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The last man standing ! Parte 2 por Karmilla46664

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Notas del capitulo:

En este capítulo no hay ni Yewook ni KiRy (no me matéis)

Hay un personaje nuevo, no tendrá protagonismo pero es importante para la historia del KangTeuk, espero que no os moleste.

-¿En serio no hay vuelta atrás?

Hangeng conducía con una expresión que parecía que iba a visitar a su verdugo, aunque no es que estuviese muy equivocado.

-No seas tan dramático, además, Han Chè tiene que conocer a sus abuelos.

El pequeño se removía inquieto en el asiento trasero, pegándole algunas patadas al asiento del conductor.

-Sabes que me cobraré esto con intereses, ¿verdad?

-Si pretendías amenazarme, no me asustas-se burló Heechul sacándole la lengua.-Vamos, será divertido. Además, ya he advertido a omma que controle a mi appa.

-Eso me deja mucho más tranquilo-ironizó el chino.

Aparcaron en la entrada de la antigua casa de Heechul.

-Ya hemos llegado, bebé-le dijo el mayor a su pequeño, que abrazó su peluche de Olaf y salió corriendo del coche.

-Por si estos son mis últimos instantes con vida, quiero decirte que te quiero y que espero que cuides de Han Chè- bromeó el chino simulando que se ahorcaba.

-Deja de hacer el payaso. Estás muy guapo-dijo el coreano arreglándole la corbata.- ¿Estás bien?-preguntó al ver como su omma salía de la casa y corría hacia ellos.

-Pregúntamelo dentro de dos horas.

-¡Ah, mi HeeHee ha venido a verme!-la mujer abrazaba a su hijo casi asfixiándolo.

-Omma, omma suéltame, ¡ommaaaaaa!-chillaba entre los brazos de aquella mujer.

-Si has venido con tu namchin*-sonrió con picardía.

(Namchin* significa novio en coreano)

-Me alegro de verla, señora Kim.

-¡Aigo, dale un abrazo a la ajhumma, hace mucho que no te veo!

Hangeng la abrazó, agradeciendo la calurosa bienvenida de su suegra.

-Omma, te presento a mi pequeño Han Chè.

-Encantado de conocerla, abuela-los traviesos mechones de su flequillo caían sobre sus sonrojadas mejillas. Apretaba con fuerza el peluche y mantenía la mirada baja, en espera de alguna reacción por parte de la señora.

-¡Kiowo! Pero si eres muy lindo.-la mujer se percató del vestido del pequeño, y miró a los padres en busca de alguna explicación.

-Le gusta vestirse de chica desde que era pequeño-aclaró Hangeng.

-¿Quieres que la abuela te cosa un vestido para ti?-preguntó emocionada la mujer.

El pequeño la miró con los ojos brillantes de felicidad. Saltó a sus brazos y le besó la mejilla.

-Gracias, abuela.

-Chè, ten cuidado-le regañó el padre al ver como se tiraba a los brazos de la mujer.

-Ya habéis llegado.

Aquella voz hizo tensarse al chino.

-Hola, appa-saludó el coreano al anciano.

-Veo que has traído al chino.

Hangeng lucía una sonrisa tensa.

-Me alegro volver a verle, señor Kim.

-No mientas. Sé que esto te agrada tan poco como a mí-aseguró su suegro, dejándolo con la mano suspendida en el aire a la espera a recibir un saludo.

-Appa, este es Han Chè, mi hijo.

Aunque la voz de Heechul era aparentemente dulce, el chino le conocía lo suficientemente bien como para saber que también estaba a la defensiva.

-¿Es un niño? ¿Y por qué viste de chica? ¿Qué clase de educación le estás dando a tu hijo, Hankyung?

-Dejo que se exprese como a él le guste. No veo que hay de malo en que se vista como quiera.

-¿Es que acaso quieres condenar a tu hijo a ser la burla de todos? No tiene bastante con ser chino como para que encima tenga complejo de niña.

-Muy bien, ya es hora de que entremos en casa-interrumpió la señora, llevándose dentro a su recién estrenado nieto.

-Por favor, no montes ningún espectáculo estando Han Chè-pidió Heechul encarándole.

-No creo que esté siendo cruel, solo soy realista. Eso no es más que un capricho, luego madurará.

-Te aseguro que con cuatro años es más maduro que tú-le contraatacó de nuevo el coreano.

Hangeng le sostenía la venenosa mirada a su suegro.

-He traído vino-informó el chino, luchando con su instinto asesino.

-Espero que no esté envenenado. ¿De dónde es? Para qué preguntaré…-dijo mirando la etiqueta.

-Es de los mejores vinos de China.

-Ni siquiera sabía que en China hicieseis vino.

-Ya está bien, me aburrís. Omma nos está esperando para comer, así que fingid que os lleváis bien, aunque sea por ella.-se quejó Heechul.

El silencio que imperaba en la mesa era agobiante. Sólo se escuchaban los cubiertos, y alguna que otra tos por parte de la ajhumma cuando veía las miradas de su marido.

-¿Hankyung, te gusta la comida?-preguntó la amable señora.-Es kimchi.

-Omma, ya sabe que es kimchi, lleva viviendo en Corea desde su adolescencia.

-Está delicioso, sabe mucho mejor que en los restaurantes.

-Hangeng cocina-anunció Heechul-Siempre ha sido muy bueno, su especialidad es el arroz frito chino.

-¡Qué casualidad!

-Appa…-le advirtió el coreano.

-Qué, ¿no es verdad? Ha tenido cuatro años para practicar.

-¿Qué quieres decir con eso?-Hangeng estaba que echaba chispas.

-Lo que todos sabemos, que dejaste a mi hijo para irte con una china. Y encima tienes la vergüenza de volver cuatro años después con un hijo. Puede que Heechul esté tan enamorado que no se dé cuenta, pero te tengo calado.

-Por favor, comamos tranquilamente-pedía la señora.

-Y mira como ha salido el hijo…

-Puedes decir lo que quieras de mí, pero no metas a mi hijo en esto-explotó el chino.

-Sólo eres un ilegal que viene a aprovecharse del buen corazón de mi hijo.

Hangeng no pudo aguantar más. Cogió la mano de su hijo, agradeció a la ajhumma su hospitalidad y se marchó dando un portazo.

-Estarás contento-se quejó la mujer.

-¿Es que no os dais cuenta? Lo único que hace es huir cada vez que tiene un cierto compromiso, justo como ahora.

-Estoy harto de que no me aceptes. Soy gay, ¿vale? Ha sido obvio desde que tenía cinco años. Hangeng es mi pareja y quiero a Chè como a mi hijo. Soy un adulto y me estoy empezando a cansar de tu actitud.

-Sólo digo que acabará dejándote de nuevo, ¡ni que fuese la primera vez!

-Muy bien, me voy antes de montar un espectáculo. Gracias por darnos la comida.

El coreano se despidió de su madre y salió de la casa, encontrándose a sus chicos metidos en el coche. Llamó a la ventanilla, y le dedicó una sonrisa tranquilizadora a Hangeng cuando abrió la puerta.

-Lo siento, he intentado de verdad controlarme, pero si meten a Han Chè…

-Hannie, no te estoy reprochando nada, has actuado con dignidad.-se giró en el asiento para observar al pequeño, que parecía un poco asustado- No te preocupes, cariño, el abuelo es muy gruñón pero te quiere-le dio un beso en la frente a su hijo.

-Me siento mal por tu madre, sé que está mal del corazón y lo único que he hecho ha sido darle un disgusto.-Hangeng se martirizaba por lo ocurrido en casa de sus suegros, aunque su actitud estuviese más que justificada.

-Omma es fuerte, y sabe lidiar con los berrinches de appa… y con los míos-dijo, regalándole una hermosa sonrisa.-Prometo no arrastrarte a ninguna otra comida familiar. Sólo pensé que las cosas habían cambiado. No es que le agradaras mucho cuando estábamos en Super Junior, al fin y al cabo sólo eres un “chino ilegal” según él: pero desde que se enteró de lo nuestro y todo lo que hemos pasado… Para él sólo eres el chino que me abandonó dos veces.

Hangeng conducía nervioso.

-La primera vez no tenía nada que ver con nuestra relación, demandé a la SM y me tuve que ir. Y la segunda vez puede que fuese mi culpa al querer ocuparme yo sólo de todo, pero para mí ha merecido la pena estos años alejados-dijo echando una ojeada a su hijo por el retrovisor.

Al coreano recordar eso le hacía daño pero ahora se sentía seguro, sabía que no volvería a dejarle, ¡incluso tenían un hijo! Pero era inevitable que las palabras de su padre le martilleasen el cerebro. ¿Cómo podía estar seguro de que no lo volvería a dejar? Aunque no quisiese, esas palabras le habían herido.

 

 

 

-¿Cómo te sientes?

-Cansado-fue la escueta respuesta de Sungmin. Estaba desaliñado, con ojeras y una expresión sombría: estaba desparramado en la silla como si fuese a echarse a dormir.

La psicóloga esperó alguna respuesta más pero, al ver la cara de aversión del artista desistió.

-¿De qué estás cansado?

El hombre resopló.

-Estoy cansado de mi trabajo, de que Kyuhyun me trate como si fuese un crío, estoy cansado del mundo. Sólo me apetece estar en mi cama, cubierto por las gruesas sábanas, como si me protegiesen.

-¿Te sientes inseguro?

-No, sólo cansado.

La psicóloga apuntó algo en su libreta, cosa que no agradó a Sungmin. Odiaba a los psicólogos justo por eso, porque se sentía juzgado.

-¿Qué hay de Kyuhyun?

-Últimamente está demasiado encima de mí, justo ahora que necesito mi espacio.

-¿Habéis discutido? Me dijo que habías venido obligado.

Sungmin hizo una mueca de antipatía.

-No se lo tome a mal, pero esto es una pérdida de tiempo: sólo estoy cansado, llevo en la industria del entretenimiento 20 años, más los años de trainee. A Kyuhyun le encanta sacar las cosas de quicio.

-¿Hay algo que me quieras contar?

-¿Te pago para contarte mi rutina?

-Me pagas para que te ayude a solucionar tus problemas.-la expresión de la profesional era totalmente neutra, dejando en evidencia que la actitud agria de Sungmin no le afectaba.

-No hay nada que contar.

-Estupendo.-el cantante se cruzó de brazos y se acomodó más en el asiento, siendo imitado por la psicóloga.-Aún te quedan veinte minutos, ¿quieres té, café?-ofreció la mujer.

-Café, por favor.

Los últimos veinte minutos se los pasaron en completo silencio, bebiendo café.

-He perdido una hora de mi vida, ha sido una completa pérdida de tiempo.

Sungmin estaba más que cabreado por haber sido arrastrado a la psicóloga y encima haber pagado sólo para tomar un café y que le preguntase cómo estaba. Se sentía furioso y estafado.

-Minnie, ella sabe lo que hace.

-Sí que lo sabe… Se tira una hora observándome y apuntando cosas en su libreta mientras tomamos café.

-Vamos a hacer un trato: irás a cinco sesiones, si después de eso sigues sintiéndote igual, prometo dejar el tema- el maknae estaba desesperado, jamás había visto a su pareja tan apático como entonces.

-¿Y quién pagará esa pérdida de tiempo?

-Lo pagaré yo. Sólo quiero que reflexiones y no hagas ninguna locura.

Sungmin lo miró entre sorprendido y enfadado.

-¿Qué coño piensas que voy a hacer, ahogarme con la almohada? En serio, eres un exagerado.

-Me refiero a tu trabajo. No lo dejes, no todavía. Trabaja con la psicóloga esto, seguro que reavivas la ilusión por el mundo del espectáculo. Lo único que te pido es que no dejes el programa, ni nada por el estilo.

El mayor suspiró abatido.

-Si no te quisiese tanto juro que te abofeteaba.

-Ni que fuese la primera vez-bromeó Kyuhyun recordando el puñetazo que le pegó su hyung cuando sintió celos de Yesung.

Le cogió la mano, dejando sorprendido a Sungmin. Era una simple caricia, un poco de skinship, pero se sentía tan bien… Kyuhyun era lo único que le mantenía en pie, sin sus besos, sus palabras de aliento y sin que estuviese encima suya, probablemente se hubiese atrincherado en su habitación y no hubiera salido nada más que para comer.

-Te quiero-fue un susurro pero por la sonrisa del menor supo que le había escuchado. Aquellos efímeros momentos, tan pequeños pero valiosos eran los que le hacían tener fuerzas para levantarse por las mañanas.

 

 

-Ya que todos se conocen, podemos empezar con la primera lección: hoy vamos a hablar sobre las discusiones de pareja. Para ello, debemos de tener en cuenta unas cuantas claves para que el matrimonio sea un rio de aguas cristalinas, no uno turbulento- Siwon bebía de cada palabra que decía el párroco, mientras ZhouMi vigilaba al homófobo de enfrente de su asiento- Primero: Nunca se enfaden los dos al mismo tiempo. Sé que suena complicado, pero si ambos se dejan llevar por la ira, el problema se hará mayor. ¿Alguien se atreve a darnos un ejemplo?

-Mi pareja y yo llevamos doce años juntos, tres casados. Normalmente no discutimos, ambos sabemos mantener la calma. Pero una vez…

Al chino le aburría sobremanera ver a esa chica de unos veinte tantos años hablando sobre sus problemas estúpidos ¿A eso le llamaban problemas? No sabían las discusiones, los celos y el sexo rudo que tenía con Siwon. Porque el coreano podía ser muy cristiano, pero le gustaba tanto como a él el dejarse llevar por los instintos más bajos, y a él también le gustaba llevar las cosas al límite. Podía ser el pasivo, pero eso no le convertía en menos hombre o delicado, por eso le gustaba el sexo sin preparación, incluso con unas cuantas cachetadas: le ponía ver a San Siwon sacando su lado salvaje sólo para él. Sí, era celoso, ambos lo eran, pero formaba parte del juego; era divertido, les sacaba de la rutina, y el sexo era mejor cuando querían marcar al otro como suyo. Al ver aquellas jóvenes parejas (sin contar al homófobo y a la sumisa de su esposa) le sacaba de quicio, parecían sacados de una postal del “buen cristiano”. Aquellas muchachas de miradas dulces, aquellos chicos que se les veían llenos de ilusión con su recién estrenado matrimonio. Era increíble como Siwon le había arrastrado a aquel círculo de matrimonios heterosexuales perfectos, al lado suya eran una pareja abocada al infierno.

-Muy buena historia, me alegro que todo se solucionase apaciblemente. El segundo consejo es “nunca se griten el uno al otro a menos que la casa esté en llamas”. Como hemos dicho antes, hay que actuar con sensatez y calma, los gritos sólo se deben usar en caso de emergencia.

“Sí, y cuando estás pidiendo a tu pareja que te dé más duro”, pensó para sí mismo ZhouMi. Ya que aquello iba a ser  aburrido, al menos se divertiría con sus pensamientos contrarios a la palabra del cura.

-“Si uno de los dos tiene que vencer en una discusión, deja que el otro sea ganador”. El saber perdonar y reconocer nuestros errores con humildad es crucial para un buen matrimonio. Si siempre creemos llevar la razón, la discusión no se terminará y nos cegará el orgullo. Cuarto consejo: si tienes que criticar, hazlo con amor.

-Já!-la risa sarcástica de ZhouMi hizo que todas las miradas se posasen en él- Perdón, continúe, padre.

-No, por favor, da tu opinión.

El chino suspiró. Sabía que debían ser discretos y llamar la atención lo menos posible pero no había podido contenerse.

-¿Cómo vas a criticar a tu pareja con amor? Es decir, estáis en una discusión, os estáis diciendo cosas feas y echándoos en cara cosas, ¿cómo pretende que le diga algo amorosamente cuando tengo ganas de estrangularlo?-las miradas de terror hizo caer en su error- No literalmente, claro, yo amo a… su hermana-soltó una risita aguda cuando se cruzó con la desconcertada mirada del actor.

-Entiendo. Es normal que cueste, pero hay que trabajar la ira, no podemos decir lo primero que se nos pase por la cabeza sin pensar en los sentimientos de nuestra pareja. ZhouMi, Siwon, interpretad a una pareja que está discutiendo: quiero que os imaginéis que sois vosotros.-el cura miró a la pareja esperando que actuasen.

-¿Por qué nos peleamos?-preguntó Siwon que ya se estaba metiendo en el papel.

-ZhouMi, imagina que Siwon es tu pareja y tienes la sospecha de que es infiel, ¿cómo reaccionarías?

¿El párroco se estaba burlando de ellos o quería dejarlos en evidencia delante del resto? No estaba siendo nada discreto, y eso preocupaba al menor.

-¿Has vuelto a quedar con Kibum?- Siwon lo miró asombrado, aunque rápidamente volvió a meterse en el papel. Ya sabía lo que estaba haciendo el chino, estaba reviviendo una discusión pasada.

-Sólo hemos quedado para tomar café y hablar de nuestros trabajos.

-Pasas mucho tiempo con él. ¿Es que no quieres que hagamos cosas juntos?

-Es mi amigo, y desde que Hangeng volvió a Corea, apenas salgo.

-¿Soy insuficiente para ti? ¿Te aburro?

Ahora que lo estaban interpretando ZhouMi se daba cuenta de lo ridículo que sonaba cuando estaba celoso.

-No me aburres, Mimi, sólo que no tengo contacto con los chicos y Kibum es el único que está en China.

-Muy bien, pues voy a llamar a Henry. ¿Mochi? Hola, cariño, ¿cómo estás? ¿Quieres tomar algo?...Sí, en donde siempre. Nos vemos.

-¿Vas a quedar con Henry?

ZhouMi no soportó más y comenzó a reírse escandalosamente, dejando anonadados a todos. ¿Así era como se veía desde fuera los numeritos que montaban? Si el cura supiese como acababan esas discusiones…

-Muy buena interpretación, se nota que está cargada de sentimiento. Ahora analicemos que está mal. ¿Alguien?

Una de las esposas levantó la mano.

-ZhouMi desconfía de Siwon sin tener motivos.

-Y le paga con la misma moneda mostrándose cariñoso con otros-añadió uno de los maridos jóvenes.

-Le grita y se deja llevar por el orgullo en vez de ser comprensivo-dijo otro.

-Y, ¿cómo actuaría un buen esposo?-volvió a preguntar el cura.

-Se detendría a escuchar los motivos de la pareja para lograr entenderla en vez de dejarse llevar ciegamente por los celos.

-Exacto, hay que saber escuchar y entender a la pareja, el orgullo sólo alimenta el dolor. Gracias por vuestra interpretación-les sonrió el párroco.

El anciano siguió dando consejos sobre discusiones y la importancia de ser humilde. ZhouMi aún no sabía cómo iba a ayudar esas charlas a Siwon con su problema de impotencia.

 

 

-Hoy tenemos cita con la funcionaria que llevará nuestro caso de adopción. He limpiado la casa de arriba abajo, me he asegurado de que todo esté en su sitio, que la ropa esté bien planchada y clasificada, que haya suficiente comida y bebida para que no piense que somos unos malos padres que no se interesan por la alimentación de su hijo. He comprobado varias veces si el gas estaba cerrado, o si había alguna avería en el baño. El problema de humedad en la pared lo solucioné ayer y la basura la saqué antes. ¿Falta algo?

-Sí, que te tranquilices. Jungsoo, no puedes mostrarte tan ansioso o la asustarás.

-Lo siento, sólo quiero que todo sea perfecto.

-Y lo es, tú siempre te encargas de que todo esté impoluto, incluso que los cuadros estén perfectamente alineados. Eres increíble pero, como sigas sudando por los nervios tendrás que cambiarte de camisa-le reprochó con ternura KangIn.

-Mierda. Es la segunda vez que me ducho hoy ¿Por qué hace tanto calor en este país? Mírame, ¿estoy presentable?-preguntó dando una vuelta sobre sí mismo.

-Estás guapísimo-aseguró el menor besándole los labios.

-Tú también, aunque deberías de ponerte traje, es más formal.

-Pero no estaría cómodo. Se supone que debemos ser naturales no lucir como si nos hubiesen sacado de un desfile. Tenemos que ser nosotros mismo, espontáneos, sino se dará cuenta de que fingimos y pensará que ocultamos algo.

-Pero somos gays, Youngwoon, eso ya es un punto en nuestra contra, tenemos que mostrar la mejor versión de nosotros mismos-el líder estaba histérico. Si estuviera delante de los chicos actuaría como el hyung maduro que tiene todo bajo control, pero con KangIn podía darse el lujo de ser un histérico.

Ding dong.

La cara de pánico de Jungsoo le hizo gracia: él también estaba asustado, no sabía a qué se enfrentarían ni si serían capaces de comunicarse bien dado la barrera lingüística, pero debía ser fuerte por el mayor. Abrió la puerta y le dedicó una cálida sonrisa a la chica que estaba en la puerta mirándole embobada. Leeteuk se acercó a ella e intentó decirle que entrase en un español dudoso.

-Anniong-haseyo-saludó la chica con una efusiva reverencia. La pareja se miró sin creer su suerte-Soy Carmen, vuestra asesora de adopción. Me han encargado a mí aprovechando mis conocimientos de coreano. Já, y decían que no me iba a servir para nada. Soy psicóloga, pero trabajo en recursos humanos. Y, bueno, creo que yo ya me he presentado.

La chica lucía entre tímida y nerviosa/histérica. Era unos diez años más joven que ellos y se veía muy despistada.

-Lo siento, somos unos maleducados. Soy Park Jungsoo y este es mi compañero Kim Youngwoon.

-Encantada-dijo dándole dos besos a un desconcertado KangIn- Oh, mianhe, soy una maleducada oppa-dijo inclinándose repetidas veces. Desde luego aquella chica era de lo más rarita.

-¿Le apetece tomar algo?-la funcionaria sonrió al servicial Jungsoo y negó tímidamente.

-Relajaos, que conmigo está todo bien. Cuando mi jefe me dijo que se trataba de una pareja gay me ofrecí voluntaria pero, cuando dijo que eran coreanos casi le supliqué para que me diese la oportunidad. Obviamente aceptó porque soy la única que habla coreano. Pero jamás pensé en que quién me abriese la puerta fuesen KangIn y Leeteuk-dio un chillido histérico-Soy shipper del KangTeuk, sabía que era real.

Leeteuk estaba asustado y KangIn molesto por la chiflada que les había tocado.

-Si no le importa, ¿podríamos pasar a hablar de los trámites?-pidió el menor impacientándose.

Después de mirarlo extasiada, comenzó a buscar en su desordenada carpeta unos papeles que le entregó a la pareja.

-No sé si los he traducido bien, hace años que no practico. De todas formas, os lo explicaré. Lo tenéis jodido. Para adoptar tenéis que ser españoles o llevar viviendo un mínimo de cinco años en el país. Además, les darán prioridad a las parejas heterosexuales o madres solteras. Mi superior me informó de que queríais adoptar internacionalmente. Los trámites no son los mismos, piden más requisitos. ¿De qué país queréis adoptar al niño?

-De Corea, y queremos una niña-contestó Leeteuk inmediatamente.

-Hol*, eso es algo positivo-les animó la chica- Para adoptar a un niño de otro país, uno de los estrictos requisitos es que la pareja se hospede en ese país en un periodo de entre 4 meses y un año para que se adapten a la cultura de su hijo. El que seáis coreanos es un punto a favor, pudiendo saltarse esa parte ya que conocéis la cultura del adoptado.

(Hol*: expresión para denotar sorpresa coloquialmente)

-Pero, aunque por esa parte jugamos con ventaja, ¿qué pasa con que no seamos de España o no llevemos cinco años viviendo aquí?-preguntó KangIn.

-Burocracia, papeleo. La forma más sencilla es consiguiendo la nacionalidad española, pero ni siquiera habláis nuestro idioma-dijo poniendo un puchero-Por ser vosotros puedo mover unos hilos. Sois famosos, eso siempre os da ventaja. Si llevamos este caso internacionalmente, vosotros tendréis fácilmente a vuestro hijo y España tendrá una imagen de país tolerante con las minorías, en este caso homosexuales y asiáticos-de nuevo esa chispa fujoshi pasó por los ojos de la joven, que miraba a KangIn con descaro.

-No queremos que sea a nivel internacional-aclaró Leeteuk- No queremos que esto salga de aquí, o si no habrá un escándalo. Youngwoon y yo hace tiempo que dejamos esa vida, ahora sólo queremos ser una anónima familia coreana.

-Aún así la carta de ser famosos es una ventaja. Podemos alegar que en Corea la adopción por parte de homosexuales está prohibida pero no su convivencia en familia, es decir, no podéis adoptar en vuestro país pero sí criar a vuestro hijo allí sin que sufra rechazo. Ahora os dejaré que rellenéis este documento, “Solicitud de declaración de idoneidad para adopción internacional.” Yo os iré traduciendo y vosotros lo copiaréis en español, ¿de acuerdo? Tenéis que marcar con una X la casilla “Adopción internacional”-les explicó señalándoles el sitio.- En Primer Apellido poned Park y Kim, cada uno en su apartado. El Segundo Apellido poned vuestro segundo nombre, es decir, Jung y Young. En el apartado Nombre poned vuestro nombre. DNI/Pasaporte poned el número de vuestro pasaporte-les iba traduciendo cada apartado- Sexo varón. Fecha de nacimiento 1 de Julio de 1983 y 17 de Enero de 1985-la pareja le miró mal y ella se sonrojó-Lo siento, a veces me cuesta encerrar a la ELF que llevo dentro. Estudios, Ocupación actual. Bien, pasemos a los datos de residencia…-Con la ayuda de la funcionaria fueron rellenando el formulario.- En unos días os llamaré para concretar otra cita. Espero que os vaya bien y que lo hagáis mucho. ¿He dicho eso? Mianhe, oppas, sorry sorry sorry…

KangIn puso los ojos en blanco y Leeteuk hizo un gesto como que estaba loca.

-Nos vemos pronto, gracias por todo-se despidió el líder, dándole con la puerta en las narices.

-Que chica más extraña.

-Parece que le gustas-se burló el mayor.

El menor fingió sufrir escalofríos.

-Por chicas como esas cada día estoy más convencido de que soy gay.

 

 

 

-Quiero mi castigo.

Eunhyuk miraba a su pareja que le ponía ojitos de cachorro.

-Sólo fue un comentario en broma, Hae, no te lo tomes tan personal.

-Pero es verdad que te tengo abandonado, por no hablar de mi entrepierna. Cuando compongo el tiempo se me pasa volando y a veces se me olvida que ya no estoy solo. Además, ¿hace cuanto que no lo hacemos?

El mayor se sentía incómodo.

-No es que no me apetezca, por mí no te soltaba en todo el día, es que no quiero que sea tan frío. Es como si quedásemos  en hacerlo y no surja espontáneamente.

-Hmmm, vale. De todas formas esta noche me la tomaré libre, aún me queda media semana para entregar la canción y la llevo muy adelantada. ¿Te apetece ver una película?

No era ningún secreto la obsesión de Donghae con las películas, siempre que podía veía alguna, aunque se supiese los diálogos de memoria.

-Elije una, yo de mientras preparo las palomitas.

Eunhyuk se fue a la cocina seguido de sus mascotas que saltaban en busca de algo que comer.

-¿Vemos Titanic?-escuchó al menor gritarle desde el salón.

-Sí, que tan sólo la hemos visto un millón de veces. A estas alturas debes de interpretar a Jack mejor que Leonardo Dicaprio.-bromeó mientras miraba fijamente la bolsa de palomitas dar vueltas en el microondas.-Además, siempre acabas llorando con el final.

El menor apareció en la cocina con un puchero en sus finos labios.

-Vale, pasamos de Titanic. ¿Vemos “Siempre a tu lado, Hachiko”?

-¿No puede ser una película que no sea lacrimógena?

La expresión de Donghae mutó, como si hubiera tenido la mejor idea de su vida justo cuando el microondas sonó, sacándole una sonrisa al bailarín.

-Podemos ver Nemo.

El mayor aceptó, al fin y al cabo siempre acababan viendo lo que el de Mokpo quería. Muy inocentemente pensó que una película infantil no haría llorar al sensible de su novio, pero estaba equivocado: no sólo hizo que reviviera recuerdos paterno filiares, sino que lloró cuando Doris perdió la memoria, cuando el tiburón vegetariano los quería comer, cuando Nemo se quedó atrapado en el tubo de ventilación, lloró por su aleta pequeña y por lo mal que lo trataba Anchor. Básicamente se pasó media película lloriqueando sobre el hombro de Hyukjae, que se entretenía dándole palomitas a Choco.

-Yah! No llores, Hae, al final se reencuentra con su appa y viven felices.

El menor lo miró con los ojos acuosos.

-Lo pasa tan mal estando solito…

Eunhyuk le acarició el pelo. Adoraba a Donghae justo por eso, por su inocencia y por su sensibilidad: a sus 38 años se seguía emocionando con Buscando a Nemo como si de un drama bélico se tratara. Deslizó su mano por la quijada del menor, acunando su cara entre sus manos, y lo besó con ternura. Los brazos de Donghae le rodearon el cuello y se acercó más a él. El bailarín aprisionaba el fino labio inferior del pececito entre los suyos, sintiendo la suavidad de su tacto. No tardó mucho en que su lengua delinease los labios del menor, que abrió la boca invitando a la lengua de Eunhyuk, que lamió, se enredó y mordió el músculo bucal del Nemo. Bajó sus manos por el torso de Donghae hasta llegar al borde, metiendo sus manos por debajo, intentando abarcar con sus caricias el pecho y tripa del menor. El ambiente se estaba calentando: lo que había comenzado con un inocente beso había degenerado a unos preliminares. Donghae parecía ansioso, le sacó la camiseta casi arrancándosela y se sentó a horcajadas sobre él.

-Hae, al final parece que si te voy a castigar.

El menor saltó ansioso sobre la entrepierna del mayor, que gimió por la fricción.

-Castígame, Hyukie.

Dos simples palabras, una orden, y ya lo tenía ardiendo y deseando de fundirse en él. ¿Cómo podía ser tan tierno y tan excitante a la vez? Se sentía como un pervertido. Le ayudó a quitarse la camiseta y pantalones mientras besaba cada centímetro del níveo cuello del menor, que suspiraba con sus caricias. Donghae se inclinó sobre el pecho de su novio, volviendo a provocar una fricción entre sus miembros; atrapó el lóbulo de la oreja del mayor entre sus labios y comenzó a delinearlo con su lengua, sacando roncos gemidos al mayor que le acariciaba el torso. Su lengua se deslizó hasta el interior de la oreja, repasándolo con la punta de su lengua.

-Estás jugando sucio, Lee Donghae, sabes que es mi punto débil.-dijo con la voz trémula.

-Yo sé de otra cosa que seguro que te gusta más-dijo mirando hacia el bulto de los pantalones del mayor mordiéndose el labio.

Con manos temblorosas le desabrochó el pantalón y se lo bajó hasta los tobillos. Se hincó de rodillas en el suelo y comenzó a estimular con su mano la erección de Eunhyuk por encima del bóxer. Besó el vello que descendía desde su ombligo hasta su hombría mientras le quitaba su ropa interior. Su mano ahora masturbaba a la recién liberada erección del mayor, quién lo miraba con los ojos cargados de lujuria. Como si de un helado se tratase, le dio una lamida desde la base hasta la punta; aprisionó con sus labios la punta, succionando y lamiendo como si de su caramelo favorito se tratara. Hyukjae se sentía en el cielo, nadie se lo había hecho con la boca como Donghae. Harto de hacer figuritas con la lengua, rodeó la erección con sus labios y se la metió lentamente, sin perder detalle de las expresiones de Eunhyuk, quien respiraba agitado con la cabeza apoyada en el respaldo del sillón. Movía su cabeza a un ritmo constante a la vez que le masturbaba la base.

-Hae, para antes de que me corra-suplicó el mayor con la poca voluntad que le quedaba.

El menor se incorporó sonriente, satisfecho con su trabajo, y con los labios brillosos por el pre semen de Hyukjae. El mayor se abalanzó sobre él, dejándolo tumbado en el mueble mientras le quitaba con desesperación los bóxers. Comenzó a bombear el miembro de su amante mientras mordía con delicadeza los pezones del menor, que suspiraba por las caricias recibidas. Se sentía tan bien así que no tenía ni fuerzas para pedirle al mayor que parara de masturbarlo y le preparase. No tardó en sentir tres dedos acariciando sus labios en busca de ser lubricados, por lo que los chupó con energía mientras seguía disfrutando de la lengua de Hyukjae en sus pezones. Sintió el primer dedo entrar muy lentamente, acariciando su entrada con el dígito en busca de hacerle más placentera la experiencia. El segundo dedo no tardó en llegar, esta vez estimulando su entrada con un movimiento como de tijeras. Un tercer dedo entró, simulando embestidas. Una vez que se hubo acostumbrado a los dedos intrusos, el mayor posicionó su miembro, hincándolo lentamente, dejando que el menor se acostumbrara a su miembro.

-¿Me puedo mover?-aunque era una pregunta sonaba como una súplica. Donghae asintió, por lo que comenzó con un suave balanceo.

Aunque era una tortura para él, quería que Donghae se sintiese cómodo para luego acelerar el ritmo. Acarició los marcados huesos de la cintura del menor, y le besó, aumentando el ritmo progresivamente. Buscaba aquel punto que llevaba al paraíso a Donghae, quería escucharlo gemir su nombre, que pidiese por más. Con el trabajo del menor apenas lo habían hecho y ya tenía ganas de sentirse rodeado por el cálido interior de este.

-Aaaah-un gemido salió de los labios del menor, mostrándole que había encontrado su punto g. Con una mano en la cintura de su novio y otra en su miembro, aceleró las embestidas como si su vida dependiera de ello, a la vez que le masturbaba con rapidez. Podía ser considerado pero ya no aguantaba ni un minuto más en aquel ritmo tan lento, su erección iba a explotar en instantes. De sus labios salieron intensos gemidos mientras sus embestidas cobraron una velocidad importante. Sus oídos estaban envueltos por los sonidos propios del coito: las respiraciones descompasadas, los gemidos, el sonido de sus cuerpos chocando… Sentía como sus sentidos se agudizaban, el aire apenas le llegaba a los pulmones y un hormigueo dio paso a un intenso orgasmo, acabando en el interior de Donghae. Sin dejar de masturbarlo, salió con cuidado de su interior; se llevó a la boca la erección del menor y succionó con fuerza, como si de una piruleta se tratase. El orgasmo de Donghae no tardó en llegar, corriéndose en la boca del mayor. Se tumbaron exhaustos, intentando regular sus respiraciones.

-Tenía tantas ganas de tenerte-le susurró el mayor en el oído.

-No sabía que te excitaras viendo Nemo-se burló el de Mokpo.

-Me entró ganas de comerme un lindo pececito-le respondió besándole con ternura la punta de la nariz.

 

Eunhyuk tapó sus cuerpos con la manta con la que se habían calentado mientras veían la película, y se durmieron abrazados en el sofá.

Notas finales:

Lemon EunHae por petición de Edwina  (siempre intento tomar en cuenta las peticiones de mis lectoras)

La asistenta social se llama Carmen (como yo) porque no sabía que nombre ponerle. Pensé en María, acordándome de Siwon en Swing kekeke pero al final sucumbí en la tentación de ponerle mi nombre. Yo creo que así actuaría si les viese, aunque supongo que cualquiera de ustedes también hubiesen sacado su lado KangTeuk shipper y les hubiese acosado un poquito jajaja

Muchas gracias por vuestros RW, ya estoy de vuelta. El próximo en actualizar será Verdad o Atrevimiento pero no abandonaré TLMS!

Como siempre, muchos besitos a todas.


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