hacer lámparas como estas...
-¿En serio? Yo te enseño a hacerlas… con una condición.
-¿De verdad? ¿Cuál?
-Si tú me enseñas nadar… yo… aún no sé nadar.
Decía un poco tímido Josh, Alex rio un poco divertido.
-Claro… por supuesto… ¡Es un trato! Mañana empezaremos, en la tarde, en el lago.
Alex Shepherd el mayor de la casa Shepherd, sonrió un poco divertido, siempre disfrutaba estar con su hermano menor a solas, y con el ambiente que se había creado, era todo más tranquilo.
-¡Mira, Alex! La luna llena.
Exclamó eufóricamente Josh, el hermano menor de Alex, levantó el rostro y observó la luna, a pesar de haber un poco de niebla, el cielo nocturno se podía apreciar muy bien. Alex y Josh se recostaron en el piso del bote para poder observar mejor el cielo, el tiempo pasó, poco a poco, Josh se comenzó a quedar dormido, el ambiente comenzó a enfriar, por lo que Alex decidió abrazar el cuerpo delicado de Josh, cayendo también en el sueño.
Pasaron las horas, y Alex despertó con bastante frío, Alex se puso de pie, y notó que la niebla había bajado y que no se podía ver completamente nada, Alex sacó de una mochila, su chaqueta militar y con ella cubrió a Josh para evitar que este se resfriara, aún adormilado, revisó su celular, tenía varias llamadas perdidas de su madre, así que decidió devolver el gesto. El teléfono sonó.
-¿Bueno? ¿Alex, eres tú? ¿Dónde han estado? Nos tenían preocupados… la fiesta terminó hace más de tres horas, y no contestabas tu celular.
-Lo siento mamá, Josh quiso arrojar las lámparas de papel que había hecho en el lago, y venimos al lago, pero nos quedamos dormidos y apenas vamos despertando, ya vamos a casa, lo siento, mamá.
-Está bien, Alex, solo no tarden, la niebla ya ha bajado y varios chicos ebrios andaban en la costa, vamos para allá a esperarlos.
-Está bien, mamá. Ahorita nos vemos.
Alex colgó su teléfono, y trató de despertar a Josh, Josh, un poco dormido, despertó.
-¿Alex,… qué sucede? ¿A qué horas son?
-Son las 2: 06 am, ya tenemos que irnos a casa, si no, te enfermarás… y pasado mañana vamos a ir a la playa… ¿No querrás pasártela todo el día en casa solo con Scarlet, o sí?
-Claro que no, ya vámonos.
Decía Josh mientras se tallaba los ojos. Alex comenzó a remar en dirección al muelle. Josh iba sentado junto a Alex, dormitando un poco, debido a que aun tenía un poco de sueño, todo estaba en silencio, lo único que se podía escuchar era la punta del bote rompiendo la base del agua, eso hasta que un fuerte ruido rompió el silencio, era el ruido de un motor de un bote de carreras. Josh despertó asustado, aferrándose al brazo de Alex, mientras él dejaba de remar.
-Alex ¿Qué es ese sonido?... me asustó.
-No lo sé, Josh, no te preocupes…
Alex decía mientras tomaba entre sus manos la mano de Josh, que se veía bastante asustado por el tétrico ruido que venía de la nada. Alex dejó de remar, la niebla se había hecho más densa y era imposible ver más allá de su nariz, mantenía a su lado a su hermano menor, puesto que el clima había enfriado mientras la niebla se volvía más densa. De pronto, una luz titilante se comenzó a ver de la nada, aquella luz se iba haciendo más brillante, como si se acercara al bote, el sonido extraño también comenzaba a hacerse más fuerte.
-¿Alex…? Tengo miedo.
-No temas Josh, yo…
Alex no pudo terminar su oración, pues una bote de carreras golpeó terriblemente el bote en donde los hermanos Shepherd estaban, fue un impacto muy fuerte que la mitad delantera del bote, se destruyó inmediatamente, las astillas del bote, volaban por los aires.
…
Alex abría los ojos lentamente, sin embargo, una luz brillante le obligaba a volverlos a cerrar, sin embargo, al mover su brazo derecho, pudo sentir una aguja enterrarse en su piel, obligarlo a abrir los ojos de golpe. Cuando abrió los ojos, estos aún quedaron sorprendidos, no pudo hacer nada, se quedo quieto. No podía creer lo que veía, el chico iba en una ambulancia, el suero intravenoso era lo que traspasaba su piel. Su respiración estaba agitada, no podía asimilar la información que recibía.
-Chico… ¿Estás bien?... ¿Cuántos dedos ves?
Le decía un paramédico mientras le mostraba cuatro dedos, se veía un poco sorprendido, y aliviado, pero parecía que quería ocultar la camilla de al lado.
-Cu-Cuatro… yo… ¿Dónde estoy?... ¿Qué pasó?
-Cálmate, Alex, estás bien, vamos en camino al hospital Alchemilla, un bote de carreras, que iba dirigido por unos chicos borrachos se estamparon contra ustedes, el bote se destruyó, tu padre y los demás de la Comisaría llegaron al instante.
-¿Y Josh?... ¿Dónde está Josh? ¿No viene en esta ambulancia?
Alex se asustó al no ver su hermano, sin embargo, el paramédico puso un semblante triste, le desvió la mirada, y miró al piso de la ambulancia.
-¿Qué le pasó a mi hermano?... ¡¿DÓNDE ESTÁ MI HERMANITO?!
Alex comenzó a reclamar, el paramédico le vio con una cara triste.
-Al joven Joshua… se hallaba del lado donde se originó el impacto, él… recibió el golpe en seco, inmediatamente su cuello se rompió… Joshua murió instantáneamente… además de que recibió más golpes de muerte.
El paramédico se apartó un poco, para que Alex pudiera mirar la camilla adyacente a la suya, Alex abrió los ojos de sobremanera, su garganta se secó y su frente se perló; rápidamente sus ojos se humedecieron, no pudo moverse ni decir nadad, solo podía ver el cadáver cubierto con una manta blanca, de Josh.
-¿Josh?... ¡Josh! ¡Hermanito, no te puedes morir! ¡No, aún no! ¡Todo fue mi culpa, si no me hubiera dormido! ¡Josh, despierta, no puedes morir, NO DEBES MORIR!
Alex estaba alterado, comenzó a patalear y a manosear, tratando de acercarse al cuerpo inerte de su hermano. Entre el jaloneo que Alex tenía con los paramédicos, el suero intravenoso se desprendió del brazo del joven. Esto provocó dolor en el Shepherd, lo que hizo que se agarrara el mismo momento que aprovecharon para aplicar una inyección con tranquilizante en el mismo brazo de Alex, este lentamente se quedó dormido. A unos cuantos minutos de llegar al hospital.
Habían pasado ya cuatro días desde el accidente en el Lago Toluca, el lago aún permanecía cerrado, el caso de los chicos ebrios aún permanecía abierto, en la comisaría solo habían logrado capturar a dos de cinco chicos que iban en el bote de carreras; mientras tanto, en el cementerio Rose Heights, se llevaba a cabo el funeral del pequeño Josh. Toda la familia Shepherd se hallaba en el mausoleo familiar, junto con las otras familias fundadoras, de entre tanta desdicha y tristeza, solo una a persona le cubría una gran aura oscura de tristeza y pesar, Alex ya no podía seguir llorando, en su rostro se veían lo que habían sido los caminos de sus ríos de lágrimas, sus ojos estaban rojos brillantes, en ellos habían grandes ojeras, dándoles un aspecto mortífero; su piel estaba pálida y en su semblante de veía una gran tristeza y un poco de molestia.
Al ver como el ataúd de su pequeño hermano era colocado dentro de la tierra, no pudo soportarlo más, dio un gran grito que rompió el silencio que había en el ambiente. Lillian, que podía entender el dolor de su hijo y su forma de demostrarlo, solo acercó para consolarlo, Adam, que también estaba triste, también entendía el dolor de su hijo mayor, pero era más su deseo de aparentar, que solo desvió la mirada de Alex y miró al cielo, sin mostrar un una sola pizca de dolor ni tristeza.
A Alex no le sirvió su válvula de escape, aún sentía esa presión que se ejercía en su pecho, solo pudo hallar una forma de escapar al dolor que sentía en ese momento, que era “ese” exactamente, el huir de allí, sin tardío ni perezoso, echó a correr a lo profundo del cementerio, hasta que, sin saber cuándo, llegó al bosque, a las orillas del Lago Toluca, una vez allí se dejó caer en rodillas, manchando el pantalón del traje negro que usaba, con el barro de la playa; comenzando a llorar. Sin poder controlarse, se tallaba los ojos, eso hasta que algo golpeó sus rodillas suavemente. Sorprendido, miró que era lo que le había.
-Alex, llegas tarde.
Alex sorprendido, debido a la voz, miró el objeto que había golpeado su rodilla, asombrado, pudo observar una lámpara de papel.
-E-Es-Esto es…
Alex volteó al origen de la voz, sus ojos se cristalizaron, temblorosos, no podía moverse, se sentía pesado.
-Dijiste que nos veríamos en la tarde para que me enseñaras a nadar… llegas tarde.
Josh se hallaba parado en la orilla del lago, con su clásica ropa, una bermuda verde con una playera naranja. Estaba cruzado de brazos y haciendo un puchero infantil. Alex no podía creer lo que sus ojos veían, por un momento hasta pensó que podría ser una ilusión de su mente, eso hasta que sintió, como Josh le pateaba un poco de barro de la orilla al rostro de Alex, Alex desvió la cara, sonriendo un poco, volteó a ver a Josh con una sonrisa inocente.
-¿Y bien…?
-Vamos a iniciar con tus clases.