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Fingers por Jessica Uchiha

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Notas del fanfic:

Esto lo escribí para mi querida Boon.
En realidad me obligó a escribirlo en WA, yo no quería, de verdad(?). 

Salió porque me detallé los deditos de JinKi y me puse a divagar y porno(?).

Despues de tanto, vuelvo a escribir OnKey y eso me hace muy, muy feliz.

 

 

Notas del capitulo:

Les pido que vean los dedos de JinKi, las manos de JinKi. Joder, son preciosas, son de pecado. 

Y ¿vieron al OnKey tan risueño y feliz en el aeropuerto? Para mi que tuvieron sexo en Japón, a mi no me engañan(?).

 

¡A leer!

Fingers

 

 

 

JinKi y KiBum en el avión, asientos juntos y una manta gruesa sobre las piernas de ambos, como están en zona VIP solo va SHINee y unos pocos del staff pero todos están metidos en sus propios asuntos. Es entonces cuando KiBum suelta un pequeño gritico y mira sorprendido a JinKi y este sólo le sonríe y con la mano sobre la manta, le hace señas de que se mantenga callado. Lo que hizo gritar a KiBum es que la otra mano de JinKi está escalando por uno de sus muslos, apretando suavemente donde sabe que el menor es sensible a la presión. KiBum se muerde sus labios fuertemente y termina por abrir un poco más sus piernas porque ya sabe de qué va la cosa y él desea que suceda.

Los dedos de JinKi son cálidos y regordetes, son perfectos y se sienten muy bien. Es eso lo que piensa KiBum entre su bruma de placer, sus ojos entrecerrándose, sus párpados temblando cuando aquellos dedos se presionaron con fuerza contra su entrepierna, haciendo que saltara calladamente en su asiento. Quiso soltar un alarido, con la única intención de putear a su mayor mas lo único que logró es abrir sus piernas mucho más, dejando todo el espacio que necesitaran esos dedos regordetes.

No tenía la fuerza necesaria para ver al mayor, su cabeza caía a un lado, como si estuviera dormido y daba esa impresión a no ser de ver sus labios perfectos siendo atacados por aquellos dientes blancos y su ceño fruncido. Soltó un ligero quejido cuando los dedos expertos se internaron bajo su pantalón de tela y tocaron su hombría con tanta confianza. Ah, odiaba esos dedos cálidos.

Podía sentir recorrer su tamaño, apretar los costados de su falo aun cubierto por la fina prenda de Calvin Klein y de pronto soltó un jadeo ahogado, sus ojos se apretaron y esos dedos estaban sobre su piel directamente, agarrando su polla con tanta fuerza como si le perteneciera.

Tembló, sus rodillas empezaron a temblar como si estuvieran hechas de gelatina y no podía abrir sus ojos porque le daba auténtico terror que si lo hacía, la bendita calidez sobre su miembro se fuera. Sabía de memoria como lo tocaba, reconocía el tacto suave de esos dedos, la forma en que el pulgar abusaba su glande con tanta maldad, lugar que era tan sensible que ya le estaba haciendo sudar. Quería hablar, un poco más rápido, más duro y transmitió sus ruegos por un movimiento de su cadera; seguro eso fue la causante de la risita socarrona del otro, esa que lo hizo apretar con fuerza su mandíbula y sus mejillas sonrojar más obtuvo lo que quería: la palma caliente y firme del chico abrazando su pene, esos dedos regordetes apretando las pequeñas venas que sobresalían, moviéndose de arriba a abajo, el condenado pulgar sobre estimulando la punta de su polla rojiza e híper sensible.

De pronto sintió como el aliento caliente de JinKi irrumpía entre su cabello algo enmarañado, el roce de sus labios contra su oreja y no le decía nada, era solo la presencia de él jadeando contra el costado de su rostro, moviendo su mano con fiereza sobre su falo hinchado y el pulgar abusando del orificio uretral de su órgano. KiBum no pudo evitarlo y sus caderas empezaron a golpear contra esa mano, callada y necesitadamente, ladeando su cara para sentir ese aliento dulce sobre sus labios mordisqueados. Volvió a escuchar aquella risita y admitió que era la mejor música que pudiera pedir para esos momentos.

Estaba cerca, tan cerca... Y un alto gemido brotó de sus labios pero antes de poder ser escuchado por otros, el mordisco sobre sus labios y una boca acolchonada contra la suya apareció. Sus manos se aferraron a la manta y la velocidad sobre su miembro aceleró, provocando que empezara a revolverse en su silla hasta el final alcanzarlo, el preciado orgasmo, los dedos regordetes ordeñándole sin cansancio mientras él se derramaba contra la piel contraria, sobre sí mismo y sus pantalones de tela cara.

Agradeció tener los labios de JinKi como tapón para sus quejidos y jadeos puesto que esta vez había sentido mucho más y aun es su bruma de placer, revolviéndose perezosamente contra la silla, estaba molesto, no tenía porque tomarlo tan desprevenido, en un avión, a un par de metros de distancia de sus compañeros de banda, mánager y staff. JinKi era un depravado y eso lo enojaba. Cuando los labios ajenos le dejaron respirar,  y los dedos regordetes dejaron de manosear y sostener su ahora flácido miembro, se dio el lujo de abrir sus ojos, solo para observar, escandalizado, como su mayor lamia lo poco que quedaba de su semen entre cada dedo, de forma casual, incluso mirándole con esos ojos en extremo inocentes. Oh, estaba muy molesto con JinKi.

 

 

Notas finales:

¿Estuvo bueno? 

Dejen un rw, no sean malos, si lo hacen, escribo más porno(?). 

Gracias por leer.

 

P E A C E 


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