-Kyu, ¿estoy loco?
Kyuhyun retiró la mirada del guión para mirar a su novio: mechones negros caían como cortinas sobre sus castaños ojos, enmarcados por preocupantes ojeras; su oscuro cabello contrastaba con los pálidos pómulos, ahora muy marcados debido al peso que había perdido el último mes. Era hermoso, aún con el pelo revuelto y ojeras seguía siendo el hombre más hermoso que el maknae había visto.
-¿Por qué dices eso?
-Primero sufro un embarazo psicológico, ahora me obligas a ir al psicólogo porque me siento cansado…
El mayor se encogió de hombros, restándole importancia a sus palabras. Kyuhyun acunó la cara de su hyung en sus manos y le besó la frente.
-Minnie, no pienso que estés loco, sólo deprimido-el mayor bufó sarcástico-No seas testarudo y déjate ayudar, por una vez ábrete y cuenta tus problemas.
-Si la psicóloga supiese las cosas que se me pasan por la cabeza me pondría la camisa de fuerza.
El menor sonrió nervioso, ¿Qué era lo que su hyung pensaba?
-Ir al psicólogo no es de locos, yo mismo he tenido que ir en un par de ocasiones.
Sungmin recordó la época en la que Kyuhyun tuvo el terrible accidente que le creo tal trauma que le aterrorizaba montarse en cualquier vehículo además de la repulsión que sentía de las cicatrices que adornaban su cuerpo. Quizás estaba siendo algo infantil pero es que le parecía una pérdida de tiempo.
-Quiero un café-necesitaba cambiar urgentemente de conversación, necesitaba dejar de pensar y agobiarse.
-Sungmin, ¿hace cuanto que no lloras?
El mayor lo miró curioso.
-Hace un mes, creo. ¿A qué viene eso?
-Necesitas llorar. No te digo que lo hagas delante de mí si te incomoda, pero al menos tómate un tiempo para analizar por qué te sientes así, y llorar, gritar, romper algo, lo que sea, pero desahógate.
El chico rosado miró sorprendido a su pareja, que había sido de más utilidad que la psicóloga.
-No puedo obligarme a llorar, eso es estúpido.
-Pues veremos alguna película de esas con las que, aunque te resistas, acabas llorando.-no sabía porqué pero una voz en su interior (que curiosamente tenía la voz de Heechul) le gritaba “no necesitas llorar, necesitas follar”. Si su conciencia era Heenim, estaba más que loco- Podemos ver “The Notebook”
-Prefiero ver alguna de miedo.
-Min, se supone que debes llorar.
-Es que no me apetece ver ningún drama romántico.-se quejó el mayor con cansancio.
Kyuhyun ya no sabía qué hacer con él, parecía desmotivarle cualquier cosa.
-¿Quieres ayudarme a hacer la cena?-Sungmin asintió desganado- Corta esas cebollas.
El mayor miró la cebolla y luego al maknae.
-¿En serio pretendes hacerme llorar con una cebolla?-el menor puso su mejor cara de niño bueno- Pero eso es ridículo- una leve sonrisa afloraba de los labios de Sungmin- ¿Quién te ha dado esta idea, Donghae?-ya no pudo más y comenzó a carcajearse, teniéndose que agarrar el estómago por la risa.
Kyuhyun le acarició la mejilla con ternura y le secó una lágrima que había escapado de la mejilla del mayor.
-Al final has llorado, aunque sea por la risa. Evil Kyu consigue todo lo que se propone muajajaja
No podía evitarlo, el mayor le había contagiado la risa tonta. Y es que estaba feliz, feliz de ver un atisbo de su Sungmin entre tanta negatividad.
-Eres un babo-dijo secándose las lágrimas- Gracias por hacerme reír, yeobo.
-¿A que soy perfecto?
-Tampoco te pases-le contestó serio, aunque en el fondo se moría de la risa al ver la cara de disgusto de Kyuhyun.
-Vamos, conejito, tenemos que estudiar el guión-dijo cogiéndole la mano para arrastrarlo hasta el salón.
Dos muchachos arrastraban sus maletas por el aeropuerto internacional de Pekín. Ocultos bajo sus lentes oscuras, volvían a su rutina. Aunque en ese mes que habían estado en Corea Kibum había aprovechado para grabar el documental sobre la homosexualidad en Asia, ahora volverían a verse poco debido a las grabaciones de uno y las promociones del disco del otro. Henry había intentado con todas sus fuerzas aprovechar ese mes y tomarlo como unas vacaciones en pareja, pero el coreano estaba demasiado ocupado con el documental. Estaba preocupado, ahora comenzaría con los conciertos, siendo optimistas incluso habría gira internacional, y nunca había estado tanto tiempo separado del mayor. Y, sí, estaba acojonado, desde aquella discusión que casi le cuesta la relación con Kibum estaba temeroso de todo: quizás en ese tiempo separados Kibum se daba cuenta de que sólo había sido un capricho, que en verdad le seguían gustando sólo las mujeres; o simplemente la relación se enfriaría dado la distancia. A veces odiaba ser famoso, toda la presión que conlleva, no poder tener una relación normal y anónima con el coreano. No quería darle vueltas al tema, nunca había sido una persona dependiente o celosa, pero sí que notaba al mayor más despegado de lo normal. Se había propuesto darle su espacio, sabía que el coreano tampoco era demasiado afectivo, quizás así volviesen a estar como antes. Corea parecía haber desestabilizado su pacífica relación de pareja, sufriendo crisis continuas cuando en China apenas si habían discutido. Pero la guinda del pastel fue la cara de desaprobación que puso Kibum cuando Jungsoo le dio el ramo en la boda del Yewook. Es verdad que apenas llevaban tres meses saliendo, pero ¿hacía falta poner esa cara de asco? No es que fuese a pedirle matrimonio o algo así, pero tampoco era una idea que le resultara repulsiva.
-¿En qué piensas?-la voz grave del coreano le sacó de su espiral de pensamientos autodestructivos.
-En nosotros, en Corea, en nuestro futuro…
El mayor suspiró. Se metieron en el primer taxi libre que vieron.
-Ya decía yo que ese ceño fruncido era por algo.-se quedó pensativo durante un rato, quizás Henry se había dado cuenta de que estaba más frío de lo normal-Si quieres podemos encargar alitas de pollo y comérnosla en mi piso, ¿sigues teniendo la llave que te di?
El canadiense sacó un manojo de llaves.
-Esta es de mi casa, esta otra del coche, la de mi taquilla en la agencia, la del buzón, la del garaje, la de casa de mis padres… Aquí está la tuya-la alzó triunfal.
-¿Eso significa que esta noche dormiré calentito?-le susurró con la voz ronca, provocando un escalofrío en el menor.
-Eso parece, ¿te molesta?-preguntó con fingido fastidio, amaba tontear con Kibum.
-Bueno, eso depende de cómo te portes…
Se estaban calentando pero debían de cortar ya su juego verbal porque el taxista los miraba con curiosidad por el espejo retrovisor. El coreano sonrió para sí mismo al ver la ilusión en los ojos de su novio: no podía evitarlo, se había enamorado de ese chiquillo tan travieso, que lo mismo podía ser dulce y juguetón que ardiente y varonil. Le gustaba verle sonreír y de verdad esperaba que las cosas fuesen mejor ahora que habían vuelto a “su hábitat” (aka China). Quería que todo fuese como antes, llegar de la grabación del dorama, llamar a Henry, hacerse la cena y repasar el guión. Era una vida simple y con una rutina muy marcada, pero eso era lo que le gustaba al coreano, una vida tranquila y sin imprevistos, le gustaba tener todo bajo control.
-Marchando una de alitas-canturreó el coreano, llevando al salón una fuente llena de pollo. Henry se abalanzó a coger una pero el mayor le quitó la fuente.
-¿Quieres jugar?-le preguntó el canadiense con un brillo malicioso en los ojos.
-Eso depende del juego.
Se miraron con picardía, pero Henry fue más rápido y se llevó un trozo a la boca.
-Gané- habló con la boca llena, dándole un aspecto infantil con esos cachetes subiendo y bajando al ritmo que masticaba.
Kibum le agarró por la cintura, atrayéndole hacia él y le robó un beso.
-No me gusta perder- dijo con suficiencia al ver la cara de desconcierto del menor- Sabes a pollo, me dan ganas de comerte, ñam ñam.
Se sentaron en el sofá para comerse las alitas y pusieron un programa chino de variedades. Kibum tenía la cabeza apoyada en las piernas del canadiense por lo que éste era el que daba de comer al coreano.
-Bum, ¿vamos a la cama?-al no recibir respuesta miró a sus piernas encontrándose con una imagen enternecedora: Kibum durmiendo hecho una bolita, con mechones negro cayéndole sobre los ojos y la respiración acompasada. Aunque le dio lástima, le movió con delicadeza para que se despertase, recibiendo un leve gruñido entre sueños- Bummie, vámonos a la cama-dijo quitándole los mechones de la cara.
El mayor se incorporó con cara de sueño y apagó la tele. Henry lo abrazó por detrás y caminaron, con dificultad, en esa posición hasta el dormitorio. El mayor se tiró en la cama, ocupándola casi entera, dejando a Henry con una cara que era un poema.
-Acuéstate conmigo-dijo el coreano palmeando el colchón- quiero dormir abrazado a ti.
El canadiense se tumbó a su lado, dejándose abrazar por Kibum, que no tardó en volver a dormirse. Era una lástima que aquello fuese a escasear en los próximos meses.
Mensaje de “Yeyeobo <3”
¿Tardas en salir? Hace frío aquí fuera (emoticono llorando)
Ryeowook suspiró. Amaba los pequeños detalles que tenía con él el mayor: había ido a recogerle al trabajo.
“Sólo tengo que coger unas cosas y ya salgo” (emoticono mandando un beso)
Mensaje de “Yeyeobo<3”
Pues date prisa si no quieres enviudar al mes de casarte (selfie de él con cara de pena y emoticono de muñeco de nieve)
Sonrió, babeando como un tonto por las ocurrencias de su marido. Se despidió de sus alumnos jovialmente. Iba tan distraído respondiéndole a Yesung que se chocó con alguien.
-Disculpe-se inclinó con rapidez en señal de disculpa.
-Que despistado eres, Wook.
Sonrió al ver que se trataba de su amigo, el mánager de los rookies que habían debutado ese año.
-Hyun Sup, no te había visto.
-¿Hablando con Jongwoon?
El pequeño atisbó cierto resentimiento en su voz. Sólo se habían enrollado un par de veces pero parecía que al mánager no le había sido indiferente.
-Sí, ha venido a recogerme.
-Debe de estar muy ocupado, ¿no? La SM no habla de otra cosa que no sea su debut. ¿Cómo hacéis para llevar una vida de pareja normal?
El menor se estaba empezando a sentir incómodo, pero llegó su príncipe azul en el momento idóneo.
-Un minuto más ahí fuera y muero de lipotimia.-le dio un casto beso en los labios.
-Jong, éste es Hyun Sup, un compañero de trabajo.
-Encantado-el mayor le estrechó la mano, encantando de conocer más a fondo el trabajo de su Wookie.
-Ryeowook me ha hablado mucho de ti. Bueno, toda la SM habla de ti.
El cantante sonrió socarronamente, viendo las paredes de la agencia forradas con enormes posters de la promoción de su nuevo disco.
-He mandado que cubran toda la SM con mi foto para tenerte vigilado y para que te acuerdes de mí.-señaló las paredes con su vista puesta en el amante de las jirafas.
El mánager se despidió algo incómodo, dejando a la pareja sola.
-No hace falta que envolvieses la agencia, ya estás en mi mente 24/7.
-No es suficiente, pronto las calles de Seúl estarán forradas con mi hermosa cara-se jactó el mayor.
-Eso no me gusta, no quiero que nadie que no sea yo te vea-le reprendió con posesividad.
-Por cierto, ¿quién era ese que me has presentado? Me suena de algo.
-Teniendo en cuenta que ambos trabajáis en la SM lo raro sería que no lo hubieras visto.
-Hyun Sup…- su semblante cambió por completo, dándole un aspecto macabro- No será el mánager que te tiraste en el baño un par de veces.
Ryeowook sonrió con nerviosismo.
-Somos amigos, compañeros de trabajo.
-Ya me encargaré de forrar también su coche con mi foto, para que se acuerde quién es Yesung- sonrió con sadismo.
-No serás capaz- cuestionó con sorpresa el menor.
-Y deja que me entere donde vive, estaría mandándole fotos del YeWook con amenazas de muerte hasta que dimitiera.
-Diría que das miedo pero estoy más que acostumbrado a tus rarezas-dijo Ryeowook caminando hacia el coche de su marido.
-Sé que te encanto-respondió mientras se subía al asiento del conductor.
-¿Has hecho la cena?- el mayor asintió- Es verdad, me encantas.- bromeó el menor.
-Te gustaré más cuando te de un masaje en los pies después de cenar.
-Eres perfecto, Jongwoon.
-Lo que sea por complacer a mi sobangim.
-En serio, este país va a acabar conmigo- se quejó KangIn abanicándose.
(N del T: En España serían las 13:00, ocho horas menos que en Corea)
-Con lo que te estás dando aire no será con los papeles de la adopción, ¿verdad?
KangIn empalideció al comprobar que, efectivamente, eran los papeles que les dejó la asistenta social.
-Era lo que tenía más a mano.
-Te mato-dijo el líder arrebatándole el papel con brusquedad.
-No es para tanto, ni que estuviese haciendo una hoguera con eso.
El mayor le fulminó con la mirada.
-Menos cachondeo, Youngwoon.
-Joder, que carácter, sólo bromeaba.
-Pues a mí no me hace gracia. Aunque tampoco importaría que rompieses el documento, seguro que la loca esa te hacía encantada otro papel.
-¿Celoso de la asistenta social?
-Ni en sueños conseguiría tener la relación que nosotros tenemos. Y no me distraigas que es la hora de llamar a los niños.
KangIn puso los ojos en blanco y siguió viendo el fútbol como si nada. El mayor conectó su Skype y abrió multiconferencia, llamando a Heechul y Donghae. El primero en contestar fue el de Mokpo, que apareció en la pantalla con una sonrisa.
-Hola, omma.
-Hola bebé. Ah, da gusto relacionarme con alguien en coreano que no sea KangIn.
-Te he oido-vociferó el aludido.
-No le hagas caso. ¿Cómo os va en vuestra nueva casa?-se interesó el mayor.
Heechul contestó la llamada, apareciendo también en la pantalla. En vez de prestar atención a sus amigos, se arreglaba el cabello mirándose en la cam.
H: Soy hermoso.
D: Hola, Heenim.
H: Sí, hola, pez. ¿Me extrañabas?-bromeó refiriéndose a Leeteuk, que era el que había iniciado la multiconferencia.
L: Sabes que sí. ¿Y Hangeng?
H: Hablando en chino por el móvil y Han Chè acostado. Comienza el horario de adultos-dijo moviendo las cejas con cara de pervertido.
D: Estás loco.
L: Es Heechul.
H: ¡Yah! Dejad de hablar de mí como si yo no estuviera. Y, bueno, qué, ¿Qué tal España? ¿Dónde está el mapache gordo?
L: Viendo el fútbol.
KangIn se sentó al lado de su pareja y fulminó con la mirada a la pantalla.
K: Te he escuchado.
H: Lo dices como si me importase.
Se rieron, dando paso a los saludos.
L: Hae, creo que los únicos adultos aquí somos nosotros.
K: ¿Y Eunhyuk?
D: Creo que en el salón jugando con Choco y Yuki, se supone que estoy componiendo y no puede molestarme- rió como si estuviese haciendo una travesura a espaldas de su omma.
H: Dile que venga, que quiero ver su cara de mono feo. Es irónico que os eche de menos y todo. Menos a ti, KangIn, tú puedes volver a ver el fútbol- *merong*
K: Yo también vivo más feliz sin que irrumpas en mi casa cada vez que te da la vena psicótica, ahora puedo follar sin que me interrumpas.
L: ¡YOUNGWOON! Los niños.
H: Eso es lo que tú te crees, pero el día menos esperado me planto en España y me quedo una temporada.
D: Omma, tengo 38 años, no me asusta nada de lo que diga.
Se abrió la puerta de la habitación de Donghae, entrando el bailarín sonriente al ver a sus amigos en la cam.
E: ¿Reunión familiar?
L: Creo que falta media familia.
E: ¿Sabes algo del resto?
L: ¿Por qué me preguntas a mí? Estoy en la otra punta del mundo.
K: Te pregunta porque como buena mamá pata sabes de la vida de todos.
L: Es verdad, soy un líder excelente.
H: Me aburro, contad algo guarro. Donghae, ¿qué es lo más sucio que te ha pedido hacer el mono?
E: ¡¡¡HYUNG!!!
K: Ya nos estábamos asustando de que la paternidad te estuviera endulzando el carácter, pero nos dejas más tranquilo saber que sigues siendo igual de cara dura que siempre.
H: Es que con eso de tener niños en casa Hannie me tiene prohibido decir cualquier cosa que suene obscena, aunque sea en inglés.
E: Queremos a nuestra Chula de vuelta.
H: Yeah, baby, touch me, bro, mother fucker,…
L: Eres de lo que no hay.
H: La hora de los adultos, yeah.
K: Dime que nosotros no seremos así cuando tengamos a nuestra bebé.
H: Tú serás peor. Tienes pinta de ser uno de estos padres sobre protectores y chapados a la antigua.
D: Y Teuk la omma neurótica.
H: Seguro que Jungsoo ya se ha leído manuales de padres primerizos.
La carcajada de KangIn les confirmó la sospecha.
L: No es malo informarse, está bien aprender formas de educar alternativas.-se defendió sonrojado.
H: Esos libros al final no sirven de nada.
K: Eso es lo que le digo yo.
D: Teuk será un buen padre como lo fue con nosotros.
E: Además, ya practicó en Hello Baby.
L: Sólo quiero estar preparado para cualquier situación.
H: Que agonía de hombre, menos mal que Hangeng no es como tú, leyendo libros del tipo “cómo darle de mamar a tu hijo si no tienes pecho” o “cómo ser un padre sexy a los 41”.
Los otros no podían parar de reír al ver cómo se había sonrojado el mayor de todos.
L: Si llego a saber que os ibais a reír de mí llamo a otros.
E: No te enfades, hyung.
H: Eso, que luego te estresas y te salen arrugas, y canas, y se te marcan las patas de gallo…
El EunHae no tardó en mirarse en la cam buscándose signos de la edad.
K: Os quiero mucho pero voy a secuestrar a vuestra madre, que en todo el día no hemos tenido ni un rato de intimidad.
D: Pasadlo bien. Ya hablamos.
E: Cuídanoslo, que es nuestra omma.
H: Espero que el chino haya terminado de hablar por teléfono, que yo también necesito intimidad. ¿Vosotros no queréis niños? Os presto al mío una semana.
E: No, estamos bien Hae y yo sólos, con una casa enorme para nosotros dos, con intimidad. Nada de hijos.
L: Es broma, con lo encantado que está con su Han Chè no podría estar más de 24h sin él.
H: Es verdad, creo que me he enamorado de mi pequeña princesa- dijo babeando al pensar en su pequeño.
L: Youngwoon, quieto.
El mayor se retorcía en el asiento al sentir la mano de KangIn descendiendo por su muslo.
D: Desconectemos la cam antes de que nos hagan una porno en directo.
E: Cortaos un poco.
H: Vaya par de salidos.
D: Me siento como si estuviese viendo a mis padres en plena acción…es asqueroso.
E: Yo ya me los encontré más de una vez en la época de SuJu, no son para nada discretos.
L: Mamá os quiere pero va a hacer cositas con papá.
E: Más hermanitos no-bromeó Eunhyuk.
K: Tranquilos, tiene la menopausia.
Heechul rió como un histérico.
L: Ten cuidado no vaya a ser que te haga una vasectomía casera por gracioso.
K: Es broma, guapo.
El líder se despidió sonrojado, apagando la cam justo cuando Kangin comenzó a meterle mano por encima de la ropa.
H: Ahora soy yo el hyung, ahora estoy al mando.
E: Nosotros también nos vamos ya.
H: ¿¡CÓMO!? Traidores, me dejáis sólo.
D: Seguro que Hangeng te está esperando.
H: Pez, mono, me voy. No me echéis de menos- y se desconectó.
Tras el fracaso de las clases matrimoniales en la iglesia, ZhouMi había conseguido que Siwon accediera a ir a la sexóloga para que les ayudase con el problema.
-Siwi, tenemos que hacer los ejercicios que nos mandó la doctora.
El coreano daba vueltas en la habitación, nervioso por no obtener el resultado esperado.
-No me apetece.
-Tenemos que intentarlo, prometo esforzarme para que te guste.
-No sé ni cómo te has acordado de lo que había que hacer, yo estaba hecho un lío con los “mapas eróticos”, que no decía que era pero que lo nombró un centenar de veces en la consulta.
-Me dio una guía sobre los pasos a seguir. Se supone que en cada sesión nos dirá cómo tenemos que llevar a cabo cada apartado.
Siwon echó un vistazo al folleto:
1. Erotización sensual
a) Prohibición del coito.
b) Revitalización y descubrimiento de mapas eróticos.
c) Autoestimulación.
d) Comunicación sexual.
2. Erotización genital
a) Concentración en el tacto.
b) Concentración en fantasías eróticas.
3. Erotización orgásmica
a) Caricias compartidas.
b) Autoestimulación delante de la pareja.
c) Rozamiento genital.
4. Capacitación para el coito
a) Penetración inmóvil con autoestimulación.
b) “Estrategia del cartero”.
5. Coito libre.
-Prohibición del coito…
-Piénsalo, Wonie, así no tendrás presión ninguna.
-Ya tengo bastante presión con saber que no se me levanta.
ZhouMi resopló con frustración.
-Sé que no te agrada eso de la sexología, pero lo probamos a tu manera y no surtió, así que dale una oportunidad a la terapia.
Siwon suspiró resignado.
-Está bien, ¿qué ejercicios nos ha mandado?
El chino miró el papel con detenimiento, ansioso por lo que le esperaba.
-Aquí pone “masaje sensitivo”, quince minutos para cada uno. Dice que lo idóneo es que nos duchemos juntos previamente.
-Una ducha no me vendrá mal-dijo el mayor al ver que había comenzado a sudar por la presión.
ZhouMi se desvistió con normalidad pero Siwon parecía cohibido.
-Yeobo, desnúdate, no va a pasar nada, sólo es una ducha.
-Hace mucho que no nos vemos desnudos.
-Con más razón: estoy deseando de ver ese six pack que me enloquece.
El coreano se quitó lentamente la camiseta, para tortura del menor, que babeaba con cada porción de piel que iba descubriendo. Estuvo a punto de arrancarle los pantalones de un tirón pero sabía que Siwon necesitaba su tiempo.
-Ya estoy desnudo.
-Ya lo veo-dijo echándole un lenta mirada de abajo arriba, mordiéndose el labio con deseo.
Aquel escrutinio, lejos de incomodar al mayor, le alagaba. Después de todo seguía excitando al chino. Se metieron en la ducha y Siwon comenzó a enjabonarse dándole la espalda al menor.
-Creo que sería mejor si nos enjabonamos el uno al otro, ¿no? Al fin y al cabo la sexóloga insistió en los mapas eróticos y en la importancia de las caricias.
ZhouMi sonrió feliz al ver cómo el coreano intentaba aplicar los ejercicios, incluso con iniciativa propia. Sintió las fuertes manos de Siwon acariciando su espalda y se contuvo para no suspirar. Echaba de menos ser tocado por otra mano que no fuera la suya. Imitó al mayor y también lo enjabonó, exceptuando su miembro, no sabía si aquello le cortaría el rollo. Salieron de la ducha y se envolvieron en la misma toalla, quedando sus cuerpos húmedos pegados el uno contra el otro. ZhouMi se excitó, enrojeciendo al ver cómo su erección presionaba el estómago de Siwon.
-Lo siento- se disculpó.
-Tranquilo, así es más fácil: se supone que empiezo yo masajeándote a ti, según el libreto.
El chino se abalanzó a sus labios, devorándolos con ansia. Necesitaba meterle la lengua hasta la falange, su excitación era descomunal, más cuando las tibias manos de Siwon comenzaron a recorrer su cuerpo. El mayor lo fue empujando desde el baño hasta la cama, sin romper el beso, y cayó sobre él. Paseaba sus manos por los costados del chino, dejando que las yemas de sus dedos acariciasen la pálida piel de su amante. Desde que fueron a la discoteca y KangIn le echó viagra en la bebida no lo habían vuelto a hacer, así que quería recrearse y darle placer al chino. Aún no se sentía preparado para acariciar la erección del menor pero intentaba estimular otras zonas erógenas.
-Si-siwon, ya han pasado mi cuarto de hora de masajes, ahora te toca a ti disfrutar.-tenía la cara roja por la excitación y sus gemidos habían inundado el dormitorio. Aunque no hubiese llegado al orgasmo, estaba satisfecho del avance del coreano.
Siwon tragó saliva.
-Prefiero donarte mi cuarto de hora para que tú sigas disfrutando.
ZhouMi lo miró con las cejas enarcadas.
-Eso no es lo que pone en los ejercicios, es un cuarto de hora cada uno, así que túmbate y relájate. Aquí dice que no es necesario que te excites sino que te relajes y pienses qué te estoy masajeando y cómo-leyó el papel en líneas generales.
Siwon cerró los ojos e intentó concentrarse en los delgados dedos de su Mimi acariciándole el cuello y la cara. Intentó regular su respiración, concentrándose en los besos que le daba el chino en el lóbulo de la oreja. “¿Qué me masajea, qué siento?” se repetía una y otra vez interiormente. “Me está acariciando la clavícula mientras me besa el lóbulo de la oreja. Se siente bien, es agradable, como un suave cosquilleo. Mimi sí que sabe dar masajes”. Ambos ponían empeño en la tarea, uno de dar un masaje estimulante y el otro de disfrutar dicho masaje. Prosiguió otros cinco minutos en el tronco, y los últimos cinco minutos a las piernas. Aunque no había conseguido excitarse, sí que había disfrutado de las magníficas manos del chino, pasándosele los quince minutos en un suspiro.
-¿Te ha gustado?
-Me ha encantado- respondió inmediatamente, dándole un beso en los labios.
-¿Qué has sentido?
El coreano dejó que el recuerdo de los largos dedos de ZhouMi acariciando su muslo volviera a su mente.
-Sentía un cosquilleo en el estómago, un nerviosismo excitante.
-Estoy orgulloso de ti, Siwi, vas por muy buen camino.
-Creo que tenías razón, la terapia en la iglesia no fue buena idea. Puede que incluso acabe cogiéndole el gustillo a los ejercicios diarios…
ZhouMi se acostó en su pecho, siendo rodeado por los fuertes brazos de Siwon.
-Te quiero, Siwon, y volveremos a tener una vida sexual sana, ¿de acuerdo? Sólo tenemos que invertir tiempo en los ejercicios.
-Gracias por estar a mi lado y quererme a pesar de todo.
-De eso se trata una pareja, ¿no? En las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad… Quiero pensar que tú harías lo mismo por mí si fuese yo quien estuviese en tu situación.
-Por supuesto que estaría a tu lado, Mimi. Te quiero.