El gran salón de fiestas estaba lleno de elegantes hombre y hermosas mujeres y donceles. Acompañado de música suave para acompañar los delicados movimientos, mesas con deliciosa comida de los chefs más reconocidos cortinas de seda cubrían los enormes ventanales de esa mansión. La mansión de los Kim donde se llevaba a cabo la fiesta en honor a que el joven de cabello azabache, desordenado, de mejillas regordetas y con dos ojos tan negros y profundos como dos pozos, de delicada figura y piel suave con un sensual bronceado, con un cuerpo curvilíneo y multimillonario Kim Jong Woon tomaba en sus manos la empresa de su familia.
En la entrada trasera de la mansión se estacionaba un Mustang, de donde bajaba un joven castaño de piel tan pálida como la luna que alumbraba las calles, de altura imponente y porte elegante, vestía un simple pantalón y una camisa fuera de su lugar sin corbata, cubierto por un saco. Entraba con sigilo ya que no era precisamente un invitado de honor, siquiera figuraba en la lista de invitados, es más tenía prohibido acercarse hay. Se enteró al querer entrar por la puerta delantera y que se lo impidieran, pero ya bastante conocía la entrada trasera por donde se colaba en las noches cuando no podía mantener las ansias de tomar aquel hombre de cuerpo delicado.
Jong Woon, saludaba de vez en cuando a sus invitados. O más bien a los de sus padres. Dio comienzo al baile.
-Bailamos.- se acercó a él un joven de porte elegante y fuerte cuerpo.
-Claro Siwon.- me tomo de la mano y me guio a la pista pase mis manos por sobre sus hombros. Y él puso sus manos en mi cintura y espalda atrayéndome asía él. Siwon era la mejor de mis opciones y desde mucho tiempo se buscaba una fusión con su empresa. Tal vez la mejor manera seria casándonos. Ayudaría a colocar a mi empresa en la más poderosa, daría honor a mi apellido y me olvidaría de…
Sin saberlo el baile termino.
-pareces distraído. Comento Siwon.
-necesito ir al sanitario.- no era muy propio decir eso pero de cierta manera conozco a Siwon y tenemos confianza, pero lo que necesitaba era aire, dejar de forzar a mis mejillas que dolían de sonreír fingidamente a todos, camine por la orilla del salón. De pronto sentí un fuerte brazo que me jalo asta detrás de una pared y unos labios devorar los míos, cerré los ojos disfrutando del beso, sentía una mano tomando mi cadera para unir más nuestros cuerpos, otra más descarada amasar mi trasero a su gusto. Cuando me libero y respire. Mire esos hermosos ojos avellana y piel pálida.
-crees en verdad que evitarías que entrara.
-que haces aquí Kyuhyun
-dándote lo que deseas, lo que esa gente no puede darte, y menos el idiota de Siwon, mira que permitir que ese cerdo te toque sí que estás loco.
-¡Basta! Siwon es un caballero, algo que tu jamás serás.-Kyuhyun ríe con descaro y burla.
-pero a ti no te gusta que sea un caballero. A ti te gusta que sea rudo. Te gusta cuando te poseo sin delicadeza, duro. Te gusta que con migo dejas de ser un muñequito de aparador y puedes ser Yesung.
-eres un bastardo, no tienes descaro, venir y arruinarme la fiesta. Con tu sarta de idioteces.
-¡heeee!... cálmate principito que así me deseas, crees que no sentí tu cuerpo estremecerse, crees que no sé qué justo en este momento tus pezones están duros y erectos rogando mis labios.-decía todo eso sin descaro y cerca de mis labios que mordía, para que no se revelaran y besara los suyos.-crees que no sé qué justo en este momento ya tu ano esta mojado rogando ser penetrado por mi pene que apuesto también ansias tener en tu bonita boca, o dime…¿Por qué te muerdes los labios?
Nada, nada de lo que desea era mentira, todas y cada una de sus insinuaciones eran cierta, pero no podía Kyuhyun es un bastardo, que muchas veces ya me ha hecho daño.
-¡Eres un Hijo de Puta!
-un gran hijo de puta…que deseas.
Sin más lo tome de las solapas del saco acercándolo a mis labios para devorar esos hermosos labios que siempre parecían tenían un delicioso tomo rosado y que usaba para lanzar sonrisas burlonas a todos, que usa para agredir, ofender y ser el más bastardo impertinente que he conocido, pero que también amo besar.
-vamos yeyé, vamos a viajar a las estrellas y visitar galaxias.
-eres un cretino.
-el cretino más grande, pero con el único que as alcanzado el máximo placer, y que amas tener entre tus piernas.
Ya no podía más lo deseaba tanto que me asustaba, sin más miramientos lo tome de la mano y salimos de la fiesta, mi fiesta. Solo escuchaba su risa burlona. Salimos y como suponía el Mustang estaba listo para los dos.
Kyuhyun maneja rápido sin consideración a los demás conductores que le lanzan maldiciones. Y sé que le encanta. Llegamos hasta un pequeño acantilado.
-hay están las estrellas todas para ti…¿seguirás molesto?- ríe- tu esperabas otras estrellas cierto. Suelta una sonora carcajada.
-eres un imbécil. Salgo del auto listo para alejarme de él. Siempre soy tan idiota que caigo ante él.
Me alcanza y me toma de la cintura presionando mi cuerpo al de él, y siento su pene rosar mis nalgas, ya erecto. Me gira y une nuestros labios, nuestras lenguas se buscan de inmediato. Me alza y enredo mis piernas en su cadera me dirige directo al capot del Mustang, besando mi cuello mordiéndolo, succionando demasiado fuerte que duele, pero me gusta siempre ha sido así con Kyuhyun todo en el me lastima pero, aun así sigo atado a el…¿Por qué?... tal vez porque… ¿lo amo?...
Me deja en el piso para bajarme los pantalones junto con los bóxer, me alza de nuevo esperaba sentir el frio del metal del capot pero no fue así, Kyuhyun ya había colocado su saco, siempre era así entre todo su salvajismo y necesidad era ¿dulce?, ¿delicado?... jamás detecte que era en realidad. Desabotono mi camisa casi rompe los botones. Cuando logra su objetivo devora mis pezones siempre le gusta entretenerse con ellos asta ponerlos rojos de tanto que los lame y chupa hasta que me provoca dolor, pero soy un masoquista que gusta de ese dolor, yo solo arqueo mi espalda ofreciéndolos. Hasta que logra su cometido, quita mis zapatos para quitar mis pantalones y él se baja los suyos me mira. Y lo se su lujuria es tanta que no se tomara su tiempo en prepararme, cuando decide hacer aquello siempre resulto lastimado pero ya lo he dicho antes soy un maldito masoquista. Y me gusta. Me encanta en ocasiones soy yo quien pide que lo haga así sin ningún tipo de preparación.
Siento desgarrar mi interior cuando se adentra en una solo envestida, quiero mirar su cara de satisfacción, sus ojos que no dejan de mirarme, hay algo diferente en esta noche, lo se lo siento, pero no puedo detenerme a pensar mucho en ello ya que mi mente se nubla mis ojos se sierran por el tremendo dolor mis ojos se humedecen. Su pene es enorme tanto que siempre me daña. Pero como disfruto. Se mueve y yo araño su espalda con cierta malicia, desquitando el dolor que aun siento y que el ignora por que comienza a envestir rápido… y… y preciso me conoce tan bien que a la primera da contra mi punto dulce. Una y otra vez. Da duro, es tan tremendo el goce que entierro mis uñas estoy seguro que ya está sangrando por que siento la humedad en su espalda. Me encanta marcar esa piel pálida, y a él le encanta porque gruñe y gime.
Hay algo que llama mi atención siempre pide que le diga lo bien que me hace sentir y ahora parece casi mudo.
-¿Qué pasa?... no me pedirás gritar que lo tienes grande. Ríe pero no detecto esa risa burlona.
-no… hoy solo dirás lo que quieras decir.
-no entiendo…- el muy desgraciado aumenta su velocidad
-aaaahhhh… aahhh… kyu.
- a eso me refiero.
-eres un…. Aaahhhh… cretino… aaaahhhh.- y me aferro a su espalda lamiendo su cuello.
Algo raro pasa. Disminuye su velocidad y acaricia mi espalda parece estar tomando su tiempo.
Trato de alejarme para reclamarle pero me sostiene con más fuerza. Sus envestidas son lentas pero certeras sigue presionando mi punto, y el sentir su enorme pene acariciar mis paredes me está haciendo llegar al orgasmo. Su pronta delicadeza me ha hecho sentir mayor placer.
-AAAAAHHH… siiii…. Kyu…- mi tan ansiado orgasmo llego.
-AAAAHHHH Yesung…- y sentí todo su semen lanzado en mi interior. Me molesto, no había usado condón. Me quería soltar y reclamar pero me sostuvo fuerte. Sentí mojada mi espalda… ¿estaba…llorando?
-tanto daño te he hecho que ya no confías en mi… ¿Cierto? Si, te herí, te engañe, te traicione y te mentí tantas veces. Pero eres el único al que he poseído sin condón sin ninguna barrera entre nuestros cuerpos.
-pero eso ya no importa… verdad porque tú me odias… y es lo mejor. No. Tú mismo lo dijiste soy un cobarde. Y mi mayor error como cobarde bastardo fue golpearte aquella ves ¿cierto?... Yesung te hare una única promesa… esta será última vez que me vuelvas a ver. Me iré y ya jamás te are daño. Me alejare para protegeré.
Salió de mí interior, enseguida sentí todo su semen, escurrir entre mis muslos ,siempre fue una sensación que me agrado, se vistió me dejo un beso en los labio y se alejó yo me quede así desnudo. Solo con mi saco que uso para cubrirme. Tratando de comprender todo lo que dijo. No sabía que hacer me vestí. Conduje directo a la mansión entre por la entrada trasera, evitando a todos, me metí a mi recamara, mire todo en total oscuridad, camine a mi cama y justo en medio había una rosa blanca y un sobre. Kyuhyun. Solo decía Kyuhyun. Sentí el peso de sus palabras. “me alejare para protegerte…”. Y no lo aguante llore, llore más que cuando me entere de la verdad. Es cierto que esta noche había ido con él en busca de nuestra última vez para decir adiós. Pero el que él lo hiciera fue más doloroso, porque sabía que era verdad, sabía que ya no volvería, y dolía, dolía demasiado. El llanto me ahogaba.
No sé cuánto tiempo paso hasta que logre respirar sin ahogarme por el llanto. Mire el techo y recordé como comenzó todo…
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