Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hyung por Bubble Tea

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Espero les agrade algo romanticón :)

Notas del capitulo:

OnKey *-* o/

Hyung

 

La arena quemaba suavemente las plantas de sus pies mientras corría sobre los tibios granos cristalinos, el sonido del mar frente a sí lo hacía sonreír ampliamente al haber llegado, por fin, a las vacaciones familiares.

 

Su padre solía trabajar mucho durante todo el año y aquello hacía que fuese imposible tener momentos todos juntos, así que para Jinki la llegada del verano era la época más feliz.

 

El niño de tan sólo ocho años se sentó cerca de la orilla, jugueteando con el balde entre sus manos. Su madre en la sombrilla  le esperaba junto a su hermanito de cinco para poder armar un castillo todos juntos. Como valiente caballero él debía introducirse dentro de la salvaje isla esquivando feroces bestias llamadas ‘turishm’ según Taemin y encomendarse aquella búsqueda tan imprescindible de material para construir la fortaleza arenosa.

 

Luego de disfrutar por un largo rato la húmeda y fresca sensación en sus diminutos pies, preparó el agua que debía cargar y se encaminó nuevamente hacia la zona dónde su familia se había asentado. Pero por unos segundos se desorientó, obligándole al pequeño Jinki a colocar una mano sobre su frente y despeinado cabello para cubrirse del sol y poder divisar su destino. Su adorada madre le hacía señas mientras su padre se acomodaba las gafas observándole, por supuesto estaban cuidando que no le pasase nada dentro de su aventura gracias a su torpeza. Se encaminó hacia ellos dando cortos saltitos, evitando pisotear un juego de tejo a medio hacer por unos adultos y suspiró contento cuando su hermanito se abrazó al cubo con agua entre balbuceos alegres de agradecimiento. Iba a sentarse junto a Taemin y sus padres, pero no muy lejos de ellos escuchó un llanto, y descubrió que el triste  sollozo era por una niña  tal vez menor que él.

 

Si había algo que a mini-tofu, forma que le llamaban sus amigos de clase,  no le gustaba  era ver a las personas tristes; para él la risa de sus familiares era la música que llenaba su corazón, por lo que cuando una persona necesitaba ayuda siempre se ofrecía con su mejor sonrisa decorando su redondo rostro. Y en el super-duper-divertido balneario nadie debía estar triste eso significaba que el pequeño tenía una nueva misión luego de obtener el permiso de sus padres.

Cada vez que se acercaba más pudo distinguir que la chica se encontraba rodeada por un castillo de arena algo desmoronado por los dos niños que se reían de ella mientras le señalaban parados un par de metros alejados. Molesto por aquello, se dirigió a los otros chicos seguro de que debía regañarlos.

-¡Yah! ¡Así no debe tratarse a una niña! Uno como caballero debe ser cuidadoso y…-No pudo continuar con su discurso cuando ambos muchachos comenzaron a reírse fuertemente, descolocándole un poco. Su omma siempre le decía que hablaba de una manera muy bonita por leer mucho, pero en su pueblo jamás se le habían burlado por ello.

 

-¡QUE NO SHOY NIÑA!- El chillido de una realmente grave pero aniñada voz le hizo girar sobre sus ásperos talones, notando como en realidad era un chico con su lacio cabello negro algo largo cubriéndole el hinchado rostro repleto de lágrimas, arena y mocos.

 

-L…Lo siento… -Susurró apenado y algo afligido Jinki, pero al parecer con ello había logrado que los otros dos matones se fueran, dejándoles a solas.- ¡Al menos te dejarán tranquilo!-Su brillante sonrisa se hizo presente nuevamente.-¡Es que tienes un cabello muy bonito!-Explicó aunque nadie se lo pidiese, ya que el pequeño de ojos rasgados solía hablar de más.

 

 

-No importa… Ellos snif... She burlaban de mí por ello…-Entre los cortos hipidos, el muchachito intentó limpiarse un poco el rostro con su antebrazo, cubriéndose más de arena.

 

-No hay que hacerles caso ¡Nos encontramos en la playa! Y por lo que veo haces un castillo…-

 

-Shí, qué buen observador eres.-Aunque no sabía qué significaba, estaba seguro de que aquello era el famoso sarcasmo que su madre detestaba de su tía Sohee, pero de igual forma dibujó pucheros ante el tono tajante del contrario.-Pero ahora lo han derrumbado… Tardaré mucho en hacerlo yo sholito…-

 

-Bueno, yo soy un ‘maestro constructador  de castillos’ –Afirmó orgulloso Jinki mientras se cruzaba de brazos.-¿Deseas que te ayude?- Su pregunta iluminó el rostro del muchacho, por lo que se sentó a su lado, quitando un poco de la destrozada montaña de arena.-Mi nombre es Jinki y tengo ocho años...-

 

-Y…Yo soy Kibum y tengo shiete, hyung...-

 

-¡Hola Kibaem! ¡Vamos a jugar entonces!-

 

-¡No me llames como una sherpiente!-

 

-¿Serpiente quién?-

 

-Olvídalo…-

Con una corta risa de ambos, comenzaron con su labor; Jinki descubría que era realmente adorable cómo el menor tenía tantos problemas con pronunciar la letra ‘s’, recordándole cuando él no podía decir supermercado. Porque supermercado es una palabra cool una vez que eres adulto y puedes pronunciarla… Kibum se le había reído al decir que ‘shupermercado’ era algo muy fácil de decir. Aunque les tomó más tiempo del deseado, antes de que el sol comenzase a bajar ambos habían terminado con su obra maestra, aunque el niño de cabello largo no parecía muy convencido.

 

-Hemos juntado caracolas y ramitas, creo que con todos los detalles se ve bonito ¿Qué sucede Kiki?-Preguntó inocentemente al haberlo considerado su nuevo mejor amigo de la playa, y aquello le daba derecho de colocarse el apodo que desease.

 

-Hyung ¿tú serás el príncipe del cashtillo?-

 

-Oh… ¿Eso es lo que te preocupa? Puedo ser un soldado si quieres ser su alteza.-

 

-No…-El más chico jugueteó con el borde de su largo bañador rojizo que le cubría hasta las rodillas antes de agregar.-Yo desheo ser la princesa… Por esho Jonghyun hyung y su primo Minho  she han burlado de mí cuando les he pedido que alguno shea mi príncipe…-A Jinki le sorprendió que el menor conociera ya a esos dos maleantes, pero no era importante ahora que el otro le explicaba su problema.

 

-Eso no es problema ¡Yo seré tu príncipe, mi lady~! –

 

-¿De veritas?-

 

-De veritas.-

 

-¿Lo prometes por la caracola naranja?-

 

-¡Prometo defender su hogar y su honor su majestad!- Con una fuerte risa, el pelilagro le abrazó por el cuello, haciéndoles caer a ambos a un lado del castillo sobre la tibia arena, pero lamentablemente sus padres le llamaron porque debían almorzar.-Iré a comer mi super emparedado de pollito energizador y al regresar podremos jugar~ - Prometió el pequeño Jinki a lo que Kibum asintió señalándole dónde se encontraba él con su familia para que le fuese a buscar más tarde.

 

Cuando se sentó a un lado de Taemin que bebía su jugo mientras observaba hacia el mar, suspiró contento narrándoles a sus padres su heroico accionar, por el cual le felicitaron con un fuerte abrazo. Pero su hermanito le jaló de la camiseta para preguntarle.

 

-Si Tofu hyung tiene una princesa ¿dónde está su corona?-

 

El morocho se sorprendió ante las curiosas palabras de su hermanito ¡Su princesa no era una sin aquello! Algo preocupado abrió su bolso repleto de geniales juguetes y ambos comenzaron a buscar, lamentablemente sin encontrar algo más útil que una pequeña bandeja plateada de plástico que podría llegar a ser un sustituto de la joya real.

 

Su padre les había comprado un delicioso helado como postre por haberse portado ambos muy bien aquél día y Jinki  no lo disfrutaba tanto ahora que no tenía una corona para Kibum.

 

-Pequeño campeón, podemos conseguir una para mañana si tu amigo estará aquí…- Las palabras del hombre de familia le hicieron sonreír ampliamente, pero temía no cruzarse al día siguiente con su nuevo amigo genial.

 

-Pero appa ¿Y si es su último día aquí?-

 

-No lo creo mi bebote, acaban de comenzar las vacaciones… ¿Qué tal si con ayuda de Taemin yo le preparo una con flores y ramitas? –No había nada más suave que la voz de su madre, y aquél plan le gustaba.-Pero luego de que tu hermanito duerma la siesta bajo la sombrilla, debemos ir y caminar en búsqueda de alguna plantita al otro lado del balneario…-

 

-Ah~~ yo quiero ir con Kiki a jugar ahora~~ …- Jinki frunció el ceño, analizado todas sus cosas por última vez y regresó la mirada hacia su primogénita, notando algo que le hizo sobresaltar.-¡OMMA! ¡Tu lazo!-Exclamó contento apuntando con sus regordetes dedos al brazo de la mayor que llevaba amarrado una cinta roja, adorno que había sido un moño de su bañador pero se le había despegado el pequeño adorno, siendo ahora una larga tira de tela brillosa.-¿Puedo puedo puedo?-

 

-Oh, ¡qué buena idea hijo! Claro, el moño puedo hacerlo nuevamente otro día, además quería cambiarlo de color-Mientras hablaba, la mujer teñida de rubio se desató el pequeño accesorio y se lo entregó.-Ve a jugar con tu nuevo amigo~  no nos queda mucho tiempo para que el sol baje y la marea suba.-

 

Con la advertencia de la mayor, se despidió contento de su familia luego de dar las gracias por la comida y corrió hacia la sombrilla dónde veía a Kibum conversar con una anciana.

 

-¿Kiki?- Susurró tímidamente ocultando su obsequio detrás de él. El pelilargo volteó a verlo y se despidió de su nana antes de acercarse a él.-¡Tengo un obsequio para ti!-Exclamó entusiasmado a lo que el menor se sorprendió gratamente.-Debes cerrar tus ojitos…-Kibum obedeció sin dudarlo y el pequeño Jinki se colocó detrás de él, colocándole el lazo en el cabello con cuidado para que quedase sobre su cabeza el fuerte rojo que contrastaba con el oscuro y sedoso cabello.-Hecho~~ - Canturreó al colocarse nuevamente frente a él de un saltito. El menor se tocó suavemente los costados de su cabeza, guiando sus manos por la cinta que le recorría todo el contorno de su cabeza y le observó sin comprender, con tiernos pucheros.-Es tu corona… Bueno, si mañana vendrás a la playa te traeré una de verdad, pero por mientras para mi princesa…-Susurró algo tímido jugueteando con la arena entre sus pequeños pies, evitando verle a los ojos.

 

-¡Mi príncipe cachetes! No quiero otra corona, ésta es perfecta~ - Y junto a sus palabras Kibum besó su mejilla, tomándole luego de la mano para arrastrarle consigo a jugar el resto de la tarde en su fantástico castillo.

 

 

 

 

 

 

 

 

El joven Jinki de once años suspiró al salir a la superficie, con las sonoras carcajadas de su mejor amigo y su hermano en la orilla mientras le observaban divertidos. Algo pucheroso llegó a la orilla acomodándose el traje de cuerpo entero oscuro y se quitó las gafas mientras apuntaba a ambos con dos de sus dedos.

 

-¡Que yo sea el más torpe para el sky acuático significa que deban burlarse así de mí!-

 

Fue la única queja que replicó cuando se dejó caer en la arena juntoa los otros dos. Kibum se recostó a su lado mientras le señalaba hacia el anaranjado cielo con su brazo derecho, lugar en el cual su muñeca poseía aún el lazo de cuándo se habían conocido amarrado.

 

-Hyung esas gaviotas te han distraído, debes concentrarte más~-

 

Aquél cantarín tono por parte del pelilargo hizo que Taemin de ya ocho años  se reincorporara aún entre risas ya que era su turno de continuar con la clase en aquél deporte.

 

Gracias a su amistad con Kibum, sus padres año a año se habían hecho amigos, no sólo él se enviaba mensajes durante la época de clases con el más chico al vivir en diferentes ciudades, sus madres eran realmente cercanas a pesar de la distancia.

 

 

 

 

 

 

 

 

-Si tú vinieras a mi instituto, te dejarían utilizar el cabello así sin problemas Kibummie, te lo aseguro… ¿De veras tendrás que pintarlo de negro al regresar?-

 

-Así es, aunque ya entre a la academia no puedes teñirte ¡Tengo trece años! ¡Ya sé que quiero hacer con mi vida!-

 

Ante las quejas del ahora rubio, Jinki se recostó mejor sobre su hombro mientras balanceaba sus piernas al encontrarse ambos frente a un pequeño acantilado ya que el menor era algo miedoso de las alturas.

 

-¿De veras? ¿Recién entras a secundaria y ya sabes qué deseas hacer? Qué envidia Kiki, yo aún no lo sé…-

 

-Bueno, según nana soy su nieto más inteligen.-

 

-Eres su único nieto.-

 

-¡YAH!- Junto al reproche el rubio le dio un fuerte golpe en una de sus piernas, haciéndole reír cortamente.-Como decía… ah… Hyung ¿puedo contarte algo? Pero sólo lo sabe mi abuelita…-

 

-Claro que sí, sabes que puedes confiar en mí para lo que desees.-El morocho se reincorporó observándole fijamente a los ojos a la par que le enseñaba las banditas rojas que ahora ambos compartían al llevar idénticas en su brazo izquierdo.

 

-Yo… He descubierto este año que… Me atraen los chicos…-

 

-Oh…-

 

-No dejarás de hablarme por ello ¿cierto? Temo mucho cómo pueden reaccionar los demás… En especial tú.-Ante las honestas palabras de su mejor amigo, dejó escapar una corta risa para que se relajase y tomó al menor de su rostro para que le viera a los ojos, ignorando el sonrojo que llevaban sus marcados pómulos al creer que eran gracias al sol.-¿H…Hyung?-

 

-Siempre has sido mi princesa ¿cierto? Yo te defenderé de los idiotas que te ataquen por ello… Pero creo que deberías esperar un tiempo a estar seguro para decírselo a los demás…-

 

-S…Sí, nana me ha dicho lo mismo…- Cuando soltó al contrario, escuchó unas burlonas risas detrás de ellos y al voltear pudieron notar las presencias de Minho y Jonghyun, los padres de ambos eran los dueños del balneario por lo que era inevitable no cruzarse con ellos cada verano.-¿D…De qué ríen?-La nerviosa risa de Kibum le hizo sospechar lo mismo ¿les habrían escuchado?.

 

-Era más que obvio, pero no creo que sea agradable para la imagen de la ciudad tener a un par de maricas ¿no crees Minho?-

 

-Así es… Aunque tampoco sospecha de la princesa de la playa. ¿Has notado que hasta sus bañadores son rosados? Jinki ¿Por qué no vienes mejor con nosotros a los videojuegos? Cuidado que es contagioso lo que tiene ese…-

 

Ante las toscas palabras, Jinki se reincorporó realmente molesto, empuñando ambas manos al acercarse hacia ellos, pero Kibum le detuvo tomándole por el brazo.

 

-Prometan que no dirán nada…-

 

-¿O sino qué?- La pregunta de Jonghyun hizo que la sangre del morocho hirviera de tal manera que sentía hasta sus mejillas arder realmente enfadado.-Anda, sabes hyung que él no puede defenderse sólo…-

 

-No, pero sí conmigo-Afirmó antes de voltear hacia su mejor amigo y le tomó por los hombros, besándole torpemente sus labios por unos segundos sin pensar mucho en lo que hacía.-¿Realmente quieren pelear? –Agregó al apartarse, quitándose el  lacio cabello del rostro a lo que los otros dos negaron realmente aterrados; ya que  Jinki de pequeño entrenaba y su cuerpo se encontraba bastante trabajo a su corta edad. Además de que ser un poco mayor era un plus, por supuesto.

 

-Hyung...-

 

-K…Kibum lo siento, pero he preferido sacrificar mi primer beso a que intentasen arruinarte la vida, no puedes comenzar así tu adolescencia por ellos…-

 

-G…Gracias.-

 

El rubio iba a decir algo más, cuando Taemin apareció corriendo algo agitado para avisarles que la barbacoa familiar comenzaría pronto y debían ir a ayudar con los preparativos…

 

Y Jinki jamás notó cómo inocentemente Kibum se contuvo aquél verano de confesar algo tan importante.

 

 

 

 

 

 

 

 

-¡Bebe! ¡Bebe! ¡Bebe! ¡Bebe! –

 

El par inseparable de mejores amigos chillaban alentando a Taemin, que poseía a Minah, la novia que se había echado ese verano, a su lado y el menor acabó la botella de soju en tan sólo dos tragos.

 

-¡Woooooooooooh!- Chilló el, como cada año, rubio antes de colgarse de  su hombro.-Wah~ hyung ¿crees que podrás beber mucho ahora que entrarás en la universidad? .-

 

-Para eso estamos aquí aprendiendo ahora ¿no? –Preguntó el morocho mientras se apartaba el apenas largo cabello del rostro y notó a su hermano ligeramente ebrio; después de todo tan sólo tenía dieciséis recién cumplidos, pero aquello no le evitó reincorporarse tambaleante y llevarse a su novia de allí de la mano con risas cómplices.

 

-Parece que la clase termina aquí, hemos quedado solos…- Kibum pateó con uno de sus descalzos pies la tercer botella de vidrio cerca del pequeño fogón que habían hecho en la costa bajo aquél estrellado cielo, pero al parecer la fresca brisa estaba afectando al menor ya que estornudó sonoramente.

 

-¡Yah! N… No te burles de mis mocos, eish… ¿Por qué soy alérgico a la nieve? Siempre llego al verano enfermo…-

 

-Pero eso no tiene lógica…-

 

-Para mí sí, por lo que calla yonggam.-

 

-¡Que no tengo alma de anciano!- Un hipido escapó de sus labios, haciéndoles reír a ambos, el alcohol en sangre era muy alto para dos personas que jamás habían probado siquiera un trago por lo que cualquier cosa, por más mínima que fuese, les estimulaba de manera extrovertida.

 

-A veces creo que sí, Jinki…- El menor comenzó a juguetear con los brazaletes que llevaba, entre esos un nuevo modelo del rojo que compartían cuando al nadar un par de días atrás a ambos se les había perdido dentro del agua el anterior.-Está bonito…-Al parecer el rubio le había descubierto observando, pero simplemente asintió con una cálida risa.

 

-Sí, pero no lograrás convencerme de utilizar los que tienen cascabeles…-

 

-¿Por qué no? ¡Eran bonitos! Ya verás, cuando estos se gasten, compraremos los ruidosos…-

 

-Pero son muy g… Hm.-El morocho se regañó a sí mismo por lo que había estado a punto de decir.-

 

-¿Muy qué? –

 

-Nada…-

 

-Sé que ibas a decir…-

 

-No es lo que crees…-

 

-Jinki…-

 

-Muy g…gastado, eso.. No es original Kiki y a ti te gus-El rubio le interrumpió con una ronca risa.

 

-Muy gay, hyung. Eso ibas a decir ¿cierto?-

 

-¿De qué hablas? Jamás he tenido problema con tus inclinaciones y sabes que…-

 

-¿‘Mis inclinaciones’? –

 

-Debería mejor callarme…- Susurró al notar cómo el menor se enfadaba cada vez, era en vano intentar aclarar las cosas.

 

-Sí, deberías…-

 

-Pero Kibum yo de veras n…-

 

-De acuerdo, yo me encargaré de callarte-Y junto a lo dicho, el rubio le jaló de su camisa, uniendo sus labios en un torpe beso.

 

No estaba seguro si era gracias al alcohol o por el momento incómodo, pero sí tenía en claro que deseaba aquello; las caricias por parte del menor no eran suficiente, él también deseaba sentir la sensación de su perlada piel bajo sus gruesos dedos, por lo que en silencio cargó a su mejor amigo a su habitación sin siquiera ser visto por sus padres y sus sábanas de aquella casa que hacía un par de años su padre habían logrado comprar poco tiempo atrás fue testigo de cómo, juntos, se hacían adultos.

 

 

Pero jamás se tocó el tema, siquiera vio al menor a la mañana siguiente cuando su madre le despertó para que bajase a desayunar.

 

 

 

 

Al siguiente verano, cuando Jinki recibió sus destacables calificaciones en el primer año de su carrera como profesor de primaria, dudó en si deseaba ir allí para el receso al tener menos tiempo; pero su hermano le convenció que al menos quería pasar una semana en la playa con él.  Durante todo el año no se había comunicado con Kibum, ya que por cómo había huido de su habitación supuso que el rubio decidía que su amistad se había esfumado por el desliz de ambos. Para el morocho era realmente difícil arrancar todos sus días sin un mensaje del otro a cientos de kilómetros molestándole, que le tuviese bloqueado de cualquier red social también implicaba  que lo mejor sería no intentar comunicarse con él hasta que el otro le buscase.

El menor no le había contactado para su cumpleaños, y él un par de días atrás había decidido tampoco hacerlo aunque todo ese día fue tortuoso al pensar cómo año a año solían tener largas video llamadas contándose los obsequios que habían recibido y con quiénes lo habían festejado.

 

A duras penas, decidió ir por Taemin además de que sus padres deseaban felicitarle por un primer año tan impecable. Encontrarse solo en la capital de su país había sido duro, y más con el apoyo de una importante persona menos en su vida.

El primer día en el balneario junto a su familia fue fantástico, hasta que en la tarde vio a su “tía” Kim que se acercó a felicitarle realmente emocionada y le obsequió una importante suma de dinero de manera atrasada por su cumpleaños, la mujer viuda desde hacía casi cinco años se sentó junto a ellos para pasar la tarde. No sabía por qué había recordado el tortuoso verano en el cual la mujer ya no poseía su marido, pero haber estado allí para Kibum le hacía sentirse la persona más fuerte para proteger a su indefenso dongsaeng…

Se encontraba tumbado bajo la sombrilla comiendo un emparedado cuando la voz de su ‘ex’ mejor amigo llamar a su madre.

 

-¡Omma! Iremos con Wonnie al centro a comprar pan para la noche y algún recuerdo para que lleve a mis suegritos  ¿necesitas algo más para la cena?-

 

Aquellas palabras retumbaron en su cerebro, rogó por que el par de pies (descalzos, como siempre) no rodearan su casual escondite cuando pudo ver a otra persona más a su lado que reía suavemente.

 

-No bebé, pero si encuentras algún bloqueador solar del que utiliza nana, trae un bote o dos ¿ne? – Su tía le entregó el dinero al menor que por suerte no vió y suspiró cuando la pareja se fue.-Me alegra tanto que Woohyun cuide así de Kibum, está hecho todo un niño atento ahora…-Comentó a lo que su madre contestó casual a la relación que, por lo que oía ahora, tenía el rubio desde comienzos de su último año escolar.

 

 

Con razón el menor ya no le necesitaba. Tenía a alguien más para que le defendiese, para que se preocupase por él y se encontraba a pocos pasos de él, siendo compañeros incluso de salón. No pudo evitar pensar en los celos que sentía, aunque a él siquiera le interesasen los hombres pero Kibum era diferente, era su mejor amigo. Y sólo él debía protegerlo como había sido desde su niñez ¿por qué las cosas habían quedado de aquella manera?

 

El resto de sus días decidió pasarlos más en  la fresca casa de sus padres, a no ser que se enterase que el menor y su novio no irían a la playa y allí se atrevía a acompañar a su familia. Disimulando siempre, por supuesto… Pero para su hermanito jamás fue desapercibido lo que estaba sucediendo; después de todo Taemin tenía idea de lo que había pasado con lujos de detalles: su hermanito siempre había sido su confidente junto a Kibum, pero agradecía el silencio que le otorgaba el menor al no querer hablar de ello.

 

No es que existiera algo para hablar, todo se encontraba igual que siempre aunque su corazón fuese un caos y su mente no supiese como conectar algunas ideas sobre las relaciones interpersonales.

 

En su último día en la relajante (pero estresante) playa, se encontraba armando un castillo de arena junto a Yura, la hermana menor de Minah que tenía tan sólo seis años y la niña estaba más que fascinada de tener un nuevo compañero de juegos. Mientras terminaban la creación, escuchó la grave y melosa voz de quien habría sido su amigo acercarse a la pequeña.

 

-¡Oppa! ¡Ven a ver nuestra gran obra!-

 

Kibum obedeció y se paró a su lado, y cuando alzó su mirada pudo notar cómo todo su cuerpo se tensaba al igual que el propio.

 

-J…Jinki.-

 

-Buenas tardes, Kiki…- Susurró intentando contener cualquier emoción, fingiendo que todo se encontraba igual que siempre y le dedicó su amplia sonrisa.

 

-¿Hace cu… Cómo es que estás aquí? Creí que tu madre había dicho que no vendrías…-

 

-Lo he pensado mejor y decidí pasar unos días con mi familia, pero mañana debo volverme… Yura, ahora te dejaré jugar a ti ¿si?- La niña no muy convencida asintió mientras buscaba sus muñecas y le agradeció por la ayuda;  el morocho se reincorporó y se acomodó el cabello.-Ha sido un placer verte, me alegra que estés bien…-

 

-Jinki…-Cuando el menor repitió su nombre, dejó escapar una corta risa despeinándole con cariño antes de dirigirse hacia su familia, enfadado con el engaño de su hermano de que el otro no estaría allí, pero el jalón que recibió en su brazo le hizo voltear.-Espera…-

 

-¡Amor! ¡He encontrado el refresc… Oh … ¿Hola?- Cuando un chico de alegres facciones se acercó a ellos con una lata de juego de uva, el morocho sonrió al notar que era la marca favorita de Kibum y se apartó del agarre.

 

-¡Hola! Tú debes ser Woohyun ¿cierto? Soy el hermano de Taemin, Jinki..-

 

-¡Oh! Hyung, he oído maravillas de ti, es un placer conocerlo.-Ante aquello el chico de enmarañado cabello castaño hizo una venia, gesto que imitó apenas con su cabeza, después de todo para él el muchacho era el ser más despreciable sobre la tierra… Y que fuese tan amable hacía que lo odiase aún más.

 

-El placer es mío, lamentablemente debo irme ya a preparar mis maletas, espero disfruten los últimos días del verano.- Se despidió siendo  realmente fuerte. No sabía por qué ahora sentía que necesitaba llorar todo lo que no había hecho durante el año, dejar escapar absolutamente  todas las penas que llevaba acumuladas por diferentes razones  desde aquella mañana en la que su cama se encontraba vacía a su lado.

 

 

 

Mientras preparaba su poco equipaje, escuchó como alguien entraba en su habitación y suspiró sin siquiera voltear.

 

-Taemin  no estoy de humor ahora… Me habías dicho que él n…-Cuando un par de delgados brazos le apresaron por detrás, notó en la pálida muñeca el rojizo lazo destellar entre los otros accesorios de moda y giró apenas para apartarse de Kibum-Tampoco tengo humor para hablar contigo.-

 

-Hyung yo realmente lo siento… Creí que luego de aquello no querrías saber de mí… Que pensases que algo gay fuese malo yo…-

 

-Te había dicho que no era lo que deseaba decir… ¡Kibum! Hasta te he dado mi primer beso por defenderte siendo homosexual ¿por qué te insultaría por ello?-

 

-Y… Yo lo sé, lo siento… No quiero repetirlo pero he notado en tu mirada el mal que te he hecho…-

 

-No sabes de lo que hablas. Estoy bien, sólo un poco cansado y mañana tengo un viaje en tren que hacer…-

 

-Jinki por favor no hagas esto…-

 

-Buenas noches, Kibum.- Susurró a la par que se acercaba a la puerta, indicándole que era momento de irse. En realidad le deseaba lo mejor al menor con su vida, pero que hubiese pensado tan horriblemente de él por un solo error al haber bebido un poco le había lastimado más de lo que deseaba admitir. Siempre que debía pensar en la persona que más lo conocía, la imagen del rubio aparecía en su mente pero ahora aquello eran tan sólo una ilusión, habían sido traicionado por todos sus sentimientos.

 

Era curioso cómo se habían revertido las cosas; desde que había vuelto a Seúl, el menor le había desbloqueado de todos lados, pudo espiar en sus redes sociales que había terminado con Woohyun aunque continuaban siendo amigos  pero jamás se había dignado en contestarle o aceptar sus solicitudes o llamadas. Ahora debía encontrar un reemplazo para poder comenzar una nueva cercana amistad entre sus compañeros de universidad.

 

Para el primer día de clases se sentía un poco mejor, su conocido Joon que tan sólo había compartido una asignatura con él ahora tendría más horas, por lo que deseaba tener allí un nuevo amigo ya que el mayor parecía  ser una buena persona. Se acarició el brazalete amarrado en su muñeca mientras se dirigía a su casillero, meditando inevitablemente en cómo le habría ido a Kiki en su primer día de Universidad en su ciudad natal, en la cual por su tía se había enterado había sido aceptado con honores. Pero al ir tan encimado en su mundo, sólo cuando estuvo a unos pasos de su taquilla notó a una persona recostada sobre el frío metal, acomodándose los desteñidos cabellos rubios y acomodándose las modernosas ropas un tanto seductoras.

 

-¿K…Kibum?-

 

-No te dejaré ir tan fácil… Tú no me has ido a buscar por respetar mi decisión, pero yo soy lo suficientemente caprichoso para insistir hasta tenerte nuevamente a mi lado.- Jinki enarcó una ceja aún algo desorientado, a lo que el menor se acercó  a él con paso decidido.-Resulta que la carrera de artes plásticas también está dictada aquí, príncipe cachetes.-Murmuró tímidamente el rubio antes de tomarle por el rostro, obligándole a un dulce beso que no se negó en aceptar.

 

 

No estaba seguro qué era lo que sentía en su interior, por una parte deseaba apartarle ya que tenía mucho que reclamar y debía exigir explicaciones, pero por otra parte su corazón latía aceleradamente y unos placenteros choques eléctricos le invadían en su interior como hacía mucho no disfrutaba…

Y sabía perfectamente cuál era la opción correcta cuando sintió los hilos del brazalete ajeno contra su propia brazo cuando sus dedos encontraron, entrelazándose suavemente en aquél delicado beso que les obligó a cerrar a ambos sus orbes, ignorando a quienes pasaban por el corredor del recinto.

 

 

{Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo, del lugar, a pesar de las circunstancias… El hilo puede tensarse o enredarse, pero nunca podrá romperse.}

 

 

Notas finales:


Waaaaaaaaaaaaaaaaaah ¡al fin! No ha sido como quería la historia, pero creo que ha quedado mejorsita. Los one-shot no son lo mío, todo me queda muy juntito xD pero espero que les gustase esta extensa historia, ¡casi 5mil palabras! ¡woooho! Mi record x’D

Espero les gustase c:


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).