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Entre Regalos y Funerales por evynekomimi

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Notas del capitulo:

Estuve procastinando este fic a propósito, porque me cuesta mucho decir adiós a mis personajes...

Mil y una gracias a:

Annie (Gracias por leer mificconnombrelargoquetegusta <3)

Natii (GRACIAS POR DEJAR MILES (? DE REVIEWS)

Anónimo (Estoy de acuerdo con eso de que no te gusta Kyungsoo como "una nena llorona indefensa peor que una quinceañera en periodo." Pienso que ponen a Kyungsoo así, además de que da a entender eso por su apariencia frágil, tengo una teoría: Un Kyungsoo así es equivalente a un Jongin macho /semental/ sexy/ posesivo" badboy que las vuelve locas a todas (?) )

 Nicolle (Siento casi matarte.)

ChoHanna (Gracias por leer <3)

gisel lovely ( *besos*)

sope (Se irán de Luna de Miel a Argentina, lo prometo (? )

Juli (te quelo y te extraño en el rol D:) 

$K¥L€R (Entiendo tu egoismo)

SanDia BE (Tenemos una sesión pendiente de sexo duro. Te someteré y sabrás lo que es ser ukeada de verdad(? )

Momoland

Vick Sheckler (*le tira besos*)

Pochyy (Jajaja gracias por leer incluso mis fic en inglés <3)

Koalakawaii (Lo siento :( )

 

 

Jongin la estaba pagando con creces. Siempre se meaba de la risa a lo grande cuando veía telenovelas o películas, donde los protagonistas sufrían, ahora, sabía que pasaba en las películas, pasaba en la vida, pasaba incluso cuando eras gay…

Jongin nunca se había sentido con tanto conflicto en su vida. Él nunca se complicaba su existencia. Ahora pasaba la noche en vela pensando en qué hacer con sus sentimientos y su consciencia.

¿Por qué cuando todo se siente tan lindo, tan real, tan correcto, de  repente algo está mal?

Jongin nunca se sintió tan confundido y triste, ni siquiera cuando perdió a su primera mascota a sus ocho años.

Pero algo si estaba seguro y estaba claro como agua cristalina.

Podía oír a Kyungsoo en el silencio.

Podía sentirlo cuando caminaba a casa.

Podía verlo cuando apagaba la luz.

Estaba enamorado de él.

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Kyungsoo no la pasaba mejor, Chanyeol le regaló un frasco de ese algodón de azúcar y Kyungsoo quiso llorar ahí mismo por la melancolía. A Kyungsoo no le importaban las cursilerías, pero si recordó al instante la primera vez que Jongin y él compartieron un momento candente. Aquella vez que Jongin a pesar de haberse corrido en los pantalones y estar desorientado se ocupó de él, tomándolo en sus manos y complaciéndolo.

Chanyeol notó el conflicto de emociones que estaban atravesando el cuerpo de Kyungsoo. –Kyungsoo, ¿estás…?

Pero Kyungsoo no lo dejó terminar la oración. -¡No me iré! –sentenció y se fue a su habitación.

Chanyeol suspiró. Era casi imposible intentar razonar con esa cabecita dura.

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 Jongin, al enterarse que Chanyeol se había rendido antes de intentarlo, decidió actuar por sí mismo. De hecho Kyungsoo no había mencionado nada acerca de la beca y dudaba que lo hiciera.

Cuando Kyungsoo salía de la funeraria con su maleta llena de papeles, de mal humor, porque Tao había malentendido muchas palabras y había hecho un desastre en el papeleo. Gracias a eso, ahora no podría descansar toda la tarde como lo había planeado.

Una insistente bocina de auto interrumpió su apurado andar, intentó ignorar al posible bastardo que probablemente lo quería molestar, pero la bocina lo seguía insistente, taladrándole  los oídos. Se volteó molesto para ver unos dientes perlados, dentro de una boca que él conocía como la palma de su mano. Era Jongin.

-¿Qué mierda, Jongin?

-Demos una vuelta –le dijo el chico manejando a una velocidad muy baja, mientras el otro seguía caminando.

-¡Pudiste hablarme en vez de pitar como un idiota!-espetó, pero Jongin sabía que esa era una forma muy particular del mayor para hablarle con cariño. O por lo menos esa era la idea que había creado en su mente.- ¿De dónde sacaste este auto?

-Tú sólo sube.

Kyungsoo subió al asiento trasero del pequeño auto, como si Jongin fuese un vil chofer, pero el menor ni siquiera se sorprendió de ello. El menor manejó por lo menos media hasta las afueras de la ciudad. Se bajaron en un mirador que les permitía estar lejos de la polución, el estrés y el bullicio de la ciudad.

El silencio era como una balada de dos amantes que tenían tanto que decir y expresar, pero se perdía entre las hojas trémulas de los árboles. Una ráfaga, un soplido agónico de un viento moribundo pareció rozar los labios de Kyungsoo, pues habló por fin…

-Siwon quiere me vaya a estudiar al extranjero, el vuelo sale dentro de dos días.

Jongin lo sabía, pero de todos modos, esas palabras viniendo de la hermosa voz de Kyungsoo lo golpearon como si no hubiese pasado horas y horas pensando en ello, sufriendo tan solo con pensar en la idea de tenerlo lejos. -¿Irás?

Kyungsoo acortó distancias y lo besó. –No.

Jongin se separó de él de manera sutil. -¿Por qué?

-Estoy bien así… aquí, contigo.

Jongin sintió un calor desplegarse por todo su cuerpo y luego sintió como si miles de rocas cayeran en su estómago. Siwon tenía razón. Era por él que Kyungsoo se quedaba. – Sí, sé que te sientes bien ahora pero… ¿no te has puesto a pensar en el “mañana”?

-¿A qué te refieres? –esta vez fue Kyungsoo quien se alejó. – ¿Insinúas que es mejor que me vaya?

-Tal vez…

Kyungsoo frunció el entrecejo. –Te encantaría que me vaya ¿verdad?

El moreno sintió eso como una apuñalada justo en su corazón. - ¿Cómo me vas a preguntar eso? Eres la primera persona que quiero ver al despertar y junto a quien quiero irme a dormir todas las noches…pero no importa lo que yo quiera, Kyungsoo… -Jongin se acercó a él, pero éste lo rechazó.

-Llévame a casa. –su voz se quebrantó, tenía un nudo en la garganta. Pensó que Jongin se alegraría, que serían felices, ambos estaban bien así, estando cerca, disfrutándose…

Aparentemente Jongin tenía otras cosas en mente.

-Kyungsoo…piénsalo, expandirás tus horizontes, conocerás gente nueva, aprenderás más…

-Esto no está pasando… -Kyungsoo puso sus manos en sus oídos y se quebrantó, quedó agachado en el suelo, con su visión borrosa por lágrimas que se arremolinaban y amenazaban por bajar por sus mejillas y dejar surcos salados ahí.

Jongin se sintió horrible, nunca había visto a Kyungsoo de esa manera, tan frágil, de hecho nunca pensó verle llorar, Jongin llegó a pensar que Kyungsoo no lloraba, pero viéndolo ahí, temblando, sollozando lastimeramente, supo que el mayor era tan humano como todos los demás. Se inclinó, suavemente le removió sus manitas de su cabeza y lo abrazó. Incluso si Jongin pensó que el abrazo lo calmaría fue peor, Kyungsoo lo apretujó fuerte mientras sollozaba en voz alta, débiles “No, no, no” brotaban de sus labios y su cuerpo temblaba con fuerza.

Jongin lo levantó, como un niño y lo llevó al auto, el más bajito nunca lo quiso soltar. –Kyungsoo, no puedo meterme al carro así… -le dijo dulcemente, pero el chico no se movió de posición…por lo menos ya no sollozaba. Jongin maniobró como pudo para meterse al pequeño auto,  mientras el otro estaba colgado a él como un koala.

Una vez ambos estuvieron recostados en el asiento trasero del auto. Kyungsoo sorbió sus propios mocos y buscó silenciosamente los labios del moreno, el moreno correspondió el beso y se preguntó cómo rayos el mayor se encontraba de humor para besarlo…para acariciarlo…para meterle la mano debajo de su pantalón…

- Te necesito ahora…-Kyungsoo musitó y Jongin quería decir que no, no era el momento, tenían una conversación pendiente… pero ¿cómo negarse a esos ojos acuosos, nariz roja, labios hinchados? ¿Cómo decirle no a un Kyungsoo tan frágil y hermoso? Bendito sea el que lo haga, porque Jongin no podría jamás.

Los besó con intención, tragándose cada gimoteo, cada suspiro que sonaba como su propio nombre entrecortado. Maniobró como pudo para quitarle los zapatos brillantes al otro, y sus pantalones de vestir. Tuvo la delicadeza de doblarlos y colocarlos en el asiento del copiloto. Le desabotonó la camisa, mas no se la quitó completamente, aun estaban en un lugar público y no era conveniente desnudarse por completo.

Continuó sus mimos, venerando esa piel blanquecina, marcando su pecho, lamiendo sus pezones. Al momento que sus besos llegaron a su miembro, éste ya estaba erguido y duro. Jongin le dio unos cuantos besos al glande, haciéndolo palpitar bajo sus labios, trazó con su lengua cada vena, haciendo que el otro se estremeciera.

El moreno iba a empezar a preparar al otro, cuando éste gimoteó.

-Jongin…sólo métela.

El interpelado sabía que eso lo lastimaría, pero en un suspiro, decidió acceder a todo antojo que tuviera el otro.

Liberó su confinado miembro y le dio un par de bombeadas con una mano lubricada con saliva. Se acomodó entre las piernas abiertas, suaves e invitantes del mayor y alineó su pene, intentando introducirlo con parsimonia. Al principio gruñó, estaba demasiado estrecho y si ardía para él, ni se imaginaba qué sentía Kyungsoo, quien tenía su espalda arqueada y sus hermosas facciones contraídas. Poco a poco fue abriéndose camino al interior del mayor hasta que estuvo adentro completamente.

Kyungsoo tenía lágrimas en sus ojos una vez más, pero esta vez su expresión era más calmada. El mayor entrelazó sus piernas alrededor de la morena cintura del menor y se quedaron así por un momento, conectados, unidos en cuerpo y alma, viéndose a los ojos.

Jongin empezó con un movimiento suave y acompasado, un ritmo amoroso y tierno, limpiando con sus labios una que otra lágrima traviesa que se escapaba de esos ojos redondos, sonriéndole afectuosamente.

Ambos fueron más vocales que nunca, irónicamente también fueron más amorosos y apasionados, sin dejar de verse a los ojos, como si estos dijeran todo lo que sus bocas no eran capaces…

Era la manera en que sus cuerpos, sus almas se despedían, sin usar palabras.

***

Kyungsoo se marchó a Canadá un Miércoles a las nueve de la mañana. Chanyeol había preparado sus maletas por adelantado, justo como Jongin se lo había pedido y con la ayuda de Baekhyun y Luhan, eligieron las mejores prendas. El último era un río de lágrimas, escondiéndose en el pecho de Sehun y Chanyeol tenía los ojos acuosos, pero Baekhyun apretando su mano, lo hacía sentir mejor y le daba fuerzas.

-Los odio a todos por haber conspirado contra mí –dijo Kyungsoo, pero sonó como un “los quiero y los extrañaré mucho” para ellos.

Kyungsoo le dio instrucciones a todos: a Chanyeol le dijo que limpiara la casa al menos tres veces a la semana y que Baekhyun podía quedarse ahí los fines de semana, pero que no tocara ni el aire de su habitación.

A Luhan le dijo que no se embriagara mucho sin él y abriera sus ojos.

A Jongin le dijo que no lo olvidara.

-Es imposible hyung. –le respondió él con un nudo en la garganta. Hasta ahora había hecho un buen trabajo evitando llorar. –Te extrañaré cada segundo, cada hora. ¡Te escribiré todos los días, más de una vez hasta que te canses y me elimines de Facebook o bloquees mi correo!

No fue hasta que el avión partió que Jongin lloró. –Te esperaré Kyungsoo. –dijo para sí mismo mientras se enjugaba sus lágrimas con el dorso de su mano.

Siwon puso su mano sobre su hombro. –Gracias chico, le has hecho un bien. Has demostrado que lo amas de verdad.

-Y lo seguiré haciendo, incluso más cuando regrese a mí. –sentenció.

Lo que no sabía Jongin era que Siwon no planeaba que Kyungsoo regresara, sino que se quedara allá administrando una nueva sucursal.

 

 

 

 

Notas finales:

jajaja no puedo creer que casi lloro escribiendo este capi. Es que imaginarmelos llorar me parte el alma D:

Gracias por leer y nos leemos en el próximo y probablemente último capítulo :,)

 

pd: El auto era de Heechul y Jongin tendrá que pagar el carwash con un Domingo de trabajo xD


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