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~Ilusión~ por white bunny

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Notas del capitulo:

Hola a todos quienes decidieron seguir este fic  y a quienes lo comienzan a leer, espero no haber tardado mucho en la conti, bueno les cuento este mundo es estilo mas menos anticuado existen ciertas cosas conectadas con la modernidad como elementos más bien de la época más antigua espero no confundirles mucho y que disfruten su lectura tanto como yo he disfrutado al escribir, les dedico este cap a todas aquellas personas que me dejaron su review (L), y bueno a leer se ha dicho!!


Disclaimer
los personajes no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto

Capitulo 2


Así fue como el rubio llamado Naruto de acanelada piel y hermosos ojos azul cielo, fue creciendo y aprendiendo las doctrinas de comportamiento propias para alguien como él  junto a otros donceles en aquel lugar el cual poseía distintas secciones separadas unas de otras, para así mantener bien clasificados los donceles ya sea por edad y por su belleza. Una vez que el rubio obtuvo la edad de 12 años fue separado del grupo menor para ser enviado al grupo intermedio de los donceles más hermosos, Naruto a su corta edad ya atraía las miradas de quienes visitaban el lugar en busca de donceles para las labores “domesticas”, no obstante la directora del internado por extrañas razones se negaba a vender al rubio con la escusa de que este aun no era un doncel competente para llevar a cabo las labores mínimas a las cuales se debía dedicar.

 
-Orochimaru-san, le pido que por favor no insista en querer comprar ese doncel, el aun no está a la venta, le ruego que observe a los otros los cuales si están disponibles y poseen más cualidades- hablaba una mujer de cabello azul la cual se encontraba sentada tras un enorme escritorio en la lujosa oficina principal del internado.


-Konan-sama, usted sabe a la perfección que tengo docenas de donceles y que no me interesa en absoluto que este no sepa hacer nada- le respondía el pálido hombre de largo cabello oscuro.


Un escalofrió recorrió la espalda de la peliazul al comprender a que se refería el hombre serpiente, este era un empresario adinerado el cual solía comprar donceles jóvenes.


- no venderé un doncel incapaz, eso ensuciaría el prestigio de este internado, si desea comprarlo será cuando él esté listo, ni un solo día antes y que no se hable más del tema- finalizo la mujer quien no tenía intenciones de vender al rubio al pálido empresario.

Y afuera de la oficina…


-UUUUFFF
de la que me he salvado dattebayo – se decía a sí mismo un rubito de piel acanelada con unas zorrunas marquitas en sus mejillas – ese hombre es la cosa más horrible que he visto, de tan solo pensar en que me comprase y tuviese que irme con él me da escalofríos –se dijo mientras sintió una gélida hilera de frio recorrer su columna.

Naruto a pesar de su corta edad tenía muy claro cómo funcionaba todo el sistema e incluso sabia a la perfección que él debía cumplir todo lo que su dueño le pidiese por más que esto llegase a estar en contra de su voluntad y arriesgase su integridad física el debía cumplir, aun que lo que aun no comprendía era el por qué la directora lo protegía y le daba ciertas preferencias.


- veo que no se te ha quitado la fea costumbre de oír conversaciones ajenas tras las puertas he Naruto-kun- se posicionaba frente a él un doncel castaño el cual poseía la apariencia de una mujer.


-Ha- Haku me has espantado- decía el rubio con sus ojos abiertos como platos pues no se había percatado el momento en el que Haku su mejor amigo se había acercado- y a ti no se te quita la fea costumbre de asustar a tus amigos- le dedico una mirada con los ojos entre cerrados


- no, solo te buscaba para que fuésemos a la clase de Iruka-sensei  y te encuentro husmeando tras las puertas.

Iruka era un doncel en edad ya adulta, propiedad del internado que poseía sus propios donceles con el fin de educar a los pequeños, todo bajo un estricto control también para los donceles maestros ya que estos se debían guiar por contenidos pre-escritos a la hora de enseñar y jamás enseñar otra cosa que allí no estuviese.


- Iruka-sensei se puede esperar, porque lo que tengo que decirte- hablaba el rubio en un tono cada vez más bajo y pasando su brazo por la espalda de Haku a modo de abrazo para acercarse y continuar hablando bajito – otra vez ha venido el hombre con cara de serpiente a intentar comprarme- mientras le hablaba comenzaba a caminar por el pasillo en dirección al salón. 


- QUEEE!! Y que paso Naruto, no me digas que… - se exalto el castaño al pensar que su amigo pertenecería a un hombre como ese, el cual ya tenía la fama de comprar donceles para su goce sexual.


- no, no, no Haku ni lo digas dattebayo- se apresuro a interrumpir la frase del otro- aun que esta vez ofreció tres veces el precio de un doncel de la más alta clase.


- y Konan-sama que respondió exactamente – menciono con preocupación.


- ha rechazado la oferta una vez mas jejejeje- posiciono una de sus manos tras su nuca al reír – creo que soy el doncel más valioso de este lugar, el incomparable Naruto dattebayo!!!.


   - Hasta que los encuentro, vayan inmediatamente  a su clase con Iruka-sensei, de seguro va a estar muy molesto – les hablaba a los dos pequeños uno de los guardias del internado de nombre Hatake Kakashi, quien se les había atravesado por el frente irrumpiendo su caminata, este uno de los pocos hombres que desempeñaba labores en el lugar era  uno de los guardias internos del lugar, con su cabello color plata y caracterizado por utilizar una banda negra en la cabeza inclinada cubriéndole uno de sus ojos, además de su camiseta de cuello alto que cubría su boca y nariz, dando como resultado que tan solo una pequeña parte de su rostro fuese visible. 


-he he Kakashi-sempai apuesto a que usted puede hacer que se le pase lo molesto a Iruka-sensei dattebayo- pronuncio el rubio con una sonrisa picara y observando con los ojos entre cerrados al peliplata el cual se apresuro con evidente nerviosismo en entregar su respuesta.


-he he no sé por qué dices eso Naruto, pero veré que puedo hacer- una gotita de sudo corría tras su nuca-pero por el momento apresúrense a llegar a su salón- dijo rápido con tal de librarse de aquella incómoda situación-“ese Naruto es un manipulador”- pensaba el guardia.


-ya, ya Haku vayamos a la dichosa clase- le hablaba emprendiendo el paso por el pasillo mientras Kakashi se alejaba a paso apresurado.


-no entiendo como lo haces- le decía con cara de duda Haku mientras caminaba junto a él.


- no tienes que entender nada, son solo cosas entre Kakashi-sempai y yo- le respondía con su rostro inundado  de risa contenida.


///////flash back///////



Un moreno doncel se encontraba ordenando el salón de cocina en el cual recienmente había estado con un grupo de alumnos muy hiperactivos y de difícil control.


- que desastre- recogía del suelo restos de comida y limpiaba cada mesón- bien así me gusta que este todo bien limpio-.

- y no prefieres ensuciarlo conmigo- Susurro una ronca voz masculina tras de Iruka hablándole al oído.

-q-que!- se sobresalto el moreno al oír lo dicho y comenzar a sentir como unas manos tomaban su cintura y apegaban su espalda al pecho del hombre tras el- Kakashi!! ¿Qué haces aquí? Y a esta hora- protesto el morocho.

- no me contuve las ganas de verlo sensei, ¿quiere que le enseñe lo que hago?- ronroneó el peliplata al oído de Iruka mientras colaba las manos bajo la camisa de este para comenzar a acariciar la piel de su vientre.

-K-Kakashi… no ahh- se sobresaltó cuando sintió como el peliplata ejercía presión en sus pezones- de-de-detente puede-puede entrar alguien-.

- yo deseo entrar- suspiró el peliplata al oído del moreno-  entrar en ti-.

-Kakashi por-favor date cuenta donde estamos- ya no podía tener su rostro más colorado por el descaro tanto en acción como en las palabras que le dedicaba el peliplata, el cual comenzó a lamer con suma pasión el lóbulo de su oreja, hasta que el fuerte sonido de la puerta del salón abriéndose de golpe lo detuvo.


- IRUKA-SENSEI!!! SE ME A QUEDADO MI… - se trataba de Naruto quien detuvo sus palabras al fijar su azul mirada en la comprometedora escena que protagonizaban Iruka y Kakashi, la cual lo dejó con sus ojos abiertos como platos- aaaaaaaaam veo que están algo ocupados, solo venia por unas cosas que se me quedaron- dijo para acercarse a un mesón y tomar una bolsa que allí se encontraba- no los interrumpo mas- dijo lo ultimo retrocediendo en sus pasos, pero sin dejar de observar a aquel par que se había quedado petrificado como una verdadera estatua.


//////// Fin del flash back////////////
 

- ah Naruto ni lo pienses, tendrás que contármelo en algún momento- le decía el castaño al rubio mientras ambos se perdían por los pasillos del internado.










/////////////////////////////////////////Mansión Sabaku/////////////////////////////////////////////



en un amplio y lujoso comedor repleto de alfombras y frondosas cortinas se encontraban dos hermanos desayunando.


- hey Kankuro, no se tu, pero yo siento que nuestra madre ya no nos presta atención como lo hacía antes- gruñía una rubia de coletas – todo desde que nació nuestra hermana, mamá olvido que tenía más hijos-.


-dah Temari no me vas a decir que estas celosa de Gaara- decía Kankuro el hijo intermedio de la familia sabaku y heredero de la fortuna y titulo de su padre el general de las fuerzas armadas del país – yo creo que solo debes preocuparte de disfrutar este desayuno que esta exquisito- comía y medio hablaba el castaño.


- no estoy celosa, pero ella se la pasa pensando las 24 horas del día en gaara, todo para ella es gaara- pronunciaba con enojo en sus palabras y con su puño cerrado golpeaba la mesa con fuerza.


- no te sulfures Temari, eso pasa por que es la menor, ya verás cómo después se le pasara una vez que gaara crezca y se case- continuaba comiendo y deleitándose con el sabor de la comida.


-mmmmm no lo sé, yo creo que en esa niña hay algo extraño- decía para comenzar a comer sumida en sus pensamientos.





Mientras tanto en el enorme jardín trasero de la mansión sabaku, una hermosa niña de unos 12 años de edad, con su piel blanca, ojos verde agua marina delineados  con una espesa franja oscura y unos largos cabellos rojos como el fuego, se encontraba caminando entre los senderos del jardín observando las plantas que allí se encontraban, ella vestía un elegante kimono con el diseño de flores de cerezo.  Había caminado durante tanto rato por aquellos jardines, que  ya no lograba divisar la mansión, continuó su recorrido hasta llegar a unos arbustos los cuales marcaban el final del lugar, estos se encontraban podados a modo de una alta y larguísima pared de verdes arbustos, y tras esta una reja la cual dividía los dominios de la familia sabaku con los de la familia vecina. La mansión era enorme y lujosa, los jardines inmensos y aparentemente interminables, pero aun así se le hacían pequeños pues ese espacio representaba su mundo, para ella no había nada más allá de algunas habitaciones a las cuales du madre le permitía entrar y el jardín trasero, ya que al jardín frontal se le tenía prohibido ir, pues su madre no deseaba que nadie viese y hablase con su hija, mucho menos que cualquiera tuviese interés en ella.


- este es el final- dijo para sí misma en un susurro para comenzar a darse la vuelta y emprender el retorno al camino de regreso a la mansión, dio el primer paso y de pronto frente a sus ojos y caso rosando su nariz vio caer un objeto con suma rapidez, sintió un susto a tal grado de caer hacia atrás quedando sentada en la arenilla del camino por el cual anteriormente se había dispuesto a caminar, su corazón palpitaba rápidamente, hasta que logro enfocar su visión en el objeto que había caído.


- un balón- se tranquilizo un poco al ver que solo se trataba de un balón pero casi inmediatamente se preguntó- “¿Qué hace aquí un balón?”- y casi como por arte de magia fue respondida su duda al oír una voz proveniente a sus espaldas.


-Hola, ¿hay alguien ahí? Es que se me ha caído mi balón mientras jugaba- esa era la voz de un joven, la pelirroja se puso de pie como pudo y volteo intentando ver algo entre los arbustos para saber quién era el poseedor de aquella voz que le hablaba-¿hay alguien?- volvió a preguntar con un poco mas de volumen.


-…- dudo un poco antes de contestar, ya que también le habían dicho que por nada del mundo debía hablar con ningún desconocido, no obstante decidió contestar a la insistente voz- eeee si- dijo en un tono bajo pero aun así suficiente para ser audible por la otra persona.


-disculpe la molestia pero jugaba y mi balón se ha caído para allá, ¿usted sería tan amable de devolvérmelo?-.


-si…- aun intentando distinguir a la persona tras los arbustos fue tras el balón para tomarlo en sus manos, era de una textura áspera por la tierra que se le adherida a este, se dirigió más cerca de aquel lugar donde provenía la voz y logró ver una silueta obscura tras los arbustos- ¿Cómo podría devolverlo? Si usted sabe cómo le ruego me diga, no veo  la manera de hacerlo-.


- bueno yo creo que de la misma forma que llegó hasta allá, lanzándolo por sobre la cerca-.

- está bien, lo intentaré – respondió con el balón en sus manos, retrocedió unos cuantos pasos y lo arrojó, no obstante este ni siquiera llegó a alcanzar la mitad del verde muro de arbustos, lo intentó algunas veces más son éxito ya que el kimono le dificultaba alzar los brazos con libertad- no puedo- dijo con algo de cansancio en su voz.


- mmmm bien, tengo una idea, creo que mas allá hay un árbol suficientemente alto en el que me podría subir para que me lance usted mi balón y yo poder tomarlo-.


- está bien, dígame hacia donde es- dijo sin protestar aun que sabía perfectamente que se estaba excediendo en demasía al solo haber transado palabras con aquel desconocido.


- sígame por favor- pidió para comenzar a caminar seguido por Gaara desde el otro lado, quien aun solo podía distinguir una silueta algo difusa, caminaron algunos minutos sin decir nada hasta que el dueño del balón se detuvo- aquí es, subiré, espéreme un poco-.


- bueno- dirigió su mirada hacia arriba observando como unas gruesas ramas de árbol se asomaban desde el otro lado y sobre la pared de arbustos hacia donde se encontraba.


- ya estoy llegando, falta poco- logró trepar el árbol y avanzar hasta la rama que daba con el lugar vecino a su casa, pero se quedo asombrado en el momento que observo a quien le había estado intentando ayudar, al hacer con tacto visual con la otra persona no se quedo sin palabras-…-.


-…-


Cruzaron su mirada la una con la otra y en ese preciso instante sintieron como el tiempo se detuvo, no existió nada mas a su alrededor, la chica pelirroja sin darse cuenta dejo caer el balón por la impresión que sintió, ya que para ella era la primera vez que veía a alguien que no fuese de la familia o de la servidumbre de más confianza en la mansión y se perdió en los pozos negros que tenia por ojos aquel chico sobre el árbol, el cual al igual que ella se encontraba mirándole en total silencio embelesado por lo que sus ojos veían, aquella niña de rostro inocente y angelical, pero con el cabello tan rojo como el fuego del mismísimo infierno.



-so-soy Itachi, digo mi nombre es Itachi Uchiha- dijo con nerviosismo- ¿y usted señorita cual es su nombre?- no podía despegar su mirada de ella como si esta fuese a desaparecer si dejaba de hacerlo, sentía la necesidad inmediata de saber su nombre o lo que fuese de ella, si sería la realidad o una visión que estaba teniendo.


-yo, mi nombre- no sabía cómo continuar la frase, claro que si sabía su propio nombre pero en el momento que aquel azabache le hablo mirándole a los ojos sintió su mente estar en blanco.


- si, su nombre- reafirmo lo anteriormente dicho el chico poseedor de unos ojos negros, piel de una tonalidad clara, el cabello negro y largo atado en una coleta baja.


-Gaara, si mi nombre es Gaara, Sabaku no Gaara- las ideas regresaron oportunamente a su ser que continuaba embobado.


-señorita Gaara, no la había visto nunca, ¿usted es nueva por acá?- interrogó el azabache.


- he vivido toda mi vida en este lugar- decía sin dejar de mirar a los ojos del contrario- pero yo no salgo, de hecho es la primera vez que veo a alguien de afuera-.


-debería salir, es bueno conocer a otras personas-aseguró.


-tal vez sí, pero yo no puedo, está prohibido- confesó con algo de pesar- y creo que yo debería irme o se enfadaran mucho conmigo-.


- pero, si usted no ha salido de casa, sigue en ella, aun no ha cometido ninguna falta-.


-si, pero se me hace tarde- se apresuro a decir ya que a pesar de tener el deseo de quedarse a hablar con aquel muchacho sentía que lo que hacía no estaba bien- lanzare su balón-.


-espere, creo que me acercaré un poco más para asegurarme de alcanzarlo- decía con el afán de poder observar a aquella chica un poco más de cerca, aun que fuese solo un poco. Se colgó afirmándose con sus piernas a la rama quedando de cabeza y extendió sus brazos hacia abajo- y señorita Gaara cuénteme qué edad tiene usted- preguntó, aprovecharía cada segundo que le quedase para aprovechar de saber lo que más pudiese de aquella persona.


- 12 años- respondió mientras volvía a tomar en sus manos el balón- y ¿usted?-.


-tengo 15 años y le pido que no me trate de usted, puede tratarme de tu, pues ahora que ya sabe mi nombre y mi edad ya podemos decir que somos conocidos-.


-esta bien, creo que sí y si tu… - le resultaba bastante extraño tratar a alguien de esa forma ya que nunca lo había hecho- tu también deberías hacerlo- sintió un pequeño ardor crecer en sus mejillas.



Ese fue su primer encuentro de muchos, luego se veían a diario por las tardes en el mismo lugar, Gaara con la escusa de pasear por el jardín e Itachi, bueno el no necesitaba de escusas ya que era el hijo mayor del gobernador y por ende el heredero de la familia Uchiha, catalogado por su padre como el mejor en todo, su primogénito más que digno de llevar el apellido. Además de esto, Itachi era el mejor de su clase, el primer lugar con honores cada año de estudio desde que poseía memoria.

Los hombres se dedicaban a estudiar durante su juventud, para adquirir los conocimientos necesarios que debían poseer un hombre, no así las mujeres solo debían esperar al momento de que un hombre pidiese su mano y casarse siempre y cuando su padre diese aquel consentimiento.

Notas finales:

Naruto no podía quedarse así nada mas, siempre tiene que hacer de las suyas en el lugar que sea, aun falta un poco para que conozca a su perdición, agregue un toque de KakaIru que no podia faltar xD, y nuestro Gaara ya ha conocido a Itachi *-* ahora es más bien algo dulce luego eso irá cambiando paciencia paciencia

nos leemos!!

y no olviden que espero con ansias sus comentarios!!


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