Naruto bajó las escaleras tranquilamente. Triste por la acción que realizó con Itachi y de la duda si lo quería o no. Examinó la sala con cuidado dándose cuenta de que en el sofá reposaba un joven parecido a su enamorado. Encogiéndose de hombros fue hasta la cocina encontrándose con Itachi quien cocinaba su plato favorito – el de Naruto – rameen.
Itachi se volteó y lo saludó cortésmente mientras servía en la mesa ese gran plato. Naruto avanzó y se sentó, no le miraba a los ojos por pena, vergüenza, Itachi se dio cuenta de eso y el corazón se le encogió. Sin saber que hacer puso una mano en el hombro del más joven y con mucha delicadeza susurró palabras tiernas.
Un como estas, un buenos días no se decían en estas situaciones, un te quiero, eso era lo que el necesitaba pero sabía que no se esperaría nunca ese resultado. Itachi solo susurraba cosas con respecto al sexo, que le había encantado, que le gustó y que quería estar con él. En esa frase no especificó nada, solo puso a su disposición moviendo la cabeza afirmativamente.
Itachi le tomó de la mano y al besó como todo caballero. Con un simple gesto la mente de Naruto vaciló por segundos, si bien ese gesto era necesario a Naruto le llenó por completo. Itachi lo respetaba y eso era un gran comienzo.
El silencio después de ese gesto no era incómodo, aunque Itachi por impulso invitó a desayunar verdaderamente a Naruto en uno de sus restaurantes favoritos lo cual al rubio le sorprendió, para ser una aventura de una noche se lo toma bastante en serio pensaba Naruto confundido por la oferta de su profesor.
Itachi percibió dudas que se disiparon un si ligeramente pronunciado. Su corazón pegó un brinco que desde hace tiempo no hacía. Se alegró por un instante de sentir emociones como esas, a sus treinta años pensó que eso como le llamaba ya no existiría.
Suspiró suavemente, tendría que llevar a Naruto a su casa, esperarlo y demás. Le propuso al rubio dicho plan y aceptó con una sonrisa que sonrojó ligeramente las mejillas de Itachi. Una vez terminado el micro desayuno se puso la misma ropa del día anterior, el moreno por su lado estaba vestido con ropa casual, se montaron en el carro dirigidos a casa de Naruto.
Con mucho escándalo sonaba el celular del rubio, lo contestó y habló con su padre, le dijo que se calmara que ya estaría en casa que iba para allá, pero la preocupación de Minato no yacía en eso informándole a su hijo que tuvo que irse de viaje a otro estado por negocios, volvería en una semana.
Naruto sonrió ante eso.
Itachi dedujo por esa sonrisa que la casa estaba sola y que el plan que diseñaron ambos funcionó por completo. Naruto bajándose del carro se fue a casa a cambiar, duchándose rápidamente y sin tiempo para escoger ropa tomó lo primero que encontró y vistiéndose velozmente salió por la puerta con mucha emoción.
Estaba por completo enamorado de su profesor.
Itachi veía al rubio salir con una sonrisa y todo apresurado, causándole gracia la imagen que percibía. Con Naruto ya montado en el carro le besó tiernamente en los labios, el rubio extrañado ante este gesto volteó la cara a la ventana ocultando la sonrisa que le causó ese acto.
Con un silencio no tan cómodo se dirigieron a un restaurant que servía desayunos, Itachi solamente contemplaba la cara del rubio.
Naruto se bajó con mucha vergüenza, Itachi le tomó la mano entrelazando sus dedos con los de él. El rubio se acercó más a Itachi abrazándolo, necesitaba su calor, su olor que le encantaba que le volvía loco. Sintió como Itachi le correspondió el abrazo sonriendo, fue una buena elección pensó mientras cerraba los ojos relajándose en el pecho de su amado.
Tomaron asiento, pidieron el desayuno y ya una vez servido comieron, se divirtieron, les agradaba estar uno con el otro y la química aumentaba con el pasar de los minutos. Naruto estaba consciente de que eso pronto se acabaría, pero él disfrutaba del momento, de las oportunidades y eso no se lo perdería. ¡Hablaba con la persona que amaba fluidamente! ¡Al carrizo si es un profesor! ¡Total! No estaba casado ni tenía hijos. Completamente soltero.
Itachi pidió la cuenta amablemente, posó su mano encima de la de Naruto agradeciéndole por todo, pero necesitaba preguntarle algo, su corazón se quemaba con esa pregunta, jamás estuvo tan nervioso y no quería disimularlo para nada, sintiéndose a la vez conmovido y cautivado por esa juventud y derroche de picardía que naturalmente Naruto poseía se atrevió a interrogar.
¿Quieres volver a quedarte en mi casa esta noche? Haremos lo que tú quieras – soltó
Claro, mi papá no estará por una semana en casa ¿Qué coincidencia, no? – susurró
No creo en las coincidencias, esto es causalidad, además por algo pasan este tipo de cosas, quizá el destino nos quiera juntos Naruto – pronunció aflorando sentimientos reprimidos que no se permitió decir mientras tenía sexo con el rubio. Hablar con Sasuke de alguna manera u otra le hacía ver muchas cosas, brotando su sensibilidad.
Naruto sonrió, pasar otro día completo con su enamorado.
Itachi canceló la cuenta y tomándole la mano a Naruto se dirigieron al carro. Naruto sentía volar en cada palabra y gesto de Itachi ¿Qué le habría pasado para que actuase de esa manera? Antes estaba más seco y no tan sensible y considerado. Su corazón adolescente empezaba a esperanzarse por completo.
Quizá por tan solo un momento Itachi lo amaba, de eso tenía aun dudas, pero de lo que si estaba aseguro era que un cambio se produjo en el moreno y todo gracias a él.
Si te importo después de todo Itachi Uchiha – pensó el rubio con una sonrisa, besando los labios de su profesor