Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Atrapado en mis pecados... por William Michaelis

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

#ParejaFavorita

El menor le sonreía con lasciva, era toda la lujuria de Sebastian, por un lado le gustaba como lo hacía su hermano menor... Pero por otro... Claude era una caja de sorpresas, el pelinegro podría ser tan sumiso como agresivo, esa combinación, era ganadora.

Si William lo mordía lo domaba en solo instantes. Sin embargo no se quedaba atrás, tenía una excelente "puntería" para hacerle gemir con tan solo unas simples y profundas embestidas, tocando su punto más sensible. 

Y así era ahora, lo tenía gimiendo sobre el escritorio, embistiéndolo ruda y profundamente.

A cada golpe hacía que su hermano derrochara un sonoro gemido de placer, sin más lo atrajo hacía sí, con  las piernas, su hermano mordió sus labios al tenerle más cerca, el moreno esbozo una sonrisa de sorna, su hermano podía perder los estribos muy rápido a la hora del sexo, le beso con lujuria y pasión, aumentando su vaivén al oír a su hermano gemir por eyacular, no intencionalmente el castaño contrajo su interior al terminar de correrse, su contrario gimió sintiendo eso corriéndose en su interior, termino recostado encima de William, jadeando y maldiciendo por lo bajo. 

William lo empujo queriendo vestirse pero ¿que sería mejor si no hacer sufrir a su hermano?, tomo las muñecas del moreno y frunció el seño, en su interior una ligera sonrisa de burla se hacía presente. Lo forzó a arrodillarse tomando sus cabellos acariciándolos como un amo a su perro obediente. Claude se molesto un poco, CLARO, para William solo era un juego...

Claude quito las manos de su hermano mayor dejándolas de lado, así mismo tomando el miembro de este entre sus manos, acariciándolo levemente haciendo que Spears se sonrojara así también gimiera al introducirlo en su cavidad bucal.

Lentamente acariciaba la base de este, así por igual lo lamía y succionaba, la esencia de su hermano le daba un especial sabor, algo raro, sabía dulce y era inusual, Spears no consumía dulces o algo, pero era como probar un carnoso y jugoso; dulce. Aumento sus embestidas haciendo que su nariz tocara el estomago de su hermano, provocándole una especie de cosquilleo. William se arqueo gimiendo y tomando la cabellera de su hermano para que fuese más rápido. Obediente Faustus lo hizo, recibiendo ahora la semilla de su hermano en la boca.

 

-Buen chico...-Acaricio y palpo la cabellera de su hermano serio y jadeante. Estaba consciente de lo que hacía, pero un buen sexo de vez en cuando no tenía nada de malo ¿o sí? 

 

-No soy tu perro... No soy como Sebastian...

 

-No eres un perro, eres un hermano muy complaciente...-Acaricio su cuello por detrás vistiéndose para seguido morderle.- O tal vez te encuentras celoso por Sebastian...

 

-Celoso... ¡HA! Eso jamás William, tenlo muy claro, si yo hago esto es por gusto, no soy como la ramera barata de nuestro hermano....-Para ese entonces ambos tenían la camisa desabrochada pero con pantalón puesto, Sebastian había olvidado su reloj en la oficina de William días antes, escucho como Claude le llamaba de esa manera y simplemente cerro de un portazo la puerta.

 

-¡Eres un idiota! Te dije que modularas tu lenguaje...-Spears salió por Sebastian corriendo, lo miro bajar las escaleras de la mansión, y sencillamente salir por la puerta. Le siguió y tiro al suelo fuera en el pavimento, así mismo lastimandose las rodillas.- Sebastian... -William le agarro por las muñecas y se sentó en su cintura, por suerte, era uno de los días donde nadie más que ellos tres se encontraban en la mansión. Sebastian le pego en la garganta haciéndole toser.

 

-Me dijiste que era el único de nosotros que podía tocarte... Eres un maldito, y un mentiroso Spears...-Frunció el seño, realizo y se vio a si mismo ridículo.

 

-El lo quiso de esa manera, el quiso arrodillarse, Sebastian... no soy tu pareja, ambos tenemos alguien a quien querer, te lo dije al comienzo de esto, esto es solo lujuria que nosotros guardamos. Y que no podemos satisfacer con nadie más...

 

-Eso hiere, hiere, porque no sé si te veo como mi hermano, o como mi amante... -William suspiro y se maldijo internamente, se levanto y tiro de las muñecas a Sebastian metiéndolo a la mansión.- ¡Bájame William!...

 

-Honestamente, no lo deseo, deseo más tu cuerpo ahora...

 

-Sp-Spears...-Sebastian dejo de lado su furia por su hermano mayor, besándole. No se sentía mal, sin embargo le atraía en sobremanera y era algo que no podía evitar...

Claude había retirado de la mansión habiendo cumplido sus servicios como monetarios y sexuales.

Se retiraba una vez más a aquel viejo y lujoso departamento, había compartido algo de su pena interna. Aunque obtenía el sexo que quería fuera con quien fuera, necesitaba de un masoquista rubio,  seguía perdido por él. Sin embargo ahora las ingeniaba más si Sebastian estaba con William... suponía aquel adorado peli-azul estaría solo... en su mansión... al cuidado de solamente unos dóciles perros guardianes...

Se dirigía a aquella mansión que si tuviese vida, contaría las muchas veces que hizo a Phantomhive suyo en las distintas habitaciones.

Había tocado un par de veces pero al no recibir respuesta alguna, decidió entrar por la puerta del inmenso jardín, aunque él tenía una mansión, no le veía utilidad alguna... era soltero desde hace tiempo. ¿Con quién compartiría entonces tan enorme propiedad?

Entro y cinco perros le recibieron gustosos, sabía por más que el día presente no se hallaba ningún sirviente, y mas con el estado de Phantomhive, era peligroso estar cerca de él.

Subió las escaleras buscando al peli-azul en su habitación, y como un gran hecho, entre las sabanas puras se encontraba. Se removió un poco al sentir la respiración de Claude en su cuello.

 

-¿Buenos Días? Es hora de levantarse... Joven Phantomhive...-Olisqueaba un poco el cabello del oji-azul, era una dicha poder olfatear ese dulce aroma.

 

-¿Has llegado Sebas....? ¡Claude! ¿Qué haces aquí? Sebastian te podría encontrar y...-Claude le beso suavemente.

 

-No te exaltes, Sebastian está con Spears, en un asunto de negocios. Que agradecería jamás sea interrumpido...

 

-Claude, entiende, yo no puedo más, cargo una vida de seis meses dentro de mí, es imposible que pueda tener relaciones contigo de alguna manera,...

 

-No decía que tuviéramos relaciones, ¿Y si tu y yo salimos? - Ciel lo abrazo por el cuello recostándolo sobre la cama.

 

-Si Sebastian sabe que estas aquí nos matara a ambos...

 

-No dejare que le haga daño a tu creatura o a ti... -Cuando estaba cerca de Ciel se sentía tan diferente a como era con Alois, que diferencia de mundos...

Acaricio el abultado vientre de seis meses de Ciel, era raro, a pesar de que el embrión se desarrollaba igual al de una mujer normal, era raro, puesto que el vientre no crecía más de cuatro a cinco meses, no demasiado....

El ambarino levanto al oji-azul vistiéndole acariciando su nívea piel. Beso sus piernas y suspiro, Ciel, le ocasionaba muchos sentimientos en lo profundo de su ser... AL levantarse del suelo miro como el menor tenía un leve sonrojo.

 

-¿Sería tan amable de acompañarme, príncipe? - Claude le ofreció su mano y Ciel se levanto con una ligera sonrisa.

Claude lo cargo hasta la salida, era una máscara imperceptible para los demás, podría ser tan cruel como su hermano mayor, pero cuando estaba con Phantomhive, era convertirse en el más dócil de los tres perros.

Ciel visualizo el auto deportivo del pelinegro. Era un lujo...

Faustus le ayudo a subir al auto, sonrió un poco al ver aceptada su ayuda, en tiempo incierto llegaron ambos a un inmenso parque, Claude había escogido ese lugar pese a que le consideraba el más apropiado, dadas las condiciones de su "relación" prohibida, la gestación del joven Phantomhive... Y... el elegante restaurante en medio de este, destino de muchos enamorados.

Camino hacia aquel restaurante, Claude lo beso, eran unos labios deseables hasta a la larga distancia. Contaba con que ese mismo día no podía ser mejor.

Todo estaba normal, hasta que su primer platillo en aquel restaurante tuviese lugar en su mesa. El mayor de ambos visualizo a la peor  figura que se le pudo ocurrir en su vida.

"Alois Trancy..." Pensaron ambos al comenzar degustando la sopa, ¿Qué rayos hacía Trancy ahí?

Ciel, había sido la ex-pareja del sádico rubio, así como el amante suyo enfrente misma.

Ciel no sabía y Claude mucho menos, había averiguado un poco aquella noche donde Sebastian perdió sus cabales...  puesto había rescatado al rubio, y sabía un poco sobre aquella situación que el rubio y peli-azul ocultaban. Así mismo miro a Phantomhive algo indeciso.

 

-Deduzco la presencia de cierto joven, nos ha incomodado a ambos...-Ciel le miro y suspiro asintiendo y tratando de entender entre el bullicio de negocios de las demás personas.

Se sintió fatal al ver aquel rubio con un peliblanco, le había visto antes, era dueño de una empresa muy importante, su padre lo había visto y eran amigos.

 

-¿Conoces a ese hombre? -pregunto viendo a ambos sentarse en el recóndito espacio del establecimiento. El rubio tomando la mano del peliblanco.

 

-La verdad, lo conozco, Alois... tuvo la desgracia de presentarnos... Y yo tengo la desgracia de mencionar, Trancy y yo fuimos pareja... pero... Al irse a Canadá a estudiar... me dejo solo, y entonces como una mariposa... azulina... apareciste tu... y cuando Sebastian salió del hospital...

 

-La verdad, me sé el resto de la historia, así como que estabas encerrado, Sebastian me lo dijo, la verdad... No lo dudaba... 

 

-Mira...-Claude señalo discretamente a la pareja y miro como el maldito de nombre Ash Landers le proponía matrimonio al de mirada celeste... A Ciel no le dolía, el tenía a un amoroso y  bien dotado esposo, más un delirante amante y romántico a la vez. Técnicamente, ese hombre para él no era nada.

 

-Claude, ¿no crees sea correcto fingir por una sola vez?

 

-Lo siento Ciel, no tengo un anillo si quie...  - el mayor sonrió mirando su mano,  no tenía un plan en sí, pero tenía un hermoso anillo de esmeralda heredado de su padre, fabricado en reluciente platino.

 

-¿Y cuál es problema ahora?  Tienes un anillo y... finalmente...  no habría problema alguno...

 

-Ciel Phantomhive...-Sonrió de manera apreciativa, amaba al oji-azul pero sabía ese sentimiento era solo diversión de este, ¿que mas daba entonces? - ¿Serías tu dichoso de concederme tu mano? -Claude había notado como Landers le señalaba, pues había subido un poco su tono de voz.

 

-Claude...-Ciel se sonrojo, podría ser tan orgulloso y no dejaría que cierto ubio psicópata lo pisoteara... Vio como Claude sonreía y después miro discretamente a la pareja que no cabía de la impresión.  Se leyó en los labios del azulino un sonido de aceptación seguido de un tierno beso, solo fingían podrían volver a ser solo sexo si eso querían.

Landers rojo de rabia se había levantado de su lugar e inmediatamente corrió al baño, Alois quedo solitario mirando el anillo en su mano, se había esposado con aquel hombre porque le gustaba en demasía, pero aquel pelinegro de ojos ambarinos le seguía atrayendo, al igual que aquella vez salvo su pellejo.

Claude y Ciel se retiraron al terminar su cena y salieron del restaurante aquel con un aire de "felicidad". El rubio y el peliblanco se quedaron ahí. Conversando acerca del tema.

Ciel y Claude salieron y el oji-azul no le regreso el anillo al mayor, era un regalo que debía ocultar de cierta mirada carmín.

Sonrió al recordar al pelinegro. Lo amaba pero al igual que sucedía con el mayor, era un manojo de sentimientos diferentes.

 

-Ciel, deberíamos regresar a la mansión, Sebastian...

 

-Realmente... no tengo ánimos de regresar. Sebastian ha estado evitándome.

 

-Ya veo, pero por favor...-El "demonio" ambarino suplicaba (cosa rara) pese a que presentía aquellos dos lujuriosos seres habían acabado con una sesión más de pasión fraternal... Qué asco le daban aquellos dos, pero no se podía quejar, él y William lo habían hecho... así que era un habla con doble moral entonces...

 

-¿Porque la preocupación tan repentina? ¿Cuándo te has ido sin desearme...?

 

-La verdad, se que Sebastian está en camino y... - Fuese lo que cenaron esa noche un afrodisiaco poco conocido, o la pasión mutua por lo que el azulino se entrego a los placeres carnales que le proporcionaba el de orbes amarillos, le hubo besado para callarlo, e inmediatamente ambos se dirigieron a la parte trasera de aquel lujoso auto deportivo, le encantaba aquel cuerpo frágil.

Besarle en cualquier parte era una gran excitación para ambos, el ambarino hacía gemir al peli-azul con cada estocada, cada profunda estocada arriba de él. Se sentía amado, le penetraba con fiereza, tocando su punto de orgullo, ese punto el que hacía que aquellos gemidos se escuchasen al menos a las tres habitaciones continuas, en este caso fuera del auto. Claude jadeaba a la estreches del menor, era tan precioso momento, ambos se corrieron al mismo tiempo, Ciel besaba al mayor tan lujuriosamente, introduciendo su lengua en su cavidad, se sentía tan deseado, tan vivo al hacerlo con Faustus, técnicamente...su cuñado...

Claude le besaba la clavícula, y por error dejando una marca en su cuello haciéndole gemir. Habiendo acabada tan espontanea sesión el ambarino le llevo de regreso a su hogar dormido en la parte trasera del coche.

Un dolor en el estomago se le hizo presente, pues había visto el coche de su hermano ya aparcado en la cochera de aquella lujosa mansión. Mas pálido no podía estar.

Fue "invitado"  a pasar con el coche dejándolo en la entrada de la mansión.  Su hermano poso un dedo en sus labios a manera de que no dijera nada de lo acontecido en la mansión del Jefe de Estado,  su hermano mayor le correspondió con una misma seña y suspiro. Se alegro de que Ciel fuese cargado por su hermano.

 

-Claude... Gracias por traerlo, estaba preocupado....

 

-No hay problema... -"Cuan preocupado estabas Sebastian... Siendo cogido por tu hermano..."  Había pensado el de amarillos orbes suspirando.

 

Al día siguiente  Y por extrañas razones el Sr. Landers había invitado a los "Tres caballeros de la reina"  a una cena, si era posible con su respectiva pareja.

Y así era se hallaban los tres con su respectiva pareja, mas su hermano "neutral" permanecía solitario sentado en una mesa especial para ellos seis, supuestamente...

Sebastian miraba lujuriosamente a su hermano mayor, le tenía unas ganas inmensas, y más se incrementaban al ver como su bulto se cernía con ese obsceno pantalón negro. Se había enfurecido un poco al ver a su hermano besar a aquel rubio a su lado. Ambos se habían sentado lo suficientemente cerca al iniciada la comida de aquella enigmática reunión, en la que habían mil invitados o mas...

 

-Buenas noches. - Había hablado el representante de la presente fiesta, así igual el empresario de una compañía de alta producción de comida, Ash Landers. - Agradezco a todos  vuestra cordial presencia esta noche, es muy grato ver que la mayoría han asistido al aniversario de la empresa, así como para un anuncio importante.- Sebastian se hallaba acariciado la pierna de William debajo de la mesa. Cuando la mesa de estos cinco fue señalada, haciendo sonrojar a ambos.- El placer de tener a los guardianes de la reina...-Sebastian miro a Claude que sonrojado como estos estaba... era una caricia que tenía cierto ciclo armónico, Claude acariciaba la entrepierna de Ciel, Ciel la de su amado Sebastian, por obviedad Sebastian la de William, y William a su vez la de su pareja y rozando con la punta del zapato, la entrepierna de Claude, sonriendo en su interior.

Sebastian se levanto dando las gracias por haberles invitado, asi volviendo a su lugar, pese a que habían invitado a su hermano mayor al estrado.

 

-¿Que responsabilidades conlleva ser el Jefe de Estado del país más complicado de Europa?

 

-honestamente, no hay problema alguno, cuando se tiene muy buena compañía...-Lo había dicho con doble sentido, refiriéndose a Sebastian y a Claude, asi como ambos sonrojaron. - Y nuevamente, me he ganado el puesto, para aquellos que piensan he sido ascendido pese a mi difunto padre... -Suspiro y miro directamente a Landers.

 

-¿Sabe algo acerca de la sospechosa muerte de su padre?  

 

-Solo sé que ahora reina con mano de hierro bajo tierra y que es feliz donde quiera que este ese viejo y buen hombre...-Hablaba con sarcasmo haciendo esbozar una sonrisa de satisfacción que no paso desapercibida en los hermanos. El seguía serio arriba del estrado. Los presentes aplaudieron un poco y este mismo suspiro estrechando la mano a Landers.

 

-Spears...- Había llamado Sebastian a su hermano, palmeando su espalda con una blanquecina sonrisa, vio a su hermano discutir algo con su pareja asi como este se levanto dando una leve reverencia de respeto.  Fuera de la reunión en aquel gran salón y mansión. 

Spears había aprisionando a Sebastian contra una de las rocosas paredes.

 

-Espera...- Jadeaba Sebastian para que su hermano lo soltase, empujándolo un poco.-No vengo a  hablar de esto William...

 

-Es la única manera viable en la que yo no te asesine... Sebastian...-Noto como los ojos de su hermano se llenaban de lágrimas. Nunca había visto a Sebastian... tan débil...-¿Qué rayos te ocurre ahora? -Había preguntado con una frialdad característica.

 

-No quiero que nos volvamos a ver...

 

-Sabes que lo que dices son idioteces...

 

-No son idioteces, necesito cuidar de mi familia.

 

-Yo soy tu familia Sebastian.

 

-Tú eres solo mi hermano...-El castaño le miro con el seño fruncido y lo dejo ir.

 

-¡¿Entonces porque te acercaste a mí de esa manera?!  Sabías lo que ocurriría Sebastian.

 

-¡Porque creí sentir amor por ti!

 

-¿Que es el amor para ti Sebastian? simple sexo, unas caricias, besos ¿y jamás decirle a tu hermano cuanto lo amabas...?

 

-Eres un idiota...

 

-No, si tu hubieses llegado a buen momento, tu hubieras tenido un lugar especial, Sebastian, lo hubieras hecho. -William se retiro de su vista enfurecido, dolido y sintiéndose mal. Sebastian había reaccionado a sus palabras. Había lastimado a su hermano, lo sabía aunque no entendía muy bien a qué se refería con esa simple oración.

Ambos se volvieron a encontrar dentro del salón aquel, Claude noto el cambio de actitud en ambos. Eran tan difíciles, sabía que algo había ocurrido entre ellos dos.

William quería utilizar aquella ajena fiesta, para proponerle matrimonio a Knox, pero no estaba seguro. Sebastian aun era su hermano menor, y sabía que eso lo lastimaría...

 

-Q-Quiero dar un anuncio...-Había mencionado William totalmente decidido ganando la atención entre el bullicio de gente alrededor de ellos cinco.

Mesas al frente la pareja del rubio y el peliblanco veían extrañamente el comportamiento. William no era de hacer sus cosas en público, en verdad no lo deseaba. Pero si Sebastian había jugado mal con él, el también lo haría. Levanto de su silla al joven Ronald al que un sonrojo apareció.

 

-El joven aquí presente, encargado de una industria de armas y tecnología, Ronald Knox... es mi pareja... Así como el día de hoy... les pido presencien un acto del... cariño... Que yo le aguardo...- Ambos hermanos habían mirado al otro, Sebastian palideciendo y Claude algo extrañado por su comportamiento como los demás. Su hermano había tomado una aterciopelada y pequeña caja de su bolsillo.

En el joven de cabellos rubios no hubo más impresión, le conocía desde hace meses, le gustaba William, y sabía que él lo hacía, como amarse mutuamente.

 

-William...-Había dejado salir de sus labios al ver tan inmensa sortija en aquella caja, era hermosa... contenía un bello diamante, que contrastaba con aquella obsidiana acreedora a portar este mismo.

 

-Ronald Knox... te pido que el día de hoy... seas mío... -Había dicho audiblemente el castaño ajustando sus gafas y mirándole. Tal vez, el rubio no había encontrado palabras algunas para aceptar su oferta viendo el anillo en su mano, no hizo más que abrazarle.

Sebastian al ver tal escena solo se limito a tragarse su odio, así como su tristeza y coraje. William, aunque fuese su hermano había significado mucho para él.

Sin embargo  ahora era asi.

Terminada la reunión había personas que felicitaban aquella unión, Claude se hubo quedado a  solas con Ciel, ya que Sebastian había corrido al auto deportivo suyo al no resistir más la presión misma.

 

Claude beso al menor sonriente. Así mismo miro cierta de posibilidad de poseer algún tiempo a este. De nuevo y en aquel inmenso jardín de la mansión del afamado Landers, le hizo suyo en las frías bancas de piedra.

 

Una semana había pasado y así mismo Claude se había alejado (como Ciel también) de Sebastian.

Ninguno de los dos sabía que el pelinegro estaba pasando por un problema y depresión terrible.

En la casa dicha del pelinegro se hallaba una nota distintiva sobre el escritorio. ¿Qué pasaría si el que encontrara su cadáver frío, fuese quien le hizo tanto daño?

La carta estaba dirigida a los sirvientes de la mansión y dentro de sus bolsillos una factura dirigida al mensajero, entregase horas antes desde una tienda de antigüedades.

 

A la orden del mensajero, en la entrada de una mansión, se hallaba el hermano mayor discutiendo sobre el contenido de una jaula para pájaros.

 

-No he ordenado esto...

 

-No señor, no lo ha hecho, es un regalo de bodas según lo dicho, un señor de rojizos orbes nos lo ha hecho enviar junto con esta carta...

 

-¿Rojizos ha dicho? -Conocía el poder e infantiles rabietas que Sebastian podía hacer.

 

-Si señor...

 

-Se puede retirar...- El repartidor se retiro temiendo haber cometido un error. William leía la carta entregada. ¿Porque... si Sebastian era el mensajero... No podía mandar un simple e-mail?

No, el pelinegro sabía que su hermano disfrutaba más las cartas, podía reconocer el estado de las personas, podía saber su ánimo, deficiencias, etc. Era una especie de Sherlock Holmes...

Comenzó su lectura observando el animal dentro de la jaula, un cuervo, al parecer el favorito del moreno, por el buen estado en que estaba.

 

"Sabes la larga vida que este cuervo a tenido a mi lado, así como algún día te dije cuanto lo apreciaba, y que si algo le sucediera, era porque ya no tenía a su amo... Solo observa..." Era lo que su carta redactaba, estaba confundido, la letra era limpia, cursiva, pero percibía algo de dolor en ella. Su hermano no era así.

Spears miro confundido al ave, prefería a las palomas, pero por curiosidad tomo a la negra ave de su jaula, viéndole amaestrada, esta grazno de dolor pereciendo en sus manos.  Comprendía un poco el acertijo que Sebastian había dejado, o algo así.

"Sabes la larga vida que este cuervo a llevado..."  cambiaba rápidamente las palabras, por algunas más creíbles, y en su momento armando un rompecabezas.  "Así como en alguno de mis días, te dije cuanto te apreciaba" Tal vez no era el orden de la carta, pero sabía y conocía mejor que nadie a ese idiota.  "Y que si algo me sucediera, sería por el dolor que tengo" Relaciono las palabras, encontrando ningún sentido en ellas. Así mismo reescribió la carta a su manera en la parte trasera.

"Sabes la larga vida que este cuervo a llevado, si no lo recuerdas, he dicho al aire cuanto te he apreciado, y que si algo te sucediera, sería mi morir, como un perro sin amo.. Significando el cuervo presente, la vida que he llevado desde chico... miraras, a tu hermano perecer... y si es posible en tus manos..."

William sintió como el cuervo daba sus últimos alientos, sabía lo que Sebastian hacía.

Sin más salió corriendo a la mansión de este, no tenía tiempo suficiente.

Se le había agotado el aire que poseía, irrumpiendo en la oficina del pelinegro, cayendo de rodillas al verle... su preciado hermano menor... se suicido...

El cuerpo frio yaciendo en el escritorio de caoba, con una sonrisa presente en el rostro. Más un frasco de cianuro a su lado hacía compañía. La vida de su hermano se extinguía lentamente.

William miro el frasco sacudiendo a su hermano, mirándole.

 

-Eres una alimaña incluso para suicidarte Sebastian...

 

Notas finales:

#TamalesCalientitos


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).