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Amor de baloncesto. por DarK_Nessa

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Notas del capitulo:

Bueno traigo el capítulo dos ya. Si, los tengo ya, hasta el tres, así que ahora subiré el tercero también. Se que es la primera vez que subo capis y esas cosas... y la primera vez que ando aquí pero me decidí a hacerlo para que la gente lo leyese.


Si gusta mucho quizás haga otro ^^


Besos y gracias por leerme.

El camino a casa al lado de Kiyoshi fue algo incómodo, pero al castaño no parecía importarle nada de nada. Eso molestaba a Hyuuga que le miraba de vez en cuando con cara de circunstancia y a punto de partirle la cara de un simple puñetazo, por la osadía de besarle y por la osadía de no hablar palabra con él. Llegaron al cruce en el que tenían que separarse y entonces ambos se miraron. El capitán clavó sus ojos en el contrario y se le quedó mirando por un largo rato (o así le pareció) y entonces el castaño sonrió y se acercó a él, acarició su mejilla con suavidad.


 -Buenas noches Hyuuga. –El moreno le miró, deseando algo más, pero entonces el número siete del Seirin, sonrió, se dio media vuelta y se puso a caminar hacia su casa. Hyuuga algo enfurruñado se giró y empezó a caminar hacia la suya sin mirar atrás. Por el camino iba soltando algún que otro “muérete” pero nada importante.


 Al llegar a casa recordó que estaba solo durante toda esa semana. No le importaba, era bastante mayorcito para hacer las cosas de la casa, pero en ocasiones el silencio era algo agobiante y el tener que cerrar todo por los ruidos o por si entraba alguien le ponía más nervioso, por si se olvidaba de alguna puerta o ventana. Se metió en casa y comenzó a preparar su cena, algo sencillo que no le llevó mucho tiempo y tras eso a estudiar, hizo algunos ejercicios y luego se puso la televisión, pero se sentía inquieto. Soltó un suspiro y terminó por apagar todo y coger un balón de baloncesto… sería mejor ir a jugar un rato.


 Salió de su casa y con el balón bajo el brazo llegó a la cancha que estaba cerca de su vivienda. Al llegar allí miró el sitio, tan vacío a esas horas… bueno no era tan tarde, pero ya estaba oscuro. De igual modo las luces de las farolas eran suficientes como para que se pudiesen ver las líneas y la canasta. El moreno comenzó a botar el balón y a correr por la zona asfaltada y pintada hasta llegar bajo el aro y encestar, recogía el balón y volvía a botar, saliendo hasta la línea de tres y tiraba, tras encestar de nuevo cogía el rebote y lanzaba otra vez. Durante varios minutos estuvo inmerso en su propio partido cuando de pronto escuchó un ruido y eso le hizo girarse. Allí en la entrada a la pista de baloncesto había una sombra. Se subió las gafas y se quedó en silencio ¿algún delincuente?


 -¿Quién… está ahí? –Dijo a media voz. La luz hacía sombra sobre la figura y solo veía a alguien alto, pero nada más. Pero entonces esa persona dio un paso y la luz le iluminó la cara. Al ver a Kiyoshi ahí parado frunció el ceño.- ¿Qué haces aquí?


 -No podía dormir y salí a jugar un rato. Ya sabes que esta cancha está cerca de tu casa y de la mía. –El moreno asintió un poco porque era cierto, más de una vez habían quedado ahí para jugar. Suspira levemente y bota el balón para ponerlo bajo su brazo, se acerca al más alto y le mira por un momento, abre la boca pero al final no le dijo nada. Farfulló algo ininteligible y se giró para irse, pero la mano de Kiyoshi le detuvo.- Hyuuga…


 Dijo el número siete y el moreno se giró al notar ese agarre. Sus miradas volvieron a encontrarse, un calor subió desde su brazo a su hombro y de ahí recorrió toda su espalda. Apenas se movió y el castaño se acercó un poco a él.


 -Ten cuidado. –Dijo y el capitán frunció el ceño tirando de su brazo un poco molesto.


 -No soy idiota… -Añadió enfadado y se apartó para comenzar a caminar. Realmente no sabía por qué estaba enfadado, Kiyoshi no le había hecho nada, solo se había preocupado por él, nada más… pero era ese modo de hacer las cosas del castaño. Siguió andando pero cuando llevaba algunos pasos se giró levemente hacia la cancha, observando la silueta de Kiyoshi al andar, hasta que tropezó con algo.- Tch… mierda…


 En ese momento alzó la vista y se encontró con un tipo bastante grande y fuerte, con un pelo de color rubio oxigenado, como el suyo cuando lo llevaba largo, con muy malas pulgas. Hyuuga gruñó un poco y por supuesto se apartó para seguir su camino, pero en lugar de poder pasar el tipo agarró de la ropa al capitán y le empujó contra una farola.


 -Pero qué demon… -El otro tipo lanzó su puñetazo a su cara, dándole igual que tuviese gafas pero aquel puñetazo no logró tocarle. Algo se interpuso y en ese momento encontró a Kiyoshi al lado del tipo enorme sujetándole del brazo. Hyuuga se quedó paralizado por un momento, pero entonces el tipo enorme gruñó algo y fue a pegar a Kiyoshi, en ese instante el capitán se movió y levantó su pierna para golpear al otro, en el peor lugar que le pueden dar a un hombre.- Cabrón… vuelve a tocarle y te mato.


 Ver al tipo gigante gritando de dolor en el suelo por esa patada en su entrepierna le hizo sentirse raro… parecía una maldita tira cómica. Miró a Kiyoshi.


 -¿Estás bien? –Preguntó.


 -Eso debería preguntar yo. –Añadió el más alto.


 -No me hizo nada, no hacía falta que vinieses, se cuidarme solo. –Comentó el de gafas para pasar por encima del tipo retorciéndose de dolor y seguir su camino. Pero se detuvo a los dos pasos.- ¿Has cenado?


 Kiyoshi negó y Hyuuga soltó un suspiro.


 -Ven, sobró algo de mi cena, te invito. –Dijo sin más y echó a andar para notar como Kiyoshi corría tras él como un perrito. El camino fue algo silencioso aunque el moreno miraba de vez en cuando la rodilla del número siete, aún notaba que cojeaba un poco, eso era algo frustrante, le molestaba porque no quería que dejase de jugar, tenían que ganar la Winter Cup juntos. Entraron en casa y Hyuuga fue directo a la cocina para sacar lo que había sobrado y añadir algo más de picoteo, lo puso en la mesa y miró al castaño que seguía de pie, casi sin pasar.- … ¿Kiyoshi?


 -Hyuuga… ¿estás solo? –Preguntó el contrario a lo que el capitán asintió sin darle mucha importancia. El número 7 del Seirin titubeó un poco y el de gafas le miró extrañado.- … oye…


 -¿Qué? ¿No vas a entrar? Ya has venido varias veces a mi casa, Kiyoshi. –El otro asintió y terminó por entrar quitándose las zapatillas y caminando despacio hasta la cocina.- Estas raro hoy… ¿qué demonios te pasa?


 -Es que… -Dudó un poco y soltó un resoplido para de pronto coger la mandíbula de Hyuuga y darle un beso en los labios. El capitán se sobresaltó y abrió los ojos, hasta que el castaño se apartó. Hyuuga sorprendido se quedó mirándole atentamente.- Esto es cruel… quiero besarte a cada rato Hyuuga, me gustas.


 -¿Q… qué? –Atónito se quedó inerte mirándole.


 -Que me gustas, te besé antes porque me gustas, te beso ahora porque me gustas ¿Qué parte de “me gustas” no entiendes? Hyuuga… quiero besarte y abrazarte y tocarte y… no hay nadie en tu casa ¿cómo quieres que me controle? Yo se que odias que te toque… hoy apenas jugaste bien por lo que hice y ahora seguro… me terminarás odiando… -Le miró y de pronto le abrazó con fuerza contra su pecho. Hyuuga quedó pegado a él con fuerza y sintió el latir del corazón de Kiyoshi contra su cara.- No me odies…


 Se le quebró la voz y aquello asustó al moreno, como pudo intentó despegarse de él y alzó su rostro para ver los ojos del castaño llenos de lágrimas.


 -Oye Ki… Kiyoshi… ¡¡¿¿qué haces??!! ¡¡No llores!! –Verle así le puso más nervioso, terminó por ignorar el resto de la cena y cogió su mano para llevarle al sofá, le obligó a sentarse y se puso delante de él con las manos sobre la cintura.- Vamos a ver Kiyoshi, no te odio, eso lo primero, eres idiota y un pesado, pero no te odio ¿por qué iba a hacerlo? ¡Y deja de llorar! Eres un idiota…


 -Hyuuga… -De pronto le abraza y  le pega a su cuerpo, pero el moreno siente como que se cae e intenta apartarle para sujetarse. El castaño siguió abrazándole fuerte contra él y acabó por sentarle sobre sus piernas… en ese momento le miró sujetando firme su cintura, de nuevo sus ojos se juntaron por un momento, cruzándose y el castaño subió una de sus manos por su espalda, en una suave caricia. Hyuuga se estremeció y sus mejillas se sonrojaron.- Quiero… besarte…


 -¿Ah? N… no… -Dijo en un tono muy poco convencido mientras le miraba más rojo imposible. La mano del contrario seguía subiendo y su cuerpo tembló ante ese toque.- Kiyoshi…


 Pero sus palabras se cortaron cuando de pronto el número 7 cogió la nuca del moreno y le obligó a agacharse para comenzar a besarle con más ganas que antes. Entreabriendo sus labios y con su lengua obligando al otro a abrir su boca, aunque no le costó demasiado. Hyuuga se sentía algo mareado por aquello, realmente ese beso le había robado el aliento y sin pensar respondió. Su lengua acarició la del contrario y sus manos rodearon el cuello de Kiyoshi para comenzar un beso más apasionado y largo… Mientras sus bocas hablaban aquel excitante lenguaje, el cuerpo de ambos se calentaba, sus corazones latían rápidos, desbocados… hasta que… Hyuuga se apartó sonrojado mirándole agitado y llevándose el dorso de la mano a sus labios.


 -…-Agitado le miró.- E… esto es estúpido… tú no me gustas…


 -¿Por qué? –Dijo Kiyoshi con un leve puchero.


 -Porque eres un tonto. –Respondió el de gafas.


 -Esa es una respuesta un poco rara Hyuuga… -El capitán se sonrojó.- ¿No te gusto?


 -No me gustas. –Añadió mientras le miraba. Entonces el castaño cogió la cintura de Hyuuga y le levantó para sentarle en el sofá.


 -Está bien, me iré… -Hyuuga miró a Kiyoshi y observó cómo se levantaba del sofá para alejarse. Aquella situación no le gustó, no… no quería que se fuese, pero ya era… muy tarde.


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