Preguntas rondaban y hacían eco en la mente vacía de Baekhyun sobre lo que significaba amar a alguien tan genuinamente como lo había hecho con el último. Tibio, suave, y amable, el chico que sin implacablemente lo sostuvo en sus brazos durante la noche era mucho más de lo que merecía— un opinión oscura, pero verdadera, compartida por las masas que colocaban al jugador de basquetbol en la cima de su lista de los más buscados. El suave aliento que golpeaba su nuca le traía confort, pero un sentimiento se expandía en su pecho sabiendo que existía la posibilidad en el universo que quizá todo lo que era realidad pudiera ser probado erróneo solo por esta vez.
La vida era como un huracán, impredecible el daño que causaría e impredecible su existencia. En ese momento, mientras Baekhyun yacía acostado con los brazos de Chanyeol alrededor de su cuerpo adolorido, se dio cuenta de que lo que ellos tenían era mucho más que solo una tormenta ligera con un poco de lluvia. Era un huracán, fuerte en su alcance y temible en su vitalidad, pero sabía que ya no estaba escondido detrás de sus paredes de arena apilada, rezando por pasar la tormenta sin sentir una sola gota de agua. En su lugar, estaba parado en la playa rodeado por las olas estampándose, anticipando las nubes oscuras en el horizonte.
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Tal y como lo predijeron la serie de mensajes y declaraciones privadas de Kyungsoo, el fin de semana paso con un sentimiento de alivio, pero no tanto de unidad. Una decisión se había tomado por parte de Baekhyun; una que él sabía iba a causar una separación en la relación que más atesoraba. En el momento decisivo cuando Kyungsoo lo llamó, como una indicación para que el castaño siguiera al presidente del cuerpo estudiantil hacia el segundo autobús, éste último había decidido tomar la mano de Chanyeol. Y como si fuera para confirmar su decisión, Baekhyun llevó sus ojos al suelo como si se rehusara a mirarse caer de la gracia de Kyungsoo a través del reflejo de los ojos negros y quebrados del presidente.
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Aun sintiéndose un poco débil debido a su reciente enfermedad, Baekhyun no hizo ningún esfuerzo de caer en su usual rutina de perderse en su música mientras miraba el escenario pasar de forma borrosa. Entendiéndolo, Chanyeol, alcanzó su mochila en el suelo y sacó su celular y un par de audífonos. Luego, sin necesidad de pedir permiso, colocó uno de los audífonos en el oído de Baekhyun, ganándose una mirada curiosa mientras se ponía el otro.
“Pensé que tal vez querías escuchar algo” Dijo Chanyeol, sonriendo amablemente mientras abría la lista de música de su celular. “Debí haber cargado tu celular anoche, pero se me olvidó. Aun así, las buenas noticias son que, tomé algunas notas mentales sobre el tipo de música que te gusta, así que tengo algunas aquí que te parecerán conocidas. Bueno, eso espero.”
El jugador estaba demasiado ocupado divagando para notar la forma en que Baekhyun lo miraba mientras se desplazaba diligentemente entre la variedad de canciones. Mordiéndose el interior de la mejilla, Baekhyun cerró los ojos y recargo su cabeza contra la ventana fría a su izquierda, dejándose llevar por los pensamientos que iban desde la bondad de Chanyeol hasta la presencia de Kyungsoo. Era demasiado que pensar cuando el joven a su lado tomó cada precaución para asegurarse que tuviera una cobija para el aire mañanero. Por alguna razón u otra, dolía ser tratado con tanta intimidad y cariño, pero Baekhyun era egoísta, tratando de aceptar el hecho de que sabía que le había gustado la forma en que Chanyeol lo sostenía como una rosa delicada, a un suspiro de perder todos sus pétalos.
Sus ojos viajaron desde los labios del jugador de basquetbol a su mejilla y a la esquina de su ceja. Perfecto era mucha palabra para describir a un ser humano con defectos por naturaleza, pero había cierta resistencia en el castaño cuando el deseo de trazar las líneas afiladas de la mandíbula de Chanyeol se elevaba desde el vasto infinito del universo. El sonido el suave tarareo de Chanyeol era más fuerte que la música, y recostado contra el asiento, Baekhyun sintió el impulso de darse el placer de tararear junto con la canción, porque el gigante había tenido la razón. Le gustaba la canción. Posiblemente tanto como le gustaba…
“Chanyeol...”
Al escuchar su nombre salir de los labios del castaño, Chanyeol salió de su trance musical. “¿Si? ¿Qué? ¿Estás bien?”
Asintiendo su cabeza, Baekhyun le sonrió asegurándole. “Estoy bien”
“¿Estás seguro? Tengo algunas pastillas extra en mi mochila si tienes dolor de cabeza.”
“Ya no tengo dolor de cabeza. No necesitas preocuparte” Juntando sus labios lentamente, Baekhyun levantó su mano derecha y sorprendió a este último rozando su mandíbula con un fino dedo índice. “¿Sabes lo que es una pregunta hipotética?”
Estaba probado que pensar claro era difícil, pero Chanyeol se las arregló para aceptar el reto, asintiendo. “Una pregunta solo por curiosidad, creo. En realidad no tiene una respuesta correcta o incorrecta porque realmente no es una pregunta. ¿Porqué?”
“Porque yo tengo una” Moviendo su dedo lejos, Baekhyun no podía descifrar si la luz en los ojos de Chanyeol se difuminó o brilló con interés. “Hay que considerarla un debate abierto, sin ninguna respuesta definitiva ni implicación”
“¿Se supone que me debo de sentir tan temeroso por esta pregunta?” Chanyeol preguntó, riéndose nerviosamente mientras se inclinaba. Luego agitó su mano. “No importa. Solo dispara. Estoy listo”
Lentamente una pausa se arrastró sobre ellos mientras el silencio corto se estiraba antes de que Baekhyun ladeara su cabeza y dijera “Hipotéticamente, vamos a decir que me gustas, y que solo estoy molesto contigo la mitad del tiempo porque realmente no entiendes que hay muchas más personas allá afuera que merecen de tí y tu tonta persona”
Con la mandíbula colgando, Chanyeol pegó con el piso. “Qué parte de eso fue hipotético…” preguntó suavemente, tratando de buscar una respuesta en los ojos de Baekhyun. “Todo eso sonó muy real para mí…”
Determinado a seguir, Baekhyun ignoró las palabras del joven y continuó enfrentándolo, hablando platónicamente. “Y, vamos a decir, hipotéticamente, que estoy más asustado de salir contigo de lo que tú sabes”
“Baekhyun” De nuevo, fue ignorado.
“Y que...” La mandíbula de Baekhyun se tensó. “Digamos que tengo un interés en salir contigo. Hipotéticamente, ¿Qué pasa si me gustas tanto como la forma en que siempre te sales de la rutina para mostrarme todas las razones del porqué pertenecemos juntos?”
Era difícil respirar. La atmósfera se sentía tan sofocante, que Baekhyun sentía el terrible deseo de golpear la ventana con su puño y sangrar solo por la oportunidad de inhalar aire fresco. Los ojos en él eran serios, toda gentileza esfumada. En su lugar había unos ojos hambrientos de respuestas, Baekhyun se sentía como si estuviera a una palabra de ser comido vivo.
Con su voz baja y temblando, Chanyeol lo miró intensamente, cejas juntas mientras su pecho se movía pesadamente acompañando el errático movimiento de su corazón acelerado. “¿Cuál es tu pregunta hipotética, Baek?” Preguntó, diciéndolo como una orden. “Pregúntame lo hipotético”
“¿Cuánto tiempo crees que pase antes de que comencemos a movernos en direcciones opuestas, hasta llegar a un punto donde ya no funcione? Tus besos, tus pequeños gestos, ¿Cuánto tiempo durará todo eso antes de que todo se extinga con el tiempo?” Baekhyun bajó la mirada por un momento antes de encontrarse con los ojos de Chanyeol nuevamente. “Las cosas no duran para siempre, así que ¿Qué si estoy enamorado con la persona que eres ahora? ¿Qué pasa cuando nos aburramos el uno del otro o cuando los besos comiencen a convertirse en susurros del fantasma de nuestra relación?”
Lentamente, los ojos de Baekhyun siguieron la forma en que colgaba la cabeza de Chanyeol, perdido en sus pensamientos por un momento antes de encontrarse con la mirada de éste último otra vez. “Bueno, primero, estamos viviendo el presente, ¿Cierto? Lo entiendo. No sabes lo que va a pasar, y siento como si esto tuviera algo que ver con él, ¿Cierto? ¿Kyungsoo? Algo pasó que ahora todo lo que haces cuando me ves es ver un futuro hipotético, casi como si no nos imaginaras juntos, pero solo como si fuéramos a terminar.
“¿Y si eso es verdad?”
“¿Entonces por qué?” Chanyeol dijo, ojos enfocados y mandíbula tensa. “Yo no soy él y tú mismo lo dijiste. No lo soy y nunca lo seré. Lo que sea que él hizo, yo no lo haré—”
“Esa es una promesa terrible, Chanyeol”
“No lo sabes y yo tampoco, pero eso no me detendrá de dar lo mejor de mí como lo he estado haciendo todo este tiempo” Tragó, haciendo una pausa. “Cuando me miras, quiero que me veas a mí y solo a mí. Te daría el mundo para que eso pasara, lo sabes. Solo quiero que pienses en mí todo el tiempo sin tener que preocuparte sobre lo que pueda pasar, porque por más que al pensar en ese momento hipotético rompa tu pequeño corazón, también, me duele a mí, sabes, el que pienses tan deprimente y vagamente sobre mí cuando aún estoy sentado aquí pensando sobre cosas como mudarnos juntos y tener una mascota”
Baekhyun sonrió débilmente, riéndose sutilmente mientras ladeaba su cabeza. “Eres demasiado optimista para mí, Chanyeol”
“Uno de los dos tiene que serlo sino estaríamos en el paso uno para siempre” Dijo Chanyeol, sonriendo de oreja a oreja.
“Eso creo”
“Así que, um…” Estirándose, vacilante Chanyeol tomó la mano de Baekhyun. “¿Eso contesta tu pregunta hipotética aún a pesar de lo triste que me pone que todo lo que dijiste solo sea hipotético?”
El límite de una persona solo puede resistir hasta cierto punto antes de necesitar liberar toda la presión. Inclinándose, Baekhyun deslizó su mano por la curva del cuello de Chanyeol y lo besó en los labios, tomando desprevenido al joven hasta que respondió un segundo después, empujándolo para atrás y profundizando el contacto. Sin premuras, el gigante empujó el descansa brazos hacia atrás a su posición vertical, despejando la barrera entre ello y se movió más cerca.
El simple hecho de que estaban bajo la mira de aquello a su alrededor fue lanzado por la borda mientras Baekhyun aceptaba cada beso que le daban. Y cuando Chanyeol estuvo satisfecho con su boca, besó al castaño en la mejilla, las cejas, y eventualmente, su frente —dos veces.
“Creo que estoy enamorado de ti”
Cuando el jugador de basquetbol descansó su frente contra la de él, Baekhyun cerró los ojos. “Ya habías dicho eso, Chanyeol”
“Lo sé. Solo quería recordártelo en caso de que lo hubieras olvidado”
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El amor, la mayoría de las veces, nunca ha durado tanto como la temporada de verano, y Baekhyun no pensaba diferente.
Las noches de verano había pasado, envueltas en la oscuridad, pero resaltando indudablemente las luces en el cielo, y los días de verano habían pasado, cuando el amor parecía cálido como la luz del sol. El cambio era una fuerza inevitable, algo que no era extraño para Baekhyun.
La forma en que él besaba era rápido y débil, tanto que el castaño no tenía tiempo para corresponder. Sus caricias, su voz y hasta su presencia se habían ido, dejando solo rastros de muerte, y recuerdos perdidos.
Una parte de Do Kyungsoo nunca lo dejó, pero las cosas que lo hacían encantador habían desaparecido rápidamente con cada parpadeo. Su realidad era más de lo que Baekhyun podía entender, y la distancia entre ellos solo se hizo más grande con cada decisión que este último tomaba para mejorarse a sí mismo.
Todo lo que fuera hecho para un bien mayor nunca podría ser sin causar daño a lo antiguo. En alguna parte de esa declaración, entre tratar de alcanzar las estrellas y seguir un nuevo camino, un camino separado de él y que llevaba al éxito, Kyungsoo perdió el amor en su corazón para hacer lugar para deseos más egoístas.
Baekhyun había tratado de pasar los cambios en su novio por un efecto secundario del divorcio. Kyungsoo nunca habló de la separación de sus padres excepto para decir en voz baja cosas malas del amor y las uniones como una farsa, inconsciente de que su novio alguna vez escucharía.
Él cayó en las garras de la oscuridad, viendo solo a las personas por sus pecados y sus errores, y como se temía, con el cambio de estación al otoño también lo hizo Kyungsoo, y la calidez en él también murió.
El amor por cualquier objeto se convirtió en algo oscuro e irrelevante cuando Kyungsoo cambio sus metas y Baekhyun solo observaba desde su costado. El fútbol había sido su deporte, pero después de que la pelea por la custodia se resolvió y su vida fue dividida en las manos de dos individuos, él nunca volvió a tocar la pelota de nuevo.
Había momento cuando Baekhyun había intentado llegar a él con la esperanza de revivir la vida que una vez hubo dentro de él, pero pronto entendió que algunas cosas estaban fuera de su poder para resucitar. Y fue así como observó la decadencia del verano desde la sombra del árbol que alguna vez compartieron.
Cuando llegó un punto donde no había nada más que salvar, fue Baekhyun quien pidió que se separaran. Pero en ese momento, cuando vio la forma en que el rostro de Kyungsoo se contorsionaba ligeramente con sus ojos que parecían como si fueran a salir de su frío estado de coma, Baekhyun casi sintió como si viera una chispa del fuego que alguna vez hubo ahí. Sin embargo, para su error, decidió ignorar la señal de vida en los ojos de Kyungsoo que lloraba por ser reconocida, haciéndolo pasar por otro truco de su mente para sentir lástima por una causa perdida.
A pesar de que había observado a Kyungsoo convertirse en el insensible, pesimista, obsesivo al trabajo que era ahora, la única cosa que Baekhyun nunca pudo olvidar fue la forma en que este último se estiró para alcanzar su mano, y la sostuvo con tanta gentileza que el castaño pensó ya no tenía, y preguntó de forma suave y silenciosa:
“¿Está bien… permanecer como amigos?”
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El sonido del autobús no era suficiente para matar los pensamientos que corrían desenfrenados en un intento asesino. Kyungsoo observaba con ojos muertos mientras la vida afuera de su ventana pasaba sin ninguna apreciación, quemándose de odio y rabia debido al rechazo. Estaba envuelto como si el propio infierno de Lucifer lo agarrara, sin piedad por un corazón que se había vuelto negro.
Su corazón se aceleraba debido a la locura, hambriento de consuelo pero incapaz de buscarlo. Cerrados y atados, sus puños se rehusaban a abrirse, cerrando sus palmas y trabándolas, escondiéndose del mundo como había hecho con sus sentimientos. La respiración entrecortada de Kyungsoo lo mareo y lo volvió loco; había momentos en que tenía que recordarse como respirar.
Seguido las personas pensaban que no significaba nada perder a alguien, pero que significaba el mundo perderlo todo, y Kyungsoo estaba de acuerdo con las masas. Contento con el estado aislado de su mente y su vida privada, el final de su imperio mental era Baekhyun mismo—y nunca se había dado cuenta.
El castaño amable que hablaba suavemente era la única constante en su vida cambiante, pero ¿Su mundo había girado tan fuera de control que hasta Baekhyun se separó de la fuerza centrípeta que lo mantenía unido a él? Maldiciendo, Kyungsoo se contrajo de dolor.
Todo lo que él sabía es que había estado viendo todo en colores invertidos, había visto a las personas por sus mentiras, y creyó en sus errores. No había nada como la luz, y no había nada como un para siempre—emocional, física, mental ni espiritualmente. Todo en el mundo giraba alrededor de hechos, y el hecho que él sabía muy bien era que las cosas no eran indestructibles y las personas abandonan…
Las personas abandonan. Siempre abandonan. Unas o las otras, familia, amantes, amigos, vecinos, todos… Era un hecho asqueroso de la naturaleza humana, y Kyungsoo despreciaba todo eso. Las manos que lo hubieran ayudado a desaparecer. Las caras a las que se había acostumbrado se volvieron negras. El amor, la luz, el sol, el cielo y la vida que una vez existieron ahora no era más que una reflexión en el agua, y Kyungsoo mismo, interpretaba el rol de Narciso, enamorándose de esa imagen, las mentiras de la reflexión en el agua, cayendo a su suicidio.
Gotas mojadas cayeron de sus ojos, pero Kyungsoo no hizo ningún movimiento para limpiarlas. Demasiado ensimismado en la construcción de su alta torre, la caída era más de que lo pudo haber imaginado. Y mientras su armazón se quebraba, la vulnerabilidad lo atravesaba y no podía hacer nada más que dejar que saliera de él como la sangre que brotaba de una herida abierta. No tenía ni idea sobre qué hacer, o palabras de consuelo para él mismo. Era un estado en el que había rechazado sentirse desde el divorcio; una condición que rechazó durante el rompimiento; pero en ese momento, era un estado que ya no podía negar.
Colgó su cabeza apretando sus labios agrietados con la esperanza de que nadie en ese maldito autobús viera su momento de locura emocional, pero para su sorpresa, una mano entró en su vista borrosa, ofreciéndole sutilmente un pañuelo. Vacilante, Kyungsoo miró a su izquierda y atrapó los ojos del capitán de futbol en el asiento de a lado, perforando a través de él con sus ojos, juzgándolo pasivamente.
Sin pensarlo dos veces, aceptó el pedazo de tela, pasando por alto la forma en que la luz de la mañana chocaba con el rostro del chico en el momento en que habían salido completamente fuera del bosque.