Capítulo 7:
Sobre el amor y otras cosas
Kyung Soo se tensó en su lugar, mientras se sentía observado por Lu Han y sus estilistas. Uno era rubio y parecía una chica, pero una chica muy linda. Y el otro era aún más alto pero tenía el cabello oscuro. Supuso que uno se encargaba de su belleza constantemente.
— Bueno — señaló al rubio — Él es Choi Min Ki, pero le dicen Ren — señaló al pelinegro — El es Hwan Min Hyun. Son los mejores de Corea ¡Chúpate esa Baek Hyun! —
Kyung Soo enarcó una ceja. Los otros dos muchachos se rieron.
— Vean que pueden hacer con él —
Ambos se abalanzaron sobre un pálido Do y lo tiraron a una silla, le pusieron una toalla y comenzaron a hacer su magia. Cerró sus ojos fuertemente y se dispuso a escuchar música con sus auriculares. No quería saber lo que le harían. Solo sentía que limpiaban la piel de su rostro y lavaban su cabello y demás sensaciones entre frías y calientes que no quería saber a qué se debían.
Luego de lo que pareció una eternidad, ambos parecieron tranquilizarse con su cabeza, pero lo metieron directamente al baño y prácticamente lo desnudaron, dejándole en bata. Más temprano lo habían hecho bañarse con productos raros. Ren se dirigió a una valija que el trajo e hizo un desastre buscando algo adecuado.
— ¿Te gusta cómo se viste tu amiguito, Baek Hyun o prefieres el estilo de Lu Han? —
El estilo de calle de Baek Hyun siempre consistía en cardiganes o buzos, tal vez camperas ligeras, pero siempre le quedaban algo grandes y pantalones ajustados. Su estilo de escenario era demasiado sofisticado para su gusto. El estilo de calle de Lu Han era más relajado por lo que había visto, casi parecía una persona normal pero con ropa bonita y de marca. Y su estilo de escenario también era más relajado,
— Prefiero a Lu Han—
Aun con los ojos cerrados fuertemente por la vergüenza, pudo sentir la sonrisa del chico. Eso lo molestó aún más <<Odio mi vida>> siseó mentalmente <<Pero más odio a la perra de Xi Lu Han>>quería golpearlo, pero no podía porque era su aliado.
Lo tiraron nuevamente hacia la habitación y le hicieron abrir los ojos. Parado al lado de los dos estilistas se sentía un hobbit. Alzó cabeza lo más que pudo y se miró.
<<Santa mierda>> pensó << ¿Ese soy yo?>>
El espejo le devolvía la imagen de un chico muy, muy guapo. Sabía que el delineado acentuaba la mirada de las personas y que Baek lucía aún más lindo de lo que era así, pero ¡Diablos! Nunca se imaginó que sus enormes ojos necesitasen delineador. Además, esa ropa entre casual y cool le quedaba realmente bien. Era un buzo rojo que le llegaba por los muslos y unos pantalones blancos algo ajustados. Su cabello ahora tenía un rojo oscuro parejo e intenso, peinado hacia un lado. Además, la zona del costado estaba un poco rapada.
— Ommo —
— Así que al fin hablas — bromeó Min Hyun con una sonrisa en el rostro.
— ¿Te gusta? — preguntó Ren sonriéndole.
— S-si. —
— ¡Ya vez! Hasta Kai Soo puede ser un cisne cuando se arregla —
— ¡Kyung Soo, perra! —
— Como sea — le dio una mirada — Había sido que tienes lindas piernas —
— ¡No me mires las piernas, depravado! —
— Ni que me gustases —
— ¿Para eso tienes a Se Hun, no? —
— Cállate, perra —
<<Kai ¿Esto puede gustarte? ¿Puedes amarme?>>
…
Tae Min quería tirarse de los cabellos –inclusive lo hizo- y chilló y todo, tal cual una adolescente acomplejada. Es que, por primera vez en su vida, alguien le estaba rechazando. Y no es que Choi Min Ho le hubiese dicho “Eres una especie de travesti así que no me gustas y no te tocaría ni con un puntero laser”
El chico con cara de sapo simplemente le miraba con una sonrisa coqueta y le trataba como una jodida princesa. Porque, en la mente de él, Tae Min, era Lee Min Tae una dulce chica de 19 años que venía escapando aterrorizada de la gran ciudad. Ni si quiera cuando Kai se ponía en plan de “No puedo gastar mis preciadas horas de sueño porque tengo shows” y no lo mimaba lo suficiente, se sentía tan frustrado como con Min Ho ignorando todos sus intentos de ligue. ¿Había perdido su efecto? ¿Ya no tenía el toque?
Chilló nuevamente exasperado, no podía decirle que no era una chica porque comenzaría a preguntar y tendría que terminar contándole que era un bailarín famoso. Lo que menos quería era llamar la atención, que sus fans se enterasen y que los periodistas terminaran acosándolo por su pronto retiro y su desaparición. Por eso eligió una universidad de Medicina y Ciencias Naturales, nadie tenía nada que ver con el baile o cualquier arte.
— Ya~
La voz de Min Ho le sobresaltó, pero más le sobresaltó tenerlo así de cerca, con suavidad, el chico alto hizo que sus manos soltaran el agarre de su cabello. ¿Desde cuándo él estaba en su litera? <<Eso me pasa por tomar la de abajo>> pensó.
Se quedó igual de tenso cuando el sonriente chico tomo su cepillo y peinó su cabello con sumo cuidado ¿Un hombre varonil tenía la capacidad de hacer eso? Choi se sacó la goma que tenía en la muñeca y ato la cabellera. Luego le dedicó una bonita sonrisa a su compañera de habitación antes de tomar su laptop e irse. Debía contarle a Kyung Soo urgentemente que Min Tae tenía la cabellera más suave que tocó alguna vez. <<Debo aclararle que también me gustaba su cabello>> No quería herir la susceptibilidad de su maestro.
El corazón de Tae Min aleteaba con fuerza.
…
— Adiós~ — dijo Baek sacudiendo su manita en el aire.
— Adiós~ — correspondió de la misma manera Chan Yeol.
— Entonces, debo irme —dijo señalando sus valijas.
— Por supuesto —
Hoya, su guarda espaldas, pensó que esos dos eran lindos y que tenían una increíble tensión sexual y aunque toda la tierna escena le gustaba, temía por la salud de sus oídos, después de todo, las fanáticas del más pequeño eran jodidas fan Girls que chillaban por cualquier skin ship que su cantante hiciese (Lo cual era raro, porque era solista) Simplemente, hizo como que se tropezó empujando un poco al gigante idiota en el cual la pequeña diva se había fijado.
Chan Yeol tropezó hacia delante, recibiendo el empuje que necesitaba para abrazar a Baek Hyun, su pequeño romance de dos días y tres noches llegaba a su fin. El cantante, se iría a otra ciudad y sería muy sasaeng seguirlo. Así que apretó el pequeño cuerpo entre sus brazos, con toda la fuerza que podía usar sin asfixiar al más bajo. Hundió su rostro en la cabellera violácea. No quería dejarlo ir. Simplemente no podía.
Podría decirse que era como un amor a primera vista y no podía simplemente decirle “Adiós” no después de que no pudo hacer absolutamente nada, simplemente apoyarlo en las trastiendas de las dos noches de concierto. No pudo decirle que tenía bonitos ojos, que quería verlo sin maquillaje. No pudo decirle que su sonrisa era la más bonita que vio, tampoco que se quedo enamorado de su manera de cantar y de gruñir las notas. Tampoco pudo darle un beso o abrazarlo. No tuvo suficiente tiempo con él.
Y sintió que podía morir de amor cuando sintió las manos del cantante aferrarse a su abrigo, abrazándole también.