Eran las 12:40 am, cuando llegaron a la casa monocromática de Kyungsoo. Sin decir palabra alguna el mayor tomó la mano del otro y lo dirigió a una parte de su casa en la cual el menor no había estado aún: Su habitación.
Prácticamente todo era blanco, pero los cobertores y las almohadas tenían patrones de rayas. Olía muy bien, como a canela, aunque muchas veces Jongin decía que la canela olía a “culo sucio”, ese no era el caso, obviamente.
Jogin se quedó parado en medio de la habitación. Había un estante con cosas creepy en él, como un extraterrestre verde de hule, con aspecto aterradoramente realista, un peluche muy parecido a Ryuk de Death Note y algunas calaveras de adorno.
-Oye…-Kyungsoo lo llamó, ya sentado en su suave cama, moviendo su dedo índice en forma de gancho, como quien dice “ven.”
Jongin caminó hacia él, un poco dudoso, hasta que se detuvo, apenas centímetros de Kyungsoo. -¿Cuáles son tus planes para esta noche?
Kyungsoo sonrió y metió sus manitas dentro de la camisa de algodón del otro, acariciando suavemente su área abdominal. –No lo sé…tal vez utilizar tu sangre en un ritual satánico o algo peor…como torturarte con un interminable juego de “UNO.”
-Eres malvado…-Jogin sonrió de medio lado y se inclinó para iniciar un beso.
-Y a ti te encanta,- Kyungsoo susurró, cerrando los ojos antes de besarlo.
El beso no fue apresurado, pero si fue bastante intenso, tanto que los latidos de Jongi se volvieron erráticos.
No fue hasta cuando Kyungsoo se empezó a desnudar, cuando Jongin se dio cuenta de lo que estaba por pasar y el mayor notó su nerviosismo y ansiedad.
-Lo siento…-Jongin se disculpó, sus manos temblaban. –He pensado en este momento muchas, muchas veces, pero…
-Sé que nunca has estado con un chico, -Kyungsoo dijo, haciendo que el otro se recostara sobre la cama para exponer su bronceado torso y besarle su cuello suavemente antes de susurrarle. –Lo único que te pido es que disfrutes de esto ¿está bien?
Jongin asintió son la cabeza, concentrándose en el sentir de las caricias del mayor.
-Jonginnie ¿Te has tocado pensando en mi?-Kyungsoo preguntó, mientras desabotonaba los pantalones del menor y jugaba con el elástico de sus bóxers.
-Sí…-Jongin se esforzó en responder, mientras sus sentidos eran nublados por Kyungsoo y su piel y sus manos sobre él, poniéndolo duro. -¡Mierda! ¡Kyungsoo yo…yo…!
-Bueno…-Kyungsoo dijo en tono conversacional, mientras despojaba al otro de sus pantalones y bóxers a la vez y los bajó hasta sus tobillos. –Debo admitir que he querido hacerlo desde hace…- pero se detuvo de repente cuando se fijó en la gran erección de Jongin, elevaba orgullosamente frente a su cara. La expresión del mayor cambió cuando se relamió los labios. Lo quería en su boca. Miró hacia arriba para encontrarse con la cara de Jongin.
-Hyung…-Jongin estaba sonrojado, su respiración era pesada, sus ojos estaban entrecerrados. Se veía hiperexcitado.
Joditamente delicioso.
Kyungsoo acarició la erección de Jongin un par de veces y se inclinó para lamer el duro miembro de arriba abajo hasta que saboreó cada centímetro y estuvo satisfecho. Se detuvo un momento a lamer la punta del mismo como si se tratara de un dulce. Jongin sólo gemía y se retorcía, su abdomen temblaba.
Las ropas del más bajito le estorbaban. Se deshizo de ellas, sin ponerle atención a su propia erección y se posicionó de nuevo entre las piernas de Jongin para seguir jugando con él.
Kyungsoo lo tomó en su boca profundamente, pero no lo suficiente como para cubrir su entereza. Jongin sabía muy bien. Le encantaba como se sentía esas venas palpitantes contra su lengua y el calor que irradiaba.
Jongin no sabía qué hacer con sus manos, así que terminó apretando las sábanas entre sus dedos, tratando de no hiperventilar mientras sentía que Kyungsoo continuaba chupándole el alma. -¡Ah! ¡Joder!- gimió, abrumado por todo lo que sucedía, el cosquilleo en su vientre bajo se intensificó, demasiado pronto, como la última vez. La boca de Kyungsoo era muy habilidosa. -¡Hyung! ¡Hyung…!
El mayor dejó de hacer lo que estaba haciendo con su boca, pero continuó haciéndolo con su mano. -¿Qué pasa? ¿Te vas a correr?-preguntó lamiendo sus labios.
Jongin emitió un gruñido desde lo más profundo de su garganta y asintió repetidamente con la cabeza, se veía turbado y a Kyungsoo le encantaba, pero quería hacerlo sufrir un poquito más. Sin decir nada, ejerció presión en la base del pene del otro con dos de sus dedos y empezó a lamer con su pequeña lengua rosada la cabeza del pene del menor.
Jongin estaba a punto, a punto, a punto…pero su orgasmo no llegaba debido a la presión que ejercía el otro con sus dedos. -¡Kyungsoo!- gruñó el chico sintiéndose al borde de la locura por no poder pasar más allá del punto de no retorno.
Kyungsoo entonces, lamió su frenillo mientras retiraba sus dedos de la base, para bombear rápidamente la rígida erección de Jongin.
-¡Ngh!-el menor explotó en un intenso orgasmo que manchó parte de las mejillas del mayor, haciendo fútiles sus esfuerzos de apartar su cara de la expulsión de esperma.
Jongin sollozó un poco debido a la fuerte intensidad de su orgasmo, que le pegó tan duro que sus alrededores se oscurecieron y literalmente se desmayó sin poder evitarlo.
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Abrió sus ojos minutos después y cuando sus pupilas se ajustaron a la baja iluminación del lugar, vio el cuerpo de Kyungsoo brillando, cubierto de los rayos de Luna, sentado desnudo en la esquina de la cama, mirando ausentemente hacia la ventana. Jongin se sintió como un pedazo de mierda seca, porque ya eran dos veces que se había venido primero y esta vez, por si fuera poco, se desmayó, dejando a Kyungsoo insatisfecho.
Pero ahí estaba, más hermoso que nunca, viéndose como un ángel caído, con sus ojos grandes y redondos, cuerpo delicado y labios rojos.
Kyungsoo sintió repentinamente el cuerpo caliente de Jongin detrás de él, cubriéndolo. Sintió sus labios suaves besando su cuello, dejando un camino de besos hasta sus hombros estrechos. –Hola,- el mayor suspiró-Pensaba dejarte dormir y jugar más contigo en la maña…¡Ah!- soltó un gritito cuando las grandes manos de Jongin acunaron sus testículos. –Bueno…esto está mejor…-admitió, presionando su cuerpo contra el de Jongin y respirando relajadamente mientras su pene reaccionaba a las suaves caricias del bronceado. Podía sentir también, la dureza del otro contra su espalda baja.
Jongin lo recostó en la cama y lo besó, metiendo su lengua en la boca del otro, follando su boca como le gustaría follar su entrada. Encontró un buen ángulo donde los penes de ambos se rozaban y se frotó con el otro mientras lamía y besaba la piel blanca de Kyungsoo, sus mandíbula y cuello.
Kyungsoo gimoteó y mojó sus dedos con saliva. Sin querer esperar más, comenzó a prepararse casi con desesperación.
Jongin lo notó y no pudo evitar soltar una palabrota: -¡Mierda! ¿Puedo…?
Kyungsoo soltó una risita y le dio instrucciones a Jongin de como lubricar sus dedotes con saliva, para luego él mismo tomar la mano del menor y dirigir dos dedos dentro de él. Ambos sisearon, el mayor porque le escocía y el menor porque Kyungsoo se sentía muy caliente y estrecho. Kyungsoo lo guió correctamente, diciéndole que lo dilatara con movimientos que simulan una tijera, hasta que estuviese suficientemente dilatado para tomar tres dedos.
Del pene de Jongin goteaba pre-semen, mientras este se sacudía con anticipación, queriendo estar sumergido en ese estrecho y caliente lugar.
-Es…estoy listo,- Kyungsoo gimió, cuando todo lo que sentía proveniente de los dedos de Jongin era puro placer. –Jongin, colócate sobre la cama, boca arriba,- le dijo entre dientes y Jongin retiró suavemente los dedos y obedeció sin dudarlo. –Lo voy a montar, Señor Kim,- Kyungsoo dijo sentándose sobre él, con una sonrisa engreída, mientras con una mano guiaba la excitación del otro hasta su entrada.
Ambos emitieron gemidos cuando Kyungsoo se había sentado completamente. –Como te dije antes…¡ngh!...sólo disfruta.
Jongin cerró los ojos con fuerza, pidiéndole a su cuerpo un poco de autocontrol, porque todo era demasiado para él: La vista que le regalaba Kyungsoo, de su cuerpo glorioso mientras su entrada engullía su pene enteramente era demasiado lasciva.
¡Carajo! ¡Claro que iba a disfrutar ser jodidamente montado!
Kyungsoo maldijo por lo bajo, cejas fruncidas y ojos cerrados, mientras su cuerpo aún se acostumbraba al grosor y tamaño del otro. El bajito empezó a moverse, en un ritmo no tan parsimonioso, mientras que el menor respiraba entrecortadamente y se retorcía de manera leve, sintiendo el movimiento de cada músculo de esas paredes de terciopelo que lo envolvían.
No había pasado mucho tiempo cuando el pene del menor rozó el punto débil del mayor.
-¡Oh!-Kyungsoo se quejó, repitiendo el mismo movimiento que le otorgó tanto placer.
Jongin no estaba completamente contento con solo mirar y disfrutar, como le habían instruido. Levantó su torso de la cama y tomó la cinturita del mayor con ambas manos, comenzando a mover sus caderas hacia arriba, follando al otro con ímpetu. Kyungsoo tiró su cabeza hacia atrás con un gritó de placer, apoyándose en los hombros del menor.
-¡Maldita sea! ¡Jongin!-Kyungsoo gimió, su entrada comenzaba a palpitar, haciendo advertencia de un éctasis inminente.
Jongin inclinó su cabeza y aprovechó la cercanía que tenía con los botoncitos rosados que adornaban cada lado del pecho del menor. Los lamió y chupó, sintiendo que Kyungsoo literalmente convulsionaba de placer sobre él.
-¡Ya! ¡Me voy a…! ¡Me…! -Kyungsoo gimoteó, completamente sudado y sonrojado.
Jongin soltó un gutural y extremadamente sexy “Oh, sí.” Estaba orgulloso de sí mismo por aguantar su propio orgasmo y dedicarse a complacer a Kyungsoo. Suspiró aliviado y movió su diestra para acariciar el pene rosado de Kyungsoo, dejándose ir él también, para que los dos alcanzaran su orgasmo.
Kyungsoo estaba siendo estimulado por todas partes, tomó unos mechones castaños del cabello de Jongin y tiró de ellos suavemente sintiendo que su cuerpo entero se tensaba para entonces explotar en placer cuando su climax llegó. Las olas de placer bañaron su cuerpo como un tsunami.
Jongin también llegó al orgasmo con un gruñido bajo, mientras los músculos de Kyungsoo lo ordeñaban completamente.
Kyungsoo cayó a un lado como un muñeco de trapo, tratando de controlar su agitada respiración, mientras Jongin estaba tirado ahí, mirando el oscuro techo, con su pene cubierto de parte de su propio semen caliente y su torso pringado de la semilla del mayor.
¡Sí que había semen!
-No puedo creer…que fui tu primera vez- Kyungsoo habló casi sin aliento.
-Sí…-Jongin comentó con la respiración entrecortada. -Lo siento si fui una mierda…pero…para mí….fue…lo mejor…
-Tienes talento natural, eres multitarea….Estuviste maravilloso, Jongin. –a Kyungso le sorprendió que eso salió de su boca. Kyungso jamás, JÁMAS, elogiaba a los demás.
-Gracias,-Jongin sonrió, sonrojándose. Complacido y orgulloso a la vez.
Kyungsoo era muy afortunado de haber encontrado ese diamante en bruto. Jongin era naturalmente habilidoso en el sexo.
Bueno, ya saben lo que dicen de los hombres que bailan bien…
A pesar de que Kyungsoo prefería dormir solo, Jongin se tenía bien merecido dormir a su lado esa noche. Y ¡Ey! Ni siquiera se enojó cuando el menor cubrió su cintura con sus brazos y lo atrajo hacia él en lo que se conoce coloquialmente como “la cucharita.”