El día amaneció hermoso. El sol se filtraba por las cortinas de la habitación de Hyuuga. Kiyoshi llevaba ya un buen rato despierto mirando al capitán dormir. Se le veía tan tranquilo y calmado… pero estaba seguro que al despertarse iba a matarle o algo parecido. Soltó una pequeña risita y el capitán se removió soltando un quejido y empezó a removerse algo inquieto. Por fin abrió los ojos y entonces observó la tonta cara de Kiyoshi. Clavó sus ojos en él y gruñó con fiereza.
-¡Daho! Me duele todo… -Se incorporó para golpearle pero una punzada de dolor en sus caderas le hizo caer en la cama maldiciendo la vida y el mundo y sobre todo al castaño, porque había sido brusco y ahora le dolía todo el cuerpo. Se encogió un poco sobre el colchón y Kiyoshi mimoso le abrazó y le arrastró contra su pecho.- Quita tonto,…
-No. Lo siento Hyuuga… -Susurró y besó sus labios con mimo, luego sus mejillas y luego su cuello donde dejó otra marca nueva. La verdad que entre sus hombros, su nuca y su cuello había varias marcas de besos y mordiscos, pero es que Kiyoshi no había podido evitar el tocar, besar y morder cada rincón de su piel. Paseó sus manos por su espalda hasta sus nalgas, luego las subió de nuevo y le miró.- ¿Puedo hacer algo?
-Si, irte al infierno, te mataré… lo juro. –Dijo bajo mientras volvía a acurrucarse contra su pecho y cerraba sus ojos con fuerza. Obviamente no iba a matarle, ni quería que se fuese al infierno, porque el infierno en ese momento era el dolor que tenía él en toda la parte baja de su cuerpo. ¿Podría ponerse de pie? La verdad… no estaba seguro y aún no sabía por qué había sido él… el que estaba abajo. Furioso golpeó el pecho de Kiyoshi con uno de sus puños, pero no demasiado fuerte.- Yo debí estar arriba… idiota, tú deberías ser el de abajo, no yo… ¿por qué demonios fue al revés?
-Porque… yo soy el sempai en las sábanas… -Comentó en el oído de Hyuuga mientras mordisqueaba el lóbulo de su oreja y bajaba ahora sus manos por su espalda hasta su cadera, la cual sujetó y con fuerza pegó contra la cama. Se coló bajo las sábanas y comenzó a besar su pecho con suavidad, deslizando su lengua, marcando cada rinconcito que veía, suspirando y mordiendo, paseando sus labios por ahí hasta llegar al sexo de Hyuuga el cual besó y comenzó a lamer. El moreno solo pudo gemir alto al sentir esa lengua y esos labios rodeando su hombría y comenzando a lamerla y a absorberla con ganas. Un leve temblor llegó a su cuerpo y él solo pudo agarrarse a las mantas de nuevo notando como bajo ellas se movía el castaño haciéndole la mejor felación de su vida, aunque no es que hubiese tenido muchas,… es más todas habían sido de Kiyoshi. Se sonrojó bastante y se arqueó un poco.
-Nghh para tonto… me… me voy a… a correr… para ya… -Jadeaba alto mientras el contrario seguía lamiendo sin descanso, sujetando con fuerza los muslos de Hyuuga y metiendo todo aquel sexo entre sus labios para poder absorberlo cuanto más mejor. El moreno se removía algo agitado y sentía su miembro palpitar, el placer subía por todo su cuerpo y sus piernas se tensaron al sentir que iba a derramarse.- Kiyo… sh… shi… no, a… aahh…
Apenas pudo terminar la frase cuando terminó en la boca del contrario, el cual tragó con ganas y siguió lamiendo aquel sexo hasta limpiarlo por completo. Se separó del otro y con suavidad besó su abdomen que se movía agitado. Hyuuga cerró los ojos y dejó su cabeza sobre su almohada mientras se tapaba la cara con el dorso de su mano y brazo.
-Haces uno sonidos muy… sexys… -Susurró Kiyoshi bajo las sábanas aún, para recibir un golpe por parte del moreno. El castaño rió bajito por aquello mientras soltaba un “ay” pero de igual modo no le molestó. Se movió, o más bien casi reptó por el cuerpo del contrario y se asomó bajo las sábanas para verle, pero Hyuuga tenía el rostro tapado. Kiyoshi se mordió el labio inferior y besó su brazo, para luego sujetarlo y retirar su mano, mirando por fin al capitán, el cual estaba totalmente rojo.- Lo siento Hyuuga, ¿te sigue doliendo? Si quieres puedo… mirar si te hice algo…
-N… no… solo me duele un poco, no es para tanto. Te dije que se cuidarme solo… -Desvió su mirada, avergonzado por la situación y puso un leve y casi imperceptible puchero, que duró menos de un segundo. Luego se giró al contrario y le miró.- No paras de hacer cosas por mi y tú… bueno eso…
-No me importa Hyuuga, he esperado años por poder tocarte, mimarte y saborearte, puedo aguantar hasta que vuelvas a estar bien para poder hacerte el amor otra vez. –El sonrojo de Hyuuga fue mayúsculo.
-¿¿¡¡QUÉ!!?? –Dijo abriendo los ojos mientras veía la risa bobalicona del otro. Hyuuga le golpeó y empezó a empujarle, comenzando así a moverse con más soltura y olvidando el dolor de su pelvis en algunos momentos para por fin terminar golpeándose con la almohada. Tras varios minutos de pelea, de risas e incluso de algunos besos y abrazos, ambos decidieron que tenían que ir a entrenar, Riko no les había llamado pero el día anterior se habían retrasado así que… mejor prepararse.
Unos minutos más tarde ambos entraban en el gimnasio. La chica al verlos se acercó, sobre todo para ver si el capitán estaba mejor. El resto también se acercó.
-¿Cómo estás Hyuuga? Espero que hoy no te desmayes… -Comentó con una risita la entrenadora.
-Claro que no, fue porque ayer perdí fuerzas por la lluvia, pero ya estoy bien. –Comentó con una leve sonrisa. Kuroko entonces se acercó despacio al capitán y señaló su cuello.
-Hyuuga-sempai ¿qué tiene ahí? ¿Es un beso? –El capitán abrió los ojos y se sonrojó, Kiyoshi también se sonrojó y miró a otro lado como si no supiese nada, Kagami abrió los ojos sorprendido e Izuki empezó a soltar chistes estúpidos. En ese momento Koge soltó una risita y se asomó tras Mitobe.
-Creo que alguien mordió a otro alguien anoche… -Susurró divertido. Mitobe asintió y Kagami abrió más los ojos. Riko se sonrojó un poco y se giró soltando un “deberíamos entrenar ya y dejar esto para después”.
-No vamos a dejar nada para después, porque no hay nada… -Dijo Hyuuga nervioso mientras intentaba quitarse a sus compañeros de encima que no paraban de acosarle con la mirada. Kiyoshi soltó una leve risita y entonces Riko miró al castaño y golpeó levemente su hombro como dándole la enhorabuena.- Oye, oye… ya parar…
-Sempai… -Dijo Kuroko.- No importa, todos lo sabíamos ya… ahora que están juntos, todo está bien.
-E… eso… -Hyuuga se sonrojó aún más y miró a Kiyoshi. Entonces al final ¿eran pareja?