Mi nombre es Sasuke, tengo dieciséis años, cabello azabache, piel blanca como la nieve, ojos de color negro como la noche. Tengo dos hermanos mayores que se llaman Itachi Uchiha de dieciocho años y Sai Uchiha de diecisiete años; Itachi tiene el cabello del mismo color que el mío, pero más largo amarrado siempre en una coleta y unas ojeras debajo de sus ojos; Sai tiene a diferencia de Itachi y de mí el cabello más corto, nuestros padres que son, Mikoto de ojos negros y cabello azabache, mujer hermosa, amable y muy delicada; por otro lado mi padre Fugaku de ojos negros y cabello de un negro menos intenso que el del resto, hombre serio, muy respetado y responsable.
Me desperté temprano ese día ya que me iría al colegio a ver unos papeles para ver cómo iba en mis calificaciones, me metí a bañar, después al salir de la ducha me puse unos jeans, una polera de color roja, unos zapatos negros, una chaqueta negra y el collar con el emblema de mí familia, al bajar estaban mis hermanos comiendo su desayuno, me dirigí a la cocina donde estaba mi madre.
-Buenos días madre-dije dándole un beso en la mejilla, podría ser alguien frio y serio, pero con mi madre nunca.
-Buenos días cariño, siéntate que ya mismo te sirvo el desayuno-dijo mi madre.
Yo asentí con la cabeza, me fui a sentar junto con mis hermanos quienes me quedaron viendo, yo me senta y me metí a la boca un pedazo de pan.
-Y noshotyrod qjue-dijo mi Itachi.
-Estúpido, traga y luego habla-dije mirándolo con cara de pocos amigos.
Itachi trago y me miro haciéndose la víctima.
-Eres malo con tu hermano mayor-dijo Itachi queriendo acercarse a mí.
-Ni se te ocurra idiota-dije amenazándolo con un tenedor-¿papá fue a trabajar?-cuestione.
-Tuvo una reunión, aunque dijo que llegaba al medio día-respondió Sai.
-Vamos amores, no se peleen, Sasuke vas por tus notas ¿verdad?-dijo mi madre poniendo mi desayuno en la mesa.
-Sí madre, deseo ver que tal voy, muchas gracias por la comida-dije comenzando a comer.
-Solo te esperamos antes de mediodía-dijo mi madre.
-De acuerdo madre-dije terminando de comer-me retiro-concluí.
Salí de mi casa despidiéndome de mi madre y de mis tontos hermanos quienes molestaban diciéndome “nos vemos amor”, yo solo los miraba y me iba sin prestarles atención.
Al llegar al colegio había varias personas, yo me puse en la fila para poder recoger mis notas, mientras esperaba comencé a observar a las chicas que me miraban con corazoncitos en los ojos, yo suspire pesadamente, odiaba que las chicas me miraran, aunque ya me había acostumbrado
-Siguiente-escuche.
Pose mi vista en la secretaria y me acerque con mi ya habitual pose de arrogante para pedir a la secretaria mis notas, lo que no esperaba es que la secretaria no quisiera darme mis calificaciones.
-Por favor démelas-dije perdiendo mi paciencia y eso que no tenía mucha paciencia.
-Escuche joven Uchiha, lo que puede hacer es irse y venir mañana por sus calificaciones-dijo la secretaria-y es mi última palabra-concluyo cerrando su ventanilla.
Yo suspire pesadamente, le mire de mala manera a la secretaria, me aleje molesto, la secretaria necesitaba a alguien a su lado ya que era una mujer muy amargada, sin decir nada me vire murmurando mil impropiedades a la secretaria, pero al darme la vuelta me choque con alguien, lo cual hizo que cayéramos al piso ambos al piso, yo me levante para reclamar a la otra persona, pero al voltearlo a ver con quien me había chocado, me encontré con un chico de cabellos rubios como el resplandor del sol, iba a ayudarlo a parar, pero un pelirrojo y otro rubio de cabello más largo se acercaron corriendo a auxiliar a ese chico.
El chico había levantado la cara dejando ver unos ojos tan azules como el cielo y con tres marquitas como bigotes de un zorrito en cada mejilla.
-Naruto, ¿estás bien?-había preguntado el pelilargo rubio.
-Si Dei, estoy bien-dattebayo-respondió ese tal Naruto.
-Eso te pasa por apresurado como siempre Naruto-dijo el pelirrojo.
-Gaa-chan eres malo-dattebayo -dijo Naruto haciendo un puchero.
Me pareció interesante por esa palabra en el final de sus oraciones, me sentí incomodo por lo que carraspeé mi garganta para que me notaran.
-Oh, como lo siento-dijo ese chico de pelo rubio corto.
-Vaya que eres distraído dobe-dije, si ya lo conocí y le puse un apodo.
-No me llames de esa forma teme-dattebayo-dijo el levantándose con ayuda de ese tal Dei.
-Ah, lamento esto, Naruto está muy emocionado de entrar a este colegio y no nos escuchó-dijo ese tal Gaa.
-Ya dije que lo sentía-dijo Naruto-un gusto me llamo Naruto Namikaze Uzumaki, tengo quince años-dattebayo-concluyo ese dobe.
-Me llamo Gaara Namikaze Uzumaki-dijo ese chico pelirrojo –tengo diecisiete años
-Me llamo Deidara Namikaze Uzumaki-dijo el chio de pelilargo rubio de ojos azules menos que los de Naruto-tengo dieciocho años
-Sasuke Uchiha dieciséis años-dije neutral como siempre-si querían matricularse, la amargada de la secretaria ya cerro-conclui.
-mmm, ya veo-dijo Deidara.
-Naruto, es tu turno-dijo Gaara.
-¿Y yo por qué?-dattebayo-cuestiono ese dobe.
-Porque Deidara sedujo al guardia, yo al otro, es tu turno-dijo Gaara.
-Bien, lo are-dattebayo-dijo Naruto.
-Hagan lo que quieran, esa secretaria nunca cambia de opinión-dije.
-¿Necesitas algo?-pregunto Gaara.
-Sí, mis calificaciones-respondí desinteresadamente.
-¿Te ayudamos?-cuestiono Deidara.
-No gracias, vendré mañana-respondí.
-De acuerdo-dijo Gaara que parecía ser el más serio de los tres chicos.
-Vamos Naruto-dijeron ambos hermanos.
-Nos vemos Teme-dijo ese dobe.
-Adiós dobe-dije.
Me estaba alejando, aunque no era curioso, me daba mucha intriga del como convencerían a la secretaria, por lo que me di media vuelta, para posarme detrás de un árbol cerca de donde estaban Naruto y sus hermanos.
-Buenos días-escuche que dijo Gaara.
Escuche como se abria una ventanilla.
-Ya no atendemos-dijo la secretaria.
-Pero, nosotros necesi…-quiso decir Deidara.
-Lo siento, vengan mañana-dijo la secretaria.
-Dis…disculpe-escuche decir a ese dobe.
-Eh dicho que ya no a…-quiso decir la secretaria mientras alzaba la cabeza, pero al hacerlo quedo muda.
-Es…que…noso…tros…necesitamos…matri…cularnos-dattebayo-dijo ese dobe como niño asustado.
Me asome queriendo saber que pasaba, al sacar un poco mi cabeza, al hacerlo vi a un Naruto con la cara un poco sonrojada y sonriendo tiernamente; vi como la secretaria perdió un poco su semblante neutro, para que de poco a poco se transformara en una sonrisa de madre amable.
-Claro que lo are-respondió la secretaria.
Me quede pasmado, no solo porque la secretaria allá aceptado, sino que también esa faceta de niño bueno que Naruto había puesto esa faceta de pura ternura.
-¿Enserio….lo…hará?-pregunto Naruto aun en su faceta de niño bueno.
-Sí, solo necesito que sus papeles estén en orden-dijo la secretaria mirando a ese dobe como si fuera un dios o algo así.
Los tres hermanos asintieron con la cabeza para después sacar unas carpetas que la secretaria reviso rápidamente sin perder detalle de esos documentos, escribió unas cosas en la computadora y luego vio a los hermanos sonriendo dulcemente.
-Ya está listo-informo.
-Muchas gracias señorita secretaria, usted es muy buena en su trabajo-dattebayo-dijo Naruto-nos vemos-concluyo.
Los tres hermanos salieron de allí tranquilamente, Naruto con una sonrisa muy resplandeciente que daría ternura a cualquier….esperen… ¿acaso dije ternura?...quiero decir no se le veía mal esa sonrisa.
Después de pensar unos segundos me fui a ver si la secretaria esa amargada me daba mis calificaciones, me sorprendí mucho que solo al verme saco una carpeta y me dio mis calificaciones.
-Aquí esta lo que me pidió joven Uchiha-dijo secretaria.
-Gracias-dije y me fui algo anonado de como ese dobe cambio el carácter de la secretaria amargada que todos conocíamos.
Le reste importancia, me dirigí a mi casa ya que de por sí llegaría un poco tarde de lo que había acordado con mi madre, tome un taxi para llegar más rápido por lo que le di la dirección al taxista, llegue a mi casa, pague al taxista y me adentre a la casa.
-¡Llegue!-exclame.
-¡Hermanito!-escuche decir a dos voces muy molestas para mí, queriendo abrazarme.
-Idiotas-dije separándome de ellos.
Me adentre a la sala, donde se encontraba mi madre junto con mi padre.
-Llegue, lamento la tardanza-dije dándole un beso en la mejilla a mamá y la mano a papá.
-No importa, aún no hemos hablado nada-dijo mi padre.
-¿Conseguiste las calificaciones?-cuestiono mi madre.
-Sí, aunque me costó un poco, esa vieja amargada me dio un poco de complicaciones, pero al fin y al cabo me las entrego-dije.
-Hijo no hables así de ella-dijo mi madre.
-Lo siento, pero es la verdad-dije sonriendo de lado. -
-Es idéntico a ti Fugaku-dijo mi madre.
-Así nos quieres Mikoto-dijo mi padre y como estaban sentados juntos mi padre beso a mi madre.
-¡OIGAN!-exclamaron en coro mis hermanos.
-Perdón amores-dijo mi mamá riendo.
-¿Por qué nos querían aquí ahora?-cuestione sentándome en un sillón frente a mis padres entre mis hermanos que asintieron a mí pregunta.
-Verán, su mamá hablo hace unos meses con una amiga-dijo mi padre.
-¿Y?-pregunto Sai.
-Pues quería ver, para que ustedes junto con los hijos de mi amiga se vayan a vivir en una casa los seis-dijo mi madre.
-¿Seis, cuáles?-pregunto Itachi.
-Mi amiga tiene tres hijos, tienen sus mismas edades, además de que dice que sus hijos necesitan ayuda ya que entraran a sus mismas clases-respondió mi madre.
-¿Quieres decir madre que nos iremos con otros chicos desconocidos a una casa para los seis?-pregunte algo anonado.
Mis hermanos y madre sonrieron lo que significaba que les parecía interesantes la propuesto, mi padre y yo los miramos con unas gotitas en la cabeza….al parecer estos meses de vacaciones no íbamos a descansar de las locuras de mi madre.
-¿Aceptan?-pregunto mi madre haciendo ojitos de niña pequeña ilusionada.
-No te lo puedo negar si me miras asi-dijo mi padre-acepto-dijo derrotado.
Todos me miraron esperando mi aprobación, aunque ya no serviría si decía que no.
-Acepto-dije pesadamente.
En ese momento no supe lo que me esperaba ya que la mirada de mi madre tenía un brillo muy resplandeciente y una sonrisa muy grande….solo espero que no sea nada grave.