-Me gusta tu cabello ondulado, es muy raro encontrar una chica con un lindo cabello con ondas,- Sehun coqueteó, tenían un mechón de cabello de la chica danzando en sus dedos. Se inclinó a olerla y sintió un aroma a coco, lo que me hizo soltar un murmullo de aprobación. La chica se inclinó contra él y el le habló de nuevo. –Hey ¿quieres ir a otro lu…?
-Oye, Sehun, dejaste tu anillo en la mesa.
Sehun se volteó molesto al escuchar la voz de Luhan-¿Qué?
-Lo siento mucho,-Luhan se volteó a hablar con la chica, que estaba muy confundida.-Él acostumbra a quitarse su anillo. No creo que su esposa se ponga muy feliz si llega a perderlo.
La chica arrugó la nariz y se fue de ahí.
-¡¿Cuál es tu maldito problema?!-por lo más sagrado, si Luhan no tuviera esa cara de mujer, Sehun ya se la hubiese partido en dos con su puño.
Luhan soltó una risa melodiosa, tirando su cabeza hacia atrás, mientras se iba.
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Un remix de la canción Cruise, de Florida Georgia Line resonó en las bocinas y ese era el tipo de música que hacía que Jongin se sintiera muy sexy.
Coreó la canción mientras se movía fluidamente, alzando sus brazos, moviendo su cadera en un vaivén. Estaba un poco borracho y pudo ver que Kyungsoo, quien bailaba con dos botellas de alcohol, estaba aún más borracho.
La pequeña porción de piel que era mostrada del cuello de Kyungsoo estaba toda sudorosa por estar en constante movimiento. El chico pálido abanicaba su cara con sus manos de vez en cuando.
Jongin siguió bailando, dejando que la música lo relajara y se llevara sus preocupaciones, despejando sus pensamientos.
-Deberías ir a bailar hasta que se te caiga el culo,” Kyungsoo le sugirió, parecía cansado y acalorado. –Yo me quedaré aquí, seré el guardia de seguridad de los tragos.
-¿Qué pasa? ¿Te gusta mucho esto y no puedes soportarlo?- Jongin le sonrió de medio lado, moviendo sus caderas hacia adelante y hacia atrás lentamente mientras pasaba su mano por su pecho y abdomen. Kyungso se limitó a girar los ojos, pero terminó viéndose como si sufriera de mucho más calor.
Se veía como si estuviese avergonzado y excitado a la vez cuando, al no soportar el calor, trató de quitarse su abrigo que parecía pesar más de tres kilos por el sudor acumulado en él. De alguna manera terminó enredado adentro del mismo, soltó algunas obscenidades, mientras que a la fuerza trataba de zafarse.
Jongin no pudo evitar reírse de él y de su manera tan adorable de expresar que estaba frustrado. El bronceado reía por lo bajo mientras se acercaba a ayudarlo a quitarse la molesta pieza de ropa.
Jongin alzó la tela que parecía estar atascada en la cabeza del otro. –Alza tus brazos,- Jongin le dijo y Kyungsoo obedeció. El más bajito se reía también cuando su boca en forma de corazón apareció.
¡Maldito seas, Do Kyungsoo con tus labios carnosos y suculentos!
Jongin recordó que se suponía que debía ayudar al otro y se acercó un poco más, tratando de sacar el abrigo con cuidado, porque no quería lastimar la naricita del otro. Después de una tortuosa lucha, sacó la tela completamente, liberando a Kyungsoo.
Kyungsoo llevaba un cuello de tortuga negro por debajo del abrigo. Se veía muy guapo, elegante y masculino…masculino y buenísimo y eso jodió a Jongin completamente, porque Kyungso era hombre, con facciones delicadas, pero no era para nada femenino.
Jongin puso el ofensivo abrigo a un lado sin darse cuenta que Kyungsoo lo miraba fijamente…hasta que sintió unas manos tomando su cara y unos labios contra los suyos.
Kyungsoo movía sus labios lentamente y pronto, Jongin terminó haciendo lo mismo, relajándose totalmente. Incluso la boca del mayor, aún atestada de alcohol, le sabía bien, le sabía como debía saberle: dulce y tentadora.
Jongin suspiró, besar a Kyungsoo era una experiencia religiosa y eso que simplemente estaban moviendo sus labios, uno contra el otro.
Kyungsoo fue el primer en romper el contacto. Se saboreó su boca por unos momentos. -Siempre me imaginé que besar a alguien moreno me iba a saber a canela o algo así.
Todo iba bien hasta que el carajito abrió su boca, pero eso no iba a arruinarlo todo para Jongin. El moreno tomó al otro por la cintura y atrajo ese cuerpo esbelto hacia él, sus labios conectándose en un beso que le hizo sentir la cabeza ligera.
Kyungsoo movió sus manos, hasta donde Jongin tenía las de él, como si quisiera quitarlas, pero sólo las colocó ahí, encima de las del otro.
Esta vez el beso fue más profundo y con más fricción en los labios. A Jongin ya le valía mierda que lo vieran con otro hombre. Si el infierno se sentía así de bien, entonces se quedaría al lado de Satanás para siempre.
Sí, cuando hablamos de Satanás, nos referimos a Do Kyungsoo.
Kyungsoo rompió el beso de nuevo, pero esta vez tiró un poco del labio inferior de Jongin con sus dientes. –Mmmm…pero creo que prefiero ese sabor a chocolate.- Kyungsoo sonrió con un brillo travieso en sus ojos que dejó a Jongin respirando pesado, como si hubiese corrido una maratón de diez kilómetros.
Ambos pegaron un brinco, cuando Luhan se tiró al sofá con un gruñido. -¡Me voy a la misma mierda!
Kyungsoo lo miró molesto. –¡Llevate toda esa amargura de vieja lejos de mi!- y agregó-Te dije que él no vendría.
-Pero me dijo que haría lo posible para venir y el siempre cumple sus romesas,-Luhan dijo como niña enamorada mientras abrazaba el abrigo, pero al olerlo hizo una mueca de asco- ¡Esto huele como a las bolas de tu amigo la jirafa!-chilló arrojando la pieza de ropa lejos de él.
Kyungsoo rió -¿Y tú como sabes a que hue…?
-La pregunta es ¿Quién no lo sabe?
Jongin se quedó ahí como estúpido sin tener la más mínima idea de lo que hablaban y sin poder digerir lo que acaba de pasar.
-Bueno, me voy. No bebas mucho, bebé,- Luhan dijo, y se inclinó, dándose palmaditas en su propia mejilla.
-No,- Kyungsoo dijo. –Ya vete.
-¡No me voy hasta que me des mi beso!
-¡No!
-Vamos, Kyungsoo, que no te de pena con Jongin.
-¡No hables locuras! ¡Sabes que odio hacer eso!
-Okey,- Luhan suspiró y se volteó hacia el hasta ahora ignorado moreno. –Jongin, dile a tu amigo que en verdad lo siento, no es nada personal.
-¿Está bien…?
-Y no trates de tener sexo con Kyungsoo porque te joderá la vida.
Jongin miró a Kyungsoo asustado y el otro sólo rió, sus ojitos brillando hermosamente.
-Creo que mejor me iré contigo, Luhan,-dijo Kyungsoo. –Nos vemos por ahí.- dicho esto le dio unas palmaditas en el brazo al moreno de manera amistosa y el más alto sintió que lo habían dejado en la “friendzone” de una manera brusca y despiadada.
Sintió unas ganas fuertes de ir a tirarse por un acantilado
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Sehun estaba sentado en una silla, su noche se había amargado totalmente, sus pensamientos daban vueltas en las últimas palabras que le había dicho Luhan. Él exigió una explicación por el comportamiento odioso del heladero y éste simplemente le dijo:
-Lo siento, es que soy un infeliz y…Lo siento.
Sehun hizo una pedorreta. ¿Cuál era su maldito problema? El chico sabía que el otro le hacía la vida miserable porque simplemente lo odiaba y le gustaba ser una maldita pasiva. Eso de que era infeliz sonaba a pura mierda.
Jongin divisó una chica bajita de ojos pequeños y pecho plano. Ella actuaba de manera tímida y se veía deslumbrada por él o por lo menos eso sucedía antes de que su gigante y corpulento novio apareciera, haciendo que Jongin por poco se meara en los pantalones.
Vio otro par más de chicas lindas, pero al conversar con ellas una se hacía más aburrida que la otra.
Nadie tan interesante como Kyung...
Como fuese, el siguía recordando a Kyungsoo, el beso que se dieron y esos labios…Él repetía en su cabeza como una película la imagen de como el chico se veía luego de decir “…pero creo que prefiero ese sabor a chocolate,” de la manera más sensual que él ha escuchado pronunciar esas palabras y ¡UGH! De repente sentía unas ganas inmensas de montar algo como un animal en celo. Necesitaba algo que calmara su inusitada excitación.
Pero él sabía que no lograría nada esa noche.
Jongin se dirigió hasta donde estaba su amigo cuando lo divisó, sentado solo como perdido en sus pensamientos y le dio palmadas en la espalda. Era una señal muda, para que regresaran a casa, el propósito de la noche completamente olvidado.
Bueno, últimamente las cosas nunca salían como Jongin lo planeaba.