- ¡Hey Tom!- Andreas corrió hasta llegar a mi lado- ¿Es verdad que no estudiaras la universidad? Escuche que no aplicarías para ninguna.
- Si, es verdad
- ¿Pero…? ¿Por qué? Escuche que el profesor Jobs estaba dispuesto a enviar una carta de recomendación.
- Hay algo mas importante que debo hacer con mi vida. Comenzaré a trabajar y me hare independiente.- tengo un gran motivo…
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- Bueno, chico, integrarse al mundo laborar con solo la educación básica es muy difícil, pero si esas son tus razones, espero que te encuentres bien.- el profesor Jobs era una buena persona y lo comprende.
- Gracias profesor, estoy agradecido con usted por estos años que me ha ayudado.
- Por nada chico.
FLASHBACK
- ¿Co-co-como q-que ven…vendrán mis mis a-amigos? - Éramos idénticos desde que tenía uso de razón y aun con 7 años no había quien nos distinguiera, hasta que nos pedían hablar.
- Asi es Billy, hay unos niños que quieren ser tus amigos y están aquí- Mamá esa mañana había traído unos chicos a casa para que jugaran con Bill, él era tartamudo y muy tímido, a diferencia de mí, por eso nunca hablaba con nadie, los demás niños se burlaban de él cuando intentaba conversar con ellos. – Vamos chicos pasen.
Pero al parecer esa tarde sería diferente, así que la ver como comenzaba a jugar con los carritos de carreras, subí a mi habitación, Bill se veía sonriente y feliz, y yo era feliz por eso.
Después de unas horas Bill subió a nuestra habitación sonriente ellos ahora eran sus amigos y vendrían también mañana por la tarde, estaba tan feliz que se atragantaba con sus palabras y sonreía mucho.
En cuanto termino de hablar, baje a la cocina por una galleta, pero justo antes de entrar a la cocina escuche que los amigos de mi hermanito aun no se habían ido.
- Pero ese niño es muy tonto.
- Si, debe ser muy bobo como para no saber hablar a nuestra edad
- Tomen niños- Era la voz de mamá, mire un poco hacia dentro de la cocina, mi madre les daba a cada uno una bolsa de dulces y algo de dinero.
Los niños se fueron aun burlándose de mi hermano y comiendo sus dulces, a pesar de ser un niño lo supe… mi madre le había pagado a esos niños para que fingieran que querían ser amigo de Bill.
Era de noche, era invierno y hacia frio. Hace unos minutos había comenzado a nevar y el seguía ahí parado, después de casi cuatro horas, en el patio.
Miraba la puerta de entrada y se poni alerta por cualquier ruido en la calle, yo lo miraba desde la ventana y no podía evitar llorar, porque sentía su tristeza y su esperanza.
Nuestra madre no salió a buscarle ni cuando la nueve comenzó a cubrirle los tobillos, asi que yo salí.
Estaba de espaladas hacia mi, miraba la calle desierta y al acercarme un poco más escuche un sollozo alto.
- Bill, entremos- me miro con la cara mojada por las lágrimas y un poco morada a causa del frio.
- ¿E-ellos no-no que-querían ser mis a-amigos verdad?
- Yo seré tu amigo, para siempre.
FIN DEL FLASKBACK
Llego a casa y camino por el pasillo, pasando frente a la cocina de largo, ahí se encuentra mi madre, ella no me mira, yo tampoco a ella, han pasado tantas cosas desde que nuestro padre se fue, poco antes de aquel dia en que Bill esperó bajo a nieve, ella ya casi no parece un humano.
Pero eso no importa, nada importa mas, porque después de subir la escaleras, en la segunda puerta del lado derecho, ya nada existe mas que él y yo.
- ¡Tom! Lle-llegaste --Me abraza y yo pongo mis manos alrededor de su cintura, dándole un pequeño y casto beso sobre los labios.
- ¿Cómo ha estado hoy mi pequeño hermanito?- rio junto con él y lo cargo un poco aun tomándolo de la cintura. Comenzamos a dar vueltas.
Él entre mis brazos sonríe, él entre mis brazos es feliz, y yo quiero que sea feliz siempre.
Dentro de la mente de Bill hay siete dioses….cada noche vienen a castigarlo por siete cosas.
Jugamos y nos tambaleamos por la habitación mirándonos a los ojos y sonriendo, hasta que caemos en la cama, él sobre mi.
El primero por no ser capaz de hablar bien.
El segundo por decepcionar a sus padres.
El acerca sus labios a los míos y nos besamos, de manera dulce acaricio sus labios con los míos, acaricio su labio superior con la punta de lengua, y él saca también su húmeda lengua para que puedan encontrarse y jugar a gusto. El calor comienza subir y las prendas se hacen molestas, estorbosas.
El tercero por esperar a sus amigos.
El cuarto por no tener amigos.
Sus cuerpos sudan, se acarician, se lamen y chocan, se acarician con tanta sinceridad y con tanta dulzura, que no entienden por qué solo ellos creen que no es algo sucio. Sus cuerpos chocan y se entregan el uno con el otro.
El quinto por ocultar sentimientos asquerosos en su interior.
Ambos yacen desnudos sobre las sabanas, ya no hablan, solo se miran.
- Te sacare de aquí, trabajaré y nos iremos juntos.- los ojos del menor brillas acuosos por las lágrimas.- ¿No te gusta lo que digo? Te prometí que…
- Ju-juntos pa-para siempre to-tomy— Y esa sonrisa radiante apareció en la cara del menor.
El sexto por obligar a su hermano a hacer estas cosas
Y el séptimo…
La noche cayo finalmente, hable toda la tarde con Bill, le dije muchas cosas sobre como será nuestra vida juntos, dormiremos juntos todas las noches, odio dejarlo solo por las noche en su habitación aunque estén una frente a la otra. También le dije, que estaríamos juntos siempre, como se lo prometí cuando éramos niños, nos iríamos lejos a donde nadie supiera que somos hermanos, donde pudiéramos salir a la calle tomados de la mano. Será perfecto….
Pero mi ensoñación la detuvo un golpe seco fuera de mi cuarto, salí de mi cuarto para poder ir a buscar a Bill, quizá aún no había dormido, quizá el sonido lo asusto... pero no, hay voces dentro de su cuarto.
- ¡Todo esto es tu maldita culpa! ¡Tu hermano no tendrá un futuro por cuidar a un maldito imbécil como tu!- y el sonido de un golpe… sollozos- ¡Eres un estúpido! ¿¡Por qué no pudiste ser normal?!- otro golpe, sollozos más fuertes y la puerta no se puede abrir.
Golpee el picaporte con el puño cerrado, mientras más golpes fuertes se escuchan dentro de la habitación. Desesperación, angustia, ira….
Patee la puerta y esta se abrió frente a mis ojos.
- Pe-perdón ma-mamá, perdón To-Tom.... pe-perdón.
Odio y furia ciega.
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Estación de policía del sur de Berlín
- Eres muy joven para estar encerrado aquí por el resto de tu vida- el oficial me mira con ojos compasivos- Quizá, si dices la verdad, podríamos obtener una reducción de condena.
Pero no contesto, no lo miro, no hay nada que decir, no lo quiero a él involucrado en esto.
- Sabes hay un chico, se parece un poco a ti, de cabello largo y negro – ahora si lo miro, intento parecer indiferente, pero estoy seguro de que mi mirada me delata- Dice que puede declarar en la corte, quizá asi….
- ¡No! Lo quiero fuera de esto, si vuelve… dígale que no lo quiero volver a ver, que se largue.
Y me voy… entro al juzgado, estaré muchos años encerrado, pero él no tienen la culpa, no dejare que se eche la culpa, no dejare que lo involucren…. Había tantos sueños y todos acabaron, ya no queda nada que pueda hacer por él, le arruine la vida, como me la arruine a mi, solo espero que algún día pueda perdonarme…
Adiós… mi mejor amigo… mi hermano…. Mi Billy