Esa noche tranquila de alguna forma se torno lluviosa. Los truenos comenzaban a sonar incesantes. Haciendo que aquel perro blanco se asustara y terminara en una de las habitaciones, escondiendose tras unas sabanas blancas.
A la mañana siguiente a despertar el dueño de aquella gran mansión siente un calor que no es el suyo, al mirar entre sus brazos encuentra el pelaje blanco del perro.
-¡Fuera de mi habitación! -Grito, grito que se escucho en todo el lugar, para tirar al perro de la cama de casi una comica manera, el perro miraba con ojos atonitos al comportamiento, de aquel hombre que le miraba de manera fría casi helada aquella mirada -
Se dio media vuelta para retirarse de allí dejando a Sesshomaru pensado ¿En cómo demonios se metio aquel perro a su cuarto? Suspiro para alistarce para su trabajo. Al estar listo en la sala se encontro a Rin desayunando a su lado estaba... el perro
-¡Buenos días papá! -Saludo con una sonrisa -Di buenos días Inuyasha -Dijo para el perro soltara un ladrido -
-Buenos días Rin -Dijo ignorando completamente al perro que temprano había sacado de su alcoba -
-No seas malo papá, a Inuyasha también tiene que darle los buenos días eso es descortecia -Dijo la pequeña en completa inocencia, miro al perro con ganas de querer asesinarlo, y pensó que si fuera un humano tenia una sonrisa burlona en su rostro -Papá...
-Buenos días Inuyasha -Dijo a regaña dientes para que su niña sonriera, y el perro no dejara de mirarle de aquella forma -"Seguro se burla el perro ese" -Pensó con enojo -"Es solo un animal" -Lo último lo dejo más tranquilo para tener la conversación matutina con su pequeña de como iba en los estudios y de los trabajos que le tocaba entregar hoy -
Al cabo de terminar el desayuno la llevo a su colegio para ir a su trabajo. En aquel gran lugar se había quedado casi solo aquel perro sin saber que realmente hacer esperando a que la pequeña regresara para que jugara con él. Al cabo de un rato pensó que la pequeña había regresado para darse cuenta que no era así que era Sesshomaru se quedo echado en donde estaba mirando como entraba a la mansión.
-"¿Qué le pasa?" -Se pregunto para si mirando al canino con tristeza en sus ojos, suspiro para acercarse al perro que estaba acostado cerca de un sofá de cuero, y le acaricio una de las orejas, el perro parecia sorprendido por esta acción pero se dejo acariciar, aquel tacto era suave y calido, era extraño pues ese humano era muy frío casi gelido, pero tenia un particular calor -
Las semanas pasaban y Sesshomaru corría todas las mañanas al perro de su cama, completamente fastidiado de que todos los días despertara con el perro. Pero se había acostumbrado ya a aquella rutina que cuando no paso aquello estaba confundido.
-"¿Dónde esta?" -Se pregunto intrigado, pero no encontro al perro aunque de una manera discreta buscara a la mascota de su hija, para encontrarlo echado en los jardines. Mayor fue su preocupación al encontrar al perro herido -
Rápidamente lo tomo y lo llevo adentró para llamar a uno de los mejores veterinarios. La pequeña Rin estaba preocupada por su querida mascota. Y se preguntaban ¿Qué había pasado esa noche para encontrar a Inuyasha lastimado? El veterinario vino para curarle la herida al perro por suerte no era profunda. Y no era tan grave.
-"Es extraño" -Pensó ¿Quién había sido el insensato en entrar a su mansión? Y sobre toda las cosas lastimar al perro de su hija. Era de noche la luna llena se alzaba en el cielo. Cubriendo de un gran brillo a aquel fondo negro -
Pero nuevamente no podían encontrar al perro, Rin estaba preocupada buscandolo con desespero igual que en toda la mansión.
-¿Dónde se abra metido Inuyasha? -Se dijo más para si, entrando a su habitación, al cerrar la puerta noto un bulto extraño entre las sedas blancas -"Otra vez ese perro se a colado a mi cama" -Pensó, para descubrir de las mantas al canino pero llevandose una gran sorpresa -
Continuara...