Lim Ha In POV
Fui a la biblioteca como siempre desde que él hacía su servicio ahí. Nadie notaba esa atracción por él ya que soy muy aplicada en la escuela e ir a la biblioteca era algo lógico. Siempre me encantó esa sonrisa que todo el tiempo traía consigo, me contagiaba y me apartaba de mi asquerosa vida rutinaria donde debía acatar las reglas de mi omma junto con su insoportable esposo, además de ver como éste la maltrataba.
— ¡Hola! ¿Vienes por mate o química?
— Hola Yeol —le sonreí— hoy vengo por física cuántica —bufó.
— Entendería más el arameo que todo eso que lees.
— ¿Lo has leído? —dije sorprendida.
— ¡Claro! Estoy en mi servicio... Ultimo año...
— Ahhh.
— Babo —nos reímos. Mis frecuentes visitas ya nos habían acercado a pesar de lo tímida que era. Además, con Yeol, ¿quién no hace amigos? Nuestras risas se vieron interrumpidas por la presencia de otra persona.
— Eeeemmm —ambos volteamos para mirar a un chico apuesto de prominentes labios y tez morena. No le presté mucha importancia, de hecho, desde que me gustaba Yeol ningún otro chico llamaba mi atención aunque debo decir que aquel era apuesto. Vi que Yeol aún no me daba mis libros por mirar embelesado al chico con la boca semiabierta. ¿Quién era aquel que robaba la atención que Yeol me prestaba a mí? ¿El popular de la escuela? ¿Algún amigo suyo? Comencé a sentir celos... ¿Celos? ¡Bah! ¡Es un chico!
— Eeeh ¿Yeol? Mis libros...
— Ah sí... —me los dio sin mirarme siquiera — ¿en qué puedo atenderle? —el chico apuesto estaba por explotar mi paciencia. Yeol no era de los que ofrecían su ayuda a la primera (por políticas del lugar) y por las pintas que se cargaba ESE jamás había pisado la biblioteca. Ahora que lo pienso... Quizá por eso el asombro de Yeol… Dejé de verlo y dirigí una mirada más a aquel joven y me llevé una sorpresa al ver que me seguía viendo.
— ¿Te conozco? —dije con desdén.
— N-n-no... No sé... —balbuceó mientras miraba hacia abajo poniendo una mano en el cuello— soy Jongin...
— Mmm —de reojo vi que Yeol se repetía a sí mismo “Jongin” varias veces como si lo tratara de memorizar.
— Eeh Jongin ah... Como verás el lugar está lleno, si quieres quédate aquí en mi cubículo —yo lo miré con la boca abierta incrédula. Ese lugar no se lo ofrecía a nadie ni siquiera a mí... Sí, me apartaba mi mesa, pero nunca me había invitado a su cubículo. Un dolor punzante dentro de mí comenzaba a crecer...
— ¿Y la mesa de allá?
— Es de ella —defendió como si yo no la compartiera con nadie... Como si no lo quisiera conmigo sino con él. ¿Qué cangrejos le pasa a Yeol hoy? Jongin me vio con ojos suplicantes y dignamente le di la espalda para irme a mi mesa. Estaba lo suficientemente cabreada como para aguantarlo a él en vez de aguantar los celos que me estaban entrando. Se supone que no debo sentir esto ya que son chicos, pero la reacción de Yeol fue algo inédito.
Realicé mi tarea en un tiempo superior al que pensaba debido a la falta de concentración. Y es que la risa de Yeol no es muy sutil que digamos. Cualquier otro día, esa risa hubiera hecho palpitar mi corazón de una forma hermosa, pero recordar que esas risas eran provocadas por ese tal Jongin me hacía hervir la sangre. A ratos volteaba a verlos y estaban en una conversación misteriosa donde ambos me lanzaban unas miraditas fugaces. Yeol ya no sonreía con sinceridad. Ahora su risa era vacía, pero Jongin seguía igual, con su sonrisa intacta. Me dieron ganas de parármele enfrente y exigirle que se disculpara con Yeol por hacerlo sufrir como se veía que lo estaba haciendo aun sin saber el motivo.
Jongin escribió algo rápido en un pedazo de papel, se lo dio y se fue. Chanyeol lo transcribió en una libreta y la guardó. Al terminar e irme, le fui a devolver los libros sin decirle nada. Ya estaba en la puerta cuando Yeol me habló.
— ¡Hey! —me detuve y me alcanzó. Lo miré de mala forma. Tanto tiempo tratándonos y nunca me ha llamado por mi nombre (y se lo he dicho infinitas veces) y ese tal Jongin sólo tuvo que decirlo una sola vez para que él lo aprendiera.
— ¡¿Qué?!
— Jongin me dejó esto para ti —dijo con la cabeza gacha. ¿Por qué estaba sufriendo mi orejitas kawaii (así le decía en mis pensamientos)? Estiró su mano dándome un papel con un número telefónico anotado teniendo un “Jongin” hasta arriba con una caligrafía no muy bonita que digamos.
— No lo quiero —si ésta era la razón de su sufrir la iba a rechazar rotundamente sin pensarlo dos veces.
— Ahhh Jebal…
— No Chanyeol.
— ¿Ahora soy Chanyeol y no Yeol? ¿Estás enojada o algo así?
— Te conozco de más tiempo y no me has dado tu número. Pero sí consideras prudente que tenga el de un tipejo que acabo de conocer… más bien que TÚ acabas de conocer.
— Mianhae. —anotó algo al reverso del papel y me lo dio de nuevo— ten mi número.
— Eso es trampa, me estás dando el de Jongin realmente.
— Guárdalos y márcame más a mí —me hizo un guiño al cual no me pude resistir.
— ¿Por qué lo ayudas? —murmuré mientras metía el dichoso papel a mi bolso.
— ¿A qué? —hizo esa expresión de sorpresa que tanto me gusta.
— Le gusto ¿cierto?... —su rostro volvió a apagarse.
— Ahhh… tengo gente esperando —comenzó a retirarse— ¡márcame! —gritó. Comencé a sentir las miradas de envidia de muchas de las que estaban ahí por este último comentario y me fui regodeándome.
Al llegar a casa me tumbé en mi cama pensando en lo ocurrido el día de hoy e ignorando los gritos de mi omma y su esposo celoso. Ya le he dicho muchas veces que lo deje, que lo corra de la casa y no le importa porque “lo ama”. El amor debe darse por ambas partes. Sin embargo, eso me lleva a pensar en Yeol. Él no me quiere, pero sigo aferrada a él aunque soy más bien como su fan. La diferencia entre mi omma y yo es que a ella la maltratan y a mí me hacen el día. Menos hoy. ¿Quién es Jongin y qué le hizo a Yeol para que su humor cambiara en tan poco tiempo? Algo le tuvo que haber dicho para ponerlo así. Traté de hacer memoria.
“— ¿Por qué lo ayudas? —murmuré mientras metía el dichoso papel a mi bolso.
— ¿A qué? —hizo esa expresión de sorpresa que tanto me gusta.
— Le gusto ¿cierto?... —su rostro volvió a apagarse.”
A Yeol le pone mal que yo le guste a Jongin pero enamorado de mí no está. ¿Será que…? No, me niego a creerlo, él siempre ha estado rodeado de chicas… pero no ha andado con ninguna… Las cosas empiezan a cuadrar con esa teoría.
Estaba dándole vueltas al dichoso papel con el número de ambos. A Jongin por supuesto que no le iba a hablar sin embargo lo registré en mi móvil, pero a Yeol… le iba a marcar, eso era seguro, pero ¿de qué hablaríamos? Si yo sólo tenía en mente esta intriga.
Marqué el número. Sonó dos veces.
— ¿Yeobuseyo?
— Yeol. Soy yo.
— ¡Marcaste!
— ¿Eres gay?