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Entre Regalos y Funerales por evynekomimi

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Notas del capitulo:

Bueno aquí está.

Gracias a todos los que leen y los que dejan review <3

Ando arrastrando los pies del cansancio porque ahora trabajo, pero no será por mucho x3

Sin más....

 

Hacía una temperatura de nueve grados centígrados y era “verano caluroso” en Canadá. Aún acostumbrado a las bajas temperaturas en Korea, sufría. Eran las dos de la madrugada Kyungsoo sentía que el frío se le colaba en sus huesos y los hacía doler, se sentía un animal indefenso a la intemperie, siempre se sentía así en la noche, cuando su cuerpo intentaba descansar de todo el ajetreo diario, el día a día que lo mantenía ocupado, con la mente en su sitio.

De noche empezaba a extrañar su hogar, sus clientes y obviamente a Jongin. Jongin le escribía todos los días, incluso más de una vez. Kyungsoo dejaba que se acumularan los correos,  para no extrañar tanto y respondía de manera vaga, cosas triviales, con miedo de destapar su corazón, a exponer lo mucho que extrañaba todo.

En las clases le iba bien, el inglés no se le dificultaba para nada. Tenía un roonmate con el cual tenía muchas cosas en común. También era extranjero, era gay, era de baja estatura (pero no tanto como él) , y tenía una personalidad muy descarada.

Le gustaba  que lo llamaran William. Tenía unos ojos azules hermosos, piel bronceada, cabello castaño, un cuerpo curvilíneo y un muy, muy  lindo trasero respingón que le haría la competencia al de Sehun.  Era muy alegórico y amanerado, lo gay se le notaba aunque lo quisiera ocultar.

Era desordenado y Kyungsoo lo regañaba a cada rato por dejar tanta basura. El chico esperaba a que Kyungsoo terminara su exabrupto con una ceja enarcada y luego le decía con voz aterciopelada “Are you quite finished?” con su encantador acento inglés, lo que significaba más o menos “¿Ya terminaste?”

Kyungsoo se veía en problemas veinte de veinticuatro horas en el día por culpa de William. El chico era un insubordinado, anarquista, le gustaba hacer travesuras, bromas pesadas  y al chico ojón no le quedaba otra que aceptar las consecuencias del  dicho “Dime con quién te juntas y te diré quien eres.”

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Luhan extrañaba mucho a su mejor amigo. Había encontrado en Kyungsoo un hermano, una amistad verdadera. Todas las personas que se acercaban a Luhan terminaban odiándolo por alguna razón. Luhan era atractivo sin esforzarse y pronto la gente a su alrededor terminaba teniéndole envidia y queriéndolo dañar. Kyungsoo había sido diferente, no importaba cuan bello era Luhan, el enano lo trataba con los pies, pero lo quería mucho, lo defendía y cuidaba de él. Luego conoció a Chanyeol y tuvo otro amigo sincero.

-¿Cómo está Jongin? –le preguntó un día a Sehun. Ambos estaban en su casa, tirados en la cama, viendo episodios en Netflix de una serie de algún súper héroe con súper velocidad, no ponía mucha atención, aunque el actor era sexy.

-¿De verdad, verdad o de mentiritas? –preguntó juguetonamente Sehun, sin despegar su mirada del televisor.

 Luhan sólo le dedicó una mirada significativa y Sehun entendió que no estaba de humor para idioteces. –Hablo enserio, te pregunto porque yo extraño mucho a Soo.

Sehun entonces contestó seriamente. –Mal, está intentando, en verdad lo hace, pero está mal, trata de ser fuerte por Kyungsoo, pero nunca lo he visto así. Siento que literalmente se le está yendo el brillo de sus ojos… -suspira.- Incluso ahora escucha un tipo de canciones que no solía escuchar antes.

Luhan lo miraba hablar del moreno y veía como Sehun se debatía entre burlarse y entristecerse por la situación de su amigo. –No entiendo lo de las canciones.

-Ahora escucha pop… -dijo como si fuese una aberración. –Hay una que se llama “Change your Ticket” y es la que más escucha, dice algo así como “Don’t gooooo, ith not the thame when you go and ith not good to be all alooone” hasta ya me la aprendí.

Luhan se quería morir de la risa ante el acento y el problema para pronunciar la “S” –No sabía que los minions pudieran cantar en inglés. –se burló, pero su risa se transformó en un jadeo cuando Sehun quedó sobre él, presionando sus centros con intención. Luhan gimió por la sorpresa.

-Apuesto a que tampoco sabias que un minion te podía hacer gemir así… -volvió a frotar sus centros y Luhan volvió a gemir, esta vez por el cosquilleo que le provocaba ese roce.

Sehun sonrió satisfecho y se inclinó para besar al chino. El mayor lo recibió gustoso, aportando mucho más al beso, llevándolo a planos más…ardientes.

-Quiero montarte. –sentenció de manera ronca, empujando a Sehun y montándose sobre él. Sehun gruñó cuando sintió el peso del chico sobre su pene erecto.

Luhan se desabotonó su camisa, lentamente, dándole un show a Sehun, mostrándole su carne blanca y suave, tentándolo. El chino sentía como el pene del menor se ponía cada vez más duro debajo de él.

Luhan se preparó y se empaló él solito, luego de quitarle los pantalones a Sehun y dejarlo desnudo de la cintura para abajo.

Luhan se movía y gemía como si fuera un actor porno, se tocaba el cabello, se mordía los labios, se acariciaba, pero todo con sus ojos cerrados. Sehun sabía que el chico que rebotaba sobre su miembro era un completo show, algo que valía la pena ver.

Aunque el sexo era delicioso, el chico menor terminó anhelando la mirada de Luhan sobre él, quería que Luhan gimiera, suspirara, gritara su nombre, pero el mayor no lo hacía.

-Lu… -suspiraba el menor, tomando sus caderas y ayudándolo en los movimientos, el otro seguía enfocado en su propio placer. Generalmente era así, Sehun permitía que Luhan se saciara con su cuerpo, de igual manera él también era satisfecho.

Sin avisarle Luhan se vino sobre el pecho y abdomen del menor, si no fuese por el líquido caliente que golpeó contra su cuerpo, Sehun, no hubiese notado que el mayor estaba por venirse.

Luhan aminoró su ritmo bajando de su estado orgásmico a uno más calmado. Sehun no se había venido aún…su mente había estado en otro lado.  Sin decir nada se incorporó y sin salirse del interior del chico quedó sobre él. Luhan sólo jadeó un poco por la sorpresa, pero no le reclamó nada.

-Lo siento, me fui por el gustito y me vine muy rápido. –admitió el chino, sacando su lengua de manera infantil.

Sehun sólo se dedicaba a mirarlo con expresión seria. -¿Por qué? ¿Pensaste en el gordito y no pudiste contenerte? –preguntó, mientras empezaba a moverse de nuevo, acariciando el miembro semi-erecto y mojado de semen del chino.

Luhan soltó una risita y un gruñido. -¿Qué?

-Quiero que me mires a mí, quiero que digas mi nombre mientras te penetro… -Sehun gruñó en un tono posesivo y a Luhan se le erizó la piel y sólo gimió, aún estaba sensible por su reciente orgasmo. Sehun continuó, a medida que arremetía dentro del chino: -Quiero ser el único que te provoque placer…

Luhan no podía hablar, apenas podía respirar, él había estado esperando esa reacción hace tanto tiempo. Pensaba que a Sehun lo traía sin cuidado lo que pensara Luhan aún de Minseok. Luhan ya lo había olvidado, se demoró, pero por fin entendió que Minseok fue una ilusión y estaba seguro que él y su linda novia, Natalia, se casarían en un futuro. Ahora se sentía feliz por el mayor…y feliz por sí mismo porque había alguien que lo quería a él y ese era Sehun.

-Bebé… -gimoteó Luhan, así le llamaba a veces, de cariño.

Sehun se detuvo y lo miró, su cara estaba llena de emociones, en sus ojos un universo repleto de estrellas brillantes. –Lo siento.

Luhan levantó una mano y acarició su mejilla, sonriendo de esa manera que no le gustaba, porque sentía que le salían arrugas en sus ojos. –Pensé que nunca dirías algo así. Aunque admito que esperaba una escena de celos, con gritos y lágrimas y un “Yo te amo”.  –suspiró.

-Luhan yo…

A Luhan le latía el corazón a mil por hora… ¿le diría que lo ama? Sehun se veía un poco turbado, como si las palabras se atoraran en su garganta.

-¿Si?

-¿Podemos hablar de sentimientos luego?  Necesito correrme o se me caerán los huevos. –sonrío.

Luhan se carcajeó por unos momentos. –Úsame bien, bebé.

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Jongin ahorró hasta comprarse una computadora. Era más fácil de esa manera escribirle largos correos de cómo había sido su día en el trabajo. Los días buenos, malos, los intermedios. Le escribía cada detalle. De hecho, el moreno creía que en su vida había escrito tanto, ni siquiera durante toda su escuela y colegio juntos.

La diferencia horaria también era un dolor de cabeza, Canadá tenía más de diez horas menos que Corea y sólo podía comunicarse por Skype los fines de semana. Cuando allá en Canadá eran las dos de la tarde de un sábado, en Corea era Domingo, siete de la mañana. Y esas eran las horas más convenientes para Kyungsoo. Era algo triste ya que era de día y no era tan fácil realizar alguna actividad subidita de tono por el roommate del bajito.

A veces Kyungsoo le enviaba uno que otro video sexy, que grababa desde la ducha al moreno y este se revolcaba por el piso, muriendo por tenerlo ahí con él y hacerlo suyo, para luego abrazarlo y dormir “enpiernados.”

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Pasaron dos años y Jongin seguía trabajando duro, ya la ausencia de Kyungsoo era como una herida que cicatrizaba de manera lenta. Al paso del tiempo le dolía menos, pero lo seguía extrañando, le escribía con menos frecuencia porque sentía un desinterés de parte del bajito. A veces sentía que era una molestia y que debería dejar que el otro le escriba algo cuando le plazca y no hacerlo sentirse obligado a responderle cada correo.

Para Kyungsoo el rostro de Jongin cada vez era más borroso y le era difícil recordarlo. Recordaba su voz, como cambiaba a un tono aterciopelado al decir su nombre, como cambiaba a un tono sexy cuando estaba excitado. Intentaba no verlo mucho por las redes sociales, en las fotos de las salidas con los chicos. Jongin cada vez se veía más como hombre, más musculoso, más maduro, más guapo y al bajito le molestaba a sobre medida que él posiblemente tendría un aspecto de adolescente por siempre.  

A los tres años y medio Jongin no sabía si era beneficioso para él seguir esperando a Kyungsoo de esa manera, se sentía un atraso, sentía que Kyungsoo estaba siendo alguien en la vida y él estaba estancado en su propia mediocridad. Los otros lo miraban con lástima, como si no fuera suficiente con la lástima que él mismo se tenía.

Kyungsoo pasó de sentir mariposas en el estómago cuando pensaba en Jongin a sentir una sensación extraña y para nada placentera. Era desagradable  y doloroso para él pensar en el moreno.

El bajito quiso terminar con todo una tarde mientras conversaban, pero  de la nada apareció Harold, el novio canadiense de William, desnudo. Altísimo y blanco, de cabello ondulado color chocolate y grandes ojos verdes, que a primera vista se verían abrumadoramente inocentes. Él era menor que su novio por tres años y un mes.

-Está desnudo… -dijo Jongin incómodo, mirando como ese chico blanco y alto se paseaba por ahí con su longaniza balanceándose de lado a lado.

-Lo sé. –Kyungsoo se encogió de hombros.

-Nunca había visto una…una verga de ese tamaño.

-Ni yo…sólo alguien con un culo como el de su novio la puede aguantar… -dijo Kyungsoo. –Dentro de un minuto tendrán sexo y yo saldré de aquí. Nos vemos luego. –dicho esto cerró la laptop.

Jongin se entristeció porque él quería seguir conversando y no pudo decirle lo mucho que lo extrañaba.

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Kyungsoo le puso fin a todo. Compró una tarjeta de teléfono y llamó a Jongin con el celular de Harold. Le dijo a Jongin que no sentía lo mismo de antes y que era mejor que siguieran sus vidas por separado.

-Conociste a alguien más ¿verdad? –aventuró el moreno.

-No sé cuánto tiempo más deba quedarme y eso no te está haciendo bien…

-Responde mi pregunta.

-Ya no siento lo mismo, eso es todo lo que debes saber, Jongin. –dijo el bajito, enojado.

Jongin agachó su cabeza perdiendo la batalla contra lo inevitable. –Supongo que esto tenía que suceder tarde o temprano…que te vaya muy bien, Kyungsoo.

-Adios.

 

 

Fin.

Ok no

Notas finales:

Todavía falta otro capítulo :c

Gracias por leer.


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