Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cuenta conmigo por Kuramochi Kazuya

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Diamond no Ace no me pertenece. Es una maravillosa creación de Terajima Yuji.

                Kuramochi vio con claridad que la muchacha había salido corriendo sin ninguna sonrisa en su rostro. Además, era imposible que alguien como Miyuki tuviese una “cita”. ¿Los demás sabían algo que él no? ¡Imposible! Él era el único idiota que se preocupaba por otro idiota. Decidió mantenerse oculto hasta que el catcher desapareciera de su vista, cerrando la puerta de su habitación a sus espaldas. No sería una buena idea entrar a investigar. Sentía mucha curiosidad por la poco común actitud de Kazuya. Tragó con dificultad y no se le ocurrió mejor idea que intentar regresar a la práctica.

                Sus compañeros estaban dispersos haciendo ejercicios según sus posiciones. Tanba, Kawakami, Furuya y Sawamura yacían en el bullpen. Mal error fue mirar en esa dirección: faltaba alguien. El campocorto desvió la mirada con brusquedad y se encaminó al Diamante. Los hermanos Kominato estaban haciendo un ejercicio con ayuda del entrenador, el capitán, Yuki, y el jardinero Isashiki, practicaban bateo y ayudaban a algunos del segundo equipo. El único que estaba solo bateando era Shirasu.  

                Nuevamente, Kuramochi tomó un bate y se situó a su lado.

-Shirasu- musitó a modo de saludo.

-Hey, creí que te habías saltado la práctica- respondió el aludido dejando de abanicar.

                El campocorto bufó. Ignoró el comentario de su compañero.

-Te noto preocupado- dijo Shirasu- el entrenador está de malas si se trata de ti. No deja de mirar en esta dirección-.

-¡Con más razón ponte a trabajar!- retó Youichi.

                Dicho esto, y con expresión de pocos amigos, el muchacho de cabeza rapada le hizo caso. Pero aun así, no iba a evadir el tema.

-¿Sucedió algo?- preguntó.

                Tsk, ¿es que hoy todos tenían que notar su preocupación?

-Solo estoy exhausto y un poco estresado. Esperaré a que Sawamura deje el bullpen para poder golpearlo-.

                Shirasu rió.

-Ahora que lo pienso…Miyuki no está-.

                ¡Demonios! ¿Por qué tenía que sacar ese tema justo ahora? Kuramochi sintió que su bate se volvía pesado. El mundo estaba en su contra ese día.

-Se…tomó un día libre- respondió con la mayor tranquilidad que pudo.

-Oh, hoy es ese día- musitó Shirasu, cayendo en la cuenta.

                El campocorto dejó de abanicar con brusquedad y clavó sus ojos dorados en su compañero esperando una explicación.

-“¿Ese día?”- repitió, incrédulo-¿hablas de su primera cita o algo así?- rió con su característica risa- lo vi salir del cuarto con un ramo de flores-.

                Decirlo en voz alta le dejó un mal sabor de boca. Por más que lo dijera entre risas, para sí mismo era más que evidente que la curiosidad lo estaba matando. Estaba incómodo y ese vacío crecía en su interior. Esa sensación de algo raro.

-¿De qué rayos hablas, Kuramochi?- preguntó su compañero enarcando las cejas- ¿Acaso no lo sabes?-.

-¿Eh?-.

                Sí. Todos sabían algo que él no. Apretó los puños con furia, parecía que las venas explotarían. Miyuki había andado de boca floja con todos ¿menos con su único amigo? ¿Quién se crees que es? Tuvo el impulso de fingir indiferencia, pensando que esto no era más que un plan por parte del astuto catcher para hacerle una broma o dejarlo mal parado. Pero eso era imposible, la necesidad de saber el por qué todos sabían algo y él no era más fuerte. Más fuerte que ese odio hacia esas muchachas acosadoras. Más fuerte que ese odio hacia cualquier persona que estaba demasiado cerca de su amigo. Más fuerte que el querer saber por qué se sentía así cada vez que pasaba algo con ese idiota.

-Ya veo, tu no estabas- dijo su compañero, cayendo en la cuenta.

-Shirasu…- siseó, impaciente.

-Esta es la razón por la cual él no quería que lo supieras- musitó una voz nueva que se unía a la conversación.

                Se trataba de Rei. Acomodó sus anteojos dejando ver una seria mirada color café.

-La semana anterior habló con todos nosotros. Sobre todo con el entrenador, pidiéndole un día libre para hacerle un favor a su padre- explicó la mujer.

-¿Un favor? ¿A su padre?

-Veras, Kuramochi-kun. Hoy…-.

 

 

 

                Youichi estaba corriendo a todo pulmón. Si estaba cansado, no lo sabía porque su mente no dejaba de vagar en las palabras de Rei. Ahora las cosas podían tener un poco de sentido pero aun así no podía quedarse tranquilo, ¿Por qué ocultarle algo tan importante? ¿Por qué solo a él?

Desesperación.

Tristeza.

Necesidad.

Anhelo.

“-Hoy es el aniversario- había dicho Rei.

-Espera, Rei, ¿de qué diablos hablas?- preguntó el campocorto, desesperado por respuestas.

-Su padre le pidió que fuera al cementerio. Hoy se cumplen diez años de la muerte de la madre de Miyuki-kun. Le pidió a su hijo que fuera a visitarla debido a que su trabajo le impedía ir. Ahora mismo debe estar dejando las flores.”

“No puede ser”, se repetía en su mente, “No debería estar solo en este momento. Su madre…”. No dejaba de sentir culpa. Por primera vez, su observación había fallado y en el peor momento. Debía. No. quería y necesitaba estar junto a su amigo en un momento tan importante como éste. Siguió corriendo hasta que sus músculos ardieran del esfuerzo, el pesar de su andar no se comparaba con la culpa en su corazón.

Al llegar a destino, se detuvo de golpe agitado y sin aliento. Se ocultó detrás de un cerezo seco, sin hacer ruido, y observó el extenso pasillo de tierra que rodeaba las múltiples tumbas y mausoleos. Sabía que no podía plantearse así como así frente a su amigo, tuvo que elaborar un sin fin de opciones para romper el hielo pero nada salía. Sí, para estas situaciones Kuramochi era un inútil. Solo se quedó allí a esperar, asomándose desde el tronco.

Miyuki estaba acuclillado dejando las flores con suavidad frente a una lápida. Se enderezó y juntó sus manos, rezando. Luego, clavó su mirada en el frio mármol que señalaba el nombre de Yoruichi Yoko. Apretó los puños y medio sonrió pero desde donde Kuramochi estaba, pudo ver el dolor en los ojos de su amigo.

Sintió ese dolor. Sintió su apretar de puños. Lo sintió todo.

Sí, porque ahora él entendió que Miyuki lo era todo. Podía verlo sin que nadie pensara algo extraño. Era alto, fornido, de brazos y piernas fuertes, cabello café oscuro, penetrantes pero irritantes ojos marrones y unos labios carnosos que jamás dejaba de sonreír. Solo esa vez.

 Sostenía en su brazo izquierdo su chaqueta y, con la derecha, limpió algo de sus mejillas.

Lágrimas. Su cuerpo dio una breve sacudida. Rió tristemente.

El corazón de Youichi se hizo añicos y sintió su garganta seca. Apretó aun más los puños y mordió su labio. ¿Por qué tenía que estar solo? ¿Por qué siempre quería cargar sus problemas sin ayuda? ¿Por qué en un momento como este él no confiaba en él?

-Mi madre y yo éramos muy unidos- dijo Miyuki con la voz entrecortada- mi padre estaba siempre trabajando y nos dejaba solos. Pasaba mucho tiempo con ella y nos hicimos increíblemente cercanos. Era una gran amiga para mí-.

                Kuramochi salió de su escondite con andar fingidamente despreocupado ocultando sus manos en los bolsillos y esbozando una mueca.

-Tenía seis años cuando ella falleció. Al principio no entendía las cosas pero con el tiempo, bueno…-rió- me sentía solo y jamás tuve el valor de visitarla. Es la primera vez que lo hago. Simplemente no podía. Mi padre dijo que estaba ocupado y que no vendría pero alguien vino antes que yo- sonrió- él quería que viniera de una vez y tenía razón. Tenía que hacerlo-.

                El catcher volteó cuando sintió los pasos de Kuramochi junto a él. Youichi, en vez de responder a las palabras de su amigo o decir alguna de las conversaciones que había pensado con anterioridad, lo sujetó fuertemente del cuello de su camisa.

-No querías que nadie te viera estando débil. Por eso viniste solo. Y no me dijiste nada porque sabías que yo vendría contigo. Bueno pues, lamento la tardanza- intentó decir con furia, pero falló-  también sabías que de una forma u otra iba a ir tras de ti-.

Miyuki echó la cabeza hacia atrás y soltó una fuerte carcajada. Sin dejar de reír, se acercó a su amigo.

-¿Qué es tan gracioso, idiota?- se quejó Youichi.

-Estamos en un cementerio ¿podrías mostrar un poco más de respeto?-.

-Tsk- chitó el campocorto soltando a Kazuya.

El catcher colocó suavemente su mano sobre la coronilla de su amigo. Enredó sus largos dedos en su melena oscura y acercó sus labios a los de él.

-Lamento la tardanza- susurró sensualmente- y...gracias-.

Luego, bajo la absorta mirada y el desenfrenado corazón de Kuramochi, Kazuya rozó su boca. Besándolo con dulzura hasta que sus labios se cansaron de algo tan simple y lento.

Notas finales:

Espero que este segundo capítulo les guste. Será cortito porque soy nueva en esto jajaa :)

Acepto criticas y/o recomendaciones :3

 

Gracias por leer (/*-*)/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).