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Once Upon A Time... / JongKey por Locker

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Notas del capitulo:

Bueno, aqui Locker con un nuevo Fic y esta vez es Jongkey *-* ajshdajsdh bueno, espero que les guste, este fic estaba previsto para ser estrenado el dia del cumple de la nalgona, pero.....NO ME AGUANTE EN SUBIRLO! asi que, aqui se los dejo, ah! y tambien junto a una amiga, Minle91 creamos una pagina en donde podran saber cuando actualizamos, asi que les dejo el Link en las notas finales~

Ahora lean >:D

Rápidos pasos se escucharon por toda la estancia, para luego dirigirse hacia las escaleras, varios tropezones y caídas se pudieron oír, y los dos adultos que se hallaban en la sala de estar se observaron mutuamente preocupados, y luego un portazo se escuchó. Los dos mayores se dirigieron hacia la habitación de su pequeño hijo de diez años, quien justo habia cumplido años ese 23 de septiembre, y nadie lo habia recordado.

-Kibum, cariño. ¿Qué ocurre?-La voz preocupada de la fémina se escuchó del otro lado de la puerta de madera, pero el pequeño ignoro la pregunta. Metido bajo la cama se hallaba Kibum, sollozando bajito para que nadie lo escuchara.

Nadie lo recordó, ni siquiera ellos.

-Campeón, abre la puerta-Su padre habló, pero el pequeño seguía negándose a dirigirles la palabra, le habia dolido en el alma que nadie recordara su cumpleaños número diez, él habia estado toda la semana mencionando la tan ansiada fecha, pero diablos, nadie lo recordó, inclusive el día anterior le dijo a sus padres que solo faltaban tres horas, pero estos solo le dijeron que fuera a dormir, que mañana tenía escuela.

-Creo que no quiere hablar cariño, mejor dejémoslo solo-Menciono en un murmuro la fémina, pero ese murmuro fue audible para el pequeño pelinegro que ya tenía sus ojitos de gatos rojos e hinchados por las lagrimitas que no deseaban cesar.

Ellos…aun no lo recuerdan.

Se escuchaban los pasos de sus padres alejarse, pero aun así, el pequeño no paraba su llanto silencioso. Observo todo desde bajo su cama, todo parecía igual pero luego recordó que él, podría venir una vez al año, y ahora utilizaría esa vez, solo para poder ser feliz a su lado.

-Puppy…Te necesito-Murmuro el pequeño hipando y cerrando sus pequeños ojitos gatunos.

El pequeño Kibum sentía un fresco viento de primavera rozar su pequeña carita, también podía sentir el pasto bajo su cuerpo que le causaba un poco de comezón en todo su cuerpo.

Tic Tac

Tic Tac

Kibum  comenzó a abrir sus ojos, un pequeño y constante pisoteo, incluido el Tic Tac de un reloj de bolsillo en su oído él podía oír. Con pereza se sentó y como un gato se estiro, aun somnoliento observo todo el lugar hasta que una alta figura tapo su visión. Largas y blancas orejas, esponjosa cola blanca que parecía un suave algodón, cabello un poco largo y castaño, pero a la vez ondulado, traje blanco un poco ceñido al cuerpo y para finalizar, unos zapatos blancos.

¿Quién será?

Con curiosidad en su cara el pequeño seguía,  formulándose en su pequeña cabecita, quien sería ese extraño. Rayos, ojala aquel extraño se voltease para que el pequeño pudiera  al fin dejar su curiosidad contenta,  pero el extraño solo guio su mano hasta su bolsillo y saco un bello reloj de bolsillo, haciendo que el sol se reflejara en aquel objeto dorado y el reflejo le llegara en los ojitos gatunos, cegándolo por unos instantes.

Tic Tac

Tic Tac

Y el constante zapateo seguía, el pequeño aun no lograba ver bien, así que decidió guiar sus pequeñas manitas hacia sus ojos para rascarlos y tal vez, solo tal vez, poder ver un poco mejor.

-Kibum, ya es tarde-El pequeño hizo más pequeños sus ojos para poder ver bien, luego de haber enfocado su vista en aquella figura, pudo saber quién era.

-¡Jinki!-El pequeño dijo eufórico. ¡Claro que era Jinki! ¿Quién más le dedicaría esas bellas sonrisas que aquel hombre poseía?

-Kibum, ya es tarde-Con una sonrisa abarcando todo el rostro, Jinki desapareció, dejando a Kibum extrañado. ¿Tarde para qué?, Kibum no tenía nada que hacer, no tenía ningún compromiso que hacer, además sabía que estaba metido en alguno de los cuentos que él habia escogido. A todo esto…¿En qué cuento estaba metido?.

Las orejas, el traje y la cola blanca…

¡EL CONEJO BLANCO!

Kibum supo que estaba metido en el cuento de Alicia en el País de las Maravillas, ahora el problema era averiguar a que estaba llegando tarde. El pequeño aún estaba sentado sobre el pasto, pensando a que llegaría tarde, pero nunca hallaba respuestas a esas preguntas formuladas en su cabecita. Sin más suspiro y se levantó de su lugar, sacudiendo su ropa, ahora que lo notaba, ya no tenía su antigua ropa, traía otra puesta. Traía un pequeño short azul cielo, no tan apegado, una camisa blanca manga corta, también tenía unos suspensores que colgaban del short, y traía unas convers negras junto a unas calcetas blancas que llegaban hasta su rodilla. De repente observando sus convers un mechón de cabello cayo en sus ojitos, lo observo y su cabello era rubio, ya no era negro, si no que era completamente rubio, ¿En qué momento habia sucedido eso?, se llevó ambas manitas hacia su rostro y suspiro, estaba decidió, si su Puppy no venía por él, él tendría que ir en su búsqueda. Quito sus manitas de su rostro y observo a ambos lados, ¿Qué lado debería tomar? ¿Derecha o izquierda?. Concentro su vista en medio, y siguió ese camino de piedra que se le presento de repente, sabía que iba por el lado correcto.

Grandes árboles adornaba el camino de piedra, y el pequeño con adoración observaba, los árboles que mantenían escondidos entre sus bellas hojas, frutos que con solo mirar se te hacia agua la boca, Kibum se detuvo frente a uno que llamo su atención, es rosa, aquel árbol era rosa y tenía camuflado entre sus hojas unos bellos cupcakes rosados, Kibum amaba el rosa, y más si estaba en sus dulces preferidos, se llevó uno de sus deditos hacia su boca, de verdad quería un cupcake de ese árbol, se le estaba haciendo agua su boquita acorazonada.

Quiero uno, sacare uno solamente y luego seguiré con mi camino.

Mientras el pequeño intentaba subirse a aquel árbol, justo tres arboles atrás se hallaba, por así decirlo, un chico gato. Aquel chico gato dormitaba cómodamente sobre una de las ramas más altas del árbol, mientras que meneaba su larga cola de un lado a otro, a la vez que también dibujaba figuras amorfas en el aire perezosamente.

-¡AH!-El chico gato se despertó sobresaltado al escuchar aquel chillante grito, busco por todas partes al causante de su despertar, tenía el entrecejo fruncido, estaba enojado, vaya que lo estaba, nunca le gusto que lo despertaran de su siesta diaria, y al haber encontrado al causante, suspiro y sonrio a lo grande, ahora el niño estaba en sus territorios.

Veo que el pequeño Kibum ha llegado.

De un salto quedo de pie en el suave pasto y con las manos en los bolsillo se dirigió hacia el pequeño que yacía sentado en el suelo ya lloriqueando a moco tendido. El chico gato soltó un suspiro y sonrio socarrón, ese niño a veces era un completo llorón.

-Pero vaya, ¿Que tenemos aquí?…-El pequeño volteo pero el chico se esfumo para aparecer al lado contrario de él-Es el pequeño Kibum, o debería decir…-Nuevamente se esfumo de la vista del pequeño, para aparecer flotando sobre el con una gran sonrisa.

TaeMin es…Cheshire

-La pequeña Alicia…-La voz de TaeMin era completamente ronca y tenía un toque de sensualidad que pasaba desapercibido por el menor, el pequeño lo observaba con total fascinación, las orejas negras del chico que mostraban unas finas líneas azul eléctrico, la cola larga y rayada, tenía líneas negras y azules eléctrico turnándose en la cola, su ropa era completamente negra, traía unos pantalones entubados que estaban rotos en la parte de los muslos, unas botas de militar negra , una polera negra rota adelante como si alguien la hubiera arañado y dejaba expuesta un poco de la blanca piel del chico, una chaqueta de cuero sin mangas y un pircing en el labio inferior, y sus ojos estaban completamente delineados en negro, remarcando esos bellos iris azules. Vaya que era espectacular esa criatura que estaba sobre su pequeña cabecita rubia.

-Tae, ¡Te vez genial¡-El pequeño chillo de alegría olvidando el dolor en su traserito por la caída, se levantó de su lugar para poder observar fijamente al chico gatuno, ¿Cómo puede ser tan tierno ese pequeño?, todos se preguntaban lo mismo desde la primera vez que lo vieron.

-Pues le agradezco el comentario pequeña Alicia-TaeMin hablaba mientras se daba una vuelta en el aire, para luego posar ambas manos hachas puños en su cara, como si estuviera recostado sobre el suelo a la vez que su cola se meneaba en el aire-Pero, creo que ya vas tarde pequeño-Y otra vez lo mismo, Jinki ya le habia dicho que iba tarde, ¿A que iba tarde?. Kibum seguía cuestionándose, tanto que no se dio cuenta en cuanto TaeMin desapareció, dejándole frente a sus narices dos pequeños cupcakes bien decorados y apetitosos, los ojos del pequeño se iluminaron y gustoso los tomo, para llevarse ambos a la boquita acorazonada y morderlos a la misma vez, ensuciándose la pequeña carita con el betún rosa de los cupcakes.

Luego de haber comido sus cupcakes, decidió continuar con su camino, pero el problema era, ¿A dónde tenía que ir?, sin darse cuenta sus pies caminaban solos, y de un momento a otro, se hallaba solo, en medio del bosque. ¡Rayos!, ahora si estaba perdido, no sabía a qué lugar tenía que ir, de seguro y algún oso se lo come, o quizás el Yaverwoki venia por él y se lo comía y…Tal vez no, quizás su Puppy no lo puso en la historia. Soltó un suspiro largo y dirigió su mirada al suelo, ahora en verdad no sabía qué hacer, bueno, del principio nunca lo supo.

-La pequeña Alicia ha llegado a nuestro territorio-El pequeño levanto la vista, encontrándose con un chico bastante conocido para él, bueno, no tanto. ¿Sera KwangMin o YoungMin? La pregunta rondaba por la pequeña cabecita, hasta que detrás de aquel chico de ropas un poco coloridas salió otro idéntico, eran los gemelos.

A ellos les toco ser Tweedledee y Tweedledum.

-Pero si es el pequeño Kibum que se haya en nuestro territorios-Chilló el chico que habia salido detrás del primero- Está más lindo de lo que recordaba-El pequeño sonrio, definitivamente el que le habia hablado de esa manera era YoungMin, el chico siempre lo trataba como si fuera un pequeño muñequito de porcelana y lo alagaba diciendo que era una ternurita con patas. YoungMin se le acerco y se puso a la altura del pequeño mientras le dedicaba una sonrisa para luego abrazarlo, el pequeño se sorprendió un poco pero luego recibió el abrazo del chico. YoungMin se separó del pequeño y lo observo, peinando los cabellos dorados rebeldes del pequeño y le susurro un “Se te hace tarde” para luego levantarse e ir con su hermano, quien observaba la escena enternecido por lo tierno que era su hermano con el pequeño. Y ahora eran ellos quienes le decían lo mismo, ¡Tarde para que! Quería gritarles Kibum, pero ya era demasiado tarde, ambos chicos habían desaparecido, como lo hizo Jinki y TaeMin. Kibum llevo su palma a su pequeña carita golpeándola, ¡Porque todos le decían la misma frase y no duraban más de 10 minutos con él, esto ya estaba hartando al pequeño, pero decidió calmarse y seguir con su trayecto, aunque no supiese a donde diablos llegar.

Camino, camino….Y camino, era lo único que hacia el pequeño, ya se estaba cansando, él quería sentarse, pero su conciencia también le decía que llegaría tarde, ojala supiera a que llegaría tarde, pero nadie le decía, solo le decían que ya estaba retrasado y luego se esfumaban, así de la nada.

No tan lejos de él, se avecinaba en un carruaje la Reina roja, quien iba en busca de la pequeña Alicia, no deseaba que ese tonto cara de perro se quedara nuevamente con él, ahora el pequeño seria solamente de él y no lo regresaría nunca más al mundo real.

Kibum caminaba por lo que se suponía, era un camino de tierra, tenía sus pequeñas manitas metidas dentro de los bolsillos, mientras que al caminar pateaba una pequeña piedra que se le habia cruzado algunos metros atrás. Estaba cansado, tenía hambre y un poco de sueño, y eso señores no era una buena combinación en el pequeño, aunque tuviera carita de Angel, el pequeño podría llegar a ser el mismísimo Lucifer cuando se enojaba. Kibum se detuvo en seco al escuchar un ruido. Era el ruido de un carruaje, se volteó lentamente y pudo observar que un carruaje se avecinaba en su dirección, el pequeño abrió sus ojos sorprendido y se echó a correr, en cualquier momento el carruaje le pasaría por encima y él no quería eso. Corría y corría, trataba de correr más rápido pero sus cortas piernitas no le daban para mucho.

Podría adentrarme al bosque, vaya Kibum eres un tonto de primera, si tan solo se te hubiera ocurrido desde un principio.

El pequeño ahora guio sus pasos rápidos hacia dentro del bosque, allí por fin pudo tomar un gran respiro, se llevó una manito a su pecho y pudo sentir el rápido palpitar de su pequeño corazón.

Creo que será mejor que tome asiento para descansar un poco.

-Rosa, ¿qué tipo de florecilla extraña es aquel que está sentado a nuestros pies?-El pequeño asustado se volteó bruscamente y pudo observar a unas cuantas flores charlar entre ellas, observo como la Rosa lo observaba analizadoramente, tratando de descubrir que era aquel intruso que estaba en sus preciados terrenos.

-Pues no sé qué sea-Respondió la Rosa que tenía aun fija la vista en el intruso.

-Podría ser una margarita-Le dijo un Lirio a su lado, pero la Rosa no creía que el pequeño intruso fuese una margarita.

-Lirio, no es una margarita-

El pequeño Kibum solo observaba a las flores, se podría decir que, riñendo por saber que era exactamente el niño, o mejor dicho, que flor era, el pequeño solo las observaba fascinado, en verdad eran bellísimas las flores que se le interponían en su vista y no podía dejar de verlas.

-¿Crees que podría ser un tulipán?-Pregunto un Jazmín desde el otro lado del pequeño.

-Disculpen…-Dijo el pequeño en un tono bajo, pero las flores lo pudieron oír, todas y cada una de las flores de ese inmenso jardín observaron con atención al pequeño. Nervioso, así se encontraba Kibum, estaba nervioso, no le agradaba la forma en como las flores lo observaban-Yo no soy ninguna flor-Levantándose y sacudiendo su traserito del polvo que estaba en su pantalón, se puso derecho y observo a aquella magnifica flor, la Rosa, quien era la reina del lugar. Las flores comenzaron a murmurar, murmurándose entre ellas “Si no es una flor, ¿Acaso será una mala hierba?”  Muchas se asustaron, no deseaban a una mala hierba cerca de ellas, una mala hierba podría dañar sus pétalos y no deseaban eso.

-¡Entonces eres una Mala Hierba!-Grito el Jazmín quien con sus hojas empujo al pequeño, haciendo que casi quedara de rostro en la tierra.

-¡Yo no soy una Mala Hierba! ¡Ni siquiera soy una flor!-Enojado, Kibum se habia enojado y estaba furioso, ¿quién se creía esa estúpida flor al empujarlo?, ni siquiera su madre le habia puesto un dedo encima y esta estúpida flor lo empujaba.

-Entonces que eres-Kibum observo a la Rosa quien tenía sus brazos cruzados.

-Soy un niño, ¿Qué no lo ven? ¿Oh acaso sus pequeños cerebros de flor no lo procesan?-Kibum no se pudo aguantar al decirles algo que las hiriera, y lo logro, las flores de todo el jardín se ofendieron. Ellas no eran tontas y no tenían un diminuto cerebro, al contrario, eran sumamente inteligentes y lo sabían todo, bueno, eso según ellas.

-¿Un niño? ¿Y qué es eso?-Kibum resoplo un poco molesto, no estaba de ánimo para responder cosas obvias, tenía hambre, mucha hambre, estaba cansado y solo quería ver a Puppy, pero aun no lograba encontrar al moreno, y eso lo estaba irritando mucho más de lo que ya estaba.

-Un humano, una persona, algo que no es una tonta flor, es de carne y hueso-Kibum llevo una de sus manitas hacia sus sienes, estaba agotado, y si seguían haciéndole preguntas tan idiotas como aquellas, no sabe que les haría a esas flores si seguían así.

-¡Oye tú! Seas lo que seas, no debes tratarnos así, nosotras tenemos sentimientos-Kibum observo al Jazmín que seguramente comenzaría a lloriquear.

-Pero no tienen cerebro-Al decir eso el pequeño, todas las flores se enojaron, y comenzaron a corretearlo con sus hojas, el pequeño se quejaba, en especial de las rosas, estas tenían espinas y pinchaban su pequeño cuerpecito, seguramente no saldría sanito de esta-¡IDIOTAS! ¡USTEDES SON UNAS ESTUPIDAS FLORES!-Grito Kibum al ya hallarse fuera de aquel horrendo jardín en donde lo agredieron. Lloriqueo el pequeño sobándose sus partecitas afectadas, tenía varias partes de su ropita rasgada y unos que cuantos rasguños por aquí y por allá, su piel era delicada, y él se esmeraba en cuidarla aunque tan solo fuera un niño de 10 añitos.

Camino sollozando por lo que parecía ser un laberinto, no supo cómo, pero se adentró allí. Nunca espero que esto pasara, él solo quería celebrar su cumpleaños con su Puppy, pero todo resulto mal. Siguió caminando, con su mirada gacha, sin fijarse que más adelante chocaría con un gran hongo.

-¡Au~!-Se quejó sobándose su pequeña frentecita, ya estaba cansado, ya no quería más, así que no encontró nada mejor, que largarse a llorar.

-¿Porque lloras?-Kibum levanto su vista borrosa por las lagrimitas acumuladas dentro de sus felinos ojitos, no pudo ver bien, ya que sumándole las lágrimas que nublaban su vista, el humo del lugar no ayudaba mucho-Te pregunte, ¿Por qué lloras?-El humo se fue dispersando de apoco, dejando un poco más visible al portador de la voz, quien se hallaba sobre el gran hongo,  él era el causante de todo el humo por estar fumando. Aquel hombre tenía su cabello negro, unos iris de color azul, un muy hermoso azul, traía un monóculo en el ojo derecho, tenía puesta una camisa blanca abierta, dejando a la vista su muy bien marcado abdomen, y unos pantalones de tela negro, no traía zapatos, estaba descalzo-Niño, te pregunte, el porqué de tu llorar-Kibum se quedó un poco hipnotizado con aquel guapo hombre, aquel hombre flectò su pierna izquierda, para luego posar su brazo sobre el y darle una calada a su pipa.

Es Absolem, este hombre es Absolem, ¿pero quién será?

-Lloraba por que no sé qué es lo que hago aquí realmente-El hombre solo le sonrio ladino observando el cielo.

-Tú si lo sabes, solo no sabes a donde llegar-La voz del hombre era ronca. Dándole otra calado a su pipa, exhalo el humo en la carita del pequeño- T-ù s-i s-a-b-e-s- -Kibum tosió, alejándose un poco de aquel olor tan asqueroso a tabaco.

-¿Quién eres?-Le pregunto Kibum, nunca antes habia visto a aquel hombre, esta era la primera vez de su encuentro.

-Soy Absolem-

-Conozco tu personaje, pero no te conozco a ti, nunca antes te habia visto-

-Soy Joon, el novio de Jinki-Kibum abrió sus ojitos con sorpresa ¿El novio de Jinki? Pero si Jinki no tenía novio, era raro que este extraño llegara y le dijera eso, era como poco creíble, debería preguntarle a Jinki para poder corroborarlo-Pero solo que él aun no lo sabe-El niño ladeo su cabecita hacia la izquierda, con razón, aquel hombre solo lo habia inventado, de seguro y Jinki lo rechazo y él anda por allí contándole a todo el mundo que es novio de Jinki.

-De seguro Jinki te rechazo-Aunque Joon quisiera negarlo, el pequeño dio justo en el clavo, Jinki ya se habia negado a tres propuestas de noviazgo de él, eso habia herido su orgullo, Jinki siempre que estaba con él era serio y neutral, pero cuando estaba con los demás, siempre les dedicaba esas hermosas sonrisas que poseía, Joon deseaba que al menos una de esas sonrisas le pertenecieran a él.

-Pues él solo niega su amor hacia mí-

-No le interesas a Dubu, si ya te rechazo una vez, no tienes posibilidad- Kibum se encogió de hombros y se fue dejando a un shockeado Joon.

Kibum no tuvo que caminar más de 10 metros para poder encontrar la salida de aquel laberinto, pero al salir, se encontró con los guardias de la Reina roja. Trato de escapar, pero dos cartas lo tomaron de ambos bracitos elevándolo en el aire.

-¡SUÈLTENME! ¡DEJENME IR!-El pequeño pataleaba en el aire para poder escapar, pero no funcionaba, no lo dejaban ir, estaba metido en problemas. ¿Ahora qué haría?.

-Bien, a la reina no le gusta el blanco como lo saben, y el jardinero planto rosas blancas. ¿Alguna idea para volverlas rojas?- Kibum se encontraba metido en el castillo de la reina roja, los guardias cuando lo encontraron decidieron llevarlo para que les ayudara quizás a hacer algo con las rosas blancas que se hallaban en el jardín de la Reina.

-Pinten las rosas de rojo-Murmuro el pequeño, todos asintieron ante la gran idea de Kibum y rápidamente fueron en busca de pintura roja, el pequeño resoplo eh intento salir de allí, pero uno de los guardias lo detuvo y le dio un bote de pintura junto a un pincel. A regañadientes Kibum salió al jardín junto a las demás cartas del lugar, quienes estaban cumpliendo condena.

Ya habían pintado casi todas las rosas blancas del lugar, solo faltaban unas cuantas y acabarían, Kibum tenía una pequeña mancha de pintura en una de sus mejillas, ya que paso sin querer el pincel con pintura por ese lugar, Kibum no le presto importancia, era solo pintura, ya se saldría con agua.

-¡VIENE LA REINA! ¡VIENE LA REINA!-La cartas comenzaron a gritar con miedo al oír las trompetas sonar, Kibum solo las observaba en su lugar, una carta se acercó a él y le quito el bote junto al pincel para esconderlos. Las cartas alarmadas comenzaron a acostarse en el suelo en fila, y una carta lo obligo a él también a recostarse en el pasto, no protesto, porque sabía por el cuento que la reina era malvada.

Sonaron nuevamente las trompetas, pero esta vez avisando que la reina e hallaba en el lugar, Kibum estaba asustado, su pequeño corazoncito latía apresuradamente.

¿Quién será la reina roja?

Con curiosidad levanto su rostro y pudo ver una alta figara de espaldas, traía un vestido rojo un tanto ceñido al cuerpo y con un gran escote en la pierna, mostrando una esbelta y morena pierna, tenía una larga cabellera roja, y se hallaba observando las rosas, una por una, hasta que se detuvo y toco una, ¡Diablos! Alguien habia olvidado pintar algunas rosas y dejaron una a medio pintar, Kibum sintió miedo por el que la habia dejado allí. La reina agarro esa rosa y la apretujo en sus manos con ira y luego se volteó. Cuando por fin Kibum pudo observar quien era, tuvo que ahogar una risa, era Minho vestido de chica, se veía gracioso. Para no reír a carcajadas, Kibum puso ambas manitos en su acorazonada boca y puso el rostro en el pasto.

-¡¿TRATARON DE ENGAÑARME PINTANDO LAS ROSAS DE ROJO?! ¡¿QUIÈN FUE EL CULPABLE?! ¡HABLEN AHORA O TODOS PERDERAN LA CABEZA!-Kibum entro en pánico, la risa se fue y ahora reinaba el pánico en el cuerpito del pequeño, estaba asustado, él no quería perder la cabeza. Minho comenzó a pasearse por las filas, pero se detuvo al ver algo diferente.

Él está aquí, oh mi pequeño Kibum, esto fue más fácil de lo que pensé, ahora no podrás escapar de mí.

Minho sonrio para sus adentros mientras observaba al pequeño, todo habia resultado mucho más fácil de lo que pensó, tenía al pequeño para él y solo para él, ahora no lo dejaría escapar e ir con ese enano con cara de perro, no señor, el pequeño estaba en sus territorios y ese asqueroso perro no podría entrar.

-Y-yo fui, s-su majestad-Minho desvió su mirada y observo a una de las cartas levantarse temblorosamente.

-Córtenle la cabeza-Fue lo que dijo y los guardias hicieron lo que su reina les mando, Minho observo de nuevo al pequeño, quien, ya no se hallaba en el lugar, entro en pánico al no verlo allí-¡BUSQUEN AL NIÑO Y TRAIGANLO ANTE MI!-Varios guardias fueron en busca del pequeño quien corría asustado, nunca imagino que Minho fuera a hacer eso. En el transcurso de su huida, no se fijó que habia una roca en su camino que lo hizo tropezar, haciendo que quedara estampado en el suelo, se levantó, no habia tiempo de descansar, ya que al voltearse a ver, vio que los guardias y Minho venían tras él.

No puede ser, ¿Por qué me persiguen?

Corrió mucho más hasta adentrarse en lo más profundo y obscuro del bosque, ya habia perdido a los guardias y a Minho, pero el problema es que estaba perdido, y en un bosque tenebroso, donde con suerte se podía vislumbrar algo.

-¡AH!-Kibum grito asustado al sentir que algo volaba cerca de él, tenía miedo de estar allí, el solo quería ver al estúpido de JongHyun para pasar su cumpleaños con él y nada más, pero el muy idiota decidió traerlo a un cuento a pasar solo penurias y que unas estúpidas flores lo golpearan y a que estuviera pintando flores y luego los guardias y la reina roja lo salieran persiguiendo para luego adentrarse a un estúpido bosque en el que estaba seguro de que no saldría nunca más. Se lanzó sentado al suelo y acerco sus rodillas a él, tenía su rodillita derecha lastimada y ensangrentada, le ardía, pero eso estaba en segundo plano, estaba triste, cansado y todas las cosas, no sabía que más hacer, así que se puso a llorar-Yo solo quería ver a JongHyun…-Murmuro llorando a la vez que hipaba, ya no quería estar aquí, prefería mil veces más estar en su casa durmiendo que estar aquí.

-¿No te dije que se te hacia tarde? Pero tú no haces caso, en vez de eso te vas de tour-Kibum levanto su rostro y pudo observar como una gran sonrisa y unos ojos azules le hablaban en una de las ramas de un árbol, de repente el cuerpo comenzó a aparecer, TaeMin estaba allí para burlarse de él y no ayudarlo.

-¡¿QUÈ SABES TÙ?! ¡ESTOY CANSADO, TENGO HAMBRE Y SUEÑO!-Grito ya cansado y furioso Kibum, en verdad ya no quería más-Yo solo quería estar con JongHyun y no entrar a ningún otro estúpido cuento, quería pasar mi cumpleaños junto a él, pero como siempre, solo sabe meterme a un estúpido cuento y hacerme pasar por muchas cosas y solo estar unas cuantas horas con él-Las lágrimas se salían de los ojitos gatunos del pequeño, estaba triste, en verdad este era el peor cumpleaños de todos. TaeMin se esfumo y apareció frente al pequeño ara abrazarlo, Kibum solo estaba allí, llorando, sin hacer nada.

-No desesperes mi pequeña Alicia, pronto encontraras tu país de las maravillas-Kibum abrió los ojos sorprendido, esa voz…Él podía reconocer esa ronca y dulce voz en cualquier parte, era JongHyun, era su Puppy, por fin habia venido por él, vaya que alegría para el pequeño, sus lágrimas cesaron y fueron reemplazadas por una gran sonrisa. Se separó del cuerpo del mayor y lo observo, ¡SÌ ERA ÈL! ¡Dios! Por fin estaba su Puppy con él. Kibum poso sus pequeñas manitas en el rostro del contrario para poder sentirlo, para poder saber que es real.

-Puppy…-Murmuro para que sus ojitos nuevamente se aguaran, pero esta vez de alegría-Puppy, viniste por mi…-Se aferró al cuerpo del mayor, no queriendo soltarlo más, y JongHyun solo lo acerco mucho más a él, no habia visto a su Bummie en más de un año, necesitaba de este abrazo, el pequeño habia crecido bastante de la última vez, y estaba mucho más hermoso que desde la última vez, diablos, en verdad deseaba que Kibum ya tuviera sus dieciséis años para traerlo consigo y no dejarlo ir más.

-Claro que si Bummie, eh estado contigo desde que llegaste-Cuando JongHyun dijo eso, Kibum se separó de él para observarlo. ¿Qué habia estado con él desde que habia llegado? ¡Que estaba diciendo!, eso no era posible, él no lo habia visto en todo el tramo que hizo en la historia, eso no era posible.

-¿Cómo dices Kim JongHyun?-Vaya que estaba en problemas, Kibum lo llamaba por su nombre completo cuando estaba enojado, el pequeño siempre le decía de esa manera cuando algo o lo molestaba o estaba enojado. Sabía que habia cometido un error, pero quería que Kibum disfrutara este cumpleaños, pero paso lo contrario, con una sonrisa nerviosa en el rostro intento acomodar el cabello rebelde del pequeño pero no lo dejo, de un manotazo aparto la mano del mayor de él, a la vez que se alejaba del cuerpo del contrario-¿Estuviste todo este tiempo conmigo y no me ayudaste en nada?¿Sabes todo lo que pase?-JongHyun agacho el rostro como si fuera un perrito regañado por su amo, técnicamente así era lo que estaba sucediendo.

-Perdón Bummie…-Dijo el moreno, ya sabía que para la otra no lo traería más a este cuento.

-Te perdonare con una condición JongHyun-Dijo Kibum en su pose de diva, ya sabía lo que quería de regalo, y se lo robaría al moreno. Sus mejillitas estaban adornadas con un tono carmín suave, pero JongHyun no podía notarlo por la poca luz que habia, estaban completamente, bueno, casi a obscuras. El moreno, si tuviera cola, se podría notar como esta se movería de un lado a otro-Cierra los ojos-Tímido le dijo Kibum, estaba nervioso, su corazoncito estaba muy acelerado, bombeaba cada vez más sangre en cuanto se acercaba un paso más a su Puppy .

-¿Qué cierre los ojos?-El pequeño asintió cuando se puso frente al moreno, confundido JongHyun suspiro y cerro esos ojos de cachorro que poseía, esos que le fascinaban a Kibum, y con los que soñaba cada noche. El pequeño Kibum se fue acercando lentamente a JongHyun, estaba nervioso, ya veía que en cualquier momento el moreno abría sus ojos y lo descubría, así que para no tardarse más, tomo al moreno de ambos lados de su cara y le planto un beso, un tierno e inocente beso en los labios. JongHyun abrió sus ojos sorprendidos al sentir el repentino contacto de unos labios sobre los suyos y pudo observar lo apretaditos que tenía los ojitos su pequeño.

Como puede ser tan tierno…

Kibum se fue separando lentamente de los labios del moreno aun con los ojitos cerrados, ese habia sido su primer beso, su primer beso habia sido con el moreno que le roba los suspiros y esta cada noche en sus sueños sin que él lo supiese. Kibum ahora no quería abrir sus ojitos, se sentía avergonzado, ¿Cómo podría mirarlo a la cara después de hacer semejante cosa? JongHyun sonrio enternecido a su Kibum, el habia sido el primero en probar esos labiecitos con forma de corazón, y se sentía orgulloso. Kibum aún no decidía abrir los ojos, así que aprovecho la oportunidad y posando una de sus grandes manos sobre la mejilla del niño, se acercó lento y nervioso, a los labiecitos del contrario, así, finalmente dándole un pequeño beso, fue solo un roce, ya más adelante cuando Kibum estuviera grande, le enseñaría a besar como él deseaba hacerlo.

-Puppy…Me gustas…-Esto no podía ser, JongHyun debía estar soñando, bueno, no estaba soñando ya que en sus sueños hacia otras cosas con el pequeño, cosas que a él le encantaba hacerle, y escuchar los sonidos que liberaba esa pequeña boquita acorazonada, y ver esas mejillitas sonrosadas y esa carita llena de placer. Pero no era momento de pensar en perversidades con el pequeño, Kibum…SU Kibum le dijo que le gustaba, era lo mejor que le ha pasado en sus más de mil años de edad. JongHyun quería saltar de felicidad y olvidar ese calambre que se le estaba instalando en sus piernas, pero ya que, tenía a Kibum en frente y deseaba abrazarlo y quedarse con él para siempre.

-Tú también me gustas Bummie, y no sabes cuánto-Murmuró JongHyun levantándose para ir por el pequeño en frente de él. Kibum sonreía como si fuera Cheshire, y sus ojitos gatunos desaparecieron dejando solo dos pequeñas líneas. Kibum estaba feliz, demasiado feliz, este era el mejor cumpleaños de todos, no sabía cómo demostrar su felicidad, así que solo se lanzó a JongHyun y lo abrazo sin querer soltarlo.

-Pero vaya, aquí esta el para de tortolos y nosotros esperando a partir el pastel-Ambos se separaron nerviosos al oír a Onew hablar y observaron a todos allí, incluyendo a Minho, que tenía una cara de total disgusto, otra vez habia fallado, otra vez habia perdido, y eso, no le gustaba, así que se hallaba junto a los demás con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

-Creo que todos tenemos hambre, incluyendo a la pequeña Alicia, quien estaba regañando por el hambre-Kibum rio nervioso al escuchar a TaeMin, le debía una disculpa por haberle gritado, pero él tenía razón, Kibum habia estado regañando por el hambre que se cargaba. Kibum levanto su mirada y observo a JongHyun quien tenía su vista fija en él, Kibum bajo su rostro decorado con un rojo carmín y nerviosito guio su pequeña manito hacia la de JongHyun ara tomarla, JongHyun sonrio enternecido y apretó con suavidad la pequeña y suave manito que yacía entre la suya.

Después de encuentro, todos se sentaron a la mesa y comenzó el cumpleaños, el pequeño sonreía y vio que JongHyun, era el Sombrerero Loco, su personaje favorito de aquella historia. Regalos, felicitaciones y buenos deseos para el pequeño llegaron uno tras uno, y al final, un pequeño regalo, pero con un gran significado para el pequeño. JongHyun le habia regalado una pulsera de plata con un dije de sombrero junto a una llave antigua, ambos venían juntos, y le dijo al pequeño que cada historia que visitara junto a él, traería un nuevo adorno.

Tomados de la mano, JongHyun llevo al pequeño a donde habia comenzado su trayecto. La luna, hermosa como siempre, alumbraba el camino de los dos enamorados. El pequeño jugueteaba con su ropita.

-Puppy, ¿Por qué no podemos vernos más seguido?-El moreno observo la luna, grande y hermosa adornando el cielo, suspiro, al parecer, ya habia llegado el momento de decirle a Kibum.

-Ven Bummie, te lo explicaré-

Sentados bajo el árbol, el moreno comenzó a explicarle a Kibum, el pequeño lo observaba y escuchaba atento.

Después de haberle explicado todo a Kibum, el pequeño ya comprendía todo a la perfección, y bajo el árbol el pequeño le prometió, que al cumplir los dieciséis años viviría con él hasta el fin de los tiempos, y para poder sellar el trato, Kibum le dio un beso inocente y puro al moreno, quien sonrio como tonto por su pequeño. JongHyun se levantó y le tendió la mano al pequeño para que se levantara y le dijo un “Te llevare a casa”, Kibum se aferró más al brazo del moreno y le dijo:

-Tú ya eres mi casa Puppy…-El pequeño sonrio apenado y cerro los ojitos, y lo último que escuchó del moreno fue un “Que descanses mi pequeña Alicia, te veré el otro año”

Al abrir los ojos Kibum, se encontró de vuelta en su habitación, más bien, debajo de su cama. Salió con cuidado de no golpearse la cabeza y se quedó sentado en su habitación observando todo a su alrededor, llevo una de sus manitos hacia su ojito para rascarlo y se encontró con que algo colgaba de ella. Una pulsera, él dejo que conservara la pulsera en este mundo también, al igual que los regalos de sus amigos. Poniendo una bonita sonrisa en su boquita acorazonada, se levantó un poco perezoso y salió de su habitación.

A paso lento bajo las escaleras de su hogar, para encontrarse con la obscuridad de su hogar.

-Qué raro…-Un murmuro salió de sus labiecitos, se supone que sus padres estaban en casa. Se encogió de hombros, que más daba, tendría la casa para él solo y eso importaba, a paso tranquilo se acercó al interruptor y cuando prendió la luz un “¡SORPRESA!” lo sorprendió. Sus padres, amigos y familiares se encontraban en la estancia, el lugar decorado por todos lugares de la casa, decorado para una típica fiesta de cumpleaños. Se fijó detrás de todos, allí decía un “Feliz Cumpleaños Kibum”, la sonrisa nuevamente apareció en los labiecitos acorazonados, después de todo no habían olvidado su cumpleaños. Corriendo hacia sus padres con una gran sonrisa, el pequeño se lanzó sobre los brazos de ambos llorando de felicidad.

Definitivamente, ese habia sido, el mejor cumpleaños…

Notas finales:

Bien, ¿Y que les parecio el primer capitulo? espero que les haya gustado, les dire que este fic, bueno mini fic contara con 5 capitulos + el sensual epilogo ^^

bueno, les dejo nuestra sensual pagina para que le den su sensual like!

https://www.facebook.com/JulietteSelene6.23?fref=ts

Se me olvidaba decirles, actualizare todos los viernes, excepto la semana del 23, actualizare el cumple de bummie y el viernes ^^

NOS VEMOS!


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