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Atrapado en mis pecados... por William Michaelis

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Notas del capitulo:

#PenultimoCapitulo

 

"Aunque haya dicho “te quiero” a muchos y haya tenido citas y besado a otros, en el fondo sólo te he amado a ti…"

El sangriento espectáculo se cernía enfrente de él. El ángel genocida enfrente de él. ¿Cómo podía permitirlo? iban a asesinar a su...

Golpeo al ángel instantáneamente, recibiendo una afilada hoja en su cuello, dejando un gemido de dolor en su garganta. Sentía la mar de sangre ensuciando su ropa y probablemente el verde césped debajo suya. Perdía una batalla, pero compartiría un gusto inigualable por última vez.

**********************

 

-No entiendo, si solo son dos secuestradores, porque necesitas tanta protección. -Había añadido el pelinegro de ámbar mirar. Suspirando y quedando callado al ver a su hermano tornar su iris de un color como la sangre misma. Ese color borgoña característico de los demonios.

 

-¿Eres tan inocente? ¿Crees que el idiota que tenemos por hermano no se ha defendido?

 

-William conozco a Sebastian desde que tengo tres años... conozco lo maldito que puede llegar a ser, incluso con la miserable vida de un mortal...-William centello sus orbes en un pálido rosa, empotrando a su hermano en un árbol.

 

-¿Sabes el daño que yo le hice hace...? Sabes que ese demonio tiene de demonio solo la raza, porque esa alimaña está enamorada de mí...

 

-Vale lo siento... -Rompiendo su orgullo el menor había mencionado, casi con un hilo de voz al tener la mano de William en su tráquea. Vio como este se ajusto los lentes, tornando ambos iris de un verde olivo...- Aun así no puedes negar... que tú estás enamorado de él...

 

William trataba de cambiar aquel tema, mas no lo negó, era evidente, que ya no podía hacer nada más por esconderlo. Si su hermano lo amaba, entonces que le amase. Que así fuese para ambos.-Claude... esto no te incumbe a ti... Tú tienes familia...

 

-William... nosotros tres... somos los caballeros de la reina... Sebastian, yo lo desee o no es aun mi hermano, y en verdad tu tampoco estas en posición de mencionar que me retire, tú tienes a tu gestante esposo como yo el mío... nuestras familias son iguales... -Spears no dijo nada mas entonces al llegar al centro del Garden Hills olfateo un poco de ceniza, y entonces ambos vieron a un hombre.

Calvo, con unas gafas de sol negras, a pesar de la oscuridad, con un bozal, y un traje de sastre meramente fino. Se podía apreciar debajo del "bozal" una barba, tal vez un bigote mismo.

 

-Buenas noches...-Había siseado el extraño hombre, con un tono de voz rasposo, era humano, ambos los sabían. Pero ¿como un demonio de categoría media no había luchado contra un simple humano? Era sumamente raro.

 

-Buenas noches... -Claude yacía atrás de William, dejando que este hablara, el portaba una minúscula bolsa con la cantidad que el hombre había pedido. -Hemos traído lo que pedían...

 

-Mi señor les espera en su mansión. - ¿Mansión? Eso no estaba dentro de sus planes, una de las pocas organizaciones quizá que habían sobrevivido al mandato de William como Jefe de Estado. - Me ha pedido que ambos lleven una restricción a la vista... incluso si se es de noche...

 

-Estoy de acuerdo...-El hombre les guió a un auto negro y polarizado. Dentro de este se les cegó con un saco de tela negra.

Habría pasado definido tiempo en que este arribo a una lúgubre mansión. Mas ambos no habían perdido noción del camino, sabían por memoria que esa era una deshabitada mansión, alguna que ellos dos ya conocían desde hace mucho tiempo. Oh si, aquella en la que habían pasado al menos su infancia.

Fueron dirigidos al inmenso recibidor de esta. Recordando varias fiestas por las que su padre y madre habían regañado. William consiguió un leve dolor en la sien obligándose a mirar a otra parte.

De las escaleras emergía una sombra, no torno en ningún ser vivo, solo señalo escaleras arriba, los dos desconfiaban de esta sin embargo hicieron lo que mandaba, toparon con cuadros grotescos, manchados en sangre y rotos, como si alguna criatura los hubiese arañado.

Toparon con una inmensa puerta que suponían era donde el jefe se encontraba. Al subir al tercer piso escucharon un grito desgarrador de la planta baja, solo se limitaron a subir más rápido.

Se hallaron en las narices de una puerta, ¿el desván? Ambos se miraron y abrieron violentamente la puerta, viendo una parte de la habitación ocupada por la luna, y la otra parte en penumbras.

 

-Lamento mucho el inconveniente...-Había exclamado una voz desde la parte iluminada. Entonces se noto, igualmente portaba un bozal a manera de cubrir su rostro.

William había leído sobre este criminal, de sobrenombre "Joker", se decía pertenecía a una mafia o algo así, a su lado yacía un gigante perro, en negro, suponía este había hecho aquello con los finos cuadros, bueno, de finos, quizá el marco...

 

-No es ningún inconveniente, si me entrega a su rehén... -William frunció el seño, teniendo paciencia suficiente.

 

-Sr. Spears, me parece que su hermano a causado un inconveniente mayor que este, en nuestra sede principal.

 

-El señor Michaelis no es mi hermano, en segundo término, usted y sus hombres están cometiendo un grave delito, al tomar preso al sobrino de la reina de Inglaterra...

 

-Ustedes los británicos adoran a su reina como si de una diosa se tratara...

 

-Por su... explicita biografía... Joker... He de descifrar... usted es... Irlandés... ¿No es algo estúpido llamar a la dama que gobierna su país...?

 

-Irlanda se hizo país independiente hace mucho tiempo... ¿Trajeron lo que mis hombres le han pedido?

 

-He aquí...-Claude le entrego la bolsa con el dinero. Retiro su mano al ver la de "Joker" esquelética... Frunció el seño apartando su mirada. -Es suficiente, con la cantidad que me ha sido ordenada por teléfono...-Había dicho el ambarino. Para después escuchar una carcajada sonora de Joker.

 

-¿Así que los señores de la realeza han traído menos?

 

-¿Cómo?

 

-Disculpen... los ineptos de mis hombres no saben pronunciar tal suma de dinero... -William apretó los puños con fuerza y entonces golpeo la pared.

 

-Tomando esta casa, destrozando las pertenencias, entrando en propiedad privada...-Gruño haciendo que el iris nuevamente se tornara violáceo... Entonces escucho un grito de la planta baja.

 

-Tal vez debería medir sus acciones Señor Spears...Recuerde que tenemos a un "amigo" suyo como rehén...-William se contuvo de asesinarlo haciendo crujir sus guantes de cuero.

 

-Dime la cantidad entonces...-Suspiro levantando su cabello hacía atrás desesperado de no poder conseguir lo que quería.

 

-Cincuenta millones de euros...-Tanto el castaño como el pelinegro le miraron impresionados, esa cantidad solo la podía tener una persona... -O una oferta más tentadora...

 

-Te ofrezco mi vida si así es preciso liberarle...-William hablo frunciendo el seño, no pensó con claridad sus palabras, pero sabía lo bien que Claude podría llevar su cargo...

 

-Vaya, vaya, ustedes los de la realeza si son valientes... Es algo impresionante, dar su vida por un ser querido. -Joker se mofo ordenando a dos sombras apresarle, Claude quedo estático, viendo en la mente del dios que solo guardase silencio.- Señor Faustus, ¿gustaría usted de traer esa cantidad para después?

 

-Hmm... La verdad... me complacería que me dejase ver a mi hermano...

 

-¡Seguro! - Joker rió sonoramente y le acompaño escaleras abajo, entonces el perro que yacía dormido, les siguió detrás.

En el sótano del lugar, un desagradable olor a sangre seca se hacía presente, asqueando al dios de la muerte. No por la sangre, sino por la procedencia de este.

 

-Daruma...-dijo haciendo desaparecer las sombras del lugar, mas se sintió débil, al cruzar una línea etérea que hacía de círculo.

Miro las cinco cadenas atadas al suelo, así mismo el inerte cuerpo enfrente suya, cubierto de sangre seca, con marcas de quemaduras, latigazos, y seis espadas encajadas en puntos estratégicos.

 

-Se-Sebastian...-En alguna de sus clases había visto ese tipo de conjuros, únicamente capaces, por un poderoso experto en demonología... o un nigromante... sin embargo apoyaba la segunda opción.

Miro el lugar, las cinco cadenas posicionadas en forma de estrella (pentágono), restaban la energía del demonio, haciéndolo débil, tal parecía obra de un nigromante. Vio a Sebastian erguir la cabeza, entonces se arrodillo a acariciar los cabellos negros de este.

 

-Eres un estúpido...-Murmuro entonces una ligera risa se formo en el demonio.

 

-El  estúpido es otro... por salvarme...-Sebastian gimió por dolor y entonces miro a Spears levantarse.

 

-Eres como una damisela en apuros... -Suspiro y entonces invoco su guadaña, las guadañas pueden romper cualquier objeto, eso lo recordaba, excepto otra guadaña... Pedía que la suya, fuera lo suficientemente poderosa para romper aquellas cadenas y espadas.

Partió las espadas logrando sacarlas del cuerpo del atormentado demonio. Por igual las cadenas se soltaron haciendo que este cayera al suelo débil.

 

-¿Esta vez aceptaras mis gracias? -Spears le había ayudado a levantarse,

 

-No cantes tan aprisa victoria...-Se negaba a aceptar cuan loco estaba, o cuanto amaba esa mirada borgoña... Así que solo viro su mirada a enfrente de ella...

La patada que recibió le hizo que perdiera sus lentes. Entonces ciego...

 

-Un shinigami, repite mentiras y pecados... para salvar a un demonio del que está enamorado....-La voz era la de una mujer. Levito a ambos hermanos en el aire, las venas del cuello de ambos se tornaban negras.

 

-Seas humana o no... -Al mayor se le cerró la garganta impidiéndole respirar. Incluso no lo necesitaba, daba gracias a aquel maldito de Lazzarus. Olisqueo nuevamente la ceniza, y escucho la voz de Joker.

 

-Vaya, vaya, tengo a las joyas mas podridas de la reina aquí...-Claude caminaba al lado de él. Arrastrado por cuatro guardias y con el rostro golpeado, moreteado en algunas partes y sangrante del labio.

 

-Señor Joker...

 

-Ángela... Sería bueno que les dejases respirar... -Joker recogió las gafas de William del suelo entonces miro a este. -Así que el perro perdió sus gafas...-William le miro con furia y odio ahora mismo su parte demoniaca dominaba y la parte de dios se quedaba atrás por poco. Miraba con recelo sus lentes de vida, entonces escucho el crujir de estos.- Que lastima para un shinigami perder sus lentes... Ángela... bájales...

 

-Como ordene...-Esta los dejo caer en el suelo, entonces esbozo una sonrisa de satisfacción. William había caído de rodillas, mientras Sebastian había perdido el conocimiento...

 

-Joker...-Había dejado escapar de su garganta, mas Joker se había arrodillado para escucharle.

 

-Ángela... sé tan amable de que las joyas de la corona se sientan cómodas... - Está hizo una reverencia haciendo que cuatro hombres tomaran a los tres entes llevándoles a sus antiguos aposentos.

 

-Buenas noches jefe...-William escucho y se agito un poco en los brazos de las sombras. Los tres estaban sentenciados a un ángel genocida, como a un maldito mafioso calado de poder hasta los huesos.

En la habitación William  miro una mancha negra en su pecho y frunció el seño. Era sangre, pero no estaba seguro de quien era. Suya, de Sebastian, o de Claude, que mal estado el de la habitación (era la antigua habitación de sus padres, pero con una fina capa de polvo, exageración por parte del castaño.) ¡Qué asco! Tenía que compartir el lugar con los dos alacranes de sus hermanos...

 

-William...-Claude se limpió un poco la sangre de las manos. Aquel ángel genocida le había hecho un corte en ambas muñecas, haciendo que su sangre ardiera. Y así mismo ahora.

 

-Lo siento... -Había musitado Sebastian, que solo aparentaba haber perdido el conocimiento, era la única forma de que no le torturasen más de lo que podía soportar.

 

-Tenemos una coartada... no hay de que disculparse...-William abofeteo a Sebastian y entonces Claude lo detuvo, pero se alejo viendo el estado de ambos, ¡parecían un viejo matrimonio peleando!, mejor se había dirigido a dormir, deseaba tener más que una almohada para cubrir sus oídos, pero bah, su sueño era más pesado, sobretodo golpeado.  

 

-¡Te dije que te comportaras!

 

-¡Y que querías que hiciera! Ellos me raptaron...

 

-¡Eres un maldito niño de dos años Sebastian!

 

-¡No es así!

 

-¡Si lo es! -William había suspiro pese a la infantil pelea. - Siempre me llevas la contraría Sebastian...

 

-Soy tu hermano menor...

 

-¿Hermano? -William se mofo y le acerco por la cintura.- Sebastian, desde hace un tiempo...

 

-William T. Spears... ¿Tu me amas?

 

-¡No arruines el momento alimaña! -William le había estrujado en sus brazos, pudo escuchar una distinguida carcajada del moreno.- ¡No te rías! Esto es serio Sebastian...

 

-Eres malo declarándote...-Sebastian enredo sus brazos alrededor de su cuello y entonces lo beso.

 

-Tú, eres un mal amante...-Sebastian se rió y abrazo a William, ignorando un poco el dolor de sus heridas...

Se unieron en un pasional beso, acción que hizo sonrojar un poco al mayor.

 

-Eres un pasivo muy guapo...

 

-¿Quien dijo que soy pasivo, amor mío? -Sebastian se sonrojo cayendo de espaldas en la cama jadeando por el dolor que eso le provoco.- ¿Te encuentras bien? -William tomo su mano, prefería que su hermano descansara en cama que el...

 

-Si... solo estos...sellos...-Sebastian dio la vuelta mirando a William directamente.- Siempre me gustaste más con lentes...-Sonrió con dolor.

 

-¿Ahora no te gusto?

 

-¡No!, todo lo contrarío... Me encantas...-Sebastian miraba a su hermano arrodillado en aquel sucio suelo.

 

-Me resulta agradable saber que es así... mas detesto tu raza Sebastian...

 

-Lo sé... hace nuestra relación, prohibida y exquisita...

 

-¿Relación? Eres como una recién casada que anhela la luna de miel en plena iglesia...

 

-Es una relación amor, odio, amor, tómalo así...-Sebastian le sonrió y entonces sintió la brusquedad de los brazos de William... Encima suyo, ese sensual cuerpo trajeado... Marcado, y deseable...

 

-¿Quien dijo que te amo? ¿He? ¿Quién te dijo lo desquiciado que estoy por ti? -Recibieron una almohada del otro extremo de la habitación.

 

-¡Por dios ustedes son peor que una película romántica!

 

-Desearas no haber lanzado esa almohada...-Sebastian le sonrió maliciosamente a William, entonces comprendió.

¡LA escena más normal del mundo!

Tres hombres en una habitación, bajo custodia de una ángel genocida, un mafioso fuera de sus cabales, en una habitación  en penumbras. Una pareja homosexual, como si fuese una cita.

¡La escena más normal del mundo! ¡JA!

¡Como si estuviesen en un cuento de hadas! ¡JAJAJA!

 

William apreso la almohada bajo la cintura de Sebastian y lo comenzó a besar por el cuello, haciendo que el otro gimiera. Spears resultaba un exquisito amante si de sexo se trataba.

Le desnudaba con destreza, Claude en verdad se arrepentía de haber arrojado su almohada. Ahora soportaría los gemidos de placer de ambos... ¡Lo peor! Sin poder auto complacerse...

Sebastian tenía al castaño en medio de sus piernas, disfrutando de su carnoso miembro. Que dicha poder saborear eso. Succionaba su virilidad con deseo, le prendía escuchar al menor gemir. Separo sus piernas y bajo sus pantalones. No espero que la reacción de Sebastian fuera erguirse completamente en la cama. Le bajo la ropa interior con deseo, jamás admitiría lo bien que se sentía recibir una felación por parte de su hermano menor.

Sebastian tenía un poco mas de habilidad en ello, acariciaba sutilmente con la lengua el glande del miembro de su hermano, haciéndolo desvanecer de placer. William tiro de Sebastian a la cama, no importando mucho las condiciones de este. Le agarro por la cintura, obligándolo a sentarse encima de sus caderas. Con su miembro rozando el trasero de este.

 

-¿Te detendrás? -Dijo William jadeante de aquellas acciones, encantado de molestar a Claude.

 

-Es solo que es demasiado grande...-William esbozo una ligera risa en su interior. Sebastian sonrojado, jadeante y preocupado por sus entrañas... Eso lo hacía un "adorable pasivo agresivo...". Spears tiro de Sebastian encima de él, entonces separo ambos glúteos de su hermano.

 

-Intentare que no te duela... Pero... con tu estreches... no prometo nada... -introdujo su miembro de una sola estocada, haciéndole gemir. No fue el, si no Sebastian, gemía sonoramente, auto complaciéndose con la hombría de su hermano.

Una fina capa de sudor cubría a ambos, William noto la erección de Sebastian, su palpitante miembro que antojaba meterse a la boca y saborearlo como hacía de niño con los dulces. Le masturbaba enérgicamente, con forme sus embestidas se daban. Sebastian se corrió en el pecho de William, dejando algo se su semen en la palma del mayor. Michaelis continuo empalándose así mismo, deseando que ese acto con su amado no se acabar nunca. Echo la cabeza hacía tras al sentirse lleno por la esencia de su hermano. Jadeaba pesadamente cuando se hubo recostado en el pecho de William.

Habían molestado lo suficiente a Claude, de hecho no les importaba molestarlo, o hacerlo enfrente de este... ¡Daba igual!

 

-¡Al fin acabaron! -Faustus suspiro y miro a ambos. Hacían una buena pareja... lastima...

 

-¿Celoso Claude? -Espeto Sebastian.

 

-No, en lo mínimo... Creo que estaría celoso de mirar la forma en que te fornica, de esa manera tan deliciosa...-Ambos se paralizaron a la mirada carmín de William.

 

-Y si no se callan juro que los colgare del asta de la reina...

 

-Will...-Espeto Sebastian posando un dedo en sus labios.- ¿Y si por esta vez me diera placer... verte follar a otro hombre?

 

-Me niego a hacerlo con Claude...

 

-¡Y me niego a ser pasivo! -Al moreno de ámbar vista se le antojaba un polvo con su hermano, pero no quería ser motivo de celos del menor.

 

-¡Por favor! Ya lo han hecho antes...-Sebastian golpeo el pecho de William en una ligera rabieta...

 

-Tal vez... si guardas el silencio suficiente... y mañana veremos...

 

-¡Cuando he dado mi autorización!

 

-No necesitas dármela... Tu erección clama a gritos algo de atención...-Sebastian acariciaba el desnudo falo de su amante haciéndolo sonrojar.

 

-Cállate... o en verdad conocerás el infierno Sebastian Michaelis... -Esas palabras hicieron su cuerpo vibrar, su nombre en la boca de William, sonaba sensual y... Y le provocaba una sensación inigualable en su frío interior...

Claude noto como Spears se levantaba de mala gana a vestirse y se rió un poco al ver la infantil rabieta de Sebastian al no querer vestirse, hasta que William lo amenazo y obedeció. Al final cambio su gesto por uno de comprensión al ver como William a la fuerza abrazaba al menor.

 

El frío cernía la habitación, no obteniendo un rayo de sol, y dejando pasar la fría brisa de invierno. Faustus decidió vengarse de aquellos dos amantes haciéndoles que el frío les calara los huesos. Miro a su hermano mayor irritado, le dolía la cadera.

 

-¡Buenos Días! ¡Ya ha amanecido! -Había dicho con afán de molestar aquellos dos amantes, que de mal gusto se sentaron en la vieja cama.

 

-¿Alguna vez te han dicho lo molesto que eres? -Musito Sebastian, que minutos antes se hallaba dormido. Cosa extraña para los demonios. Pero esta vez lo necesitaba, había perdido energías al ser torturado, "mágica" como mortalmente....

 

-Animal rastrero... -William vio la salvación en un sofá, e inmediato se levanto a sentarse allí, dormir con Sebastian era un infierno... El moreno podía alcanzar altas temperaturas en la noche... Que detestable.

 

-William...-Sebastian sonrió al verle adolorido.- ¿Estás muy viejo ya, amor mío?

 

-No me digas así desde ahora... a la noche...-William miro la puerta abrirse e inmediato torno sus ojos violáceos al tratarse del ángel

 

-Michaelis... El amo te solicita...-William frunció el seño. ¿Tan temprano? No señor...

 

-Puedes decirle...-Recibió una bofetada del ángel.

 

-A mí las alimañas como tú, mensajero, me hablan de usted...-Ambos demonios miraron con rabia como William se sobajaba a tal puesto.

 

-Ama mía... sería... tan amable... de decirle  a su señor... que yo tomare el lugar del Señor Michaelis...-Ángela sonrió con satisfacción, sería divertido torturar a un dios de la muerte... Le empujo fuera de la habitación y a este le fueron engrilletadas las manos.

 

-Mira lo que has hecho Sebastian... Convertir al más serio de nosotros... en alguien que estaría dispuesto a darlo todo... por ti...

 

-En un principio era el deseo de... manipular a un dios de la muerte, manipularlo hasta convertirlo en un deje de lujuria, pasión y amor... Pero William engatuso al demonio primero... haciendo que este hiciera lo posible por olvidarle...

 

-Deberías de obedecerle un poco más... Se preocupa por ti...

 

-¿William? No, su interés, es el que un amo le tiene a su pertenencia mas preciada...

 

-Si es así... ¿no crees que debería estar con su familia en vez de sufrir una tortura por ti?

 

-No me fió aún de él... A pesar de lo mucho que siento mi corazón salirse al estar cerca de él...

 

-Se aman mutuamente, pero temen que el otro salga lastimado por su culpa...Ay Sebastian, que idiota eres...

 

-¿Por? No le he hecho nada malo... No desde que.... tiene familia a la que cuidar...

 

-El te ama, no te mira como mira a su esposo, o su hijo... Sebastian eres un idiota si no te has dado cuenta...- En verdad haría caso por una única vez a Claude.

Daba una hora en la que el sol se intensificaba.

Los demonios escucharon un único grito proveniente del patio. Y después vieron como dos de los sirvientes se mofaban del dios de la muerte, lanzándolo dentro de aquel cuarto. Los dos demonios observaron su mal estado, tenía la camisa rota en la espalda. Consecuencias de varios latigazos, el rostro moreteado y la ropa llena de sangre, una cicatriz yacía en su cuello, aun no regenerada por completo.

Helado como si le hubiesen dejado a la tempestad, Claude le cubrió con una vieja manta y este bajo la mirada. El precio era lo suficiente, para que dejasen en paz a su hermano...

 

-¿William? -Este jadeo, hasta el momento no había alzado el rostro, solo jadeo a manera de respuesta.

 

-Sebastian... -Claude le llamo y le sentó en una de las camas, daban las gracias al menos que la habitación era lo suficientemente grande. Le pidió que cerrara los ojos, entonces William alzo el rostro. Tenía marcado un "666" en la mejilla, sangrante aún, tenía desviada la nariz, y la frente sangrando, moretones en la mejilla derecha y cerrado el ojo, entonces miro hacia abajo.

Sebastian le miro y frunció el seño alejando a Claude, entonces el poniéndose de rodillas entonces beso a William. Este le miro dolido entonces recupero un poco.

 

-Se...-Callo apartándole y entonces se dirigió al sillón, relajándose en el. Entonces se quedo dormido profundamente. Sebastian suspiro y se arrepintió de haberle dejado ir.

 

-¿Lo notas? El no te dejaría sentir remordimiento porque le vieras así...-Claude toco su hombro y miro a Michaelis. Le guiño un ojo sensualmente y miro a William removerse en el sofá.

 

-Sebastian...-Llamo William somnoliento.- ¿Dudas del amor que tengo hacia ti?

 

Sebastian le miro confuso. -Se que al final todo esto será mientras estemos solos... Pues cuando todo regrese a la normalidad... Te irás como siempre...-William abrió los ojos no viendo muy bien, entonces se levanto y empujo a Claude lejos de Sebastian. Para entonces bien recuperado de la paliza que antes le había dado.

 

-Sebastian... Juro... Que esta vez no estoy mintiendo.... No tienes nada que perder...-Suspiro y abrazo su cintura.

 

-Te perdí dos veces Spears... Atente contra mi vida en ambas.... Y tu contra la tuya por salvarme... tienes familia a la que cuidar... tu esposo esta en gesta... y tu hijo...

 

-Sebastian el hijo que yo tengo... Es tuyo y de...-Ambos morenos le miraron con impresión y fruncieron el seño. - Lo siento fue mi primer víctima, no podía hacer nada. Era mi pasa a esta vida...

 

-William, yo te respeto por sobretodo pero... ¿De quién es el niño? -Sabía que ambos se molestarían si supiesen la verdad, que era el hijo de Sebastian y Ciel...

 

-Es hijo mío y de Sebastian...-Había dicho rápidamente evadiendo las preguntas de sus hermanos.

 

-Eso es imposible... - Sebastian musito y enarco una ceja en desagrado. -¿Porque nunca me o dijiste?

 

-Porque sabía lo que un niño haría con nosotros, nos uniría y yo no quería eso ni para ti, ni para mí...

 

-Sabes que hubiera amado a ese niño... dado todo lo posible por...-Sebastian quedo estático al escuchar su nombre en la puerta.

 

-Quieto...-William se posiciono detrás de la puerta, entonces abrió. Miro a una vieja sirvienta darle una bandeja con comida suficiente para aquellos dos demonios... Esta corrió rápidamente y se fue del lugar, solo escucho un leve "Son almas puras" lo que lo hizo enfurecer un poco.

 

-¿William?

 

-Coman... es una orden... no sabes cuánto tiempo resistirás en ese estado, ninguno de los dos...-El tono mandatorio mas la escalofriante voz que depositaba aquel tazón en una encimera, fue suficiente para que ambos acataran la orden.

William pasaba la misma hambre que sus dos  hermanos ahora, más se resistía a probar un alma, eso era algo meramente impuro. Se recostó en la cama deseando que ese día acabara.

Nunca había sido presa de nadie... siempre conservaba el puesto de cazador... Estaba llegando a su límite.

Aquel que hacía aflorar su parte demoniaca de sobremanera.

Estaba decidido a no pasar ni un día más en ese maldito lugar, costase lo que costase, incluso su legado...

 

 

 


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