— ¿Y dónde está el jacuzzi?
—En la terraza.
Luhan pudo responder a duras penas. Toda la situación había hecho que su corazón se acelerase de forma, quizá, poco saludable.
Sehun supo encaminarse sin mucho problema. Al llegar dejó a Luhan dentro de aquella bañera y se apresuró a quitarse la camiseta, adentrándose el también. Puso a Luhan contra una de las esquinas y tomó sus caderas, siendo esta vez él quien dejaba las marcas húmedas en el cuello ajeno, ya sea por lamidas o besos. Luhan también hizo su parte, luego de que el mayor le quitase la camiseta, moviendo sus piernas, creando roces entre su muslo y el miembro de Sehun. Y mientras ambos se comían a besos, este último masajeaba los pezones del menor, proporcionándole más placer.
La fricción era poco sensible debido a los pantalones, así que Luhan se encargó de deshacerse de los de ambos. Sus cuerpos estaban mojados y relajados por el agua tibia y burbujeante que les otorgaba un buen hidromasaje. Fue entonces cuando el menor forzó el rodar sus cuerpos, quedando así, sentado a ahorcajadas sobre Sehun. Este le continúo dando mimos a las partes sensibles del cuerpo, y apoderándose de su cuello a chupetones, mientras el más joven susurraba cosas sucias, pero provocativas, a su oído.
—Podría ser arrestado por esto… —Murmuró Sehun.
Luhan jaló su bóxer y le empezó a masturbar.
—No te sientas culpable… —Susurró sobre sus labios. —Ni siquiera lo pienses.
Entonces se quitó la ropa interior de una vez y empezó a introducir la erección del mayor en su trasero. Y tan pronto hizo eso, enterró sus gemidos en los labios de Sehun, ahogando así su insuficiencia, su ansiedad y dolor.
Iba dando botes cada vez más rápidos, excitándose en cada estocada y haciendo temblar cada parte de su cuerpo. Cargas eléctricas parecían recorrer todo su sistema nervioso al sentir las mordidas del contrario en sus clavículas.
Vio el rostro de Sehun, su ceño levemente fruncido, sus ojos cerrados de mero placer, su tensa mandíbula, y su exquisita boca entreabierta, jadeando. Y Luhan pudo jurar que no había imagen más erótica en el mundo.
Ambos llegaron al clímax. Sehun apretó fuertemente las caderas del más joven, a la vez que este soltaba un prolongado orgasmo.
● ● ●
Luhan dejó caer su frente en el hombro de Sehun y se quedaron en esa posición un largo rato, hasta calmar sus respiraciones o hasta que alguno de los dos dijese algo.
—Ha oscurecido… —Murmuró Sehun viendo el oscuro cielo azul.
—Sehun, tengo sueño… —Masculló Luhan, acurrucándose perezosamente en el pecho del mayor. — ¿Vamos a dormir?
—Vamos, nos podemos resfriar si seguimos aquí.
Luhan sabía que era temprano aun, pero quería seguir estando solo con Sehun, todo el tiempo que fuese posible.
Ambos salieron y Luhan pudo deleitarse al observar el cuerpo empapado de Sehun, únicamente boxers, ya que nunca se los quito. Se mordió el labio inferior y rápidamente deshizo aquel gesto al darse cuenta que el mayor se volteó a verle.
Al llegar a la habitación Luhan se aproximó a cerrar las puertas de vidrio del balcón y luego se dirigió al baño para tomar una ducha. Sehun continuó secándose y volvió a tomar de la ropa ajena para vestirse. Una vez hecho se acostó en la cama, tapándose solo hasta las costillas.
Luhan salió del baño ya vestido y se metió en la cama, creyendo que Sehun de verdad se había dormido.
—Luhan… Ahora que lo pienso, aún es temprano… No he cenado. —Dijo, girándose de repente para ver al menor. Quien piensa en comida…, pensó este al escucharlo.
—No importa, solo duerme conmigo.
— ¿En serio tienes sueño?
—Sí, ahora silencio.
Sehun volvió a su posición inicial y Luhan aprovechó para abrazarlo por la espalda, apoyando su rostro en ella.
Pasaron un largo silencio, parecían horas, pero en realidad solo fueron unos minutos. Entonces Sehun decidió hablar.
—Luhan… —Dijo en voz baja, procurando que lo escuche si estaba despierto o no despertarlo si estaba dormido.
— ¿Sí? —Estaba despierto.
— ¿Por qué hiciste esto? ¿Y por qué a mí? Tú tienes dieciséis, yo tengo veintitrés. Soy siete años mayor. ¿No te parece mucho? —Preguntó con calma, aunque por dentro este esperando respuestas.
—No lo sé, no lo sé y… no. —Respondió a las tres preguntas respectivamente, terminando con una risita.
Sehun soltó un suspiro cansado.
—Suéltame, por favor.
Otra vez el silencio inundo la habitación. Solo que esta vez fue más prolongado y ninguno de los dos se atrevieron a romperlo.
● ● ●
—Joven Lu, ¿tiene las maletas listas?
—No hay de qué preocuparse, Min. —Dijo con desdén, dándole otro mordisco a su empanada. —Las empaque con anticipación para no olvidar nada.
— ¿Maletas? —Preguntó Sehun. — ¿Viajaran?
—Sí, volveré a China a ver a mis padres.
—Oh… ¿Por cuánto tiempo será?
—Hm, no sé… No me extrañes. —Bromeó, pero en realidad quería que fuese cierto, y que Sehun lo extrañase, aunque sea, un poquito.
—No lo haré.
Y eso, de alguna forma u otra, le dolió a Luhan.
Se oyó el timbre de la casa y Minseok se fue a tender. Al rato volvió acompañado de un chico bajito, de ojos grandes y peinado de honguito. Este ingresó y se abalanzó sobre Luhan, soltando un gritito. Su mirada se detuvo en Sehun y la sonrisa se le fue borrando del rostro.
—Minseok, saca a este chico. —Ordenó.
EL mayordomo, obediente a las peticiones del especial recién llegado, tomó a Sehun de un brazo y lo arrastro fuera de la cocina.
—Ah… —Suspiró.
— ¿Por qué hiciste eso? —Vociferó Luhan.
—Me daba miedo… —Se excusó. —Además, quiero hablar solo contigo, no con él. Pero en fin, ¿quién es?
—Sehun.
Kyungsoo soltó la tostada que acababa de tomar y miró a su amigo con los ojos más abiertos de lo normal.
— ¡¿Él es Sehun?!
Luhan asintió.
— ¡Oh por Dios! ¡Luhan te has sacado la lotería! ¡Ese chico es—!
— ¡Shh! —Siseó, tapándole la boca a su amigo.
Kyungsoo descubrió su boca e hizo gestos para continuar hablando.
—Bien, bien… Sobre eso, no podré acompañarte al aeropuerto. Tengo que volver a casa.
— ¿Por qué?
—Jongin.
—En serio. Hasta ahora no entiendo como Jongin ha logrado dominarte, es el único chico que ha podido hacerlo, además de soportarte. ¿Cómo?
—Con mucho amor, por supuesto… Ah, y sexo.
Luhan rió mientras ladeaba la cabeza en además de negación. Kyungsoo se puso de pie y tomo una de las tostadas con jalea.
—Bueno, me tengo que ir. He dejado una bolsa con algunas cosas a cargo de Minseok. No dejes que se las quede. —Advirtió. —Vuelve pronto. —Dijo dándole un fuerte abrazo.
Luhan asintió y le agitó la mano en modo de despedida. Sehun volvió a ingresar, sonrojado y lanzando miradas rápidas hacia atrás. Qué le habrás dicho, Kyungsoo, pensó mientras reía al ver la reacción de su mayor.
● ● ●
Jongdae detuvo el auto y rápidamente fue a ayudar a bajar las maletas, junto con Minseok. Vio la mochila de Sehun entre el equipaje y luego dirigió su mirada a este, que conversaba con Luhan.
—Min, dale esto. —Dijo pasándole la mochila a su medio hermano.
Al volver, Minseok volvió a bajar, esta vez, su equipaje.
— ¿Cuándo nos darás el alcance? —Preguntó.
—En dos días. Tengo que arreglar unas cosas con mamá. —Replicó, acariciándole la mejilla con el pulgar. —Te llamaré cuando este en el aeropuerto, ¿bien?
Minseok asintió y depositó un casto beso en los labios de Jongdae, antes de despedirse.
Sehun acomodó su mochila al hombro mientras comenzaba a avanzar con Luhan. Se sentía más cómodo con la ropa que le habían entregado a cambio de la que había roto la primera noche.
— ¿Beijing? —Repitió.
—Sí, ahí se encuentra la “casa familiar” actual y bla, bla, bla. —Respondió Luhan, con cierto disgusto y restándole importancia.
Ambos pasaron por la cafetería, y habría que recalcar que Luhan arrastro a Sehun consigo. Conversaron sobre lo que aprendió Luhan en Corea, sobre como su madre lo introdujo en el mundo del modelaje. Y Sehun pudo notar que Luhan no era como los demás modelos, no era de esos superficiales y que únicamente prefieren la apariencia. Y eso, de alguna forma, le llamó la atención durante toda la conversación.
Una llamada interrumpió la explicación de Luhan, y devolvió a Sehun a la realidad, haciéndole recordar que tenía que volver a casa.
—Si… Está bien, ya voy. —Respondió el más joven antes de colgar y guardar su teléfono. —Minseok me está llamando… —Murmuró poniéndose de pie.
Sehun lo imitó con un gesto de asentimiento.
— ¿Podría ver tu rostro? —Preguntó.
Luhan se sorprendió ante aquello, y se sonrojo abruptamente.
—Sehun… ¿Estas tratando de coquetear?
Sehun alzó una de sus cejas y lo miró con algo de sorna por lo que acababa de decir.
—No. —Espetó y le dio la espalda, para empezar a caminar.
— ¡Sehun!
El aludido volteó ante el llamado y se encontró con Luhan justo detrás de él.
—Me gustas. —Confesó y le dio un beso en la mejilla, antes de irse.
Sehun reaccionó unos momentos, y continuó caminando.