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Las mil y una noches de EXO por Kirashira

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Notas del fanfic:

En este fanfic deseo colocar todas las pequeñas historias one shot de EXO que haga. 

Entre los especiales de "Celos en el Juego" Cumpleaños y otros pedidos por mis lectores. 

Notas del capitulo:

Mi primera historia va dedicado a una lectora de Celos en el Juego que me pidió un KaiSoo por su cumpleaños. 

¡¡FELICIDADES!! XD

Gracias a tu petición tuve la idea de crear las mil y una noches de EXO.

Asomé la cabeza en los estrechos pasillos del instituto desde la salida de emergencia para asegurarme que no había nadie, necesitaba llegar hasta la sala del conserje y robarle las llaves de la azotea para pasar el día allí dormido esperando a que terminaran las clases, no habría tenido que recurrir a esos trucos si los imbéciles de los chicos "guays" del instituto no les hubiera dado por fumar allí, el director los había pillado infraganti y decidieron prohibir la entrada a la azotea para todos los estudiantes.  




Confirmé que no había nadie, todos estaban dando clases a esa hora y calculaba que me quedaban cinco minutos para cumplir con mi misión antes que el pasillo se llenara de estudiantes dispuestos a trincharme como si estuviéramos en plena caza de brujas en la edad medieval y yo fuera la bruja.  




Agaché el cuerpo para que no pudieran verme a través de las pequeñas ventanas en las puertas que daban a los pasillo de los de tercer año. Avancé con sigilo mirando a ambos lados para salir corriendo en cuanto viera venir a alguien. Mi mochila eran de los tipos que lo colgabas sobre tu hombro y te cruzaba el pecho para terminar apoyado en tu cadera y le di gracias a el vendedor por recomendarlo porque no tenía que estar pendiente que se cayera durante mi huida.  




"Maldita seas mama" pensé molesto. 




Solamente le había pedido una semana mas de ausencia para que se pasaran los cotilleos en el instituto, una estúpida semana para poder sobrevivir a esa selva, en ese tiempo estaba seguro que alguien mas hubiera metido la pata aún mas que yo y las miradas y críticas estarían sobre el y se olvidarían de mi existencia como siempre había sido, pero no, mi madre tenía que soltarme la charla sobre la importancia de acudir a la escuela para tener un brillante futuro, y para ponerle la guinda al pastel empalagoso del discurso, había terminado con chantajes emocionales sobre que solo le importaba mi bienestar para el día que ella dejara este mundo. Nunca comprenderé como amaba a esa Drama Queen.  




Un ruido en el pasillo derecho me alertó, no esperé a confirmar lo que era y salí corriendo al lado contrario justamente al lavabo de esa planta, tocaba cambio de clases y no recreo, si me encerraba en alguno de los cubículos nadie tendría porqué saber que era yo el que estaba dentro, a demás mi curso era el de la planta superior, los juniors no tenían por qué estar enterados de los escándalos de sus mayores.  




Doblé la esquina con tanta velocidad que derrapé, pero antes de llegar al suelo apoyé la mano para sujetarme y evitar la caída, y con ella me impulsé para seguir adelante. Los ruidos comenzaban a ser aún mas sonoros y las mesas siendo arrastradas y las sillas siendo moviéndose dentro de las aulas hicieron que mi corazón latiera con mas fuerza.  




"Mierda mierda mierda mierda mierda" pensaba sin dejar mi carrera 




Vi la puerta del baño justo cuando se abría la puerta de una de las aulas y me metí sin pensarlo, cerrando de golpe, busqué el cubículo mas cercano a la pared y me encerré sin mas antes que la sirena que marcaba el final de la clase sonara.  




Estaba sudando a chorros por culpa de los nervios y la carrera, me apoyé en la puerta con los ojos cerrados y la mano en el pecho para intentar recuperar mi ritmo cardiaco normal, había estado a punto de ser pillado, necesitaba un respiro. 




Mi teléfono sonó y lo saqué del bolsillo mientras escuchaba como los pasillos comenzaban a llenarse de alumnos amargados, cotillas, hipócritas, metiches y egocéntricos que se contaban sus patéticas vidas sin importancia.  




"Tio, mas te vale que muevas tu culo hasta aquí, parece ser que se te olvidó algo en el coche y tu madre ha venido a dártelo, está ahora frente a la puerta buscándote, voy a decirla que fuiste al baño pero baja ya de esa puta azotea. 




De: Chanyeol" 




"¡JODER MAMA!" volvió a gritar mi cabeza.  




Abrí la puerta como si mi vida pendiera de ella y corrí de nuevo hacia la planta superior donde mi madre había marcado el fin de mi huida ante los aldeanos cabreados que deseaban trincharme. Empujé a dos chicos de tercero que entraban en el cuarto de baño mientras salía, pedí disculpas sin detenerme buscando las escaleras.  




Cuando llegué a ellas me quedé petrificado, de frente venían el grupo de aldeanos de la clase junto con la causa de la ruina de mi vida estudiantil, estaba parado como siempre entre el grupo, con aquella sonrisa sexy radiante típica de el, su pelo rubio perfectamente peinado como una estrella de hollywood, llevaba una camisa blanca mangas cortas que se ceñían a su cuerpo de bailarín profesional y unos vaqueros azul marino que destacaban sus piernas bien trabajadas.  




Nuestras miradas se cruzaron, yo desde el pie de la escalera y ellos bajando. En cuanto me miró el resto de campesinos también se giró a mirarme como si fuera un mendigo sarnoso acercándose a pedir limosna. La rubia futura señora botox que tenía al lado me esbozó una mueca de desagrado mientras  ladeaba la cabeza para mirarme con aire de suficiencia.  




- Mira quien se dignó a aparecer, el gay acosador- soltó con malicia.  




El resto de chicos del grupo comenzó a reírse.  




- ¿Que pasa?¿No encontraste a ningún chico que te la metiera donde sea que fuiste por eso volviste a suplicar a Kai?- soltó uno de los chicos con aspecto de jugador de rugby al lado de la rubia.  




Me mordí el labio inferior apretando la manga de mi mochila que cruzaba mi pecho mientras bajaba la mirada. Deseaba morirme, quería que un camión pasara por el pasillo y me arrollase con el matándome en el acto. 




 Ahora todos sabían cual eran mis preferencias sexuales y aún peor, que el objeto de mi amor no era nada mas ni nada menos que Kim Jongin, alias Kai. Bailarín, modelo, futuro idol del instituto, salía en varias revista y habían echo publicidad, desde pequeño se había entrenado en el baile y era uno de los mejores de Seúl pese a su corta edad. Tenía su propio club de fans no solo fuera del instituto sino también dentro, yo las llamaba las Barbis de Kai. Chicas realmente obsesionadas con convertirse en las futuras mujeres de Kim, y chicos que permanecían a su lado por obtener fama en el instituto. En resumen campesinos siguiendo al rey, porque ese era su apodo, Kai el rey.  




- ¿Que pasa ya no dirás nada?¿O es que te pillaste la lengua con alguna polla?- se carcajeó uno de ellos. 




Mi corazón latía fuerte dejándome sin respiración, un nudo de fuego se bloqueó en mi garganta amenazando con destrozarme las cuerdas vocales si no lo dejaba salir a modo de líquido por mis ojos y aunque no quisiera tenían todas las ganar.  




El móvil que tenía en la mano volvió a sonar, sin darme cuenta por auto reflejo pulsé el botón de aceptar llamada, sin llevarlo a mi oído.  




- ¡Corre estúpido no conseguí distraerla!- gritó Chan.  




"Mama" se activó mi cabeza.  




Abrí los ojos dándome cuenta que tenía un problema mas grande que los campesinos, y era que me ganaría un castigo enorme y me quedaría sin mis clases de canto de la academia como mi madre no me viera acudir a clases, y aunque me sintiera como una mierda, perder las clases de canto me harían sentir aún peor.  




Levanté la mirada a aquellos campesinos y para mi sorpresa me encontré la cara del rey fijo en mi, no se estaba riendo como los otros. Puede que por eso me enamorase de el, no parecía tan estúpido pero... apretó los labios para decir algo pero no quería que la imagen que tenía de el se esfumara si decía alguna imbecilidad como el resto. 




No esperé a recibir mas insultos de ellos y salí corriendo a las escaleras de emergencia por el otro pasillo dejando tras de mi una serie de insultos homófobos por parte de sus amigos que penetraron en mi como si fueran flechas envenenadas.  




- ¡¡Mama!!- grité cuando conseguí alcanzarla casi sin aire.  




Mi madre se dio la vuelta molesta y me fulminó con la mirada.  




- ¿Donde estabas Kyungsoo? ¿Vuelves a hacer pellas?- preguntó cortante.  




- No mama, estaba en el baño haciendo... ya sabes joder- mentí.  




Abrió los ojos como platos y me di cuenta que mi madre debería dejar de ver documentales sobre adolescente.  




- ¡¡No eso mama!! Que estoy en el instituto por dios- respondí.  




Sus músculos faciales se relajaron y unos segundos después esbozó una sonrisa cálida mientras se acercaba a mi y me daba un abrazo.  




- Siento mucho haber dudado de ti cariño- me dijo.  




Los estudiantes que estaban en los pasillos nos estaban mirando con una sonrisa maliciosa en sus rostros, los murmullos comenzaron a ser sonoros aunque mi madre no se daba cuenta de la situación a su alrededor. Mi madre nunca se daba cuenta de nada.  




- Toma, te habías dejado el dinero para la comida, hoy puede que llegue tarde del trabajo así que no me esperes ¿vale?- se separó finalmente de mi. 




- Vale mama- asentí agarrando el dinero que me extendía.  




-¡Enfermo!!- dijo uno de los chicos que pasaba por el pasillo con sus amigos, haciendo la gracia.  




Fingí que el tema no iba conmigo y seguí mirando a mi madre, ella no tenía por qué saber que su hijo sería acosado de aquí hasta que terminara el instituto gracias a un bestia.  




- Bueno mama me voy a clases que va a sonar el timbre y debo estar antes que el profesor- mentí.  




- Vale hijo, nos vemos- me dio un beso en la mejilla antes de darse media vuelta y la vi alejarse por los pasillos.  




Tomé aire con dificultar sintiendo como varios ojos en el pasillo se clavaban sobre mí como estacas. Necesitaba ir a clase, mi madre podría volver y no deseaba volver a cagarla. Me giré y caminé sin decir nada, con la mirada pegada al suelo y sujetando mi mochila, al menos así nadie se fijaría que estaba temblando de miedo.  




Al abrir la puerta corredera del pasillo a mi clase hubo un silencio sepulcral cuando se giraron a mirarme. Un grupo de chicas de la primera fila se juntaron a comentar mientras se reían de algo, mejor dicho de alguien y ese alguien era yo. Las ignoré a ellas y al bullicio que comenzó a levantarse con cada paso que daba hacia mi pupitre donde me esperaban mis amigos Chanyeol y Chen sentados uno en frente y otro al lado.  




- Anormal- 




-Desviado- 




-Asqueroso- 




-¿Quién se cree para declararse al rey?-  




- Pobre Kai, saber que alguien tan repugnante siente algo por el-  




- Debería darle vergüenza-  




- Muérete-  




Cada palabra mas cruel que la anterior y mi corazón demasiado débil para soportarlo. Casi ya cerca de mi pupitre di un paso para retroceder pero Chan y Chen me miraron con cara de compañerismo, solo eso me hizo terminar por sentarme en mi pupitre.  




Me incliné a sacar las cosas de mi mochila pero entonces vi que mi mesa estaba pintada, rajada con apelativos hirientes, habían dibujado con tipex una polla en grande, una caricatura de mi siendo follado entre varios y mensajes de desprecio.  




¿Por qué eran tan crueles? No les había echo nada a ninguno, yo no tenía la culpa de lo que sentía, no había echo daño a nadie. Ni siquiera le hubiera contado nada a nadie si no fuera por el matón guardaespaldas de Kai que me había agarrado por banda una semana antes en la cafetería acusándome de mirar a Kai demasiado y ponerle incómodo, luego me agarró del cuello y pensé que moriría, la única condición de soltarme había sido que le dijera el porqué miraba al rey y tuve que decir la verdad por miedo a morir y solo entonces me soltó entre las carcajadas de todo el instituto. No pude mirar a Kai y salí corriendo después de que la Barby futura señora botox me echara la comida encima afirmando que alguien tan asqueroso como yo le había quitado el apetito.  




Chan y Chen se habían quedado en Shock ante la noticia ya que ni ellos lo sabían sobre mis preferencias, tenía miedo de perder a mis mejores amigos si sabían que me gustaban los chicos así que decidí callarles la verdad. Me escapé de clase y por suerte durante mi huida tropecé por las escaleras y caí rodando por ellas, aunque no fue grave gracias a eso tuve una buena escusa para faltar una semana entera a las clases.  




Chan y Chen habían venido al segundo día a visitarme y me echaron la bronca por no haberles contado la verdad, me dijeron que a ellos no les importaba mis preferencias sexuales mientras no me metiera dentro de sus camas desnudo en mitad de la noche pidiendo tema, hicieron que el asunto no pareciera tan grave e incluso bromearon sobre si comenzaría a pintarme y andar amariconado. Les agradecía demasiado estar a mi lado.  




- No les hagas caso DO, verás que pronto dejarán de hablar de ello- me consoló Chan mientras me sujetaba la mano para tranquilizarme.  




No me había dado cuenta que mi cuerpo estaba convulsionando y había comenzado a llorar mirando la mesa. Dolía tanto que no sabía como parar aquellos sentimientos que me destrozaban por dentro.  




- No hice nada... - susurré intentando calmarme- ¿Por qué me hacen esto?-  




Chen se levantó de su asiento frente a mi y me hizo levantarme de mi silla. Me abrazó fuerte ignorando las burlas que subieron el tono en la clase. Sus brazos se cerraron sobre mi cuerpo y pronto sentí como mis orejas se tapaban bloqueando los insultos que seguían hiriéndome, eran las manos de Chan.  




Tenía a mis mejores amigos conmigo, ellos me daban fuerzas para no sumirle en la oscuridad mas profunda y abandonar la vida. Ellos y mi madre eran mi vida ahora. 




- Claro que no hiciste nada, no hagas caso a necios sin cerebro como ellos- soltó Chan. 




En esos momentos la puerta se abrió, no pude escuchar mucho gracias a Chan tapándome los oídos pero si como el alboroto se reducía. Sentí como Chan bajaba las manos y me separé un poco de pecho de Chen para ver lo que pasaba y me encontré a Kai frente a la puerta. Parecía estar de mal humor, miró a todas partes hasta donde yo estaba. Esbozó una mueca de desagrado antes de avanzar hasta su silla y dejarse caer en ella como un saco de patatas.  




- Kai por favor, no te enfades conmigo- escuché de pronto tras de el.  




La rubia de hacía unos minutos entraba alterada tras Kai y se sentaba a su lado mientras lo miraba preocupada.  




- Perdóname ¿si?- pidió juntando la mano.  




- Tio no te pongas así- dijeron los demás que llegaron después.  




"¿Que estaba pasando?" pensé.  




La rubia me echó una mirada asesina antes de volver a mirar a Kai suplicando por perdón hasta que llegó el profesor y nos obligó a prestar atención durante el resto del día.  




A la hora de comer las ganas de pisar la cafetería eran nulas así que Chan, Chen y yo completamos la misión de robar las llaves de la azotea del conserje y escondernos arriba para comer lo que Chan había comprado. Me sentí muchísimo mejor con la brisa que recorría la azotea, mis amigos y yo hablando de tonterías sin sentido como siempre habíamos echo, no me trataron distinto a antes, solo en ocasiones Chen me preguntaba sobre el tipo de chicos que me gustaba pero no sabía que responderle, solo sabía que me gustaba Kai, era el único que me había gustado, mi corazón solo conocía a Kai y parecía indispuesto a dejarlo marchar pese al dolor que estaba sufriendo por su causa.  




Terminamos de comer y volvimos a clase a terminar las clases. Cuando llegamos el ambiente en la clase era absolutamente extraño. Tenía la sensación de estar dentro del ojo del huracán, todos estaban en silencio viéndome pasar pero sus miradas decían aquello que sus bocas se negaban a sacar.  




- ¿Que pasó?- preguntó Chen también curioso.  




- Ni idea- respondió Chan.  




Nos sentamos en nuestros pupitres intentando fingir no darnos cuenta de las miradas asesinas de las personas cuando los cuchicheos comenzaron a surgir de nuevo.  




- No puedo creerme que el rey se haya enfadado por esa escoria- susurró una de las morenas a su amiga.  




- Si, joder, ni que fuera alguien-  




¿Que Kai se había enfadado?¿Por mi? No sabía que había pasado durante la hora de la comida pero comenzaba a picarme la curiosidad. ¿Sería masoca? me interesaba todavía todo lo que tuviera que ver con Kai aunque mi situación en el instituto era realmente crítica. Debía estar mal de la cabeza.  




Kai volvió a entrar en clase con su séquito detrás, estaban hablando y riendo pero Kai los ignoraba, se sentó en su silla y la rubia botox se acercó intentando hablarle pero el la ignoró por completo.  




"¡Jódete puta!" gritó mi cerebro.  




La chica pareció leer mi cerebro cuando dirigió su mirada hacia mi molesta, se levantó de la silla y caminó hacia mi. La clase entera se giró para verme.  




- No te pienses que porque Kai te haya defendido serás alguien en este instituto que te quede claro- me soltó cabreada.  




- ¿Qué?- pregunté con la boca abierta.  




- No te hagas el imbécil desviado, mas te vale no acercarte al rey. Que el sea tolerante con los de tu especie no quiere decir que tengas oportunidad ¿te queda claro?- gritó.  




-¡jessica!- gritó Kai golpeando la mesa.  




- ¿Qué? No tengo por qué callarme cuando te has enfadado conmigo por esta poca cosa- la rubia futura señora botox me señaló con ira- El no es nadie Kai, no es nadie para que te molestes con nosotros, nosotros si te queremos de la mejor forma, no de la forma tan asquerosa como te quiere el-  




Mis labios temblaron al escuchar sus palabras ¿Por qué mi amor tenía que ser asqueroso?¿Solo porque era diferente? Yo nunca desee mal a Kai, jamás. Al contrario que ellos yo si me había preocupado por Kai. Lo había ayudado aunque el no lo supiera, también lo había cuidado desde lejos, pero solo por ser un chico era asqueroso.  




Todo mi cuerpo se retorció y tuve que morderme el labio con fuerza para no llorar ante esa chica al ver que los demás se reían de mi apoyando sus palabras.  




- Cierra la boca, rubia de bote- gritó Chen.  




- ¿Porqué no desconectas tu cerebro del culo antes de hablar? Así la cagarías menos- soltó Chan levantándose.  




- Mejor cerrar vosotros el pico duo dinámico*- soltó Jessica- ¿Que pasa? No me digáis que sois vosotros dos los que se lo tiran- sonrió con malicia mirándome- Uyyy...Si que avanzas Kyungsoo.  




El chirrido de una silla se escuchó y todos giramos la cabeza hacia Kai que se había levantado de mala ostia. Avanzó hasta Jessica y la agarró del brazo tan fuerte que la rubia gritó de dolor.  




- Vamos a hablar un minuto tu y yo- la dijo.  




- Ayyy... me haces daño Kai. ¡Suéltame!- gritó.  




Antes de salir llegó el profesor imponiendo orden. Bendita sean las clases de historia, por primera vez servían para algo.  




Todos nos sentamos y seguimos con las clases, conté cada segundo en mi reloj esperando a que terminaran las clases y en cuanto sonó el timbre salí corriendo despidiéndome de mis amigos solo con la mano. Salir de aquella selva era mi prioridad, no miré atrás solo corrí y corrí hasta estar a mas de tres manzanas de distancia del instituto. Me detuve en un semáforo intentado coger aire mientras apoyaba las manos  en las piernas.  




"Uno día menos Kyungsoo" me dije.  




No me servía de ayuda llevar la cuenta pero algo debía hacer para distraer a mi mente de recordar las palabras que le habían dedicado toda la mañana.  




Recorrí las calles del centro de Seúl con mas tranquilidad, estar entre las personas que no sabían de tu vida era relajante. Me aventuré hacia una avenida llena de tiendas de ropas y restaurantes llena de gente. Necesitaba comprar, las compras aliviaban un poco el dolor de corazón, las compras y el chocolate.  




Tres horas después salí de la última tienda de ropa con cuatro bolsas de marca, ahora si me sentía genial conmigo mismo mientras en la mano libre llevaba un batido de zumo. Sonreí mientras le daba un sorbo mirando la calle concurrida, nadie me miraba, nadie me hablaba, nadie me insultaba ni me juzgaba, podría jurar que ni siquiera sabían de mi existencia, aquello era liberador. Solo tenía que ir a clases de canto antes de volver a casa, me pondría una película mientras cenaba pizza y a dormir. Todo con tal de no darle a mi cerebro la oportunidad de pensar, pensar era malo. 




Miré el reloj y casi me da un infarto al darme cuenta que llegaría diez minutos tarde a mi clase de canto, di otro sorbo para no alterarme. 




- ¿Kyunsoo?- escuché tras de mi.  




Dejé de sorber mi batido cuando escuché aquella voz inesperada tras de mi. 




No podía creérmelo así que me giré lento como si fuera un robot oxidado hasta que me topé de frente con el, Kai. Se había cambiado la camisa por otra mas amplia, llevaba una gorra con las letras "THE BESTH" enfrente y también una bolsa de deportes colgada en el hombro.  




- ¿Eres tu?- preguntó.  




Mis ojos se agrandaron mientras lo miraba como si fuera un fantasma. Miré a ambos lados buscando a los campesinos con su antorchas dispuestos a quemarme en la hoguera pero para mi sorpresa no había nadie estaba solo.  




- K-kai...- su nombre me salió como un suspiro.  




- Hola...-  




- Hola-  




Nos quedamos como dos idiotas mirándonos, se notaba la tensión en el aire y la incomodidad cuando Kai intentaba desviar la mirada algo avergonzado. Sabía que Kai tenía conciencia y era buena persona, por eso estaría avergonzado pero aquel gesto me hizo amarlo aún mas. Mi corazón era sadomasoquista, fin.  




- Yo-yo... yo tengo clases y.... bueno... - dije nervioso señalando a la dirección de mi academia alzando las bolsas que colgaban de mi brazo- me... bue-bueno me tengo que ir- me excusé-.  




-¿No llegas tarde? ¿Vas a la academia de canto, cierto?- me preguntó.  




Me quedé parado entrecerrando los ojos, aquello era sospechoso, pocas personas sabían que daba canto, y cuando decía pocas quería decir Chan y Chen solo, aparte de mi madre claro está.  




- ¿Como lo sabes?- pregunté con la boca abierta.  




Kai comenzó a avanzar hacia mi y por un leve momento tuve ganas de alejarme corriendo. Su presencia era demasiado para mis sentimientos, tenía que tomarme la cercanía de Kai en pequeñas dosis, porque en grandes sentía que sería mortal, y así fue.  




- Voy a la misma academia que tu desde hace dos años- sonrió al estar frente a mi.  




El impacto de sus palabras, su mirada sobre mi, su  aroma y mi estupidez hicieron que me quedara pasmado y al segundo se escucharan las bolsas de comprar caer al suelo llamando mi atención.  




- Lo-lo siento, joder- me disculpé mientras me agachaba a recoger las bolsas.  




Era cierto que estaba enamorado de Kai pero nunca habíamos hablado, no lo había intentado, ni siquiera un hola, yo solo lo miraba a distancia y lo ayudaba desde lejos. Cuando estudiaba durante las noches en la biblioteca local, solo, yo iba camuflado y cuando se quedaba dormido le colocaba los resúmenes de los temas que tenía que estudiarse entre el libro que leía sin que se diera cuenta. Si, era un acosador, obseso y enamorado de Kai, pero nunca le había echo nada malo, solo lo ayudaba en época de exámenes ya que yo era el primero de clases me sabía casi todo. Después de la primera vez comenzó a ir mas seguido a la biblioteca hasta que extendieron sus horas de práctica y sus estudios comenzaron a coincidir con mis primeras clases de canto fue entonces cuando tuve que conformarme solo con observarle a una distancia prudente en el instituto después de ser trasladado, pero al parecer no fue tan prudente si su guardaespaldas se dio cuenta y me empotró para sacarme la verdad. 




- No pasa nada- me dijo cuando me levanté. 




- ¿Cómo que vas a la misma academia que yo?- pregunté.  




- Si, solo que yo comienzo las clases media hora después que tu, y salgo dos horas después, por eso nunca me habías visto- sonrió.  




Santa madre, alguien debería decirle a Kai que no sonriera de aquella forma, debía ser delito, estar penado por cualquiera ley del mundo y yo debería estar en un manicomio, porque ver a Kai frente a mi había borrado todo el dolor que me habían echo pasar en el instituto esa mañana, era como un sedante temporal. Cosas del amor supongo.  




- No- no lo sabía-  




- ¿Nos vamos? Creo que tu llegas ya tarde- soltó pasando al lado. Se paró y me hizo un gesto con la cabeza para que caminara a su lado.  




Lo que sentía ahora se asemejaba a un orgasmo a nivel de erupción volcánica. Mi interior era como Teminator, todas las heridas de corazón infligidas hacía unas horas en el instituto por esos campesinos analfabetos estaban cicatrizando como el cybor enviado desde el futuro.  




Me olvidé de la rubia futura señora botox, del guardaespaldas, de las miradas, de los motes, de mi mesa pintada... de todo... solo podía ver a Kai frente a mi sonriendo esperando a que me fuera con el a la academia. 




"Mama te amo" pensé.  




Corrí hacia su lado y comenzamos a andar en dirección a la academia, mientras Kai me preguntaba sobre lo que había comprado, le enseñe las nuevas camisas y pantalones de marcas que había cogido. Kai no dejaba de sonreír, era raro porque en el instituto su actitud de rey venía consigo el pack de mirada indiferencia, pocas veces sonreía y cuando lo hacía robaba corazones.  




Llegamos a la academia y me despedí antes de salir corriendo.  




- Kyunsoo- escuché tras de mi.  




Me giré a mirarlo.  




- Disculpa por lo de hoy... y la semana pasada. No volverá a suceder, lo prometo-  




- No importa, se me pasará... perdóname a mi-  




- ¿Por qué?- frunció la ceja mientras me miraba interrogante.  




- No... no es que sea agradable que sepas que a un chico le gustes. Lo siento mucho Kai, prometo no molestarte ni hacer nada que te haga sentir incómodo no tienes que preocuparte- fingí la mejor sonrisa que tenía- gracias por todo-  




Salí corriendo a la clase, lo escuché decir algo pero estaba lejos ya así que le quité importancia.  




Esa tarde practicamos una canción preciosa llamada "Read all about it" me costó un poco pillarle el truco porque lo canta una chica, pero en cuanto el profesor me dio la nota con el piano las cosas fueron mejor.  




La música era mi pasión, cantar era mi droga y mi puerta escapatoria. El día que había comenzado como la mas grande de las mierdas estaba terminando mejor de lo esperado. Había hablado con Kai por primera vez, y aunque no volviera a pasar seguiría siendo feliz, atesoraría ese momento en mi corazón para recordarlo siempre que me pusiera triste o alguien me dijera algo en el instituto.  




Era cierto que las palabras dolían pero cuando las personas que mas te importan seguían queriéndote o hablándote por ello, podías resistir y aún mas resistencia si la persona que amas no te trataba como una paria.  




Terminé de cantar y recogí mis cosas para irme a casa. Estaba agotado pero... por alguna extraña razón quería ver donde ensayaba Kai, así que comencé mi segunda misión del día. Debía pensar seriamente en dejar las películas de acción.  




 




La puerta estaba cerrada y asomé la cabeza por la ventanita de cristal que había en el centro, pero dentro no había nadie y me sorprendí. Arrugué la cara recordando haber seguido bien las instrucciones de la recepcionista. Miré arriba y vi claramente el nombre de la clase y ponía "Sala de baile". Kai dijo que salía dos horas mas tarde que yo entonces ¿Que pasaba?¿Me  habría mentido? 




- ¡Buh!- escuché tras de mi.  




Del susto lancé las bolsas al aire y cayeron todas al suelo mientras mis manos sujetaban mi pecho, parecía que mi corazón iba a salir disparado por la boca. Me giré y Kai se estaba riendo de mí.  




"Maldito chico sexy" le insultó mi mente.  




Kai no dejó de reírse mientras me agachaba a recoger las bolsas de mala manera, aquel susto casi se cobra una vida. Si eso era una misión al estilo James Bon,  había dejado claro que en esos momentos estaría a tres metros bajo tierra.  




Me giré indignado y molesto cuando conseguí reunir mis bolsas, aunque había sido el que intentaba acosar no me gustaba tanto que se riesen de mi después de darme un susto de muerte.  




- Espera espera...- gritó agarrándome de la muñeca.  




Descarga eléctrica instantánea atreves de los poros de mi piel, comenzando desde la muñeca hasta el dedo pulgar del pie, contrayendo la circulación de la sangre por mis venas y fulminando mis neuronas, algo semejante a lo que sientes cuando un profesor molesto arraña la pizarra con sus uñas. Santo cielo del amor hermoso, Kai me había tocado, ahora podía morir en paz. Virgen pero en paz.  




- No te vayas, lo siento - se disculpó acercándome a el.  




Era mas alto que yo así que tuve que alzar la mirada indeciso hacia el cuando me tuvo de nuevo a su lado.  




- Mi profesor no ha venido hoy- confesó.  




- ¿Y por eso dejas de ser bailarín para ser asustador de profesión?- solté, estaba molesto.  




- Lo siento Kyungsoo... ¿Me perdonas?- dijo haciendo aegyo.  




Sus ojos estaban penetrando en mi, como una gato suplicando por que su amo no lo regañase por destrozarle el sofá.  




- Vale- me di por vencido bajando la cabeza al notar que mis mejillas se estaban encendiendo.  




- Guay... ven- dijo arrastrándome.  




No me di tiempo a reaccionar cuando Kai me metió con el en la sala de ensayos, tras sacar la llave del bolsillo y abrirla como si fuera su casa. Nos metimos dentro y cerró de nuevo. Me soltó el brazo y caminó hacia una de las esquinas que había con una barra típica de bailarines de ballet para estirarse. Dejo la bolsa que llevaba y volvió a acercarse hacia mi que estaba en medio de la sala frente al enorme espejo que reflejaba tonto lo que tuviera enfrente creando otro mundo paralelo.  




- Te he escuchado cantar hoy....- me soltó sin mas- me gustaría bailar esa canción ¿podrías cantarla solo para mi?-.  




- ¿Qué?- pregunté con la boca abierta.  




- Por favor... ¿Podrías?-  




Intenté resistirme pero Kai no se le llamaba el rey por nada. Todo el era de la realeza y como tal conseguían lo que se proponían. Dejé las bolsas en el suelo y me puse a un lado de la sala pegado a la pared, Kai se posicionó en el centro de la sala de frente al espejo, puso una de las piernas atrás con la punta de los pies estirados, las manos las alzó de frente formando un círculo entre ellas y la espalda la mantuvo recta.  




- Ya puedes comenzar-  




"You've got the word to change the nation but you`re biting your tongue..." comencé a cantar.  




Kai se movía con gracia por la sala como si fuera una pluma, movimientos limpios con cada salto, cada giro, cada pose... necesité cerrar los ojos para seguir encajando bien las notas, el estaba haciendo su trabajo perfectamente y yo tenía que hacer el mío también igual de perfecto y no distraerme con la forma en la que su ropa se pegaba a su cuerpo con sus movimientos. Clavé las notas como el profesor me había enseñado y no necesitamos del instrumental para que aquello pareciera un concierto. Al terminar la última nota abrí los ojos y ví a Kai justo frente a mi.  




"Read all about it ooohhhh...." terminé casi sin alienta al verlo tan cerca.  




Mi espalda estaba escasos centímetros de la pared y de frente kai estaba rozando mi cuerpo, tenía la mirada agachada a mis labios y podía sentir su alienta sobre mis mejillas. Su respiración era algo ajetreada por el baile pero eso solo avivó aún mas mi mente pervertida.  




Temblé... temblé como nunca antes lo había echo. Sentía las piernas flojas amenazando como tirarme en cualquier segundo mientras mi garganta se iba secando. Sabía que tenía que alejarme rápido y salir corriendo de allí pero mi cabeza no respondía, deseaba saber que estaba haciendo Kai.  




- Y-ya... ya está la canción- suspiré nervioso.  




- Lo sé... la he escuchado todas las veces que la has cantado hoy... te queda mucho mejor que la canción de I didn't know de la semana antepasada- sonrió.  




- ¿Cómo sabes?- pregunté con la boca abierta.  




Lo vi arrimarse aún mas a mi avivando el calor que ya me estaba envolviendo con su cercanía. Su mano derecha se levantó lento hacia mi rostro. Cuando el tacto de sus dedos rozó mi piel, sentí escalofríos y como si fuera un gato cerré los ojos ante ese acto. Dejó la mano sobre mi mejilla y sentí como su pulgar comenzaba a acaríciame la piel, su gesto me calmaba y al mismo tiempo me producía taquicardia. Mi corazón latía mas rápido golpeando las paredes de mi pecho como si quisiera escaparse.  




- Porque llevo dos años escuchándote cantar... - susurró.  




Abrí los ojos con aquella declaración. ¿Kai llevaba dos años escuchándome?¿A mi?¿Cantar a mi? Que bajara Dios y lo viera, porque seguía sin creérmelo. Podía ser una broma pesada y no estaba dispuesto a caer. Intenté apartarme de el pero dio dos pasos rápido hacia mi y por auto reflejo avancé hacia atrás y me pegué a la pared.  




- ¿Ahora eres el acosador?- murmuré con la respiración entrecortada.  




- Solo desde que mi acosador dejó de ir a la biblioteca- sonrió.  




Vale, ese golpe si que no me esperaba.  




- ¿¡Tu lo sabías!?- grité.  




- Lo supe el tercer día, fingí dormir y te ví acercarte con la nota como siempre. La dejaste con cuidado sobre la mesa antes de apartarme el flequillo de la cara y volver a alejarte. Luego conseguí aprobar y quería darte las gracias pero cambiaron mi horario de ensayos y no volví a verte allí hasta que te trasladaron al siguiente año a mi instituto. - sonrió- Parecías tan perdido que me hizo gracia, cuando me acerqué para decirte algo tu me miraste y enseguida te fuiste así que me supuse que ya te habías olvidado de mi-  




¿Olvidarme de el? Es que acaso estaba mal de la cabeza, mi aire era el, mis pensamientos eran el y si le decía que tenía grabados todos los anuncios en los que había aparecido seguro que se asustaría.  




- No volvimos a coincidir en nada, hasta que un día te escuché por casualidad en el baño hablando con tus amigos, te habían aceptado en mi academia para las clases de canto e hice lo posible para que nuestros horarios coincidieran pero parece que no fue tan bueno porque solo yo podía verte-  




- ¿Te-te te importaba verme?- respondí con los ojos esperanzados.  




- Al principio era solo agradecerte pero... luego de tanto observarte si... me importaba verte todos los días Kyungsoo-  




Comencé a soltar bocanadas de aire para intentar relajar mis músculos que se habían puesto tenso, me habían entrado calores de repente y sentía mi corazón a punto de salirme por la garganta. Kai estaba a escasos centímetros mirándome como si fuera su presa y se preparase para devorarme y yo... joder yo le pagaría para que me devorase.  




Volvió a levantar la mano para sujetarme el lateral del cuello con delicadeza y atraer mi rostro al suyo. automáticamente me sujeté a su camisa para no perder el equilibrio haciendo que el se riera. Lo tenía tan cerca que podía sentir su aliento entrecortado sobre mi rostro.  




- ¿De verdad te gusto?- susurró a centímetros de mis labios.  




- S-si Kai... me gustas- respondí temblando.  




- ¿Cuanto?- no dejaba de observar mis labios y lo vi morder los suyos de forma provocativa.  




- Demasiado para poder soportarlo- dije la verdad.  




- Eso me gusta..- afirmó antes que sus labios atraparan los míos.  




Cerré los ojos al sentir la suavidad de sus labios empotrados con los míos, la calidez de sus manos aferrando mi nuca para que no me moviera, su lengua húmeda deslizándose sobre mi labio inferior pidiendo que la dejara entrar y eso hice encantado. Entre abrí los labios dejando que me penetrara con su lengua y llenara ese agujero en mi que había estado vacío desde el día que lo conocí.  




Tiró de mi para atrás y me pegué contra la pared sintiendo el peso de su cuerpo sobre el mío mientras su lengua buscaba frenética a la mía en una lucha de placer, se encontraron y se enredaron como serpientes transmitiéndose calor, pasión... excitación. Gemí cuando sentí sus manos adentrarse en la frontera de mi camisa y las yemas de su mano acariciar mi piel. Me separé un poco de sus labios para soltar aire y el aprovechó la ocasión para dirigir sus besos hacia mi barbilla, bajó hasta mi cuello donde jugó con mi piel y con mis reacciones ante su seducción.  




- Llevo bastante tiempo soñando con esto- susurró sobre mi piel antes de agarrar un trozo entre sus dientes y morderlo delicadamente haciendo que mi cuerpo se retorciera en deliciosas descargas eléctricas de placer.  




Mi corazón latía tan frenéticamente redirigiendo toda mi sangre a un lugar entre mis piernas que estaba mas dura que una roca en pocos segundos. Me avergoncé y me tapé la cara cuando mi erección rozó contra el. Se separó para mirarme pero me negué a destapar mi cara.  




"Idiota Idiota Idiota" pensé aterrado.  




Escuché una pequeña risa por parte de Kai antes de sentir como unos cálidos besos se depositaban sobre las manos con las que tapaba mi cara, recorrían mi brazo hasta terminar en mi hombro, era delicado conmigo, tan delicado que parecía que tenía miedo de romperme. 




- ¿Por qué te escondes?- preguntó.  




Negué con la cabeza sin sacar las manos y volví a escucharlo reírse entre la oscuridad de mi vergüenza, entonces sentí una mano acariciando mi dureza y solté un pequeño grito de sorpresa mientras sacaba las manos para mirarlo.  




- Kai...- gemí sin poder evitarlo.  




Presionó su mano aún mas fuerte sobre mi erección y las caricias sobre la prenda se hicieron intensas. Intenté cerrar las piernas para impedirle el acceso pero se anticipó a mis movimientos poniendo una pierna entre las mías.  




- Déjame tocarte- me susurró atrapando una pequeña parte de mi piel del cuello entre sus labios.  




- Aaahhhh...- gemí- No-no kai... a ti te gustan las chicas y... y no soy una chica...- jadeé.  




- Lo sé- 




Apartó sus labios de mi cuello y volvió a besarme de nuevo acallando mis gemidos. Su mano comenzó a bordear mis pantalones desabrochándolos mientras sus besos distraían mi mente para que no me diera cuenta de la situación. No sé como, ni cuando sus manos llegaron hasta la calidez de mi erección y con la palma de su mano comenzó a acariciar mi dureza haciendo que mi cuerpo se arqueara buscando aún mas placer de lo que su mano me estaba dando.  




Me levantó la camisa hasta el pecho dejando mis pezones libre, abandonó mis labios y bajó hasta el.  




- Si gritas mucho nos descubrirán- se rio antes de atrapar uno de mis pezones con el filo de sus dientes y presionar fuertemente.  




Me tapé la boca para ahogar el grito que corría por mi garganta a punto de salir mientras miraba a Kai jugar con mis pezones, metérselos en la boca, humedecerlas con la lengua, succionarlas o rozarlas con los dientes. Alternaba una con otra sin dejar de acariciarme el miembro con mas rapidez cada vez.  




Mis piernas comenzaron a temblar cuando sentí como una ráfaga de lava caliente recorría mi cuerpo, arrasando con todo a su paso reduciéndolo a cenizas, nada, cero. Apreté aún mas mis manos contra mi boca mientras mi corazón chocaba contra mi pecho avisando que el final estaba cerca.  




- Kyungsoo... - lo escuché gemir cuando se irguió hasta mi rostro.  




Lo miraba con desesperación, con suplica, con placer... mi rostro expresaba la explosión que llegó segundos después con una agudo grito que mis manos no pudieron contener. Mis piernas perdieron la fuerza al llegar al climax y enseguida Kai me sujetó con la mano que tenía libre.  




Me quedé colgado sobre su hombro jadeando durante unos segundos hasta el que el me ayudó a sentarme en el suelo. Sacó de su bolso de deportes una caja de toallitas de bebe y comenzó a limpiarme mientras yo estaba... directamente no estaba presente mentalmente.  




Me apartó el pelo de mi rostro medio sudoroso dejando que lo viera mejor, sin dejar de jadear.  




- Eres muy lindo- sonrió antes de darme un beso sobre la frente.  




- Yo no soy lindo- me quejé con el poco aire que estaba recuperando.  




- Para mi lo eres... bastante lindo- dijo antes de volver a acercar sus labios hasta mi boca y devorarlos de nuevo.  




"Holy shit" gritó mi cabeza.  




Kai volvió a acercarse hasta mis labios y mi cuerpo se fundió a temblores antes de volver a recibirlo sobre mis labios. Sabía tan bien que podía tenerlo sobre ellos eternamente.  




Pensé que lo que me estaba pasando era un sueño, si, justo eso, un hermoso sueño del que no deseaba despertarme porque nada tenía sentido, nada.  




- Vámonos ya antes que nos pillen- susurró separándose de mi.  




Sus palabras me trajeron de nuevo al mundo real, estaba en la sala de baile de mi academia y había dejado que el chico del que estaba enamorado me manoseara sin preguntar a que venía eso, y lo que era peor, alguien podía habernos pillado y a mi me daba completamente igual.  




Nos levantamos del suelo y comencé a colocarme la ropa rápidamente. Cuando conseguí abrocharme los pantalones que mágicamente Kai me había quitado agarré mi bolsa con las mejillas ardiendo y salimos por la puerta disimuladamente hasta llegar a la calle donde ya había comenzado a oscurecer.  




- Nos vemos Kyungsoo- susurró dándome un casto beso en los labios.  




Antes de decir nada lo vi meterse en una camioneta un poco alejada de nosotros y marcharse. Me quedé unos cuantos segundos mirando por donde se había ido intentando ordenar las ideas en mi cabeza.  




¿Qué acababa de pasar?¿Cómo era que Kai iba a mi academia?¿Y cómo es que siempre supo que era el chico de la biblioteca? Y lo mas fuerte ¿Qué coño había pasado en la sala de baile? Tomé aire profundamente para ubicarme en lo que debía hacer que era volver a casa, ducharme para quitarme mis boxers húmedos de encima y ver una película, estaba seguro que al día siguiente mi vida volvería a la normalidad.  




Mi madre me había despertado porque me había quedado dormido al no escuchar el despertador, pero no tenía la culpa Kai se había vuelto a meter en mis sueños. Desayuné corriendo y ella misma se prestó voluntaria a llevarme al instituto para que no faltara.  




De nuevo entré en aquel edificio como si fuera misión imposible, escondiéndome de todos. Las pocas personas que conseguían atraparme me miraban con asco, con repugnancia y la mayoría de chicas con odio.  




- ¿A que no sabes lo que ha pasado?- me dijo Chan nada mas verme entrar en la clase.  




Me acercaba a mi pupitre cuando me paré en seco. Estaba limpio, mi pupitre estaba libre de pintadas, de tipex y caricaturas obscenas. Fruncí el ceño dudando si todo lo que me había pasado el día anterior había sido fruto de mis fantasías y al recordar como terminé en los brazos de Kai sonreí antes de sentarme.  




"Si, seguro que todo fue un sueño" me dije.  




- Kyunsoo tio, hazme caso que es importante- me giré a mirar a mi amigo que estaba dando saltos contento en su silla.  




- ¿Que pasa Chan? Suéltalo-  




- Al parecer to...-  




Antes de terminar sus palabras escuché grito agudo. Nos giramos al mismo tiempo a mirar de donde provenía y me encontré a una de las chicas morenas bobaliconas futura señora stripper con los ojos fuera de sus órbitas y la boca abierta de par en par mirando la mesa de Kai.  




- ¿Quién hizo esto?- gritó señalando la mesa de Kai. No comprendía a qué se refería- ¿Has sido tu verdad enfermo mental?- se giró señalándome.  




Las demás chicas de clase se acercaron a ver lo que ocurría y todas ellas se giraron al igual que la futura señora stripper a mirarme con odio.  




Me hallaba en mi silla frente a mi pupitre con el rostro levantado hacia ellas sin comprender que las pasaba, tenía las manos a medio camino de poner mi cuaderno sobre la mesa para comenzar las clases.  




- ¿ehh?- soltó Chan igualmente confuso que yo.  




La morena se acercó con el séquito que se le acababa de unir hasta terminar frente a mi. No me dio tiempo a reaccionar cuando sentí un golpe y mi cara girar a un lado por inercia. Un segundo después mi mejilla derecha comenzaba a picarme, me llevé la mano al lugar donde me habían golpeado conmocionado. Me volteé a mirar a la morena con los ojos casi aguados sin comprender que la pasaba a esa loca.  




- ¿¡Cómo te atreves a cambiar tu pupitre con el del rey!?- me gritó.  




Las personas que iban tras ellas empezaron a reírse con el resto de la clase mientras me señalaban.  




- Bien echo Tiffany, hay que ponerle en su lugar- dijo una chica bajita a su lado.  




- Vuelve a poner tu mierda en su lugar ¿Te crees que porque el rey se enfadara con nosotros por la forma en la que te tratamos ayer te da libertades?- volvió a gritarme- tu no eres nadie en ese instituto ¿te queda claro?, eres menos que la basura que tiramos-  




Impotencia, de nuevo aquel dolor que había conseguido olvidar volvió a mi haciendo que me encogiera en mi silla y bajara la cabeza. ¿Que podía decir cuando eran todos contra mi? Deseaba llorar pero no quería que nadie me viera, no quería verme mas patético de lo que ya era pero... dolía demasiado. Mi corazón parecía resquebrajarse, y cada grita en el era igual que recibir navajazos en el... cortes pocos limpios con una navaja poco afilada a la que debes ejercer precisión para conseguir cortar algo.  




- ¿Se puede saber que te pasa?- gritó Chan levantándose.  




- Huyyy vino su novio a defenderlo- respondió la chica- No me das miedo jirafa, apártate-  




Empujó a chan tan fuerte que mi amigo se golpeó la cadera contra su pupitre y terminó en el suelo agarrándose donde recibió el golpe con dolor. Me levanté rápido y corrí hacia el preocupado, me puse de rodillas a su lado para mirar si se había herido en alguna parte.  




- Chan Chan... ¿estás bien?-  




Tenía los ojos cerrados y estaba dando vueltas sobre si mismo con el cuerpo curvado intentando paliar el dolor que seguro debería estar sintiendo.  




Cuando lo iba a ayudar a ponerse en pie sentí como me agarraban del pelo tirando de mi hacia atrás, incliné el cuello hacia atrás por culpa del dolor y vi a Tiffany de frente desprendiendo ira, con la otra mano libre me agarró el rostro para obligarme a mirarla fijamente.  




- Saca tu mierda pupitre del lugar del rey ya o pienso hacer de tu vida un infierno- me amenazó.  




- Eso haré yo con tu vida como no lo sueltes- escuchamos.  




Me giré con dificultad aún con el pelo agarrado y nos encontramos a Kai frente a la puerta de la clase, estaba sudando ya que algunas mañanas iba temprano a correr con sus amigos. Avanzó rápido hacia nosotros y agarró a Tífanny de la muñeca con fuerza obligándola a soltarme con un grito de dolor.  




- Kai... kai... me haces daño- lloró.  




- Si vuelves a ponerle una mano encima desearas no haberme conocido- gruñó con rabia.  




Bajé la cabeza avergonzado, las lágrimas habían comenzado a recorrer mi rostro no era capaz de detenerlas. El fuego de la rabia e impotencia me consumía por dentro ¿Por qué me había golpeado cuando no hice nada? ¿Por qué? 




- Pero Kai... el cambió su pupitre con el tuyo- se defendió la morena.  




- ¿Tu lo viste cambiarlo?- preguntó Kai.  




- Yo-yo... - comenzó a tartamudear- No lo vi pero sé que ha sido el, ¿Quien mas podría hacerlo?-  




Yo no había sido, acababa de llegar al instituto ¿Por qué debía culparme por algo que ni ella sabía? Me sentía aún peor. Me abracé en mi mismo de rodillas en el suelo donde estaba mientras las lágrimas me invadían con mas fuerza.  




- Kyung...- escuché su voz con cariño.  




- ¡Yo no lo hice!¡Juro que no lo hice!- me defendí sin abrir los ojos. No deseaba mirar a aquellos buitres que se estarían riendo de mi.  




- Kyung...-  




- ¡No te acerques a mi!- le grité en cuanto sentí su mano apoyado en mi espalda con gesto de consuelo- ¡Yo no tengo la culpa de ser como soy! Nunca me he metido con nadie de este instituto, pero ahora tengo que pasar por este dolor por algo que no puedo evitar ¿Por qué?- estaba gritando entre el llanto- ¿Tan malo es que te guste alguien? ¿Acaso es tan malo como matar a alguien? ¿O violarlo? ¿Mi pecado es mas grave que eso?...-  




- No lo es Kyung- respondió Kai con calma.  




Abrí los ojos para mirarlo. Tenía que tener una pinta horrible por todas las lágrimas que estaba derramando.  




- ¿Y porqué hacen que duela tanto?- le pregunté.  




Estaba agachado a mi lado y levantó una mano para limpiarme las lágrimas con delicadeza. Su tacto se me hizo tan familiar que por un segundo pensé que el sueño que había tenido esa noche había sido real, mi sueño de Kai y yo en la sala de baile.  




- A mi no me duele tu amor- sonrió cuando terminó de limpiarme las lágrimas.  




- ¡Kai!- escuché tras el.  




Levanté la vista y la rubia futura señora botox estaba tras el agarrándolo del hombro para que se levantara. Seguía portando aquella mirada cargada de asco y repugnancia hacia mi persona.  




- No te juntes con el, podría contagiarte- soltó la chica irónica.  




No me hubiera sentido mal si no fuera porque Kai dejó de acariciarme el rostro con el que me limpiaba las lágrimas después que aquella zorra hablase.  




- Hace falta mucho mas para contagiarse, Jessi- respondió.  




Giré la cabeza hacia mi amigo que se había puesto de rodillas agarrándose la cadera con ambas manos. Sentí culpabilidad.  




- No tanto Kai-  




- Si Jessi, hace falta mas.... algo como esto-  




Cuando me giré a ver a que se referían sentí los labios de Kai sobre los míos. Tenía los ojos abiertos como patos mientras se movían con familiaridad sobre los míos y no pude evitar cerrar mis ojos también pese a los murmullos, gritos, expresiones de shock e insultos.  




El beso no fue profundo, pero si pasional. Cuando se separó de mi yo tenía la respiración acelerada y mis ojos cerrados.  




- Creo que con esto estaré contagiado de por vida- se rio levantándose- vamos.  




Abrí los ojos y estaba extendiendo la mano para que se lo diera. Mi cerebro me obligó a obedecer y le di la mano para que me ayudara a ponerme en pie, sentí como tiraba de mi hasta que mi cuerpo golpeó con el suyo y uno de sus brazos me rodearon para mantenerme cerca de el.  




- Creo que ahora somos igual de repugnante que el ¿No crees Jessi?- dijo a la rubia medio en Shock que intentaba agarrarse a la mesa para no caerse muerta- Por cierto Tiffany, quien cambió las mesas fui yo no el, así que hazme el favor de no volver a ponerle una mano encima o no respondo-  




- Kai...- sollozó la morena.  




- Lo mismo va para el resto, buscaros a otro rey que sea menos repulsivo, yo abdico, solo necesito un súbdito en mi vida-  




- ¡Kai!- gritó la rubia.  




Kai me agarró de las manos entrelazando sus dedos con los míos y tiró de mi para salir de clase dejando a todos los del aula pasmados por la escena. Las chicas lloraban como si estuvieran en un velorio y la rubia futura señora botox parecía que le iba a dar un paro cardiaco.  




Nos alejamos por los pasillos hasta la salida de incendio, cerramos la puerta tras nosotros y Kai me pegó contra la pared. Me tocó la mejilla y gemí de dolor, se me había olvidado que me habían propinado una buena bofetada.  




- ¿Por qué dejas que te peguen?- me preguntó molesto.  




- No me lo esperaba- me defendí.  




- Vale pues a partir de ahora comienza a esperártelo- sacó de su bolsillo un pañuelo- para rematar te ha manchado la muy guarra-  




Tenía la vista alzada mirando a Kai como si fuera un espejismo fruto de mi imaginación dolorida por el maltrato psicológico.  




- Kai... ¿Por qué?- pregunté.  




- ¿Por qué qué?-  




- ¿Por qué hiciste eso hace un rato? Ahora todos van a ir contra ti, te vana humillar y... DIOS diles que fué sin querer no hundas tu vida escolar de este modo- le dije sollozando.  




- Si que estás echo un llorón- sonrió limpiándome las lágrimas.  




- No quiero que te hagan daño por mi culpa, yo puedo soportarlo...-  




- ¿Y te crees que yo no? Voy al instituto, trabajo, ensayo mas de dos horas y media al día en baile, cuando vuelvo a casa ensayo interpretación y así durante mas de diez años ¿Quieres comprobar quien tiene mas resistencia?-  




- No me refería a eso- le di un pequeño empujón en el pecho.  




- Lo sé y no me importa Kyungsoo... creo... no... estoy seguro- dijo acariciándome la barbilla de modo sensual- que me gustas y no me importa lo que digan los demás. ¿Te gustaría ser mi novio? 




Solté un pequeño grito de sorpresa antes de taparme la boca. Kai sonrió sin dejar de acariciarme la barbilla.  




- ¿Tu?¿Que?¿Conmigo?¿Yo?- mi mente era un caos.  




- Si tu Kyungsoo ¿Quieres ser mi novio?- volvió a preguntar.  




- ¡Pero si somos diferentes! Tu eres un idol y yo un anónimo, tu eres...-  




- Soy un acosador y tu también eres uno ¿Lo guay?- se rio- que no acosamos a otra persona que no sea el otro así que no busques mas escusas, me gustas...- susurró acercándose a mis labios- me gustas... y repito ¿Quieres... quieres ser mi novio?- susurró.  




- Si... quiero-  




Y me besó.  




 



 




 




 

Notas finales:

Aunque parezca mentira escribir esto me ha sido mas difícil de lo que esperaba porque no sé escribir histórias cortas. Deberé coger práctica. 

Espero que te haya gustado. 


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