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Yes, My King por SweetpeaMomote

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Notas del capitulo:

Odienme, peguenme pero volvi!! Estare ahora al dia, escribi dos capitulos, pero los estare subiendo por semana. Sin mas que decirles, aqui esta el capitulo!

El pequeño pecoso se despertó al sentir un ruido en su panza, al parecer, el hambre lo había despertado. Abrió los ojos lentamente, acordándose del lugar en donde se encontraba en esos momentos, el reino de Karasuno. Se sentó lentamente por su abultado vientre de 4 meses y se quedo observando la habitación, había algo que faltaba allí....

-          T-tsukki?  - el pecoso pregunto para sí mismo, buscándolo con la mirada. Tal vez se había ido al baño, o tal vez fue a pasear. Nunca le había gustado estar solo en un lugar desconocido, pero debía buscar a su pareja.

Puso uno de sus pies desnudos en el frio suelo y se estremeció. Luego bajo el otro y se paró de la cama, pero al hacer eso, alguien ya había regresado.

-          Yamaguchi despertaste…  -dijo el rubio entrando a la habitación, cerrando la puerta detrás suyo. Admiro al joven de arriba abajo y lo miro molesto- Te dije que no te pararas y que te quedaras acostado… debes descansar por el bebé – Luego de decir aquello, se acerco a este y lo sentó en la cama, dándole un beso en la frente.

-          Perdón Tsukki… al no verte aquí me asuste y quise ir a buscarte – Dijo el moreno, sentando a su pareja a su lado, acariciándole las frías y pálidas manos de este – Me dijiste que no te irías a ningún lado, mentiroso.

-          Tadashi sabes que debía buscar a mi tío... realmente te quiere conocer – al decir eso, la piel del pecoso se erizo, asustándose un poco- No tengas miedo, no creo que quiera hacerte nada… si hace algo, sabe muy bien que tiene consecuencias de mi madre…

-          Solo tengo un poco de miedo, no es nada – recostó su cabeza en el hombro de su querido y empezó a acariciarle el cuello – Y…? De que más hablaron?

-          Bueno… al parecer tiene problemas amorosos… pero no me quiso decir nada de ello… -dijo sacando un largo suspiro de sus labios, para luego mirar a su pareja y darle un corto y dulce beso en la frente- que bueno que yo no tengo ningún problema de esos… creo que escogí a la persona indicada~ -aquello hizo sonrojar al contrario, sacándole una sonrisa.

-          Hey Tsukki… -su sonrisa se borro para admirarlo y luego mirar al suelo- …Hace…Hace mucho que no me tocas. Tú crees… que tal vez ahora----fue interrumpido por el rubio que le miro seriamente.

-          Tu sabes que no podemos hacer esas cosas con el bebe adentro – suspiro y le miro dulcemente para no lastimarlo- Yo te necesito y tu también… pero el bebe es más importante…

-          PERO! –Yamaguchi callo al más alto y le miro con un poco de esperanza- tal vez si solo me tocas un poco el pecho y yo el tuyo… y si solo nos tocamos la parte baja no le haremos daño a el niño! Yo quiero que me to----su labios dejaron de moverse porque otros labios contrarios se posaron sobre aquellos. El moreno fue recostado de a poco en la cama, siendo hipnotizado por los ojos del contrario.

-          Está bien… no debes seguir… pero solo un poco, pronto será la cena y tienes que estar presentable –sin más decir, el rubio empezó a besar tiernamente a su amado, pero luego de unos minutos, los besos se volvieron más apasionados, empezando ya con los toques en el cuerpo…

-          Tsukki… te amo…AH!

 

 ***

 Takeda se encontraba recostado en la cama, mirando con ojos tristes el suelo. Sus caderas no paraban de doler y seguramente ese dolor no se iría hasta aproximadamente un día sí, no hacía nada más con el Rey. El sabia la razón de su tristeza, estaba decepcionado, el pensó… que Ukai si lo recordaba…  y que el mayor si haría su promesa…

Tiempo atrás…

Un pequeño niño de cabellos negros corría por el pasto de un campo, jugueteando con las aves e insectos de allí. También corría con las cabras que lo seguían hasta donde él iba. Siempre era igual, correr todos los días a la misma hora, donde la brisa era la más linda y el sol el más cálido… pero eso cambio cuando aquel pequeño se encontró con un joven rubio llorando en los jardines cerca de su casa. El pelinegro se le había quedado mirando, un tanto miedoso de preguntarle que le pasaba, pero con un poco de valor, se acerco y le acaricio el hombro.

-          S-S-Sucede a-algo? T-Te lastimaste? –eso fue lo único que se animo a decir en aquel momento. Se quedo observando a que el otro le respondiera. Cuando los ojos de ambos jóvenes se juntaron, hizo que el pelinegro se sonrojara un poco y se apartara avergonzado.

-          No… está bien, yo...*sniff* yo solo no quiero estudiar mas y me fui de mi casa *sniff sniff* -vio como este se limpiaba los mocos que se le caían por la nariz. Sonrió ante la respuesta y se sentó a su lado, sonriéndole para que dejara de llorar.

-          Está bien, pero no debes escapar de tu hogar… deben estar preocupados por ti si te portas así. Seguramente deben estar buscándote… - la respuesta del joven, hizo que el contrario dejara de llorar y lo viera confundido.

-          T-tu… no me reconoces? –dijo mientras le miraba con los ojos un tanto rojos por llorar.

-          Uhm... no, lo siento… -dijo y el niño se acomodo los anteojos para observarlo mejor.

-          … -el silencio se apodero entre los dos, pero de repente, el rubio se paro y lo abrazo- SE MI AMIGO POR FAVOR! –aquella propuesta lo había impresionado un poco pero con timidez asintió y observo a su compañero con una sonrisa.

-          Me llamo Takeda… mucho gusto!

-          Y-Yo….uh...Yo soy Ukai… espero ser muy buen amigo tuyo!

Desde aquel momento se hicieron inseparables. Corrieron por los campos juntos, jugaron, charlaron y crecieron un poco juntos. El joven rubio le había ocultado al pelinegro que era el príncipe de otro lugar, pero siempre por el bien de ambos… hasta que un día, se tuvieron que despedir un poco… tristemente.

El rubio ya con 12 años corría hacia el pelinegro. Parecía exaltado, cansado, y  frustrado. Al llegar a su compañero, le tomo la mano con fuerza y se fue corriendo con él hasta esconderse. El pelinegro en esos momentos no entendía nada y por eso le miraba confundido. El rubio jadeando, se acerco a él y le tomo ambas mejillas, mirándole con pena.

-          Lo siento… pero llego el momento en el cual me debo ir de aquí… -esa frase hizo que el otro le diera casi un ataque al corazón… que estaba diciendo? Lo estaba confundiendo más.

El joven de cabellos negros aparto la mirada con tristeza y confusión, pero las manos del rubio hicieron que sus rostros se volvieran a juntar.

-          Escúchame si? Estuve guardándome este secreto desde que nos conocimos por nuestro bien, aunque sabia desde pequeño que esto iba a pasar… Takeda… soy un príncipe, no soy de aquí, soy de otro reino que no conoces… - Eso hizo que el otro niño se apartara de él… todos esos años fueron una mentira. El joven iba a hablar, pero el rubio lo callo, continuando con lo que debía decir- No importa eso ahora, yo… yo siempre fui yo contigo… pero, este va a ser nuestro adiós… tengo que volver…tengo…tengo que volver a mi país natal… -en ese momento ambos niños empezaron a llorar. El pelinegro tomo con gentileza las manos del rubio que se encontraban en sus mejillas- No tengo mucho tiempo para despedirme y quería pasar mis últimos momentos aquí contigo… -después de eso, el pelinegro al fin pudo hablar, pero a llantos.

-          U-Ukai… t-te…te olvidaras de mi… n-no podre..ugh..no p-podre volver a verte… -luego de eso se largo a llorar, abrazándose a su amigo.  Desde pequeño fue el único compañero que tuvo  y ahora…estaría solo – C-Cuando...ugh…cuando podre volver a...ugh…verte?

-          No…no lo sé… pero... mírame… -las manos del rubio volvieron a las mejillas del pelinegro, haciendo que este le mirara directamente a los ojos- Prometo… con mi alma, que cuando crezca te buscare y volveremos a estar juntos como ahora… y además Takeda yo siempre quise decirte algo… yo… -el rubio fue interrumpido al escuchar unos pasos aproximarse… eran los guardias que lo venían a buscar. El pelinegro lo abrazo pero no lo dejo de mirar.

-          Ukai… t-t-te vienen a buscar… -dijo llorando, aferrándose más a él.

-          Lo sé, pero escúchame! Solo tendré esta oportunidad de decírtelo… Yo… Yo siempre te he amado! –luego de aquello, el rubio le dio un beso medio torpe al contrario, haciendo que ambos se sonrojasen. Luego de unos minutos, se separo para admirar el sonrojo del contrario y sonrió- Cuando te busque… te daré este mismo beso… por si te olvidas de mí… Ya debo irme Takeda…- Se separo de el de a poco. Estaba a punto de irse, pero el pelinegro lo detuvo, dándole otro beso en los labios, uno más torpe aun pero… un tanto más tierno. Eso hizo sorprender al rubio, que de a poco lo separo…- Adiós Takeda…

-          A-adiós Ukai…

Lo último que recordó ese niño fueron los dulces labios de su amigo… hasta ahora… pero… el contrario lo había olvidado todo.

Takeda al recordar todo aquello, empezó a derramar lágrimas. Toda su lucha por ir junto a Ukai y ahora… se encontraba con que él no lo recordaba. En aquellos momentos, deseaba morirse…

 

***

Daichi al encontrarse al peli platino en el pasillo, decidió caminar más sigilosamente. Al ya estar muy cerca de este, lo abrazo de atrás, asustando al duque, haciendo que riera y le mirara con ternura.

-          Daichi… no me vuelvas a asustar así… -dijo sonriendo amorosamente, dándole un dulce beso en la roja mejilla del sirviente.

-          Creo haberte dicho que te quedaras en mi habitación… -dijo mirándole sensualmente, mientras emboscaba los labios del contrario, formando un apasionado beso- No quiero que el Rey Ukai te encuentre, podría pasar algo muy malo… y tu sabes que no me gustaría para nada… -luego de decir eso, hizo un puchero, haciendo que el duque riera y le diera otro dulce beso en la mejilla.

-          Tu sabes que no me gusta estar encerrado en una habitación y menos por mucho tiempo, estuve todo el día encerrado… eres malo. Creo que a la noche será mi turno de castigarte… -dijo mientras se separaba un poco de él, pero luego era nuevamente aferrado al sirviente.

-          Oh no, no, no, no… tu eres el que se ha portado mal… -dijo mientras con delicadez, fue dirigiendo sus manos hacia el redondo trasero del duque- Tu mereces el castigo, lindo duquecito~~ -luego de eso, apretó un tanto fuerte su trasero, haciendo que el contrario saltara de la sorpresa y luego le mirara con una sonrisa.

-          Basta Daichi… debemos guardar esto para la noche… -dijo mientras se separaba de él y se ponía enfrente del sirviente- Aunque si quieres, podemos empezar ahora y dejar otras cosas para después~ -dijo y le empezó a desabotonar la camisa al contrario.

-          Oh sí, con gusto! –cuando el sirviente se iba a lanzar al peli plateado, el contrario lo detuvo, poniéndole un dedo sobre los labios. Daichi le miro confundido.

-          …Daichi-san… tú… tú realmente me amas…verdad? –dijo medio incomodo, empezando a mirar el suelo en vez de a su actual novio.

-          …Que dices? Te preocupa algo? Si es así, te responderé… eres la cosa que más amo en este mundo. Eres…Eres perfecto y tú crees que no te amo? Yo… te re contra amo! –dijo y le abrazo, dándole un beso a su amado.

-          Uhum” –el duque rio y luego con una sonrisa le quiso preguntar algo- Entonces… Quieres ir a vivi---- fue interrumpido al sentir una voz masculina atrás suyo… era el Rey Ukai.

Daichi se separo un poco del duque y se puso delante de él, para atender al Rey.

-          Sucede algo, mi Rey Ukai? –dijo haciendo una leve reverencia.

-          …Tengo hambre, por favor, quiero que en 5 minutos este la mesa en el salón principal. Hagan mucha comida, invite al Rey y a mi primo junto a su pareja… y si quiere ya que estamos… -aparto al sirviente y tomo la mano del duque, dándole un beso en esta- Buenas, Duque Sugawara, no sabía que se encontraba aquí… que tal si tenemos en la mesa a usted también? –Suga se sorprendió y asintió levemente, mientras con timidez apartaba su mano- Vamos sirviente, que esperas?

Daichi miro con preocupación a su amado y Sugawara le respondió con un rostro que le iba a dejar tranquilo. Sin más, el sirviente suspiro e hizo una reverencia para luego irse de aquel lugar.

-          Qué bonito esta duque, hacia bastante que no lo veía… -dijo el Rey, mientras lo miraba con cara pervertida, acercándose un poco a este. El duque le miro con una cara de odio pero a la vez no.

-          Si, hacia bastante que no lo veía, es un gusto---fue interrumpido, al sentir como el rey lo abrazaba de la cintura y empezaba a masajear el trasero del contrario. Eso hizo que Sugawara se enojara y se intentara apartar de él.

-          Uhm… que lindo y suave trasero tienes duque, quisiera hacerte el amor, que te parece? Apetitoso, no? –dijo mientras se acercaba a darle un beso.

-          No, gracias, tengo pareja! –dijo y logro apartarse del rey, acomodando sus ropas, mirándolo un tanto enojado- no se te ocurra tocar mi…no se te ocurra tocar mis partes intimas otra vez mi Rey…

-          Pfft, que desperdicio… solo porque estas con un simple sirviente. Tú crees que te ama? Debe amar el dinero y seguramente dice que si a tu pregunta…- El duque le iba a contestar, pero el Rey ya se había ido de ahí.

 En esos momentos se sentía aliviado, no quería tener nada con aquel pervertido… quería irse con Daichi… pero este seguramente estaba trabajando.

 

 ***

Hinata seguía encerrado en el baño, no quería salir de allí nunca jamás. No quería tener un bebé y menos de un mocoso como el Rey de Karasuno. Sus ojos no paraban de largar lágrimas y su rostro era cubierto por sus piernas, para así, callar el llanto. Escucho como la puerta del baño se abría y Kageyama, el rey, se acercaba a él y le abrazaba por atrás. Eso lo sorprendió y quiso separarse, pero el Rey no dejaba que se escapase de sus brazos. Se giro a verle el rostro y darle una trompada, pero… el rostro del Rey estaba escondido en la espalda del pequeño, sorprendiendo aun mas a este.

-          Lo siento… - fue lo que logro escuchar del maldito Rey. Eso hizo que su llanto parara y lo vea confundido- Lo siento yo… yo lo siento… Sé que ahora no te puedes ir porque cargas seguramente a mi heredero… pero… lo siento… -Esas palabras hicieron que el peli naranja volviera a llorar. Su libertad, ya no iba a recuperarla… pero por lo menos el pelinegro se había enterado de ello…- Por eso… dame una oportunidad, conviértete en mi pareja… prueba amarme… hare que digas que me amas… -dijo y al fin mostro su rostro ante el niño.

El peli naranja le miro y le dio una gran bofeteada. Se escondió nuevamente en sus piernas y sollozo un poco más, mientras sentía el dulce abrazo que el Rey le brindaba. Intento parar de llorar y le miro.

-          No va a ser así de fácil… -dijo medio cortante mientras miraba aquellos ojos azules que el rey tenia, aquellos ojos que lo hipnotizaron al hacer el amor desesperadamente… pero esos ojos en aquel momento no mostraban furia ni perversión, sino preocupación y tristeza- tu me seguirás violando y tratando como un esclavo sexual…

-          … Si eres mi pareja, te hare el amor como es debido, te tratare como mi reina, te tratare con dulzura y amor. No tendrás frio y miedo nunca más. Cuidaremos juntos al niño que seguramente cargaras y lo haremos divertirse. Pero, al principio solo te dejare salir de mi habitación pero no del castillo, pero cuando tenga bien tu confianza, podrás salir y viajar conmigo a los reinos que quieras… serás feliz… lograre hacerte feliz – Esas palabras hicieron que Hinata le mirara sorprendido. Una lágrima apareció en su ojo y callo por su mejilla. Le dio un abrazo, escondiéndose en el cuello del rey. Empezó a sollozar pero las caricias que el pelinegro le hacía en el cabello lo tranquilizaban de a poco – Entonces… cuál es tu respuesta? –luego de eso… el silencio inundo el salón, esperando a que el peli naranja hablara.

-          Yo… E-está bien... pero de a poco, no creas que… que seremos tortolitos de un día para otro… -Dijo mientras se limpiaba las lágrimas y le miraba a los ojos.

-          Solo… te pediré eso hoy. Debo presentarte como mi pareja al Rey, porque si se entera de que cargas un hijo mío sin ser mi amado… se los contara a todos y mis votos bajaran…

-          … -el peli naranja lo miro molesto y solo pudo suspirar. Unas leves palabras pidieron salir de sus labios – Esta bien…

-          Entonces Shoyo Hinata, te declaro mi nueva pareja y futura “madre de mis hijos”

 

***

Luego de comer, Nishinoya llevo al pequeño a su habitación, ya que se había dormido en la mesa. Lo recostó en su cama y le beso la frente, dándole unas muy buenas noches. Se acerco a Asahi y le dedico una sonrisa mientras volvía a la cocina para lavar los utensilios que habían usado para comer. Asahi se quedo un rato mas observando al menor  y luego se acerco al más bajo para ponerse a su lado y ayudarlo a lavar.

-          Es un muchachito muy… muy travieso y energético… -dijo con una sonrisa, sin mirar a la cara al contrario... Todavía no podía creer que aquel niño era su hijo.

-          Si… pienso lo mismo… un niño muy problemático… -dijo riendo para que luego el silencio incomodo se reinara ante ellos. Nishinoya lo miro y luego corto el silencio haciéndole una pregunta bastante incómoda para los dos- Porque…me abandonaste sin decir nada? Porque después de saber que tendría un hijo tuyo escapaste? – Las preguntas aquellas hicieron que a Asahi se le cayeran un par de lágrimas.

-          Yo…Nishinoya… tu… -Asahi se seco las lagrimas y le miro un tanto enojado- Yo solo me fui de mi casa por tres días, para poder pensar, para imaginarme la vida que tendría contigo siendo padre! – Nishinoya lo vio confundido, asustándose un poco- Cuando supe la respuesta, cuando vi mi futuro… Regrese y te busque por todas partes! Pero al parecer tu ya te habías ido… - Eso hizo que Nishinoya se apartara un poco de él- … Yo… yo te sigo amando… - Antes de que el pequeño salga de allí corriendo, Asahi lo abrazo y le tomo ambas mejillas. Le miro a los ojos dos segundos y luego le dio un tierno beso en los labios- Lo siento tanto Noya… perdí tantas cosas de Kaoru, sus primeras palabras, sus primeros pasos… su nacimiento! Pero… por favor… dame otra oportunidad…te amo

El más bajo se quedo sin habla, el beso lo había paralizado. Estaba confundido pero… feliz? Miro a Asahi y al fin abrió la boca para decir nada más que 4 palabras…

-          Yo… también te amo – luego de aquello, se abalanzo hacia el más alto, comenzándolo a besar, acariciando su largo cabello y enredándose los dedos en este. Los besos eran apasionados, salvajes... EXCITANTES! Parecía que iban a hacer el amor pero fueron interrumpidos por una dulce vocecita infantil.

-          Mami?

 ***

Nekoma

Kenma estaba en el castillo. En sus manos llevaba la carta de visita al reino de Karasuno. Al fin podría salir de aquel castillo y viajar para encontrarse con su compañero de la infancia. Estaba dirigiéndose hacia uno de sus sirvientes. Le iba a dar la carta, pero el sirviente le interrumpió y le dio una carta que el rey había recibido.

Sin pensarlo dos veces, al ver el nombre del reino “Karasuno” escrito, abrió la carta y la empezó a leer, sonriendo ante lo que decía.

-          Con que… una invitación al reino de Karasuno para reunir a todos los reyes de todos los reinos del continente y poder charlar de un tema muy serio… -miro la carta que había escrito y la rompió, para luego subir hacia la oficina de su esposo, Kuroo y decirle la noticia – Kuroo… debemos ir a Karasuno, hay una reunión y tenemos que participar en esta…

-          Ve tu… yo no quiero i----fue interrumpido ya que Kenma dijo solo 4 palabras para convencerlo.

-          Va a ir Bokuto…-luego de eso, Kuroo se levanto de su asiento y se dirigió hacia su amado-  Aunque no sé cómo hará con Akaashi que ya tiene casi 8 meses de embarazo… -al ver a su esposo en frente suyo le sonrió.

-          Ve a empacar tus cosas, nos vamos a Karasuno. –Salió de la oficina y fue hacia su habitación para empezar a prepararse.

-          Qué fácil es convencerte….

 ***

Aobajosai

Oikawa penetraba a Iwaisumi muy rápidamente, a la vez que lo hacía profundo y muy placentero, provocando que este gimiera y gritara por el dolor y placer que recibía. Oikawa le gustaba decir muchos piropos y chanchadas mientras le hacía el amor a su más querido, así que debes en cuando, Iwaisumi le daba una trompada, pero su fuerza se iba al recibir más estocadas del Rey.

Iwaisumi escondía su rostro en el escritorio de la oficina y callaba sus gemidos con sus manos. Oikawa iba a correrse nuevamente en su interior, pero llamaron a la puerta. Al parecer, era uno de sus sirvientes.

-          Rey Oikawa, hay una carta para usted del Reino de Karasuno… es importante, mi Rey –al escuchar eso, el rey se detuvo y miro a Iwaisumi, se relamió los labios y le dijo un piropo mientras salía de su interior.

Se acerco a la puerta y la abrió un poco. Tomo la carta y le cerró la puerta en la cara al sirviente. Abrió el sobre mientras caminaba hacia su preciado sirviente y la empezó a leer al compa que penetraba nuevamente el interior de su sirviente.

-          Pft… aburrido… reunirse en Karasuno para hablar de algo serio? Ukai verdad…? Dios mío, es solo un Rey…- Tiro la carta a un lado y se volvió a concentrar en el placer, levantándole la pierna al otro para penetrarlo un poco más.

-          M-mi...Mi Rey…rey idiota...ahh...AHM! …y-ya…ya es hora de…DE TERMINAR AH! –intentaba no gemir, pero con su llanto era imposible... además, terminar ahora? Oikawa no lo haría, y menos cuando se vendría por 7 vez en su interior.

-          No no no… esto es tu castigo por no hacer el amor conmigo ayer y también tu castigo por gritar demasiado… haces que Raiga llore aun mas… -rio ante lo que dijo, pero con eso logro que recibiera otra bofetada en la cara- También será tu castigo por golpearme! –al decir eso le dio una estocada muy fuerte, debilitando por completo a su sirviente- así es...se mansito que así me gusta…

 ***

Pueblo Karasuno

-          WOHOO! E-EL REY ME PIDIO S-SER SU BUFON! SI! AL FIN TRABAJARE PARA ÉL! –dijo mientras saltaba en su cama y leía una y otra vez la carta- Esto es como un sueño! No lo puedo ni creer! –el pelado se retiro de su habitación para avisarle a su familia otra vez que sería el bufón.

Estaba increíblemente feliz… pero su felicidad se apago al ver nuevamente la carta... Así que iría al castillo de Karasuno mañana. Se encontraría con una persona que no deseaba ver... su ex novio…

-          Ennoshita…tal vez nos volveremos a ver…


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