"A la par que nuestros años pasan, comprendo que te amo con locura. Y esa locura deriva de mi corazón derrochando el mar por ti, alcanzando la cumbre más alta hasta el final, Pero mi triste realidad es esta..." AkumaSpears-
PoV Ciel Phantomhive - Doce años después.
He vivido trece años de mi vida junto al sujeto más fastidiante, mi padrastro. No le llamo fastidiante, porque lo sea, si no... Llevo enamorado de este desde que yo era un simple crio, recuerdo como sus fuertes brazos me sostenían cada vez que quería ser cargado.
A mi desgracia su pareja, mi padre biológico, Vincent Phantomhive, aun vive, sé que es injusto e ingrato. Puesto que me ha dado todas las comodidades que yo he de necesitar. Pero... en verdad siento tanto rencor y envidia por este...
Al día de hoy, estudio en la universidad, mis amigos. Son todo lo que tengo... nadie comprende lo que siento por aquel demonio encarnado en hombre...
Mis amigos son de mi misma sexualidad, y son los únicos que pueden comprender lo que siento por aquel hombre.
-Alan...- Pregunté dudando. -¿Que sientes cuando Eric te mira...? - Suspire de manera pesada viendo a Alan mirar a su novio salir de su clase y dirigirse hacia él.
-Es una sensación inexplicable... pero... unas ligeras nauseas... las presiento en mi...-Suspire y baje la mirada al suelo. -¿Por qué no buscas a alguien más?
Dude y fruncí el seño, sabía que nunca podría llegar más lejos de ser el hijo de mi padre, y nunca podría siquiera besarlo. -No me gusta nadie en sí...-Mencione y mire a Alan suspirar.
-Sabes, puedes estar con otras personas, pero una vez que tienes sentimientos por una persona... - Mire a Alan y entonces a Erick a su lado, escuche a este con cierto temor.
-Ciel... he visto a ese chico rubio mirarte muy seguido... en mi clase pregunta por ti... Tal vez Ciel... Deberías de fijarte en el...-El toque de la clase para mí y Alan resonó en los pasillos de la Universidad y nos despedimos de Erick.
En el transcurso del día no podía dejar de pensar en lo que Erick había dicho, pensaba una y otra vez sobre que chico era ese, recuerdo haberlo visto el día de la bienvenida, pero... no recuerdo su nombre...
Iba caminando por una plaza, pensando en aquella persona. Sin más remedio me tropecé con alguien más por ser descuidado, le implore mil perdones y cogí mi cartera del suelo.
End Ciel's PoV
-Lo siento.-Dijo aquel chico de orbes zafiro, mirando al contrario, ¡Alois Trancy!
Había recordado su nombre con tan solo verle, el chico se sonrojo estrechando la mano a Ciel y entonces con cierta alegría.
Ambos amigos mutuos de la infancia, pero por causa educacional del rubio tuvieron que separarse largos años. Al parecer el rubio había vuelto pese a su vasta economía y ser el único heredero de su tío, dueño de una empresa, que ahora mismo estaba en su régimen.
Ambos se dirigían hacía un mismo lugar, a tener una plática amena entre amigos, Ciel se encontraba emocionado de ver a este de nuevo, pero Alois se mostraba diferente a cuando ambos eran niños, era verdad el chico estaba flechado por el Phantomhive, en demasía, pero no tenía oportunidad alguna de decirle, porque bien sabía que eso podría arruinar esa larga amistad de años. Aunque ese enamoramiento, no fue más, que una simple apuesta realizada con una chica que conocieron ambos.
Lejos de aquella plaza, los impacientes padres del chico de cabellos azulados, se mostraban preocupados pese a este. El joven aunque mayor de edad... no lucia fuerte ni si poseyese una gran fuerza para enfrentarse a sus contrincantes, claro, si la oportunidad se presentaba.
Sebastian preocupado por su niño, y aquella llamada de Vincent desde su oficina, anunciando que se ausentaría un par de horas más. Sabía que la culpa recaería en sus hombros si algo le pasaba a Ciel durante su trayecto, pero... el niño ya sabía cuidarse. O eso creía él y su marido.
Sebastian dudativo tomo el teléfono de su bolsillo, dispuesto a llamar a un compañero, sabía que su solicitud podía ser negada pese al carácter serio y trabajador de este. Pero, si tenía la gran ventaja de que padre e hijo se encontrasen fuera de casa. Tal vez rebajar los niveles de estrés de tan serio hombre, le resultaría entretenido en su cotidiano día.
-¿Que quieres? - Respondió la otra voz molesta de ser llamado en horarios de trabajo, sin importar la llamada, el hombre laborando como detective, no podía ser interrumpido, y cierta persona le molestaba en una hora importante.
-Simplemente deseo complacerte...-Menciono el moreno rozando sus labios en el móvil, como disfrutaba hacer que ese hombre cayera en la tentación.
-Michaelis, estoy trabajando.-Menciono este hastiado, a ciertos motivos de finalizar la llamada.
-Y yo estoy hambriento, y estoy solo.-El otro hombre de la línea trago saliva, no le gustaba en nada ser el amante de ese maldito demonio disfrazado de hombre. "Como un cuervo graznante" pensó este de inmediato y entonces suspiro.
-Te veo en una hora.-Menciono y a punto de finalizar la llamada el otro hablo.
-No la finalices...-Menciono Sebastian sonriente, tal vez hacer que el apetito sexual de este se elevase era mejor que pasar la hora aburrido. No lo harían en la casa del otro, ni en la suya. Tenían planeado pasar su noche en la comodidad de la suite de un hotel. -Déjame tentarte....-Dijo con un deje muy sensual en sus palabras, haciendo al otro suspirar.
-Te he dicho que estoy en el trabajo...-Menciono de nueva cuenta, entonces siendo interrumpido por su amante.
-No me importa...- a paso delicado se dirigió a su habitación y cerro con llave. Se lanzo a su cama, moviendo las almohadas dejándolas en una cómoda posición para sentarse allí.
-Sebastian, enserio, debo colgar.-Menciono queriendo que el moreno parara porque en el transcurso que este hizo, pudo escuchar ciertos sonidos indecentes de su parte. -Si me tienes a mí... no necesitas auto complacerte.- El castaño se levanto de su silla de oficina a cerrar con pestillo su puerta. Entonces acomodaba sus papeles en archivos. Sabía que ya no existía poder humano que detuviese a Sebastian, por más que él lo intentase, el moreno no iba a ceder en ese estimulo.
-Tal vez no haces muy bien tu trabajo...- Menciono haciendo que el otro chasquease la lengua.-Por eso me auto complazco...-Sonrió mostrando ligeramente su dentadura, entonces coloco su mano sobre su pantalón de vestir, frotando encima de este. Perturbando al hombre de la línea con ciertos jadeos.
-Eres despreciable...-Sin quererlo se formo un bulto en sus pantalones, que de una manera u otra tendría que atender. Su maldito amante lo hacía enloquecer en lujuria. William se sentó cómodamente en la silla separando sus piernas ligeramente.
-Me amas... a mi... y a mi sexo...-Sebastian rió suavemente entonces gimió audiblemente haciendo que su amante se estremeciera, había tocado el glande de su miembro, y acaricio levemente este.
-S-Sebastian...-Gimió el castaño y entonces se frotaba contra el pantalón.-M-Maldito...-Jadeo acariciando su ropa interior, habiendo bajado su cierre algo desesperado por no ser atendido.
Sebastian froto vigorosamente su miembro en un movimiento de arriba a abajo jadeando el nombre del contrario.
-Te espero en el hotel...-Menciono y corto la llamada, ya tenía la suficiente inspiración para esa noche.
Al largo plazo de unas horas el joven Phantomhive arribo a la casa, con el joven Trancy a su lado, encontró una nota en la estancia que aclaraba la situación de ambos padres. Que uno se encontraba en el trabajo aún, y el otro había salido por un "negocio".
El joven suspiro con algo de duda en su ser, no tenía los grandes ánimos para entablar una nueva platica con Alois, pero sin embargo este inicio una, con un tema nada grato para él. "AMOR".
-¿A ti te gusta alguien Ciel? - Fue su pregunta, y este sonrojo a más, inmediatamente pensó en aquella negra ave disfrazada de su padre. Aquel por el que había llorado inconsolable miles de noches, en aquella impotencia de no poder obtenerlo. Ciel miro cabizbajo, entonces suspiro.
-Un adulto...-Dudo en decirlo, pero lo menciono entonces sintiéndose totalmente decaído.-Pero nunca estará a mi alcance...-Termino, para entonces la apuesta que le fue impuesta al joven Trancy se maquilaba cruelmente en su mente. Haría que el Phantomhive cállese en sus encantos, y entonces abusaría de él. Esa era la meta, abusar del joven lord. Mantener una relación sexual, y entonces se ganaría la apuesta con aquella duquesa... La pequeña hija de los Middleford. Una persona desgraciada y con fin de querer ver el mundo arder. Si bien molestaba a Ciel cuando niños, y este teniendo la confianza suficiente en ella para contar su orientación sexual. Le tenía odio puro, por esa razón, y más. Porque el mismo cometía incesto al pensar de esa manera con su figura paterna.
-Ciel. ¿No te gustaría volverte un hombre...? -El aludido frunció el seño, aún algo inocente en el tema, el rubio se le acerco peligrosamente y a la fuerza, pero más que obvio sus sentimientos no cambiarían sobre aquel pelinegro.
Alois le atrajo con un brazo y le desbotonaba pasivamente el chaleco de cuero que portaba.
-¿Q-Que haces? - El azulino trago saliva sonrojándose más, no quería ser tocado por nadie más, que no fuera su amado padre, Alois poseía más fuerza que este, por lo que le tumbo a la fuerza en el sofá, ahora lamiendo el cuello del contrario, dejando marcas en su lechosa piel.
Ciel jadeo, no les gustaba para nada, pero el rubio lo mordió, provocando esa reacción en el.
-Para. Bestia...-El azulino se llevo una bofetada, aunque ambos fuesen en tiempo pasado amigos íntimos y de la infancia, siempre aquel rubio, mayor por dos años que Ciel, tuvo la ventaja.
Apreso las muñecas de este con sus manos y continuó poso un dedo sobre sus labios. Sonriendo algo macabro, el placer que procedía de poseer el cuerpo de su contrario era inexplicable, haría suyo al afamado hijo del conde Phantomhive.
...
...
...
El tiempo pasaba rápido, salía temprano de su junta, sonriente el mayor de los Phantomhive se dirigía a su mansión, esperando ver a su amado hijo ahí junto con él. Charlar amenamente.
El mayor replico el numero celular del joven Ciel, mas solo consiguió el buzón de voz del chico, se extraño en demasía porque su hijo solía tener ese aparato la mayor parte del tiempo consigo, quizá... estuviese dormido...
El mayor suspiro alzando los hombros e introduciendo la llave de su puerta en la cerradura de esta. La piel se le erizo en el momento mismo de entrar, escuchando a su amado hijo gritar por ayuda. ¿Porque Sebastian no estaba en casa?
Corrió escalones arriba tratando de identificar de donde provenía el grito.
Entro en la habitación principal cuando descubrió a su hijo siendo poseído a manos de un muchacho rubio, este hecho a correr rompiendo una ventana de la misma habitación, traspasando al árbol de fuera y corriendo aún más lejos.
El mayor de los Phantomhive se acerco a su hijo, que pronto le abrazo fuertemente.
-Papá...-Llamo el menor, estaba aterrorizado, fue brutalmente violado, por la persona que menos deseaba... y... perdió su virginidad con este.
Ciel sollozaba en el abrazo de su mayor.
Mientras esta trágica escena acontecía en la mansión de los Phantomhive, el individuo esposo de uno de estos.
Gozaba plenamente de la dicha carnal con su querido amante, fuera de esa situación.
Se relajaba después de aquel acto de pasión y lujuria con el castaño.
-Sebastian.-Llamo este totalmente serio. Era usual, pero el moreno se extraño, casi... la menor parte del tiempo que ambos pasaban juntos su amante era "agradable" y "romántico" pero irritable por cualquier error.
El pelinegro respondió al instante tomando ese carácter serio también, sentándose ambos en la cama sosteniendo su mano.
-¿Y... si dejas a Vincent... por mi? - El moreno dudo en responder.
Pero sin más una sonrisa macabra se dibujo en sus labios, haciendo una simple fusión de palabras.-Lo haré...