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Atrapado en mis pecados... por William Michaelis

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Notas del capitulo:

#AkumaSpears


Lemon for the win :3

Mansión del Sr. Spears - Antiguo hogar del Jefe de estado: Michaelis Burr.

 

La mansión se sumía en completo silencio, todo, paz y tranquilidad, no pasaban las horas, parecía ser, mas a la medianoche se encontraba totalmente en su exterior e interior.

En una solitaria oficina, un castaño, se encontraba totalmente tranquilo, no esperaba a ningún militar más, solo se encontraba ahí tomando aire en las afueras de dicha habitación. Una inesperada paloma llego al balcón atraído, el joven de ojos verdosos le recogió, tomando la carta que esta traía consigo.

"No demore mucho, general, le espero fuera en el cementerio de sus terrenos. No necesita de mi firma para saber quién soy."

 El castaño regreso a la paloma a su lugar y frunció el seño, molesto encamino a dicho lugar, yendo escaleras abajo y pensando en tal brevedad de la carta. Miro el recibidor de la mansión y ajusto sus gafas apresurando un poco mas su andar, en algunos minutos la frialdad de la noche le invadió el cuerpo, pero hizo caso omiso, técnicamente estaba trotando a su objetivo, llego al cementerio del vasto terreno y se sentó en una de las banquillas. Dispuesto a esperar escucho un ruido agudamente agobiante, desenfundo la espada, precipitado a cualquier alimaña que lo quisiera atacar, enfundándole de nuevo al ver la espectral figura sonreírle.

 

-Honestamente... no es ocasión... -El castaño suspiro agobiado volviendo a su posición "relajada".

 

Mansión del Sr. Faustus

 

Después de tal incidente en esas dos semanas el Almirante era indiferente a sus hermanos, su rubio, le era lo más importante, desde que le tuvo esa noche entre sus brazos sintió su estoico corazón volverse tan... tan humano. Esa noche completamente ellos dos solos en el jardín de la mansión, el oji-dorado viendo al joven ir de un lado al otro siendo un poco rudo con un sirviente. El mayor le detuvo la mano que se aproximaba a la mejilla ajena, disculpándose con el sirviente.

 

-Esa mujerzuela no me termina de agradar, y menos si tú la proteges.- El rubio se enorgulleció y el pelinegro solo suspiro.

 

-Como noble, mi señor, deberías de comportarte amablemente.-Suspiro nuevamente poniendo una mano en su hombro. -Viendo que a ti, la manera de domarte... Es teniéndote debajo mía vamos a la habitación...- Claude le dejo la mano en el hombro que retirándose esta se deslizo por el hombro ajeno atrayendo su atención y ganando el deseo del mayor. Trancy podía ser una bestia indomable pero su "Amor" le hacía cambiar de parecer cada vez que estaban juntos, y por cambiar de parecer su... Enojo solo disminuía un poco.

Ambos entraron a la mansión y caminaron pacíficamente hasta la habitación correspondiente, al mayor un cierto brillo de lujuria se le tenía visto en la mirada. Dejo pasar a Alois, y cerró la puerta detrás de sí. Bien conocido por ellos dos era que el  menor le encantaba ser dominante aún sí Claude era más fuerte que él, más ágil, mas alto, mayor que él.

El oji-dorado solo se podía dejar hacer, no era sumiso del todo pero... Si algo no le gustaba ver en ese niño, era un enojo o rabieta de su parte. Era tener a un asesino enfrente de él. Solo se recostó en la cama atrayendo al rubio encima de él, besándolo y dejándose quitar la corbata junto con el formal saco militar quedando en el chaleco, odiaba como empezaban sus encuentros sexuales pero mas no podía hacer, hacía era su relación. Alois le quito el chaleco abriendo la camisa y lamiendo el definido tórax de su... "novio", sacándole un sonrojo al mayor, estaba tocando una zona muy sensible y comenzaba a excitarse, sentía su miembro apresado en las telas del pantalón y ropa interior. Clamaba por algo de atención.

El rubio dirigió sus lamidas hacía la pelvis de su amante, bajando hábilmente el cierre del pantalón con los dientes. Que noche esperaba...

Mansión del Sr. Michaelis.

 

Después de que la noche se estremeciera al rededor de la mansión, y todo se sumergiera en silencio, la excitante esencia de  amor y pasión en medio de dos cuerpos dentro de una habitación. A pesar de que no lo haya perdonado del todo, Ciel le seguía... ¿queriendo? Bueno seguía teniendo un sentimiento hacía Sebastian. No lo perdonaba, solamente lo disculpaba, el mayor le besaba tan cariñosamente, estaba encima del menor y compartía todo tipo de caricias, desde besos hasta pequeñas mordidas. El menor se estremecía al sentir tal opresión en su pantalón.

"No he hecho nada aún... para que te pongas... tan... duro" El mayor se mofo de él ya se las pagaría luego, sentía lujuria en las palabras de Sebastian pero... El caso era igual, se sonrojo al sentir la lengua de su esposo en su erecto miembro, se sentía tan bien ser liberado de esa forma, más de un mes no había pasado para que la ausencia de sexo fuese presente, volviendo al tema, Ciel poso ambas manos en el cabello de Sebastian haciendo que chupara su erecto falo, pasando la lengua por toda su extensión, sacándoselo de la boca dirigiéndose a un punto más bajo, abriendo sus muslos lamiendo y preparando para algo un poco más grande, bien dilatado le giro, alzando sus caderas y introduciendo su miembro completamente erecto, introduciéndolo de una buena vez sacando un gemido de dolor y placer del menor, le comenzó a embestir lentamente besando su espalda y nuca, lamiendo por igual, tomo su hombro bruscamente y le penetro más profundo y constante, el jadeando por el placer, su esposo gimiendo por más al sentir tal falo dentro suya.

"Entonces amor mío... si lo disfrutas... se libre de correrte..."  Se mofo Sebastian de su estado, ya que con las penetraciones y masturbando el miembro del menor, este había comenzado a gemir más alto junto con los jadeos de Sebastian al sentir unas pequeñas contracciones en el interior de este dándole gran placer, el pelinegro le siguió embistiendo y masturbando, hasta que sintió un liquido caliente llenar su mano y manchar las sabanas, las contracciones dentro, la esencia de su "niño" en la mano propia y sus jadeos, no hicieron más que hacer a Sebastian correrse dentro de Ciel, sacando de su boca unos gemidos mas por la esencia dentro de él. Michaelis salió de Phantomhive derramando un poco de su semen fuere de este. El peliazul cayó rendido en la cama, sin duda ya volvía a querer a su  "demonio".

-Buenas noches... Ciel...- Dijo Sebastian viéndole caer dormido profundamente. El menor se abrazo de él y ambos quedaron dormidos.

Mansión del Sr. Spears.

 

-Honestamente... No le esperaba...- Hablo seriamente el joven sacando una sonrisa burlona del mayor, tumbándolo en la baquilla del cementerio.

 

-No es que no me esperaras William, solo que no esperabas que fuera tan rápido. - En el castaño un ligero sonrojo ante el repentino toque surgió.

En el menor tiempo posible William  estaba debajo de su amante, le gustaba aunque algunas veces le sacase de sus casillas. Adrian podría ser tan... desesperante a veces... pero a pesar de todo... Lo quería como era...

Crevan era un gran amante, en el sexo como en su vida cotidiana.

A los pocos minutos tenía a William gimiendo al estar desnudado más abajo de sus caderas, y ser frotado enérgicamente en su erecto falo. Después gimiendo un poco más al sentir la saliva y experta lengua de su amante alrededor de este.

 

-Ad-Adrian...-El menor se movió un poco posando sus manos en la cabeza del enterrador. Estaba completamente excitado que eyacularía en cualquier momento, Adrian poso un dedo en la cabeza del miembro del Jefe de estado, ganando una mirada de enojo por no dejarle venirse.

Adrian le recostó en la banca haciendo al estoico hombre suspirar.

 

-¿Tan mal lo pasas sin venirte? -El menor se hastió, después de las palabras dichas, pero cambiando su mente al sentir el falo erecto de su amante dentro suya. Adrian lo empezó a embestir de forma tosca tocando un punto sensible dentro de William haciéndole gemir sonoramente... Al igual que ganar un tono rosado en sus mejillas un poco más fuerte.

Escuchando un sonido vulgar y húmedo al contacto de la pelvis de su amante con su retaguardia háyase sonrojado de más gimiendo sonoramente arañando la espalda de Adrian, no le gustaba ser sumiso pero terminaba disfrutando de la situación.

Crevan le comenzó a frotar de nuevo en su erección, rápidamente el liquido pre-seminal corría cuesta abajo por el erecto falo del menor.

 

Mansión del Sr. Faustus.

 

El ambarino estaba jadeando de placer, la boca de Alois recorriendo su erección era tan excitante, no pudo evitar venirse en la boca del menor al sentir como succionaba el glande propio. Jadeando, Claude atrajo a Trancy encima de él, sentándolo en sus caderas, quería sentir el caliente interior del menor. Sabía el estado en que una simple felación calentaba al menor.

Inesperado el menor inserto el miembro del pelinegro en sí, soltando un gemido agudo de placer, Claude no pudo hacer más cosa que agrandar su erecto falo dentro del menor, se sentía tan bien, tan apretado y estrecho, era un paraíso propio.  Rápidamente el menor comenzó a cabalgar encima del erecto falo dentro de él. Gemía por de más de alto, al compas de su ferviente novio.

Claude técnicamente moría de placer al sentir como el perfecto trasero de su novio hacía contacto con sus caderas y pelvis. Al derramar el rubio el líquido pre-seminal encima del torso de Claude no pudo evitar un ligero sonrojo, mordiendo su labio inferior siendo más tentador a la vista de Claude.

Claude bruscamente tomo con ambas manos las caderas del rubio haciéndolo ir más rápido constantemente, recostándole en su cuerpo mismo aumento el vaivén de las embestidas, haciéndolas más agresivas y rápidas, así como profundas.

Ataco el cuello sin marca alguna de su novio, dejando marcas de propiedad por todo el cuello al igual que su clavícula.

En el mismo apogeo del roce de cuerpos, el miembro del menor era frotado, al compás del vaivén sacando gemidos altos de su boca... Claude no lo podía evitar, sentir cierto roce en su abdomen era tan malditamente excitante.

Al poco tiempo Claude se vino entero dentro del rubio, era tan estrecho y caliente dentro de sí, Faustus siguió embistiendo hasta que Alois derrotado por el placer, se sintiese en su clímax, se corrió entre él y el estomago del mayor viéndole jadear al cesar. el pelinegro cesando impartió un beso pasional al menor, cargado con lujuria, siendo secundado por Trancy. Era una mezcla de pasión y deseo, Alois dejo el beso aparte siendo abrazado por Claude, al satisfacer su necesidad. Claude lo abrazo pensando en las posibilidades de contraer algo más serió con Trancy.

 

Mansión del Sr. Spears.

 

Adrian siguió con sus caricias viendo a su amante muerto de placer, Adrian le proporciono unas embestidas mas haciéndole gemir y jadear por tal placer.

William termino viniéndose encima de él obteniendo su semen en el cuello, torso y estomago. William sintió a Crevan llenar su interior al contraerse por correrse encima mismo.

Sintió la áspera lengua de Adrian limpiando su semen de él mismo. Sintió como retiraba su miembro goteando aún algunas gotas de semen.

William aún pareciéndole asqueroso se levanto con ayuda de Adrian lamiendo toda la esencia del falo semi-erecto de su amante. Suspiro teniéndolo todo en su boca llenándole una vez más, Adrian se corrió en la boca de William al sentir su virilidad tragada por completo.

William miro cabizbajo no queriendo tragar la semilla del enterrador. Terminando haciéndolo, para después sentirse adolorido de la espalda, viendo un poco de sangre en la semilla que salía de él. Miro con enojo al sepultero frunciendo el seño. Entendía el motivo.

 

-William... si nos hemos encontrado sexualmente más veces que los años que tienes... porque no hacemos oficial...

 

 -¿Hacer oficial qué? ¿Nuestra relación? Lo éramos, y tú me aconsejaste que me apartara de ti...-El Jefe de estado recibió un caluroso beso en los labios, viéndose tumbado en el suelo cayendo de la banquilla. Se vio forzado a abrir los labios para tener la imponente lengua de su amante dentro de su cavidad bucal, no quedándose sumiso, recuperando el control invadiendo la boca ajena por igual.

 

-He de imaginarme... es un sí...-El menor lo miro serio enarcando una ceja para después volverle a besar con pasión. Le importaba lo que la gente diría de él. Pero no podía negarle algo tan irreprochable como el amor a un hombre tan... sexy como Adrian... Podría ser algo raro pero, sentía algo por él.


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