-¿Cómo te sientes hoy? Te veo muy sonriente-alagó la psicóloga a un risueño Sungmin.
-Anoche volví a acostarme con Kyu- comentó orgulloso el cantante.
-¿Has vuelto a recuperar el apetito sexual?
-Sí, poco a poco me siento menos cansado.
-Eso es que vamos por buen camino, pero aún hay mucho en lo que trabajar. Me gustaría hablar de tu ex mujer, ¿te sientes preparado?
El semblante del hombre se transformó a uno de tristeza, siendo envuelto en una nube de incomodidad.
-¿Es necesario?-preguntó esperanzado en que la respuesta fuese una negativa.
-Sólo si piensas que lo es, aunque si no fuese un tema difícil no te supondría tanto esfuerzo hablar de ello.
-Es una etapa de mi vida que prefiero olvidar.
-¿Por qué?-preguntó la profesional anotando cada gesto de Sungmin.
-Fue una época difícil.
-¿En qué punto estaba tu relación con Kyuhyun? ¿Cómo se tomó él la boda?
Por la expresión del cantante notó que había dado en el punto clave.
-Se sintió traicionado, aunque no fue que lo dejase de la noche a la mañana. Habíamos tenido fuertes peleas desde hacía un año atrás. Al principio encontré consuelo en Saeun pero luego creí sentir algo por ella. Y digo creí porque sólo me estaba engañando, yo seguía queriendo a Kyu pero no era lo que quería para mí.
La psicóloga trató de comprender eso último.
-Dices que querías a Kyuhyun pero que no era lo que querías para ti.
Sungmin esquivaba la mirada de la profesional, se sentía juzgado y temía echarse a llorar por la presión de volver a rememorar aquello.
-Siempre quise formar una familia tradicional, con una mujer y tener hijos. Simplemente Kyuhyun no encajaba en esa ecuación. Fue un momento muy duro en el que tuve que escoger entre dos cosas importantes: formar una familia o conservar a Kyu.
-¿Qué era Saeun para ti?
-Una amiga…un vehículo para ser padre… No es que lo viese así en su momento, pero observándolo desde la distancia me doy cuenta de que jamás la quise. Disfruté estar a su lado, el sexo no era fantástico como el que estaba acostumbrado pero pensé que era porque hacía mucho que no lo hacía con una chica y me tenía que volver a acostumbrar.
-¿Cómo fue que tomaste la decisión de dejar a Kyuhyun?
-Aún me duele recordarlo. Fueron meses en los que estuve pensando que hacer con mi relación, es por eso que peleábamos constantemente, él se daba cuenta de que estaba más frío de lo normal. Cuando decidí escoger ser padre y dejarlo recuerdo que fue una decisión tan dura que incluso vomité de los nervios los días previos a la ruptura. Es raro porque recuerdo la ruptura como pasajes confusos pero con nítidas imágenes; no sé qué le dije, pero tengo grabado a fuego su rostro contraído por el dolor, el cómo me suplicaba que siguiese a su lado, que cambiaría. Cada noche lo escuchaba llorar, lo que él no sabía es que yo también lo hacía a escondidas.
-¿Cuándo empezaste a salir con Saeun?-la mujer no perdía detalle de la explicación, Sungmin cada vez se abría con más facilidad.
-Nunca engañé a Kyuhyun, nunca. Sabía que ella estaba enamorada de mí pero nada más. Cuando dejé a Kyu ella estuvo a mi lado y yo simplemente me dejé querer. Es… sé que suena egoísta y de cabrón manipulador- suspiró sobándose el pelo- pero en ese momento pensé que era lo correcto.
-Si así lo creías no hay razón para lamentarse, ¿no?
-Hice mucho daño a Kyu, ni siquiera fue a la boda… Esto es difícil-dejó su explicación al ver como se le aguaban los ojos.
-Sungmin, ha pasado una década de eso, ya nadie te culpa excepto tú mismo. No dejes que algo que pasó hace tanto siga afectándote a ti y a tu relación. Eres un hombre fuerte y Kyuhyun está a tu lado apoyándote incondicionalmente.
-Eso es lo que me duele-dijo con la voz trémula por las lágrimas- me duele ver que él siempre ha estado para mí y yo sólo le he fallado, y lo sigo haciendo.
-¿En qué le estás fallando en este momento?-preguntó con voz tranquilizadora la mujer.
-Aún le culpo de no poder ser padre por estar con él.
-Probaste a tener una relación con una chica y tener un hijo, pero no funcionó porque seguías enamorado de Kyuhyun. Ya sabías que con él no tenías la oportunidad de ser padre y aún así decidisteis retomar vuestra relación. Ahora, al ver a tus compañeros teniendo hijos vuelves a sentir esa presión de elegir entre ser padre o estar con tu pareja, ¿me equivoco?
Sungmin negó vehementemente mientras se secaba las lágrimas.
-Vuelvo a culparle, a sentirme un fracaso porque lo que más quería en la vida lo perdí por enamorarme de la persona equivocada. Yo… ¡JODER! Parece que odie estar con Kyu, no es eso, es que es un hombre y eso lo hace todo más difícil. Ojalá pudiésemos elegir de quién nos enamoramos.
-Entonces los psicólogos estaríamos en la ruina-bromeó la mujer para sacarle una sonrisa-¿Crees haber barajado todas las alternativas?
El cantante la miró cansado.
-¿Es que acaso hay más opciones? Kyuhyun no quiere ser padre y para serlo tendría que irme a la otra punta del mundo.
-Creo que hay una opción intermedia, no sé si lo habrás pensado o no pero es una buena forma de satisfacer tus instintos paternales sin renunciar a tu pareja.- Sungmin se incorporó en su asiento expectante por lo que fuese a decir la psicóloga- ¿Has pensado en tener mascotas?
El cantante la miró ofendido.
-¿Estás comparando un hijo con un animal de compañía?
-No es eso, no estoy equiparando un hijo con un perro pero a nivel emocional es lo mismo. Te explico: un cachorro necesita cuidados intensivos, será dependiente y necesitará tus cuidados ya que no se criaría con la madre. Cuando vaya creciendo será más travieso y juguetón, como un niño de cinco años. Lo que quiero decir es que el cuidar a un animal no es tarea sencilla, un perro puede necesitar salir a la calle de tres a cinco veces, son mascotas más apegadas a sus dueños que los gatos, por ejemplo. Sentirás que una criatura depende de ti y que te lo agradecerá dándote todo su cariño. Por si estás interesado, conozco una asociación donde recogen a perros que no tienen donde quedarse y les buscan una familia. Puedes cuidarlo hasta que encuentre una familia definitiva o adoptarlo.
-Yo nunca había pensado en tener un perro, pero la verdad es que tengo un par de amigos que hablan de sus perros como si fuesen sus hijos y dicen que ellos no necesitan más.-dijo pensando en el EunHae.
La mujer le sonrió asintiendo con la cabeza.
-Le estarás dando la oportunidad a un perro cuyo destino sea posiblemente morir sacrificado por falta de recursos de la asociación. Es triste pero tienen que hacerlo para acoger a tantos animales.
Sungmin pareció horrorizado por aquello.
-¿Matan a unos para que entren otros nuevos?
-Si en un tiempo no encuentra nadie que los quiera no tienen más remedio que hacerlo. Es eso o dejarles morir de hambre porque la gente no colabora.
-Es una crueldad…
-Te animo a que lo pienses, háblalo con Kyuhyun a ver qué opina él, quizás la solución es más sencilla de lo que parece. Dándole amor a una mascota te sientes de verdad muy completo. Yo te doy ideas, tú verás si te compensa.
-Por hablarlo con Kyu no pierdo nada, pero con lo dejado que es seguro que pasa del perro o le hace alguna jugarreta de las suyas para molestar al animal.
-Te quejabas de que era inmaduro en ocasiones, ¿no? El que tenga la obligación de cuidar a otro ser vivo que no sea él, que tenga que sacarlo a pasear, recoger sus excrementos, estar pendiente de que siempre tenga agua y comida, jugar con él, etc le hará asumir responsabilidades y, por tanto, madurar.
Aquella idea que le había parecido ridícula en un principio comenzó a ser atractiva a ojos del bunny.
Repasó con sus dígitos los protuberantes senos de la chica, que jadeaba en su oído mientras le besaba el cuello. Ascendió con su mano izquierda por el muslo derecho de ella, subiéndole la falda para que fuesen más cómodas las embestidas. La espalda de la chica golpeaba la pared al ritmo de sus estocadas, mordiéndose los sonrosados labios para ahogar los gemidos que podría dejarlos al descubierto. Llevaban tiempo tonteando pero aquello había pasado demasiado rápido. Se sentía miserable por estar siendo infiel pero tampoco podía decir que hubiese sido muy difícil de convencer para acabar tal y como estaban en ese momento. Golpeaba con fuerza el interior de la chica, sintiendo los negros mechones de su flequillo pegados en la frente por el sudor. Estaba a punto de alcanzar el clímax, sus estocadas eran todo lo rápidas que su cansado cuerpo le permitía. Apoyó su cabeza en el hombro de ella cuando sintió correrse. Era una sensación extraña, mezcla del placer del momento y de la culpabilidad. A pesar de ser consciente de lo amarga que había sido su experiencia sabía que acababa de entrar en un círculo vicioso de sexo hetero e infidelidad que le iba a acabar llevando al borde la locura.
