El General Michaelis había acordado una junta al mes con los tres hermanos… cosa que era bueno para los tres: Sebastian quería saber que había hecho Claude con Alois, Claude quería saber de la situación de Phantomhive y William quería humillar a Sebastian con Claude, recalcarle que le fue infiel a Phantomhive. Los tres hermanos no se dirigieron la palabra al entrar a la habitacion de su padre, solo se miraban culpable, nervioso, enojado, las miradas eran intercambiadas y en ellas se podían ver reflejadas esos sentimientos. Los hermanos planearon todo desde un principio “Asesinar a Burr”, una tarea muy difícil ¿Asesinar a quien te dio la vida?, es más difícil de lo que todos piensan. Los hermanos antes de entrar a la habitación mostraron lo que utilizarían contra el viejo general, asintieron con la cabeza y caminaron a la puerta.
-Hijos mios…-El viejo se veía horrible y contra su voluntad los jóvenes lo abrazaron, sentían pena por el general era cierto, no lo veian mas que como un compañero de viejas filas, nunca lo vieron como un padre, el general les dijo algunas cosas discutieron entre ellos sobre quien quedaría a cargo del R.E.B. y terminaron su discusión después de que el viejo “rey” leyera su testamento, los tres quedaron conformes con su parte. Los jóvenes se levantaron de sus asientos dieron una reverencia y se miraron cómplices. Justo cuando iban a tocar el pomo de la puerta el ahora Capitán General del R.E.B. cerró la puerta y atranco la misma con un mueble cerca de él alertando al más viejo, a los tres hermanos una macabra aura le envolvió y tomaron asiento nuevamente.
-Veras, Burr. No queríamos hacer esto, pero viendo que todo lo que nos haz leído será hasta que mueras… será un verdadero honor acabar con tu linaje antes de que la parca venga por ti
-No… lo harias
-Solo compruebalo… Burr_ Sebastian tomo su preciada arma, una espada apoderada de platino cerciorada en negro con empuñadura en plata. La encajo en la almohada muy cerca de su cabeza. -Verás “padre”, nosotros nunca te vimos como ello solo te vimos como a un compañero de filas mas…- El viejo estallo en terror al ver como los ojos de los dos hermanos tornaban un color diferente… rojo para ser precisos los de Sebastian y Claude, William tenia un extraño brillo maniaco en su mirar, un brillo solamente visto por aquellos soldados fallecidos a manos del trio.
-¿Qué pasa?, parece que visteis al diablo… o una parca- Los hermanos rieron estrepitosamente pero en su vez noble, los tres recordaron como se les era llamado en combate a William le decían “La parca oscura” "Shinigami Leader" debido a su gran capacidad de estar serio ser estricto y solo acabar con el enemigo y lo de shinigami a un poste de poda que podía maniobrar a su antojo y de igual manera extenderlo, a Claude “Demonio araña” por unos hilos metálicos que este poseía los cuales podía operar a su antojo, estos eran esenciales en su modus operandi. A Sebastian se le decía “Mayordomo oscuro” o “Demonio cuervo” Lo primero se debía a que portaba unos bien afilados cuchillos de plata en su bolsillo del saco militar a su vez que estos parecían unos cuchillos normales… y lo segundo por un ataque diseñado perfectamente en el que emplumadas dagas atacaban al objetivo. Un rumor se escuchaba en la frontera del ejército cuando estos peleaban, se decía que si los tres hermanos se juntaban no había quien diera alto a su matanza. “Los jinetes del apocalipsis” “The Three Horsemen” nombrados por algunos, temidos por los enemigos. Volviendo al tema anterior
-¡Guardias!- A los tres se les acabo la paciencia, ellos con un tic en el ojo, el viejo agitándose como si se tratase de un pescado fuera del agua,
-¡Cortadle la garganta a que esperáis!
-¡Tu no me das ordenes, Claude!- los dos “demonios” empezaron a pelear por una tontería enfureciendo al más maduro de ellos
-¡Sebastian, Claude, no estamos aquí para estar peleando!, hemos de reclamar lo que siempre fue y ha sido nuestro- Los dos lo miraron con cierto “miedo” y volvieron a lo suyo.
Faustus sello la boca al viejo con los metálicos hilos que al igual estrujaban su cuerpo y si este se movia lo lesionaban, Michaelis posciono hábilmente los cuchillos en el cuerpo de Burr al igual que las emplumadas dagas estas hacían un perfecto trabajo de “acupuntura” pero en vez de beneficiar lastimaban y calaban los nervios al mismo tiempo que inmovilizaba el cuerpo. Spears… oh Spears, esbozo la misma sonrisa que al aniquilar al enemigo, tomo la envainada espada de su cinturón al mismo tiempo que los otros dos le entregaban la suya, coloco las tres espadas en el poste de poda y lo anclo al cuello de Burr. Los hermanos lo miraron “satisfechos” pero querían divertirse aún más la diversión apenas comenzaba y la hospitalidad de los Michaelis más jóvenes apenas daba entero.
-Mira quien lo diría… un vejete amargado como tu puede ser un excelente pisa papeles…- Los golpes en la puerta y los soldados gritando por entrar sorprendieron a los jóvenes quienes sonrieron pero se decepcionaron pensaban que podrían jugar un poco mas, Claude tomo el ultimo cuchillo de Sebastian mientras que a William le entregaba su platino hilo, de un momento a otro William retiro su poste de poda desangrando al General, este se llevo una mano a la garganta por dicho acto mientras que de manera tan ingeniosa y una táctica desconocida para el el poste de poda se convirtió en una garra. La combinación de las pinzas de este, el cuchillo y el paltino hilo hacían una perfecta combinación para triturar, tomar y estrujar lo que estuviese a su alcanze. Era una obra maestra de los tres y podían hacer mas cosas con esos tres… siete aditamentos, pero por el momento ese era el método mas rápido y sangriento para acabar con Burr. El cuchillo cual bisturí se introdujo directamente en el pecho de Burr extirpando musculo y piel por medio de dos manos, La garra hizo su función extrajo bruscamente del pecho el corazón de Burr, a la vez los cuchillos fueron retirados por el hilo bañando a los tres en sangre. Los jóvenes miraron expectantes como este era de un color grisáceo en una parte, era verdad su padre era peor que una chimenea. El corazón dejo de latir junto con la vida de su dueño los aditamentos volvieron a sus respectivos dueños y envainaron las tres espadas, salieron rápidamente por la ventana al tejado de la mansión escuchando como los soldados gritaban en medio de todo para encontrar al o los culpables. Era perfecto la ocasión una coartada perfecta todo planeado meticulosamente para esa noche. Los tres cayeron al lago limpiando los restos de sangre en su rostro y mojando su cabello.
El ahora Teniente Michaelis esbozo una sonrisa cual gato Cheshire y rio en su fuero interno desquiciadamente.
-Al fin… paz y tranquilidad ¡Y eso porque fue, idiota!_ La parca oscura le planto una bofetada del lado izquierdo
-En primera tu maldito bastardo, te metiste con Sutcliff ¡Sabiendo que es mío!_ Los dos “demonios” crearon asombro en su mirada y Faustus miro con desprecio a Sebastian
-¿Michaelis?, no eres más que escoria Sebastian…_ El Teniente le planto un golpe en la boca del estómago de este sacándole el aire y llevándolo al piso a toser sangre y retirar sus gafas
-¡Faustus!, Sebastian como Capitán General del Real ejercito Británico, te ordeno que te retires_ El General impartió una patada a Sebastian haciéndolo caer al piso.
-Lo-lo repito de nuevo… no eres más que escoria Michaelis_ Recobrando el aire le incrimino de nuevo
-¡Tu maldita sea, ¿Qué diablos le hiciste a Trancy?!_ El General de Ejército cambio su expresión a una más seria ocultando su impresión (A William se le dice Capitán General, Claude General de Ejército (Almirante General) y a Sebastian Teniente General (Almirante) si tenéis dudas preguntad)¹
-Lo mate ¿contento?_ Un golpe lo llevo al piso de espaldas, este se quitó las gafas denotando el rojizo brillo de furia en sus orbes.
-¡Tú no puedes matar a un niño y tú mismo lo dijiste!, te repito nuevamente ¿Qué hiciste con Trancy?_ Esta vez el Teniente le levanto el rostro con su espada
-No, ¡Basta Sebastian, vuelve a casa maldito enfermo!_ Spears defendió a Claude con su espada y Sebastian a regañadientes envaino la propia encaminándose a las afueras de la mansión
-Claude… ¿enserio mataste a un niño?_ William lo ayudo a levantarse ambos observaban como Sebastian se iba enojado perdiéndose en la oscuridad del bosque.
-No… el niño sigue vivo, no le digas a ese idiota o más seguro tratara de asesinarme, no le tengo miedo pero ha cambiado mucho su manera de ser desde que esta con Phantomhive, aunque tiene sus motivos.
-Oh, entonces por eso lo interno en el hospital.
-Exacto Sebastian, descubrió a Phantomhive con Trancy y este engendraba a su hijo…
-Por eso se metió con Sutcliff… ¡Te maldigo Sebastian Michaelis!_ El teniente sonrió al oír el grito de su hermano
Unos cuantos días después de lo acontecido los tres hermanos se volvieron a reunir como si no hubiese pasado nada esa noche, esta vez los tres en el funeral del viejo Burr
-Pobre bastardo, nos crio bien pero pobre, lamento tu final querido padre, eso te pasa por educaros así. Hasta luego_ Sebastian se despidió de el con una rosa grisácea, Claude con una blanca, y de extraña razón William con una negra. Completando así el trio de rosas que calificaban a ambos
-Es una pena descubrir la muerte no es así ¿Cómo tanto soldados que habéis matado?... el fin siempre ha estado ese dicho “Tus acciones juzgaran tu destino”, hasta luego Burr_ Paso el tiempo, enterraron el ataúd y todo paso tan rápido…
-Como siempre he querido a mi buen William_ Spears se paralizo al escuchar la voz de su querido. (Nótese que aquí hablamos del Crevan Joven… de unos treinta años, William veinticinco James treinta ¿si me explico?)
-Crevan… _ El mayor lo abrazo y reparo con un beso rápido… Ambos habían sido amantes en tiempo atrás, cuatro años a ser precisos… se habían separado hace solo dos meses por cuestiones de poder y familia… aunque William y Adrian preferían quedarse juntos, fue lo mejor para ambos… según ellos “No es un adiós, ni un te quiero fuera de mi vida o rompemos. Es solo un hasta pronto”
-Conozco a las únicas tres personas que pueden hacer algo tan sádico como eso, querido William ¿En qué rango quedaste?
-Capitán General… Capitán General del Real Ejercito Británico
-Solo dos meses y mírate… tan exuberante como siempre “Undertaker”_ El mayor le caracterizo con una sonrisa y risa propios
-Dos meses es un largo tiempo… William, ¿y tú molesto pelirrojo donde ha quedado?
-Ah… tenías que arruinar el momento
-Oh William, enserio es tan molesto
-Es peor estando embarazado_ William se cubrió la boca al decir eso, repentinamente se había escapado de sus labios y no era nada bueno -No-no creas que es mío_ El mayor se exalto un poco
-El pelirrojo te engaño_ Su faceta había cambiado a seria, enojada y celosa
-No, Adrian… amor, no me engaño, mi estúpido hermano se metió con él. Y ahora cargo con sus malestares…
-Oh, ¿puedo ser el padrastro? _ Esbozo una sonrisa de son macabro y burlón sabiendo que eso encresparía a William
-Undertaker..._ Por intenciones propias William beso delicadamente la comisura de sus labios era un enorme “placer” estar con el de nuevo
-¡Will!~_ Al parecer el tiempo de reunión se acabó… junto con felicidad, el pelirrojo venia molestamente corriendo hacia William
-Chao… ya llego “Tu” pelirrojo
-¡Oye!, no es “mi”…
-William, William… se nota que lo quieres no te hagas del rogar…
-Pero, yo no le…
-¡Will~!
-Sutcliff… ¿Undertaker te volveré a…? ¡Maldito seas!_ El mayor se regocijaba de risa detrás del mausoleo del viejo Capitán…
-William, pobre de ti_ Rio un poco más fuerte y se fue del lugar entre risas viendo como Grell fastidiaba a William y este solo se ajustaba las gafas para tranquilizarse.
Mientras tanto en la mansión Phantomhive…
-Cariño, no haz comido en días ¿Qué te pasa?_ Como es debido de una madre Rachel cuidaba de su pequeño que estaba en reposo por recomendación del médico.
-No, no es nada madre._ Ciel se contenía por soltare la verdad
-Ciel, prometo no decirle nada al joven Michaelis, ¿te lastimo?
-Me lo prometes…
-Sí, te protegeré de ser bien necesario
-Sebas-tian_ El azulino dejo un deje de tristeza en su rostro y empezó a relatarle a Rachel. Para acabado el relato la madre Ciel lo dejo descansando y se fue a con Vincent
-Amor, Ciel…
-¿Que ocurre, él está bien?, Rachel_ La mencionada se desplomo en el piso a lloriquear por lo que le paso a su querido hijo, le conto lo sucedió a Vincent y para después de algunas horas…
-Buenas tardes, los padres del joven amo ya lo esperan…
-¿Esperan?... Sr. Tanaka, yo no he…
-¡Sebastian Michaelis!, Teniente General ¿eh?_ Vincent volteo a ver la condecoración en el pecho de Sebastian que remarcaba su ahora rango.
-Sí, mi señor. ¿Acaso hay algún problema?_ Vincent le abofeteo. -¿A qué se debe este jueguito, Lord Phantomhive?
-Pérfido, idiota, Michaelis, ¿terminar con la vida de un niño?_ Sebastian le miro con una sonrisa amable en su rostro, detrás de ella su mano se deslizaba pasible y con elegancia hacia el mango de su segunda espada esperando el momento adecuado para poder hacer un movimiento en falso y poder ir a por Ciel.
-En primera, no sé qué le haya dicho Ciel pero mis motivos no le incumben, ese niño era un ser que no merecía la vida… En segunda... _ Desenfundo la espada y la lanzo al techo tomándose el tiempo necesario para correr por las escaleras… -Oh, yo le sugiero que no toque esa espada, Conde Phantomhive_ Sonrió nuevamente amable ganando la furia de Vincent y corrió tras él.
-Lamento interrumpir al “bello durmiente” pero es hora de irnos. Ciel Phantomhive…_ El mayor alzo a Ciel de su lecho y atravesó elegantemente la puerta
-¡Michaelis Sebastian!
-Oh, buenas tardes Madame Red… lamento tener que llevarme así a su sobrino pero…_ Sonríe descarado -Lo necesito ahora_ Sebastian dio un salto y se hayo en la
entrada de la mansión recogiendo en este la espada antes clavada como un temporizador. -Hasta luego, Sr. Y Sra. Phantomhive’s
-¡Maldito seas Michaelis!
Un rato más tarde en la mansión Michaelis…
-Donde estoy…
-Buenas noches, Ciel…_ El menor se impactó por la voz de Sebastian, raramente la voz se escuchaba preocupada o tal vez dolida…-Ciel Phantomhive… de Michaelis_ La oscuridad revelo dos rojos orbes que se apagaron convirtiéndose en cafés
-¿Sebastian?_ El menor se erizo al fiero contacto, Sebastian se había dejado caer cual peso muerto en la cama abrazando- aferrándose mejor dicho - a Ciel, el aprisionado escucho el susurro de Sebastian.
-Y ¿Cómo puedo culparte? Cuando es a mí a quien no puedo perdonar…
-Sebastian… quedas perdonado_ El menor escucho el susurro de Sebastian de nuevo… esta vez se escuchaba mas fuerte, dolido y decadente. -Sebastian… puede que tu pasado haya sido tormentoso pero, siempre mira hacia adelante. Además… ¿no se supone que los “matrimonios” deben de estar en las buenas y en las malas?_ EL mayor sonrió internamente ese término le gustaba… Sebastian Michaelis, quedas perdonado, solo perdónate a ti mismo…_ Ciel comenzó a jugar con Sebastian con su cabello y Sebastian sonrió por lo que ideo un plan…