— ¿Alguna vez has tenido sexo ocasional? —preguntó, tomando una mejor posición sobre el colchón, el dorsal de su mano sosteniendo su barbilla, mirando directamente a los ojos de su mejor amigo.
—Sí —admitió él, sonriendo como si acabara de confesar una travesura— Muchas veces.
— ¿En alguna te has arrepentido?
—No. Así como tú no lo has hecho, yo tampoco —una sonrisa complice adornó el rostro suave del otro.
Una sonrisa de satisfacción se dibujó en los labios de aquel moreno que observaba la conversación, cruzó las piernas y adoptó una mejor posición sobre el amplio escritorio de la oscura habitación. La charla entre los nuevos húespedes del hotel se estaba poniendo muy interesante.
— ¿Otra vez espiando, Kim? —su cuerpo saltó al oír la sonrisa burlona merodear cerca.
—Casi me matas de un susto —se quejó, reacomodándose en su lugar.
—Lo siento, no era mi intensión —revoleó los ojos al captar el sarcasmo en su compañero.
—Ven, Sehun, debes ver esto —sonrió ante lo que ahora parecía ocurrir en aquel cuarto, plasmado gracias a una de las tantas cámaras de seguidad en el lugar. El nombrado arqueó una ceja, por lo general no le interesaba saber qué podrían hacer allí los hospedados, no se dejaba llevar por el morbo ni la curiosidad, pero la mirada intensa que el moreno dedicaba a la pantalla de plasma pudo derrumbar su "respeto" por la privacidad ajena.
—De acuerdo —suspiró, tomando asiento a su lado.
—Luhan, no.
—Vamos, Baek, ¿a qué tienes miedo?
—No es miedo... sólo me da pena —murmuró apenas, tanto que apenas se le entendía.
—No te estoy pidiendo que tengamos sexo, sólo quiero saber qué tan bueno eres —explicó, sin dejar de sonreír dulcemente, como si aquella conversación no tuviera nada de raro.
— ¿Quieres que... te folle?
—Oh por Dios... —susurró Sehun, sintiendo como el calor comenzaba a hacerse presente en su cuerpo.
— ¿Has visto que cuerpo se carga el rubio? Y por no hablar de su rostro... es perfecto. —se relamió JongIn— Y el otro no está nada mal tampoco.
— ¿Tendrán sexo?
—No lo sé, pero ojalá que sí —miró de reojo al menor, sonriendo al verle un tanto avergonzado—Vamos, no me dirás que no lo quieres ver.
—Es que... son muy lindos para tener sexo.
— ¿Qué estás sugeriendo? —el tono de voz abandonó sus labios cargado de travesura— ¿Dices que vayamos y les enseñemos como se hace?
—Yo...
—Espera, hay más —la mano de JongIn pasó a colocarse sobre su entrepierna que, al parecer estaba reaccionando ante lo que sus orbes visualizaban; los suyos, sorprendidos, viajaron hasta su propio miembro, sintiéndose en la misma necesidad de tocarse.
Volvió a mirar la escena, las cosas parecían ponerse aún mejores.
—Meterme los dedos no equivale a follarme, Baek. —explicó suavemente el bello rubio a la vez que se retiraba el pijama. Su cuerpo esbelto quedó a la visión de los tres, sólo que ellos no lo sabían.
—No estoy muy seguro de esto...
—Baek —suspiró cansado de tantos peros, giró sobre sus pies regalándole al menor la mejor de las visiones: la de su cuerpo desnudo— Tú no quieres follarme, yo no quiero follarte. ¿Qué hay de malo? —dijo cansado, caminó los pocos pasos que lo separaban de Baekhyun hasta quedar erguido frente a él, este observó atónito como su amigo tomaba asiento... sobre su entrepierna.
—Luhan —le llamó sin voz.
—Sólo será un juego —besó los labios contrarios— Uno muy excitante.
No tuvo tiempo de responder, de aceptar o replicar, sus labios se encontraron correspondiendo aquel beso lento que el otro había llevado a cabo. Juraba no saber como sentirse, jamás había llevado el papel que ahora le estaba siendo otorgado sobre un colchón, pero esta nueva perspectiva no parecía molestarle en demasia, siquiera parecía molestarle en realidad, o por lo menos no lo hacía a su miembro semi-erecto.
A pesar de llevar el odioso pijama de hijo de mami, su piel lograba captar el calor que emanaba la entrada del rubio sobre él; algo demasiado perturbador para sus sentidos, y eso mismo le estaba haciendo acceder sin ser consciente de ello, sin darse cuenta estaba cayendo en una trampa que jamás había sido elavoraba por nadie.
Posó sus níveas manos sobre la piel de su cadera y presionó, arrancándole de los labios un gemido al mayor, uno que murió dentro de sus bocas hinchadas.
— ¡Puta mierda! —corrió el rostro de la pantalla para observar al moreno quien con su grito logró asustarlo; su mano no paraba de subir y bajar sobre su miembro, caliente y duro— Hijos de puta, no pueden... no —el sonido errático de sus respiraciones llenaba el cuarto de cámaras de vigilancia.
—Luhan... —gimió Sehun, apretando con fuerza la corona de su pene— Luhan...
—Los dos, Sehun. Los dos —sonrió, bajando la velocidad de su mano— observa.
La espalda de Luhan chocó contra el colchón, luego el cuerpo de Baekhyun contra el suyo. Abrió sus piernas, incitándole a posicionarse allí; por supuesto este no tardó nada en aceptar. El beso continuaba voraz, sus manos inquietas acariciaban los costados de su hermoso amigo, mientras se dedicaban a repartir caricias sobre su rostro. Baek, por el contrario, no sentía deseos de ser suave ni delicado, refregaba su miembro contra su trasero queriendo abrirse paso entre las nalgas más perfectas que sus manos pudieran haber tocado en la vida.
—Espera... —jadeó Luhan, justo en el momento que la punta del pene de Baekhyun había ingresado en él—Espera, Baekkie...
—No —resopló, intentando nuevamente introducirse en esa entrada apretada.
—Espera un momento —bajó el tono de su voz, con sus manos separó el cuerpo sobre el suyo y acercó el rostro, murmurando algo.
— ¡No pueden hacernos esto! —se quejó JongIn, dando un golpe al escritorio con su mano libre.
— ¿Por qué han se han detenido? —quiso saber Sehun, su rostro expresaba la frustración que le acababan de ocasionar aquellos dos.
—Yo que sé.
—Oye Kai...
—Ahora no, Sehun, estoy tratando de terminar —masculló irritado, sin volver a obtener la firmeza en su zona baja.
—Mira... —dijo pasmado. Al volver a posar la mirada sobre la pantalla vio a ambos chicos conversar, más bien murmurar, en una posición bastante relajada para lo que apenas habían dejado atrás.
Ambos boquearon al ver que ambos chicos miraban fijamente hacía la cámara. ¿Cómo demonios la notaron?
Les vieron caminar lánguidamente hasta ella con el corazón latiendo a un ritmo más acelerado, como si de verdad aquellos muchachos les estuvieran observando fijamente como parecían hacerlo.
Ambos sonrieron, voltearon el rostro y volvieron a besarse.
—Queremos que nos follen —pudieron leer aquellas palabras no pronunciadas del chico más bonito, sonriendo a la par del otro, hermoso también. Sonrieron.
—Sabía que no podían tener sexo entre ellos.
—Menos mal que no —agregó Sehun riendo al recordar que su compañero quería exactamente lo contrario al comienzo.
Ambos reacomodaron sus uniformes y apagaron la cámara que daba al cuarto antes vigilado.
Salieron por la misma puerta y tocaron la de los residentes, sonriendo en anticipación cuando escucharon el "pasen" y las risillas de fondo.