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El de la mala suerte por Kunay_dlz

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Notas del fanfic:

Personajes pertenecientes a Maki Murakami.

One-shot.

Notas del capitulo:

Advertencias: No tiene un final feliz.

                    No habrá continuación.

 

 

El de la mala suerte

 

Capítulo único

 

 

 

Una año más. Ya ha transcurrido una año más desde que Yuki y yo iniciamos esta… “relación”. Va todo de mi parte, literal. De alguna manera he de agradecer que Yuki me permita estar a su lado, aunque siga viendo a… sus “amigas”.

 

No he de mentir, en realidad me duele... demasiado. Cuando llego de la disquera siempre, siempre, siempre espero con ansias que él me reciba con un abrazo, con una caricia, con palabras de amor… ¡Demonios! Me conformaría con una simple mirada.

 

Pero, parece que pido demasiado.

 

Cuando quiero un abrazo, tengo que esperara a que él esté de humor, no abrumado ni estresado, no presionado ni meditativo, no reflexionando o en busca de información para sus novelas. Simplemente debo esperar.

Cuando quiero una caricia debo esperar a que él me dé una seña, un sutil movimiento de su mano izquierda cuando lo estoy mirando significa que puedo merecer el suave tacto de su piel. Sólo de observar cuando está cerca.

Cuando quiero, deseo una mirada, debo esperar, debo lucir bien para él, debo merecer que se fije en mí… para que se acerque, para que me mire a los ojos después de haber recorrido todo mi cuerpo; debo ser cuidadoso de no lucir simple o vulgar, debo ganarme esa mirada dorada aunque sea por unos segundos antes que se dé vuelta y me deje plantado ¿Por qué? Porque tiene “mejores” cosas que hacer. Sólo debo esperar. Esperar y esperar.

 

¡Odiosa espera!... Tomas todo de mí y no me dejas nada… qué cruel y qué triste es la espera. Ojalá que mi Yuki jamás la sienta. Un año más de espera… me parece suficiente.

 

Me pregunto… ¿Yuki habrá terminado? En verdad quiero volver a casa. No soporto que él lleve “amigas” a casa, no me gusta el tener que dormir en la misma cama que ellas, no me gusta sentir las mismas sábanas que cobijaron otros cuerpos, tal vez él las cambie pero sigo sintiéndolo de todas maneras, simplemente no me gusta compartir el lecho de Yuki… y, mío.

 

Ya van tres veces ésta semana que llego y veo un par de zapatos de más, entro con la tonta esperanza que sean de su editora y siempre unos ruidos inconfundibles que vienen de la habitación me golpean en la cara sin piedad, deshacen mi voluntad de amor eterno, hacen trizas mi corazón… entonces me doy la vuelta y salgo de ahí.

 

Me alejo del escenario de la infidelidad.

 

Me alejo de la posibilidad de enfrentar a Yuki y hacerlo enojar.

 

Me alejo del lugar que se supone comparto con Yuki al ser pareja.

 

Hoy está lloviendo y aun así deambulo por las calles, prefiero mojarme con lluvia que estar fijo en un lugar y hundirme con mis lágrimas… así se mezclan, lágrimas y lluvia. Camino con la cara escondida, camino con el peso de la traición, camino con el alma hecha pedazos.

 

Llego a ese parque donde lo conocí, una noche después de un concierto decidí fugarme por cinco minutos. ¿Quién lo diría? Cinco minutos cambiaron mi vida totalmente. Un encuentro, una cita, dos, tres y muchas más citas. Debo reconocer que a pesar de las citas… él ya tenía mi corazón desde el primer instante en que nuestras miradas se cruzaron… las otras salidas fue para conocernos mejor, para asegurarme que no me buscaba por ser el ídolo del momento y cuando me enteré quién era él, ya no me quedaron dudas. Me mudé con él.

 

Pasaron un par de años, y me enteré de la peor manera que las cosas cambian… si no luchas por algo, se te escapa de las manos; si das algo como un hecho, tarde o temprano lo perderás; los sentimientos deben renovarse todos los días o, todo se acaba. ¿Cómo es que sigo con él? Me lo pregunto cada que me veo en un momento similar.

 

La lluvia no para y no quiero que pare. Me sume en pensamientos elocuentes, me anima a ser realista con migo mismo, me abre los ojos y me quita esa venda del ciego amor.

 

Quiero gritar. Quiero que mi voz llegue hasta el cielo y alguien me venga a callar. Quiero desgarrar mi garganta con el esfuerzo en mi voz que el dolor le causa. Sigo llorando y no puedo parar. Esa es la misma banca en la que estaba disfrutando del lapsus de libertar in fraganti, esa banca me retuvo hasta que Yuki llegó, o ¿fue el destino acaso?

 

Quien quiera que fuere, no sé si agradecerle por lo bello que viví al inicio de esta relación o, maldecirle por que todo había sido una ilusión y ahora es cuando puedo ver la realidad.

 

Mi actitud ha cambiado, me lo han dicho mis compañeros de la banda; mis canciones son reflejos de alegría, me lo comentaron en programas de radio y tv; mi esencia dista de lo que una vez fui, me lo dijeron algunos fans… no puedo creer que mi relación con Yuki afectara también mi carrera. No puedo creer que incluso mis fans vean que he cambiado.

 

La vida personal y sentimental afecta muchas cosas, demasiadas… ¿Hace cuánto que no veo o hablo con mis padres y mi hermana? ¿Hace cuánto que no escribo una canción con mis verdaderos sentimientos? ¿Hace cuánto que me divertí con mis amigos? ¿Hace cuánto… que no sonrío de verdad? ¿Hace cuánto que dejé de vivir para mí?

 

Estos pensamientos me aterran, no me gusta lo que descubro con cada uno de ellos… ¿Por qué si no hay amor… si no hay un nosotros… sigo con él? ¿Por qué si soy el único que siente amor me ato a una posibilidad que no podrá ser?

 

Me dejo caer en esa banca, el peso de la lógica me planta a la tierra, siento cómo algo dentro de mí se rompe, el corazón ha dejado de tener el control y el cerebro por fin funciona. Tantos años… tanto dolor… para, ¿Esto? La solución es, alejarme de él… sacarlo de mí… olvidar el dolor.

 

El dolor no se olvida… de eso estoy seguro, tal vez se aprenda a vivir con él… ¡No! Eso tampoco funciona, he vivido con él este tiempo y no es para nada grato… algo se debe hacer con él. Algo que debo averiguar… de este día en adelante.

 

Mentiría si dijera que el paisaje ya no es tan gris.

 

Mentiría si dijera que me quité un peso de encima.

 

Mentiría si dijera que estoy bien.  

 

El paisaje es igual de gris y sigue lloviendo, el peso de la realidad es mucho más grande de lo que se puede creer y, definitivamente siento que voy a morir en cualquier instante… lo siento Yuki, pero esta vez no volveré.

 

Quizá valla con Hiro o con mis padres, en ambos casos tendré que soportar una reprimenda y luego vendrá el consuelo. Iré con Hiro, después de todo con él será primero el consuelo y luego la reprimenda. Creo que nunca podré agradecerle lo suficiente, Hiro consiguió la audición en la disquera, me animaba cuando no me salían las canciones y me apoyó cuando hice pública mi relación con Yuki.

 

Me levanto y me dispongo a seguir caminado con un rumbo esta vez, la casa de Hiro. Será difícil seguir adelante, pero no hay otra opción. No esta vez. Yo también quiero a alguien que me ame... mientras me recuperaré, curaré mi corazón para que cuando ese alguien llegue lo pueda amar como debe ser, nos amaremos como lo merecemos.

 

Esta lluvia no para. Espero no resfriarme o tendré doble reprimenda. Pero primero debo hacer una llamada. ¿El contestador de voz? Parece que aún no termina.

 

--Hola Yuki, soy Shuichi. Verás me parece que esta especie de relación entre tú y yo no puede continuar, una relación es de dos y sabemos perfectamente que la nuestra no es así. No busquemos culpables, mejor que cada quien siga con su vida.

>>Con respecto a mis cosas, alguien irá por ellas mañana. Gracias por los bellos momentos y por las sensaciones que me hiciste experimentar… Sé que no es correcto hacer esto por teléfono pero, tal parece que tu amiga aún no se va. Adiós Yuki.

 

No me gano nada con reclamar. El dolor no desaparecerá si enlisto sus fallas (yo también las tuve). Es hora de ir con Hiro, me pregunto si él podrá ir por mis cosas… es extraño, tengo esa sensación de ser observado ¿Con esta lluvia quién en su sano juicio podría estar afuera de sus casas?... A excepción mía… me recuerda la mirada de Yuki, su presencia… ¿Quién diría que después de un adiós lo primero que te ataca es el recuerdo de la persona a quien se lo dijiste?

 

Es hora de seguir adelante, es hora de disfrutar mi sueño de ser cantante una vez más, es hora de vivir para mí.

 

 

 

Fin. 

Notas finales:

Gracias por leer.


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