— Hyung, ya te dije que estoy bien —
— Oh, bueno, entonces tendré que ir a tirar esto —
Comentó fingiendo un tono lastimero mientras había el delicioso bento que había traído con él. Sabía que Jong In odiaba con toda su alma la comida de hospital. Al menor, le brillaros los ojos y casi se abalanzó sobre el pequeño. El más bajo se rio y le tendió la comida que había traído para él. Y a Kai casi se le olvida que Tae Min no contestaba su teléfono –casi- no sabía si era malo o bueno, si estaba sobre exagerando o no. Pero una parte de su cerebro no podía dejar de pensar en ello. Pero, mientras tanto, se permitió disfrutar de la comida de su hyung.
— Todos se quedaron preocupados, pero ya les avisé que estas bien y que esta noche te darán en alta —
— Muchas gracias — le dedicó una brillante sonrisa.
— Igual ¿No quieres que me quede contigo en tu casa? Digo…—
— ¿Estás intentando protegerme, Soo? —
— No… Bueno sí. —
— ¿Y si yo no puedo enfrentarlos, nuestro adorado hyung de tamaño compacto que pesa cuarenta kilos mojados podría? —
— ¡Hey! Me estás subestimado. Algo se de defensa personal, de más joven mi padre intentaba que no fue tan debilucho y de algo me sirvió, igual, me enfermo el dos por tres —
— Oh, eso lo sé mejor que nadie. Acuerdate que siempre fui el que te cuidó —
Jong In pensó que si dejaba entrar a su departamento se espantaría y no quería espantarlo, pero tampoco se le ocurría ninguna excusa para no dejarle pasar y era muy obvio que solo no iba a llegar. Maldijo que Se Hun no estuviese por ahí. Cuando era verdaderamente necesario, aquel mocoso, nunca estaba. Además, vio la resolución en los ojos del mayor y supo que no podía decirle que no. Así que cedió, intentando inventar un montón de excusas en su mente ante la futura reacción del chico.
…
Kris sonrió con autosuficiencia. Su plan había salido como se lo esperaba. El “HunHan” se hizo tan querido que Min Seok vino a contarle que ya había un montón de fanfics de ellos en la web. Y todos estaban esperando por el nuevo álbum de Lu Han. Tenía tantas ganas de chocar los cinco consigo mismo por lo genial que era. Pero como eso es poco natural, tiró de la mano de Min Seok y chocó su palma contra la de él. El secretario le miró extrañado, pero todos en ese lugar eran jodidamente raros, así que se encogió de hombros.
Lu Han tiró la revista frente a Yi Fan, detrás de él Se Hun bebía bubble tea.
— Acepté hacer esto por tres razones. La primera, es privada. La segunda, es que quería joderle la vida a Kai Soo molestando a su pequeño niño — señaló con un gesto de la cabeza al modelo detrás de él —Y la última, es por negocio. Y esto — señaló la portada de la tapa — Es un mal negocio ¡Es un ángulo terrible para una fotografía! —
Yi Fan rodó los ojos, instintivamente, su hermano menor también lo hizo. El cantante estaba montando un berrinche en medio de su oficina y Kris, no tenía tiempo para eso. Le hizo señas a su hermano para que sacara ese carente carisma que posee y controlase a la pequeña furia antes de que le agarrara jaqueca. La puerta se abrió nuevamente y un sonriente Byun Baek Hyun entró.
— Tu decisión de ponerme un manager para mí solo ha sido espectacular, Yi Fan — comentó sentándose sobre el escritorio e ignorando olímpicamente al cantante chino.
El rostro de Lu Han se deformó en una mueca de desprecio e inmediatamente se calló.
— ¿Cómo que tiene un manager para él solo? Yi Fan o hablas o… —
— Vamos a tomar algo —cortó Se Hun llevándose a su hyung del lugar.
— Oh, ¿No le habías dicho aun? —
— Nop —
— Oops —
— Igual ese Park Chan Yeol lo está haciendo muy bien —
— ¿Tú crees? Yo creo que es genial —
— Eso significa que te acostaste con él. Genial. Sobre que andaba bien ¿Tendré que cambiarlo? —
— No, no lo hemos hecho —
— ¿Ah, no? —Kris estaba completamente sorprendido.
…
Chan Yeol estaba preparando todo, hacía mucho tiempo no pisaba Corea y su piso estaba dejado y sucio. Pero, por suerte, su hermana había pasado un tiempo allí, así que las cuentas estaban al día y podía decirse que eso se asemejaba más o menos a un hogar. Había invitado a Baek Hyun a su casa y si bien su cocina no era la mejor, estaba orgulloso de sus sopas. Y sopa es lo que comerían. Repasándolo de vuelta, no era un plan muy sensual que digamos, pero él, haría las cosas de manera correcta y si surgía, surgía.
…
Kyung Soo dejo caer su bolso ni bien entró a la casa de Jong In. Luego, empezó a recorrerla. Y joder, Jong In sí que estaba avergonzado. Pero a su hyung no parecía estar reaccionando a nada hasta que se acercó al tablero, donde estaban sus ideas para hacer juntos. Jong In casi quiso apartarlo de sopetón, pero encontró al mayor leyendo muy interesadamente cada una de las notitas.
— ¿Qué es esto? — preguntó luego de haber leído un poco.
— Hum, nada —
— Es muy tierno Jong In — dijo sonriéndole.
<<Tal vez, no necesita besarme para que le crea que soy su tipo… tal vez>> Sonrió leyendo los papelitos. “Dormir en la fosa de la orquesta con Kyung Soo” “Escuchar a Kyung Soo en un escenario” “Ir al festival de Hanami con Kyung Soo” <<Jong In tiene ideas bastante tiernas en la cabeza>>
De pronto, sintió el cuerpo de Kai detrás de él, cubriéndole por completo, apoyó una mano sobre la pared y con la otra señaló algo.
— ¿Qué tal si hacemos esta? —
— “Que Kyung Soo se quede dormido por no poder más” — leyó el aludido en voz alto y ni bien iba hablando se iba poniendo más y más rojo.
Se volteó temeroso con la nota adhesiva entre sus manos, entre esperanzado y no. Porque <<Joder>> toda su vida había querido comprobar en cuerpo propio todo lo que Tae Min alguna vez dijo que hacían en una charla con un compañero que accidentalmente el más bajo escuchó.
Y en ese momento no podía pensar en muchas cosas, solo en la sonrisa torcida que tenía Jong In en el rostro, la poquísima distancia que había entre los dos y como los brazos del bailarín lo encarcelaban contra la pared y él.
<<Me quiera de verdad o no, es, posiblemente, la única oportunidad que tendré en mi vida de sentirlo así>> pensó. Y todo su esfuerzo por ocultar sus sentimientos durante años se fue al mismísimo demonio cuando se estiró, parándose de puntitas y lo besó.
Lo besó porque no tenía ni la menor idea de que hacer en ese mismo momento. Tan solo quería que el continuase y lo hiciese suyo.
…
Tae Min gimoteó nuevamente, si había pensado en cortarse el cabello había descartado por completo la idea. La manera en que Min Ho tiraba de su cabello más que dolerle le excitaba aún más. Y arqueaba la espalda y se movía hacia atrás buscando más contacto. Las estocadas de Min Ho –pese a que el chico era todo sonrisas y carisma- eran certeras, rudas y profundas. Justo como a él le gustaba. Lo único que quería en ese momento es que le dejara venirse.
— ¡Ah! Min… Ngh… P-por favor — lloriqueó como nunca había hecho.
Odiaba y amaba sentir como soltó su cabello y se encontró sintiendo la sonrisa del estudiante de medicina contra su hombro. Quería maldecir y gritar, pero solo podía gemir por lo bien que lo estaba haciendo.
— Y-ya… h-hyung… ¡Ah! —rogó una vez más.
La gran mano que había estado masajeando su pene dolorosamente, al mismo tiempo que su pulgar tapaba la cabeza de su pene evitando que se viniera, se aflojó. Por un instante, deseó que aquella tortura no hubiese terminado porque fue la cosa más placentera que alguna vez hizo. Pero el ligero temblor que lo recorría y el chillido de alivio que le precedió le indicaron a Min Ho que hizo muy bien y pudo llegar él también al orgasmo dentro del misterioso chico. Gimió profundo, si pensó que Tae Min era estrecho, cuando llegaba al clímax lo era aún más. Evitó dejarse caer sobre el chico, salió con sumo cuidado de su interior y se dejo caer a su lado.
El ex bailarín respiraba pesadamente, intentando calmar su corazón de la reciente actividad mientras rogaba que nadie los hubiese escuchado. Pese a eso sonreía y a Min Ho le pareció ridículo que una criatura tan sensual tuviese una sonrisa tan inocente. Pero también le sonrió. Acarició su flequillo con quietud.
Cuando cayeron las nueve de la noche, Tae Min se despertó por un golpe seco en la puerta de la habitación. Se incorporó lentamente y vio una sombra muy conocida, antes de que le diese tiempo para chillar y pedirle ayuda a Min Ho. Una mano estaba sobre su boca y enredado en las sabanas como estaba no pudo ni patear. Pero más pronto de lo que quiso, cayó en la inconsciencia gracias a un pañuelo sobre su nariz.