La vida de Do Kyungsoo era buena, entretenida y ocupada. Él no tenía tiempo para holgazanear ni aburrirse y eso, como era lógico, él lo amaba.
Se levantaba a las 5:45 a.m, cocinaba su desayuno y almuerzo. Siempre les dejaba unos cuantos desperdicios de su comida a perritos hambrientos de la calle en su camino al trabajo. Dicho trabajo le quedaba sólo a dos cuadras de su casa. El Grupo Memorial Choi siempre estaría abierto al público antes de las 7:00 a.m.
El día después de la salida al bar, se sentó en su escritorio con un mínimo de resaca, comenzó a trabajar en el papeleo de personas que aún vivían, pero querían apartar el servicio de la funeraria por adelantado, antes de que el final de sus días llegara.
Choi Siwon regresaría pronto y Kyungsoo se estaba asegurando de que todo estuviese perfecto para su regreso.
De alguna manera sus pensamientos se deslizaron hasta Jongin. El moreno no le había caído bien desde el momento en que lo conoció. Jongin aparentaba ser una persona que siempre lograba lo que quería tomando ventaja de su apariencia. Él era carismático y extrovertido y eso…eso le daba asco a Kyungsoo.
La inusitada voluntad del moreno de conocerlo mejor le provocó un mal presentimiento al mayor. Al principio quería verlo sufrir y honestamente, luego del momento en que utilizó un bálsamo para labios luego de haberlo aplicado en los labios de un muerto, pensó que Jongin se alejaría para siempre.
Pero no lo hizo, ni siquiera luego de vomitar hasta su alma ni tener arcadas simultaneas con Sehun y una mínima parte del cerebro de Kyungsoo le decía que tal vez, sólo tal vez a Jongin en realidad le interesaba conocerlo, que estaba interesado en él.
Luhan había opinado que Jongin definitivamente quería obtener algo de él, pero aún no podía descifrar qué.
Pronto a Kyungsoo le comenzó agradar Jongin, el moreno empezó a gustarle como amigo y luego de casi dos meses, como algo más: Le comenzó a parecer atractivo.
Recordar la manera en que se besaron la noche pasada lo hizo gruñir y taparse la cara con sus manos. ¡Qué distracción! Una muy, muy deliciosa distracción, para ser honesto.
La puerta de vidrió se abrió y la razón principal de sus pensamientos entró sonriendo.
No, negro, hoy no es un buen día.
-¡Hola!-dijo con su sonrisa perlada, tenía su cabello hacia debajo de nuevo, justo como a Kyungsoo le gustaba.
-¿Qué puedo hacer por ti?-le pregunto como usualmente lo hacía.
-Sólo vine a ver si no estabas con resaca. Incluso compré medicamentos por si acaso. -Jongin simplemente necesitaba una excusa para ir a verlo ese día.
¡Ugh! ¡Maldito bastardo considerado!
-No tengo resaca, de alguna manera soy invulnerable a eso, pero de todos modos éste no es el lugar ni el momento para…
Y ahí estaba Jongin con su cara de “me muero por besarte” distrayéndolo otra vez y haciéndolo perder el hilo de sus ideas al hablar.
¿Acaso ese mocoso no sabía los lugares y momentos correctos para comportarse?
Jongin se inclinó para besarlo, como si fuese la cosa más natural de mundo en el trabajo de otra persona… ¡Un trabajo que resultaba ser en una Funeraria! ¡Por Dios!
Maldición, Jongin era demasiado despreocupado e irrespetuoso, eso detonaba el mal carácter de Kyungsoo. El más bajito se apartó bruscamente. -¡¿Qué mierda te pasa, Jongin?!
Todo era su propia culpa por dejar que sus hormonas lo dominaran y desistan ante esa piel morena besada por el sol, cuerpo esbelto…labios apetitosos, hermosos y coquetos ojos, sonrisa deslumbrante…
-¡Lo siento!-Jongin se disculpó, de pronto consciente de que se había dejado dominar por sus impulsos.
-¡No te atrevas a hacer eso de nuevo!-
A Kyungsoo le esperaba un arduo trabajo para editar de las cintas de vigilancia todas las veces que él y Jongin han estado a punto de besarse.
-¡Lo siento! ¡Me iré!
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-¡Arriba hombre!-Sehun lo regañó.
Jongin emitió un chillido inhumano. Se sentía horrible, rechazado y estúpido, pero nadie podría saberlo el porqué.
-Jongin, te necesito para que alegres a los clientes. Estoy molesto, sexualmente frustrado, insatisfecho y ¡tengo un dolor de cabeza que sin ninguna explicación ha descendido hasta mis huevos!
Jongin hizo una mueca de dolor y se incorporó, plasmó una sonrisa falsa en su rostro, trabajó duro como el empleado más amable de todos.
Durante el almuerzo había perdido completamente su apetito. Kyungsoo no quería besarlo más y eso le causaba dolor físico.
Tenía que ir a disculparse de nuevo, tenía que hacer que Kyungsoo pensara mejor las cosas y reevaluara sus decisiones. Ellos no podían dejar de besarse. ¡Sería un pecado!
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Largos días pasaron y Jongin esperó pacientemente por cuatro días. Él sabía que si volvía a ese lugar de inmediato Kyungsoo aún estaría molesto y todo empeoraría. Cuatro días de repente serán suficientes para que se disipara la molestia del mayor.
A la hora de comer, dejaba otra vez su comida intacta y salió por la puerta de Halmork con un elaborado discurso en mente acerca de por qué deberían seguir besándose, incluyendo todos los beneficios naturales que provoca la actividad labios con labios (Sí, Jongin se tomó su tiempo para hacer una investigación.)
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Kyungsoo firmaba uno que otro contrato, presionando su bolígrafo más fuerte de lo que debería contra el papel. Su teléfono insistía en sonar sin parar y él lo trataba de ignorar. Cuando decidió ver quién lo llamaba, leyó el nombre de Luhan y decidió contesta ya que podría ser una emergencia…o algo estúpido. Seguramente lo segundo.
-¡Soo! ¡Bebé!
-¿Qué?
-¡Cre…creo que estoy muriendo!”
-Entonces llama al 911,- le espetó decidió a colgar.
-¡Soo! ¡Escúchame!-Luhan imploró con la respiración entrecortada.- Me encerré en el baño de mi trabajo y…-se detuvo para respirar, como si tuviese un ataque de asma.- ¡Entré en pánico!
-Respira con una bolsa, Luhan,- Kyungsoo le dijo, rodando sus ojos. Ya se estaba acostumbrando a los “achaques” frecuentes de su amigo.
-Lo intenté, pero casi vomito,-le respondió.- Escucha, Kyungsoo, una linda chica de cabellos con rulos y lindos ojos coqueteó con Minseok ¡Tuve que irme de ahí antes de matar a todos!
-Luhan, cada vez que una chica la sonríe a Minseok, te quiere dar una pálida.
-¡Pero esta vez él le coqueteó también! Lo vi en sus ojos y… ¡Dios! ¡Llévame!”
-Sí, Dios llévatelo, ¡porque ya no lo soporto!
-¡Kyungsoo yah! ¡No seas tan malo conmigo!
-¡Es que no puedo más! Estás encaprichado con un tipo que trabaja contigo, no haces nada para por lo menos saber si le gustas o si es gay, solamente le hablas amistosamente y lo invitas ambiguamente a un bar. Una chica le coqueteó ¿Y qué? ¡El mundo no se va a acabar! ¡Tampoco significa que se vayan a casar!
Hubo un silencio en la otra línea y la respiración agitada de Luhan se calmó de repente.- Tienes toda la razón. El mundo no se va a acabar por eso…
Kyungsoo suspiró. –Me tengo que ir, el maldito troll toca timbres está haciendo de las suyas de nuevo.- Kyungsoo escuchó el “¡GRACIAS! ¡TE AMOOOO!” que le dijo Luhan y cerró la llamada.
Esa tarde había un troll que insistía en tocar el timbre del lugar y salir corriendo. El muy imbécil no se daba cuenta que Kyungsoo podía verlo claramente por medio de las cámaras de seguridad.
Esas ocurrencias no pasaban a menudo, pero definitivamente parecía que el joven troll encontraba lo que hacía extremadamente divertido.
Pero había elegido un muy mal día para burlarse de Do Kyungsoo. El recepcionista no había visto a Jongin desde hace varios días, lo cual lo hacía sentirse particularmente cascarrabias.
Caminó con extrema parsimonia y abrió la puerta, disimuladamente arrastrando a la persona “graciosa” dentro del lugar. El chico llevaba una gorra hacia atrás y tenía una sonrisa que se elevaba más en la comisura de sus delgados labios.
El chico emitió un chillido cuando Kyungsoo se posicionó detrás de él y le hizo una llave con ambos brazos, estratégicamente colocados en forma de un candado, aplicando una presión asesina. Dicho chico sólo puso poca resistencia porque en segundos sus ojos rodaron hacia atrás y se volvió peso muerto. Se había desmayado por la falta de oxígeno.
Se volvió demasiado pesado, así que Kyungsoo lo tiro sin ceremonias al suelo para luego limpiar sus manos de un inexistente polvo.
Kyungsoo lo arrastró lejos de la vista de la recepción con mucho esfuerzo.
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