Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La oscuridad de tus ojos... por Riniita

[Reviews - 23]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

En este capítulo se cuenta el motivo de porqué viene Reita.

Espero que lo disfrutéis y siento la tardanza ;;  

    “Ne, Reita, ¿por qué has venido a este instituto?, ¿qué te pasó en el otro?”

     El mayor se había quedado callado por la pregunta del pequeño, frunciendo los labios dando una imagen reflexiva, ¿qué sería lo mejor? ¿Contar la verdad u ocultarla por el momento? Acababa de conocer al pequeño y no sabía si podía confiar en él, aunque algo le impulsaba a creer que sí, que era de confianza. Los oscuros ojos de Reita se tornaron melancólicos por unos segundos, más oscuros de lo normal y de eso el pequeño se había dado cuenta, arrepintiéndose tras formular la pregunta.

-Lo siento, Reita, yo… No quería hacerte sentir mal… -desvía la mirada al lado contrario de los ojos del mayor, sintiéndose cada vez peor, ¿qué derecho tenía él a preguntar algo como aquello?- Lo siento… -ésta vez su tono sonaba realmente arrepentido, iba a seguir disculpándose pero la voz de Reita le interrumpe.

-Deja de disculparte, Ruki… Sólo es que me ha pillado por sorpresa. Es algo complicado así que lo mejor es que te lo diga cuando te curen -asiente con una leve sonrisa que había aliviado a Ruki al contemplarla, pensaba que le había molestado la pregunta y que se enfadaría con él, ¿por qué le daba tanta importancia a aquel chico? No le conocía de nada.

-Vale… Es allí -señala a una puerta verde pistacho.

-A sus órdenes mi capitán -ríe ambos por las palabras de Reita y al llegar a la puerta mira a Ruki.- tengo las manos ocupadas, llama tú. -El pequeño asiente y da unos toquecitos a la puerta, donde unos segundos después se escuchan pasos y una voz femenina decir “Ya va, ya va”. Tras eso en cuestión de un par de segundos la mujer abre la puerta y al ver al pequeño su rostro cambia a preocupación y Reita supone que se conocen.

-¡Ruki! ¿Qué te ha pasado? ¿Quién te ha hecho eso? -Reita había acertado, ellos dos se llevaban bien por el tono de preocupación de ella y por el hecho de que le llamara Ruki en vez de Takanori.

-Yo… no es nada, estoy bien, solo que…-decía con apuro el pequeño, no quería preocuparla a ella también.

-Nada, señora, unos chicos que entraron de no sé dónde, pero los he espantado y he creído conveniente traerle aquí para que le curen -adivina por la expresión de la chica, que por cierto era bastante guapa, que no le conocía.- Akira Suzuki, soy nuevo.

   La mujer asiente y se aparta para que pasen los dos. Ella sabía a la perfección que aquel chico nuevo mentía, pero eso ahora no era lo importante, era el pequeño. Le pide que lo siente en la camilla y coge el botiquín. Se acerca al más pequeño y le limpia la sangre comprobando que aquella brecha no era muy importante, aún así le pone una pequeña tirita tras curarla. También tenía moratones, le había levantado la camiseta del uniforme escolar para averiguarlo. Da un profundo y hondo suspiro y acaricia el pelo de Ruki con cariño, dedicándole una dulce sonrisa.

-Estás mareado, ¿verdad? -por el asentimiento del menor suspira y le tumba en la camilla. Ruki era muy delicado comparado con algunos de sus compañeros y un golpe en la cabeza siempre es peligroso, lo mejor era que descansara. Se voltea para ver al chico.

-Yo soy Kasumi, verás Akira, Ruki está bien pero creo que es mejor para él descanse un par de horas -comenta la joven mujer sentándose en la silla, cogiendo un papel y escribiendo en éste un justificante para el profesor.- Si no es pedir mucho cuando acaben las clases vienes por aquí y traes las cosas de Ruki, ¿me harías ese favor? -le pregunta tendiéndole el papelito.

-Claro, no hay problema, cuando acaben las clases vengo a por Ruki -coge el papel inclinando la cabeza unos centímetros mostrándole respeto a Kasumi en una pequeña reverencia. Mira a Ruki antes de salir y le sonríe.- Descansa mientras que no estoy aquí, luego volveré a por ti.

-Va-vale… -dice el pequeño, se sentía culpable por todas las molestias que estaba ocasionando a Reita y Kasumi, pero lo que podía hacer ahora era descansar, ya que se habían molestado en cuidarle no lo iba a despreciar.

   Reita había vuelto a clase, le había dado el justificante al profesor de parte de Kasumi y había lanzado una mirada asesina a Satoru, que estaba en su asiento como si el estado del menor no fuera culpa suya. El profesor prosigue con su clase mientras que Reita al intentar prestar atención, cosa que a él le resultaba una tarea imposible de realizar, se da cuenta de que hay algo que no desaparece de su mente y es el pequeño Ruki. Entre todas las prisas no se había parado a pensar en la suave piel que tenía y que había notado al coger su mano para ayudarle a levantarse, en esos ojos color miel que le estaban empezando a gustar pero que desprendían una tristeza permanente, lo que hace que se dé cuenta de que lo que quería era verle sonreír porque todavía no había tenido el placer. Su carita redondeada por esos mofletes voluminosos, era realmente precioso, perfecto a sus ojos… Su voz, su mirada, sus labios, su ternura... Niega con la cabeza quitando esos pensamientos de su cabeza, sabía que le gustaban los hombres, ya había mantenido alguna que otra relación, pero no quería cagarla tan pronto.

   Por supuesto el pequeño también estaba pensando en el alumno nuevo, le había parecido extraño que se preocupara tanto por él sin saber nada de él, pero se lo agradecía enormemente. Era guapo, bastante. Tenía una mirada que le trasportaba a otro mundo, a las profundidades del mar donde sólo hay oscuridad, esos ojos eran hermosos… Al fin termina por quedarse durmiendo en aquella camilla pensando en Reita.

   Las clases habían pasado rápidas para ambos, uno estaba dormido y el otro no dejaba de darle vueltas a sus pensamientos, acabando harto de sí mismo. Cuando suena el timbre recoge sus cosas y las de Ruki, fijándose en el cuaderno en el cual el pequeño escribía y dibujaba. Le echa un vistazo por encima y sonríe, le habían parecido unas letras perfectas… Desde luego ese pequeño cada vez le interesaba más. En la última página había una foto de Luchia y él, se veían tan unidos… Pero ahí Ruki tenía una sonrisa resplandeciente, era hermosa. Termina de guardar las cosas de Ruki y va en su busca. Toca la puerta y Kasumi no tarda en abrir. Entra y ve que el pequeño estaba dormido. Sonríe acercándose a él. El pequeño estaba hecho una bola, en posición fetal, tan sumamente adorable… Niega con la cabeza y le mueve un poco por el hombro.

-Ruki, despierta, ya es hora de ir a casa -decía en un tono dulce para no ser brusco.

-Mmmht… Espera, no quiero… -escucha la risa de Reita y abre un ojo mirándole.- ¡Reita! -abre los ojos y se sienta en la camilla frotándoselos con sus puños.- Perdón, me he quedado dormido… -Kasumi y Reita se ríen.

-Venga, vamos Ruki -le mira y el pequeño asiente con la cabeza, despidiéndose de Kasumi antes de salir con Reita.

-Reita, puedes darme la mochila, yo la llevo…

-No, te acompaño a casa.

-¿Qué? -se notaba la voz de sorpresa en aquel pequeño.- Puedo ir solo, no soy un niño, dame mis cosas.

-Ruki… -le mira con cara de poca paciencia, que hace que el menor se callase.- además quiero contarte el motivo de mi llegada, en antes te he dicho que te lo iba a contar, ¿no? -ante aquellas palabras el menor sólo asiente, estaba sorprendido, no tenía por qué contárselo y lo iba a hacer, definitivamente él no era como los demás.- Pero antes… ¿quieres ser mi amigo? En el otro sitio nunca tuve la oportunidad de tener a nadie conmigo… Y tú pareces un buen chico, ¿no?

-¿Ser tu amigo? -se queda pensando unos segundos en los que se le viene a la cabeza “Luchia”, él tampoco había tenido muchas amistades, nadie le quería como amigo, pero ya que Reita se había molestado en acercarse a él no se iba a negar.- Sí, seremos amigos.

-Bien, pues… -toma aire y alza el mentón clavando los ojos en el nublado cielo.- vivo con mi madre, mi padre nos abandonó cuando yo tenía 4 años… Se fue para no volver, tampoco me ha hecho falta tenerle en casa, todo es mejor. Yo me encargo de cuidar y ayudar a mi madre en lo que pueda y ella a mí. En el otro instituto no tenía amigos, sólo era alguien a quien temer, es lo que suele pasar si eres diferente y nadie se preocupa en conocerte -suspira y mira al menor que había asentido con la cabeza, sonríe porque al parecer le pasaba lo mismo- bien, pues mi director era un puto homófobo de mierda…

-¿Homófobo? -mira sorprendido a Reita, ¿le estaba diciendo que era homosexual? ¿Así? ¿Sin más? Eso era increíble, para él impensable. La única persona que sabía de su homosexualidad era Luchia.- ¿me estás diciendo que eres gay?  

-Sí, soy gay, Ruki, ¿dejarás de ser mi amigo? -clava su mirada en esos ojos miel, tan delicados, tan hermosos, tan tristes…

-No, no, no, no es eso, Reita, sólo es que me ha sorprendido que lo seas y que lo tengas tan bien asumido para compartir eso tan importante conmigo… Sigo siendo tu amigo, no me importa -todavía no podía confesarle que él también lo era, no podía abrirse así ante nadie y menos sin conocerle más.

-Vale, veo que eres tolerante -relaja las facciones de su cara pero no cambia su seriedad.- Bueno, como te decía aquel hombre era un insensible y… Se lo contó a mi madre, pero ella ya sabía lo que yo era, empezamos a discutir mi madre, yo y él hasta que golpeó a mi madre en un arrebato de furia… -el pequeño abre mucho los ojos al escucharle decir aquello, quería saber el desenlace de aquella historia, aunque se lo podía imaginar.- Yo me lancé sobre él y lo golpeé, tan fuerte que no se podía ni levantar, mi madre me paró, me expulsaron del instituto y a él también por agresión… Pasada una semana ese hombre no dejaba de acosarnos a mi madre y a mí diciendo que era mi culpa todo lo que le estaba pasando tal y tal, cosas de un viejo que se aburre. Mi madre creyó conveniente venir aquí y… aquí estoy cambiando el rumbo de mi vida -dice girándose para ver al pequeño.

-Ya veo… -baja la mirada por la historia que había escuchado, se imaginaba a Reita pegando a aquel hombre que había agredido a su madre y le daba miedo. Era comprensible lo que había hecho pero aún así no podía evitar tener algo de miedo porque él mismo no era una persona que golpeara a nadie.- Es injusto… Pero me alegro de que tu madre esté bien, además así nos hemos conocido… ¿no?

-Claro que sí, pequeño -sonríe por lo que había dicho, le parecía adorable esa forma de sincerarse, en cierto modo le recordaba a la de un niño pequeño.

-Ya hemos llegado a mi casa, gracias por haber llevado mis cosas y… Por haberme salvado de Satoru, muchas gracias -hace una reverencia como agradecimiento, le habían criado bien.

-No es nada, me alegra haberte ayudado, Ruki-chan -ríe leve y le da sus cosas.- nos vemos en clase el lunes, ¿eh?

-¡Sí! Que pases un buen fin de semana, Reita -se despide moviendo la mano, se da la vuelta y abre la puerta de su casa, girándose antes de entrar para regalarle una de sus sonrisas.

   Esa sonrisa impacta en Reita, se queda grabada en su recuerdo, no había palabras para describir esa bella sonrisa. Se despide con la mano y camina dirección a su casa pensando en aquella sonrisa que había sido dedicada para él, no había nadie en esa calle en ese momento así que esa sonrisa era solamente suya. Se le pone una tonta sonrisa en sus labios y va a su casa. 

Notas finales:

Espero que os haya gustado ^^ 

El próximo lo subiré ahora mismo xD 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).