Ese día no era como muchos otros en el reino de Karasuno, si no, mas bien, era el día en el cual iban a nombrar a un nuevo rey.
Todo era muy quisquilloso, muy ruidoso y con muchos líos. Todo el pueblo estaba invitado a la coronación, y que si, todo el pueblo entraba en el salón del castillo ya que este era enorme. Pero obviamente, estaba lleno de guardias por el cuidado del nuevo Rey, ubicando también a todas las personas en sus perspectivos lugares. También fueron invitados condes, reyes y príncipes de otros reinos, para así, el rey tener amistades mas fácilmente.
Rumores del nuevo rey se esparcían, aunque muy pocas eran ciertas. Nadie, excepto los sirvientes del palacio, conocían al nuevo rey.
Ya cuando todo estaba preparado, cuando todos estaban listos, las trompetas sonaron y las puertas se abrieron. Todos estaban boquiabiertos cuando vieron a un joven de mas o menos 18 años de edad, con cabellos negros y cara seria, pasar por el pasillo, acompañado por su presentación del conde del lugar.
"Damas y caballeros, le damos la bienvenida al nuevo rey de Karasuno, el rey..KAGEYAMA TOBIO"
Muchos murmullos se empezaron a esparcir por el lugar. Muchas doncellas estaban felices al respecto de su edad, teniendo mas oportunidad de ser reinas. Otros, como los hombres, se quejaban de este por ser tan joven, pensando que no tomaría buenas decisiones. Los condes, reyes y príncipes se quedaron callados. Ellos no podían hablar hasta que el nuevo rey haga algo... No lo podían criticar ya que no lo conocían.
El conde tubo que callar la sala y prosiguió con la coronación. El Rey Kageyama se posicionó en su lugar y le hicieron un gran discurso sobre su reinado en el reino. Al terminar el largo relato y la aceptación del joven, le colocaron la corona sobre la cabeza y muchos aplausos se empezaron a escuchar en el salón.... Ahora era el rey de allí...y nada lo podía cambiar....
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Una semana después....
El joven rey se encontraba acostado en su cama con 3 chicas se mi-desnudas abrazándolo y acariciando lo para que jugara con ellas. Era temprano y el joven no quería despertar. Pero el sonar de la puerta hizo que abriese los ojos....
- Adelante~ -dijo de forma dormida, vaga y cansada. La verdad es que no quería ya empezar con sus tareas del rey, quería seguir descansando por un rato mas,hasta que el quiera, pero tareas eran tareas.
Se abrió la puerta, dejando pasar al sirviente favorito del rey, Daichi Sawamura. Este sirviente era uno de los mas respetados y responsables del palacio. Era el cual estaba a cargo de decirle todo al rey y también el que hacia las tareas mas complicadas. Si se equivocaba en una sola cosa el seria despedido.. Pero hasta ahora nunca había pasado.
- Rey Kageyama, espero que no se le haya olvidado que hoy, todo el pueblo y reyes de otros reinos venían a darles ofrendas...no? -dijo con un tono amistoso con el. Al ser el sirviente mas querido del rey, tenían mucha confianza entre los dos..- Todos lo están esperando...
- ...No era la semana que viene? -pregunto confundido, sentándose en la cama de inmediato, comenzando se a cambiar- Daichi me debías de haber despertado antes por esto! Ahora quedare mal ante ellos... -decía mientras se ponía su traje con la capa y la corona de oro en su cabeza-
- ....Vine tres veces a despertarlo, mi rey... Pero usted siempre me interrumpía pidiendo 5 minutos mas... Así que no me resistí... Pero tranquilo! El pueblo cree que esta trabajando, así que no se preocupe, solo apure se y ya~
- ...Tsk, ya va, ya va, ya estoy listo.. -dijo mientras se acomodaba un poco el cabello y salía de la habitación- solo quiero que saque a estas prostitutas de mi cama por la puerta de atrás, yo iré a atender al pueblo, con permiso...
- Si, mi Rey...
Se despidió del sirviente y con rapidez fue a la sala principal, en la cual una larga fila se encontraba esperando a que el rey viniese y se sentara en su asiento, aceptando sus ofrendas. Antes de entrar al salón,se acomodo un poco sus ropas y se fijo si estaba presentable para el pueblo.
Sin mas, entro y con una sonrisa saludo al pueblo al compás de la presentación. Se sentó en su asiento y empezó a fijarse de las ofrendas..pero..mientras veía, se encontró con un rostro hermoso, uno con el cual le había hecho que su corazón se detenga... Pero era un chico. Era peli naranja, con ojos naranjas claros y piel pálida, pero... Tenia tristeza en su rostro, y quería saber el por que...
La fila se iba moviendo, acercándolo cada vez mas a el peli naranja, casi todas las ofrendas eran simples ya que eran del pueblo. Le regalaban animales, comidas bien preparadas y hasta prendas lujosas.
La fila se detuvo en el momento que a un conde le toco dar su ofrenda. Este era muy hermoso, peli plateado, con un lunar bajo su ojo y una gran sonrisa en su rostro. Hizo a todos en la sala ponerlos incomodos por su hermosura, pero al que mas le afecto fue al sirviente real, que al aparecer y ponerse al lado del rey, sus ojos se encontraron y ambos se sonrojaron, pero el conde solo rió nervioso y se acerco al rey para mostrar su ofrenda.
- Mucho Gusto, soy el Conde Sugawara y vengo a traerles unas de mis mejores joyas, mi rey....- dijo con voz elegante, haciendo una pequeña reverencia mientras le mostraba las hermosas joyas. Luego miro al Rey y sonrió susurrándole- Le traeré mas para la fiesta de esta noche...
Luego de eso, se despidió con otra reverencia y fue el momento de otro habitante..el peli naranja, pero era llevado con una correa por una gran señora...
- Mi rey... -la voz de la anciana sonó y agarro con mas fuerza al joven, tirándolo enfrente de las piernas del Rey- El es mi hijo, Y te lo quiero dar de ofrenda como una muestra de gratitud. Puede ser un buen sirviente y esclavo también... Ademas es virgen mi Rey...
- Señora, no podemos aceptar.. - Daichi interrumpió la descripción de la señora, pero la mano de Kageyama lo detuvo- ...Mi Rey..no..
- Muchas Gracias, Señora... Daichi, llévalo a mi habitación y ponlo cómodo.. Desde ahora será tu nueva casa amiguito..
El peli naranja le tiro una cara de odio e intento soltarse, pero le fue imposible, ya estaba siendo arrastrado por el sirviente hacia una habitación gigantesca y lujosa.
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Ya cuando todo el pueblo le termino de dar ofrendas, pudo volver a su habitación, pero ya era de noche... No le podía hacer nada al peli naranja. Entro a la habitación y abrió su mueble, viendo como se iba a vestir para la Fiesta que comenzaría en mas o menos una hora. Pero sus pensamientos hacia ello se interrumpieron al escuchar una hermosa voz a sus espaldas...
- ... Porque me haces esto, mi Rey? Déjame ser libre... Por favor... -pedia suplicándole al mismísimo Rey, acercando ele, besando sus pies- por favor... Déjeme ser libre...
- Lo siento jovencito, pero ahora me perteneces y pienso hacerte mi reina si te portas bien conmigo.. -dijo besándole una mano con ternura- pero también te quiero conocer, pequeño cuervo.. Lamentablemente no será ahora, tengo una fiesta en la cual participar. Pero mas a la noche te puedo complacer lo mucho que quieras...
- Complacer...? Lo siento... Que dices Rey? Yo... Yo seré como un esclavo sexual..? Una prostituta para ti?
- Si.. Tu madre me ha dado a ti para tener a alguien con quien jugar, pero será mas tarde hermosura, debo atender reyes en estos momentos... -se le acerco a el y le dio un beso en los labios- sabes bien, Hinata...
- C-Como me conoces bastardo? -dijo mientras le empujaba y caía en la cama... Le había besado. Enserio seria un esclavo sexual...su amante?