Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No eres mi mascota por Xenophilica

[Reviews - 23]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Xeno, por aca!

 

Vaya, el fic ha tenido una buena aceptacion entre ustedes... ¡Me alegra! :D

 

Asi que ahora traigo el capitulo 2 para su delite, con un poco mas de drama y palabraria revuelta cortecia de nuestro buen amigo Hank McCoy

 

*X-men no es de mi autoria... tampoco Erik Lehnsherr ni Charles Xavier.. y ya saben, eso es triste

 

Enjoy!

—Yo… tratare de ya no ser una molestia en el futuro—.

 

Ya hace dos días que Charles había dicho aquellas palabras, Erik decidió no tomar mucho en cuenta el hecho de que llevaba dos días sin ver al castaño rondar por la casa, dos días sin escuchar su voz, él lo atribuyo a que era porque el castaño prefería estar encerrado en su habitación a verlo.

Pero cuando descubrió que ni siquiera la cocina había sido usada por alguien más que no fuera él, comenzó a preocuparse, al menos un poco. A tres días sin tener aunque sea un cruce de miradas con el menor, fue que decidió ir a la habitación de este, solo para ver que tanto hacia y asegurarse que al menos el menor no se había colgado de la regadera con su propia cola.

Llego al frente de la puerta de caoba en la cual se leía con letra elegante “Charles”, toco un par de veces sin recibir alguna respuesta a cambio.

— ¿Charles?—. Volvió a tocar de manera insistente, pero no obtuvo respuesta, Erik frunció el ceño y ante la falta de respuesta de su compañero de vivienda fue que se tomó la libertad de abrir la puerta de aquella habitación, encontrándola totalmente sola y con la ventana que conducía al patio completamente abierta.

Erik contemplo que la habitación estaba bastante desordenada, como si hubiese estando buscando algo que al final no encontraron. — ¿Charles?—. Volvió a llamar Erik, inclusive entro al baño para ver si el castaño se encontraba ahí, pero nada, no había nada y estaba seguro que en resto de la casa tampoco estaría. — ¡Maldición!—. Soltó con enojo al asomarse por la ventana y ver que el cielo comenzaba a nublarse, se acercaba una fuerte tormenta en la ciudad, lo habían pronosticado esa misma mañana. —Si tiene edad para largarse de la casa, tendrá edad para enfrentar SOLO una tormenta a mitad de la nada—. Dijo fastidiado y cerrando aquella ventana con fuerza.

Erik era orgulloso y si algo le molestaba era que se hicieran los mártires con él, odiaba a la gente que se hacia la sufrida solo para buscar consuelo, y si Charles creyó que él, como amigo, se sentiría preocupado al ver que no estaba y al ver que se acercaba una tormenta, estaba muy equivocado, él, Erik, estaría plácidamente sentado en la biblioteca leyendo un libro y bebiendo un delicioso café caliente mientras un mojado Charles se sentaba a esperarlo fuera de la casa.

 

***

 

Hank McCoy podría destacarse por ser un joven médico veterinario, acabando su carrera a sus escasos diecinueve años de edad y abriendo su propio hospital para mascotas, además de ser un mutante de tiempo completo que parecía entenderse mejor con los animales que con las personas.

Caminaba(o corría) apresuradamente por las solitarias calles de aquella ciudad, la lluvia comenzaba a ganar fuerza con cada larga zancada que daba mientras trataba de que los papeles y su portafolios que llevaba cargando, en la mano contraria a la que sostenía su paraguas, no cayeran o se arruinarían, sus lentes comenzaban a empaparse por el agua, al igual que su bata de laboratorio.

Parecía que el universo se había puesto en su contra ese día, pues al estar corriendo y huyendo del agua, no se percató de un pequeño desnivel causado por la insistente agua y la falta de calidad en el pavimento, irremediablemente cayo, tratando de salvar sus valiosos papeles mantuvo sus manos elevadas para que estos no cayeran en él, de por sí, mojado pavimento.

— ¡Diablos como duele!—. Se quejó, pues al tener ambas manos ocupadas todo su estómago y pecho recibió el impacto de la caída. Se apoyó en sus codos para poder levantarse, se contempló completamente empapado y volvió a maldecir su mala suerte, justo en ese momento, cerca de él, pudo escuchar como alguien arrastraba los pies, el sonido del agua lo hacía delatarse, McCoy creyó que podría tratarse solo del sonido que hacen los carros al levantar el agua con sus llantas, así que teniendo toda la intención de continuar con su regreso a casa, comenzó a caminar, pero el estruendoso sonido de cosas cayéndose lo hicieron detenerse en seco, buscando de donde provenía aquel sonido.

Sus ojos se abrieron cuando contemplo un cuerpo en el suelo, muy cerca de algunos contenedores y botes de basura que, seguramente, aquella persona había arrastrado hasta el suelo junto con él, Hank no dudo en acercarse, pues aquella persona parecía no tener intención de ponerse de pie, soltó un jadeo de sorpresa, conocía a aquella persona, era Charles.

Justo en ese momento todos aquellos papeles y su portafolio podrían irse a la mismísima mierda, pues no dudo ni siquiera en dejar caer el paraguas que cargaba al ver el cuerpo de su amigo tendido en el suelo.

— ¿Charles? ¡Charles!—. Lo sostuvo en brazos. — ¿Puedes oírme, Charles?—. Hank trato de zarandearlo un poco  para ver si despertaba, cosa que logro pasados unos cuantos segundos, el castaño entre abrió sus ojos, solo para ver quien lo estaba llamando.

—Hank—. Susurro débilmente antes de volver a caer inconsciente. El de lentes contemplo el estado de su amigo, estaba empapado hasta los zapatos, y su aspecto descuidado y ropa sucia le indicaban que había estado un buen rato vagando, además, a pesar de hacer un frio terrible con la lluvia, el cuerpo de Charles se sentía caliente, esto preocupo al joven médico el cual no dudo en llevar su mano a la frente del menor, confirmando la sospecha de una posible fiebre.

El de lentes no dudo en recoger sus cosas y echárselas al hombro, por medio de su portafolios, tomo a Charles con tremendo cuidado y corrió lo más rápido que pudo a su departamento, ahí podría examinar mejor al menor y posiblemente saber qué es lo que había pasado, tenía que llamar a Erik.

 

***

 

La lluvia no se había detenido, parecía empeorar con cada segundo, pero eso no era impedimento para que Erik decidiera pasar tiempo con Raven. Prácticamente la desaparición de Charles había pasado a segundo plano, pues Erik estaba seguro de que tarde o temprano volvería con su reciente rechazo superado.

— ¿Cómo estuvieron las cosas con Charles?—. Pregunto Raven mientras apretaba entre sus manos el cálido café, soltó un soplido al mismo para después dar un pequeño sorbo.

—Charles está bien, ahora debe andar fuera, pero regresara—.Dijo, omitiendo completamente la total falta de presencia del menor en los últimos tres días. La rubia abrió los ojos con sorpresa.

— ¿Afuera?... ¿Con este horrible clima?—. La rubia miro por la ventana que tenía aquella cafetería. — ¿Seguro que estará bien?—. La chica lucia preocupada, Erik solo bufo.

—Él es grande, sabe lo que hace—. Dijo tratando de hacer ver a su novia que no quería hablar del castaño, pero en verdad Raven lucia preocupada.

—Erik, es un niño—. Dijo la rubia dando otro sorbo a su café. —Tal vez tenga quince, pero parece menor, no seas duro con él si estás enojado, parece buena persona—. Raven sonrió dulcemente mientras acariciaba la mano de Erik.

—No es un niño—. Dijo con enojo. —Y no quiero hablar de él ahora—. Justo en ese momento, el celular de Erik comenzó a sonar, extrañado por eso, el de ojos verdes lo saco del bolcillo de su chaqueta, frunció el ceño al ver el nombre de Hank en el identificador de llamadas.

— ¿Qué pasa, Hank?—. Pregunto contestando el aparato mientras veía como Raven veía la carta de postres.

—Erik… tienes que venir a mi departamento ahora… yo…—.

—Ahora estoy ocupado—. Interrumpió Erik de manera cortante. Hank parecía algo nervioso.

—Erik, tiene que ser ahora… —. McCoy trato de hacer sonar sus palabras preocupadas. —Es Charles… acabo de encontrarlo cerca de…—.

—Si es él, dile que se vaya a la casa, como pueda, yo no iré a recogerlo—. Erik estaba a punto de colgar, pero las palabras del de lentes no cesaron.

—Erik, no entiendes… Charles está mal…—. Ahora sonaba desesperado ante la falta de atención que el alemán tenía en contra del castaño. —Necesito que vengas ahora—. Erik bufo.

—Iré cuando pueda—. Dijo cortante.

—Pero Erik…

—Cuando pueda, Hank—. E ignorando las palabras que el otro balbuceaba, colgó sin más.

 

***

 

Ya habían pasado tres horas desde que Hank había llamado a Erik.

Tres horas en las que el alemán le colgaba las llamadas y cuando noto que el de lentes no cesaría las constantes, fue que decidió apagar el celular.

Hank maldijo cuando el anuncio de “El número que usted marco…” le contesto por décima vez, el de lentes miro la camilla en donde se encontraba recostado el castaño de lado y tapado casi hasta la altura del cuello, su cola débil se balanceaba entre las sabanas a movimientos lentos.

Hank había hecho todo lo posible por bajarle la amenazante fiebre, seguidamente comenzó a extraer sangre para hacer algunos estudios, estaba completamente consiente que el castaño no era un animal para ser tratado por él, pero nadie mejor que él para enter como funcionaba su cuerpo y metabolismo, pues prácticamente, y por lo que le había contado Erik en el pasado, Charles había sido conejillo de indias en un laboratorio en donde trataban de experimentar con mutantes, las posibilidades de mesclar el ADN “humano” con el de algunos animales.

Hank llego a ver varios casos en los que las consecuencias de aquellos experimentos habían terminado en tragedias con la mayoría de sus víctimas perdidas. Pero un día Erik llego con un pequeño Charles sucio y algo mojado, hasta ahora el castaño era el primer experimento con resultados favorables, el cuerpo de Charles, así como su ADN había sido perfectamente capaz de adaptarse a su nueva implantación además de que su cuerpo no rechazara sus apéndices extra.

Pero como experimento logrado con sus beneficios, estos también tienen sus contras, como el hecho de que Charles era emocionalmente dependiente, la salud de Charles dependía completamente de su humor, es por eso que Hank dedujo que el castaño estaba deprimido y que por eso había enfermado, además de otra cosa que tendría que tratar con Erik.

Los toques en la puerta se hicieron escuchar. “Hablando del rey de roma…”. Hank abrió la puerta encontrándose con un Erik con el ceño fruncido y de brazos cruzados.

— ¿Qué es lo que pasa con Charles que me haces venir hasta acá?—. McCoy frunció el ceño ante el tono molesto de Erik.

—Tu casa solo se encuentra a media hora de aquí—. Le reprocho el de lentes. —No estás tan lejos—.

—No estaba en la casa si es eso lo que quieres saber—. Erik frunció aún más su ceño. —Ahora ve al grano y dime que es lo que pasa—. Hank dejo pasar a Erik al departamento y lo condujo hasta la habitación en donde tenía al castaño recostado, Erik finalmente cambio su expresión enojada por una completamente preocupada.

—Charles pesco un resfriado—. Le dijo mientras de un pequeño escritorio sacaba algunos encefalogramas, mientras Erik contemplaba a Charles desde una distancia algo alejada, pudo ver la respiración casi inexistente del castaño, así como el suave balanceo de la cola, tratando de dejar de lado su molestia y su orgullo fue que decidido acercarse a la cama del castaño.

Vio a Charles removerse un poco y abrir débilmente los ojos. Erik extendió su mano tratando de acariciar aquella cabeza castaña, pero sin aviso alguno, los cabellos de Charles se crisparon, el castaño protesto frunciendo el ceño y tratando de soltar un arañazo como advertencia, así como un débil y felino gruñido, Erik se alejó un poco asustado, Hank contemplo aquella acción de parte de Charles y corrió hacia en castaño para tratar de calmarlo.

—Ya, ya—. El de lentes volvió a recostarlo en la cama tratando de hacer que el castaño se calmara, mientras que Erik aun sostenía su mano, Charles lo había atacado y había alcanzado a arañarle la mano.

— ¿Qué diablos fue eso?—. Pregunto sorprendido viendo como Hank calmo a Charles en menos de unos segundos.

—De lo que quería hablarte. Ven conmigo—. Erik miro una última vez a Charles para después seguir a Hank. Llegaron a una especie de mini consultorio, Hank extendió en una pantalla luminosa los encefalogramas que tenían al pie de ellos escrito “Charles”. —Estos son los estudios que cerebrales que le hice a Charles la primera vez que lo trajiste aquí—. Erik asintió. —Estos son los últimos que le hice el mes pasado—. Erik era perfectamente capaz de ver la diferencia, la actividad cerebral de Charles era radicalmente distinta hace diez años.

— ¿Eso qué significa?—. Hank suspiro y señalo algunos lugares en ambas imágenes.

—Como veras, la imagen ha cambiado mucho desde entonces—. El de lentes señalo una parte. —Estas manchas obscuras que ves aquí, son la parte concierte del cerebro de Charles, aquellas con las que pieza por sí mismo como un ser humano—. Erik asintió entendiendo lo que se le decía. —Pero estas luminosas de aquí, son totalmente diferentes, estas son la parte animal del cerebro de Charles—. Justo ahí, Erik se perdió.

— ¿Cómo?—.

—Erik esos apéndices que tiene Charles, el mantenerlos en su cuerpo, tiene un costo, uno muy caro diría yo—. Erik miraba dudoso al de lentes. —Lo que quiero decir es que, Charles tiene medio cerebro de un gato, su parte inconsciente básicamente es la de un felino, esa parte se mantiene quieta porque la parte consiente de su cerebro la mantiene a raya, alejada…—.

— ¿Me estás diciendo que Charles…?—.

—Charles es un hibrido, no es un humano total, pero tampoco un animal—.

—Es un mutante—. Hank negó con la cabeza.

—Su telepatía ahora se encuentra funcionando en un diez por ciento, la parte de su cerebro que maneja su mutación original está en su parte inconsciente, la parte que se está consumiendo por sus instintos animales—. Aclaro el de lentes, Erik parecía perdido entre tanta palabrería que decía aquel veterinario, el alemán miro su mano herida tratando de entender que es lo que había pasado hacia algunos segundos.

— ¿Por qué Charles me ataco?—. Hank soltó un sonoro suspiro.

—Instinto de supervivencia. Ahora está débil, su parte animal trata de protegerse atacando todo aquello que represente una amenaza para él—.

—Hablas de él como si fuese un animal—. Reprocho Erik con el ceño fruncido.

—Ahora lo es… al menos hasta que su parte consiente despierte de nuevo—. Ambos hombres miraron en dirección a la cama en donde el castaño yacía durmiendo. —Erik… ¿Qué paso en estos últimos días?—.

—Peleamos—. Contesto secamente el más alto.

—Eso no dice mucho—. Erik no contesto a aquello. —Erik, no fue una pelea cualquiera para que Charles terminara en este estado—. El de ojos verdes volvió a suspirar.

—Charles dijo estar enamorado de mí—. Dijo agachando la mirada, mientras que Hank alzaba las cejas con sorpresa.

— ¿Y… que le dijiste?—. El de lentes parecía algo preocupado, Erik frunció el ceño aun sin levantar la mirada.

— ¿Cómo que “que le dije”?—. Pregunto un tanto ofendido. —Le dije que yo no sentía lo mismo. Lo rechace—. Hank pasó una de sus manos por su rostro, apartando sus lentes para seguidamente volver a acomodarlos.

—Te preguntaría su tuviste un poco de tacto a la hora de rechazarlo—. Dijo mientras se cruzaba de brazos. —Pero la pregunta se responde por si sola al ver el estado en el que encontré a Charles—.

— ¿Eso que tiene que ver?—. Pregunto con el ceño fruncido, Hank estaba dando demasiadas vueltas aun solo asunto. —Si quieres decir algo solo dilo—. Hank suspiro.

—Erik. Esto es algo que no había dicho, porque no vi la necesidad de hacerlo—. Erik alzo una ceja en señal de no comprender que es lo que el otro quería decir. —Tengo una teoría con respecto al comportamiento de los felinos—. El de lentes saco de entre un montón de papeles unas cuantas notas y archivos. —Mi teoría es que, la salud de los gatos dependen mucho de su estado de ánimo. Cuando los gatos son felices en sus hogares, son menos susceptibles a padecer enfermedades de cualquier tipo, en cambio, cuando se deprimen tienden a descuidar su salud, en otras palabras, cuando un gato esta extremadamente triste, este básicamente se deja morir—. Erik miro cada una de las notas que Hank fue pasándole, frunció el ceño y apretó aquellas hojas entre sus manos.

— ¡Charles no es un animal!—. Grito lanzándole aquellas hojas a la cara. —Esta estúpida teoría y todas tus malditas notas no se aplican a él. ¡No lo trates como un jodido animal!—.

— ¡Esa no es mi intención!—. La azulina mirada de Hank cambio por una amarillenta, su piel comenzaba a ganar un ligero tono azul mientras sus cabellos crecían un poco más. —Esta es mi manera científica y VETERINARIA de entender el comportamiento que Charles tiene—. Hank soltó un suspiro tratando de tranquilizarse. — ¿No has escuchado lo que te he dicho?—. Pregunto con desesperación viendo como Erik desviaba la mirada. —Erik, la actividad cerebral de Charles tiene que adaptarse con su condición, es por eso que tengo que verlo más como un animal que como un humano… Charles cada vez es más animal que humano—. Ante aquellas palabras Erik no pudo evitar una mueca asombrada.

— ¿Qué?—. Pregunto con extrañeza, Hank se quitó los lentes y se dedicó a masajear el puente de su nariz, tenía que pensar muy bien en cómo decirle lo siguiente.

—La parte…la parte consiente del cerebro de Charles esta…—. El de lentes no sabía cómo decir lo siguiente, sabía que sería duro, tanto para Charles como para Erik. —…está muriendo—.

—Estas diciendo que Charles esta…—. Hank entendió la sospecha del más alto, así que se apresuró a negar.

—No, no  literalmente—. Erik frunció el ceño. —Lo que quiero decir es que su parte inconsciente, sus instintos animales están consumiendo su parte consiente—. Hank señalo los encefalogramas. —Vez que hace diez años, el cerebro de Charles era más obscuro que el de ahora—. Erik asintió. —Charles depende mucho de su estado de ánimo, si la parte consiente se encuentra débil, la inconsciente terminara devorando su conciencia y en su lugar…—. Hank le dio una mirada al aun durmiente Charles. —… en su lugar tendrás a un Charles que solo maullara cuando tu llegues a casa—. Erik miro al castaño recostado. —Tendrás a un gato con cuerpo humano, sin conciencia, solo instinto—.

Y entonces, solo por unos minutos, ojos de Erik se cristalizaron.

 

***

 

Charles sentía estar flotando, trato de utilizar su desarrollado sentido del olfato para tratar de detectar un aroma conocido, así lo hizo, también utilizo su agudo sistema auditivo para localizar una respiraron tranquila justo a un lado de él, el castaño abrió finalmente sus ojos solo para ver que se encontraba recostado en su antigua cama y  entendió que la respiración tranquila y en anterior aroma detectado pertenecían a un Erik que se encontraba dormido sentado a un lado de su cama.

¿Cómo había llegado ahí?

Sus orejas se movieron de manera alterada al detectar que Erik había comenzado a despertar, el de ojos verdes al ver que el menor yacía sentado en la cama, no dudo en acercarse, el castaño lo miro con duda, pero nada lo preparo para ser aprisionado entre los fuertes brazos de Erik, el cual había escondido su cara en el hombro del castaño.

— ¿Erik?—. Pregunto Charles de manera extrañada, pero sin hacer algún intento de alejarse del más joven. Erik no contesto a nada, tenía su cabeza encerrada en los recuerdos y las palabras que Hank le había dicho la noche anterior.

 

***

 

—Trata de hacerlo feliz, si es necesario que correspondas a sus sentimientos, hazlo, de lo contrario solo tendrás el cuerpo de Charles. No volverás a escuchar otra cosa que no sean maullidos saliendo de su boca, ni tampoco volverás a sentirlo como lo sientes ahora. Charles dejara de ser un humano para convertirse en un animal—. Le advirtió el de lentes.

—No puedo. Eso solo lo lastimaría aún más—. Le dijo el de ojos verdes con sus puños apretados. —Además tengo a Raven, ella tampoco merece que yo le haga esto—. Hank soltó un suspiro.

—Es tu decisión Erik, yo solo te advierto de las consecuencias, eres tú el que decide que hacer al final—. Termino el de lentes por decir, mientras guardaba algunas cosas. —Sedare a Charles lo suficiente como para que puedas llevarlo a casa sin que te ataque, después de eso tu sabrás que hacer en la mañana—.

 

***

 

Y entonces Erik decidió, con ese abrazo, sellar su mentira más grande.

Correspondería los sentimientos de Charles solo para mantenerlo consiente, solo para salvar la cordura que quedaba en aquel cuerpo joven.

“Charles no tiene por qué enterarse de esta gran mentira por mi parte, solo lo hago para salvarlo, no porque en verdad sienta un amor por él”—. Pensó Erik al momento de mirar a Charles de una manera que hizo salir un sonrojo en el más bajo. —“Él no tiene por qué enterarse que el amor que le mostrare es solo una mentira blanca”—.

Notas finales:

La verdad... aquello de la teoria del estado de salud de los gatos... me lo acabo de inventar... asi que si es cierto... fue pura chiripa xD

 

Tambien comenzare a hacer algo que no habia hecho...

Saludos a aquellos que me leen :D

Y ahora uno mas grande a aquellas personas que toman su tiempo para dejarme Rw

Macfarlane
anna yuridia
Ari ResD
CoffeChocolate
ValRenR
sakurai
MeroNiakeehl
Patito Asesino
martuky
Ara

 

Denle Like a la pagina oficial :D ---> XENOPHILICA


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).