El hablar con Yixing había sido una perdida de tiempo. Sehun no logro conseguir nada más que confundirse. Con que regreso a casa, tratando de apartar aquellos pensamientos. Pensar más en Luhan no llevaría a nada bueno.
Volvió a casa, encontrandose a Haneul recostada en el sofá mas grande de la sala. Como nunca, ella traía puesto un polo enorme que le pertenecia a Sehun y debajo, quien sabe, quizá solo ropa interior.
Se acerco al sofá y se agacho en cuclillas, quedandose a la altura de ella, interrumpiéndole la vista de la tele. Ella le dirigio un puchero infantil y con la mano le hizo un ademan de que se fuese. Sin embargo, Sehun no se movió. Muy por el contrario, le estampó un beso en la frente y luego uno en los labios.
Bastaron unos besos más para que ambos terminaran sobre el sofá, Haneul sentada a ahorcajadas sobre Sehun, ambos rozando sus labios con los del otro. Las manos de Sehun se hallaban reposando en las caderas de la chica, y la suave piel se asemejaba a la de Luhan y Sehun no podia verle la diferencia, ¿o sí?
Al quitarle el gran polo a su esposa el rostro de Luhan vino a su mente, en vez del de ella. Sacudió su cabeza levemente un par de veces, volviendo a presente. Haneul lo miraba algo desconcertada. Y aun por esa interrupción no se detuvieron.
Habian terminado, de una manera u otra, en la habitación. Haneul descansaba al lado de un Sehun dormido y roncando. Sonrió al verlo tan incapaz de cualquier cosa, pero a su mente habia llegado el rostro del chiquillo por el cual, de pronto, empezaba a sentir un odio que crecia mientras más se notaba el efecto que causaba este en su marido.
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Luhan permaneció quieto sobre la comoda silla de cuero, mientras la peluquera le pedía opiniones sobre el peinado que queria. Se limito a decir que no queria cambiar de look, entonces su madre intervino.
- Lola, solo cambiale el color de tinte. - Dijo.
La joven estilista asintio a las indicaciones que le daba la mujer. El nuevo look de Luhan seria un leve ondeado de puntas y tinte color castaño acaramelado.
Luhan sabia que a partir de aquel dia cambiaría de look, por lo menos, una vez al mes. Y esa idea no le agradaba para nada.
Ya en el auto y de camino a casa, Luhan permeneció en silencio, ignorando a su madre y fingiendo mostrar interés en los mensajes que recibia en su celular. En realidad, el único mensaje de interés era el de Kyungsoo.
"Desearía mensajearme con Sehun..."
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- ¿No sabes qué día es hoy?
Sehun no podía permanecer callado mucho tiempo o seria descubierto, con que trato de buscar entre sus notas mentales algo que contuviera una fecha.
-Es... ¡Nuestro primer año de casados! -Exclamó, arqueando las cejas y abriendo los brazos para que Haneul entre en ellos.
- ¡Sabía que no lo habias olvidado! -Y corrió a los brazos de su esposo.
Mentira, claro que lo habia olvidado. Un año de casados y casi un año desde que Luhan se encontraba en China.
Lo peor es que Sehun vivia entre delirios. Inconcientemente relacionaba todo con Luhan, y, cuando se daba cuenta, su realidad era otra, con una bonita casa y una adorable mujer. Realidad que cualquier hombre querria tener, pero con la cual él tal vez, y solo tal vez, no se sentia a gusto.
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Luhan se encontraba cenando con sus padres, mientras su madre empezaba a hablar sobre una nueva casa, esta vez en Japón. Llego a un punto en el que Luhan no podía aguantar todo lo que escuchaba.
- ¿Otra casa? ¿Otra vez piensas hacer que nos mudemos? - Se puso de pie estrepitosamente.- Primero fue en Hong Kong, luego en Seúl, actualmente en Beijing, ¡¿y ahora piensas en Japón?! No quiero mudarme.
Dicho esto salio del comedor enfandado. Y su madre, alterada como ella sola, salio tras él.
- Han-
- ¡No sé a que le llamas tú "casa familiar"! Porque la de Hong Kong no lo fue, la de Seúl tampoco, y esta mucho menos. Si piensas que una casa "deslumbrante" en Tokyo o en Osaka nos mejorará como familia entonces te equivocas. Me importa muy poco a donde te quieras mudar, yo no ire con ustedes.
Luhan se quedo observando a su madre, claramente aturdida por lo que acababa de escuchar por parte de su hijo. Y, tras unos segundos, subio a su habitación, dispuesto a empacar para volver a Seúl.
Minseok ingresó al cuarto de su amo llevandole un pudin de fresas. Al rato tambien apareció Jongdae, sonriendo calmadamente como siempre. Luhan ya se encontraba empacando.
- ¿Hace cuánto que nos fuimos de Seúl?
- Dos años. - Respondió Jongdae.
-Quiero ver a Sehun. - Murmuró.- Min, ¿podrias llamar al señor Kwang? Dile que volvere a trabajar en su revista.
-De todas formas tu madre acaba de expulsarte de casa.- Dijo Jongdae, como quien habla del clima.
Luhan se encogió de hombros.
- No importa, ¿ya tengo diesiocho, verdad? Pues bien...
Minseok y Jongdae se miraron como complices y ayudaron a Luhan a empacar.
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Dos años pasan rápido. Más no para alguien que tuvo que fingir que amaba a su esposa y tener sexo con ella a pesar de ver a un jovencito en su lugar. No para alguien que vinculaba cualquier cosa con un chico que habia pasado un buen tiempo desaparecido. En otras palabras: no para Sehun.
El día parecia ser tranquilo. Era jueves, con que tanto Sehun como Haneul tenian que estar en el set. Haneul habia sentido que seria un día, después de mucho tiempo, apacible y favorecedor. Tuvo un alegre desayuno con su pareja y fueron juntos al trabajo. ¿Algo más?
"El joven Luhan ha vuelto" "¿En serio? Él es tan apuesto"
Sehun alzó la mirada de su celular, notando que habia mucha actividad dentro del set.
"¡Ah! ¡No puede ser! Podre volver a ver sus fotos" "¿Bromeas? Yo podre volver a maquillarlo"
Haneul entrecerró los ojos, observando como la mayoría de personas se centraba al rededor de algo (o alguien) en medio del set.
- ¡Pero miren quien ha llegado!
Sehun reconoció la voz del señor Kwang.
- ¡Oh Sehun! ¡Alégrate! ¡Adivina con quien volverás a trabajar!
Y Sehun tambien reconoció la silueta y rostro del chico con nuevo look que venia tras el señor Kwang.