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Sadness of dreams por Laia16

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Notas del capitulo:

Hola a todos, tenía ganas de publicar el segundo cap de este fic ^^

Bien, unas pocas aclaraciones:

 

  1. 1 - Este fic fue diseñado originalmente para la serie Kuroshitsuji, de hecho, lo ideé con otras dos amigas mias que pensaron que la idea era genial T_T Pero terminé cambiando los nombres por los de JR


  2. Ojala les guste, ya que en este hay más emoción que en los otros trabajos anteriores ^^ También me he esforzado más en los detalles y la narrativa...


  3. Antes me he equivocado, no era un "Nobel" era un "Pulitzer" en literatura xD (pero ya arreglé ese error) Lo del premio "Pulitzer" fue idea de mi amiga, a ella le encanta las cosas a lo grande

Salió del ascensor y su editora Frances lo esperaba con un enorme enojo. Pero no se sorprendió, sabía que había metido la pata.

 

-  ¿Que hacías con ese tipo? - preguntó Frances directa sin tapujos y sin rodeos - ¿otra vez te liaste con la persona equivocada? ¡Deja de recolectar flores por todos lados!

 

-  Oye, no fue mi culpa, fue él quien me invito a su habitación, yo solo jugué un poco, tampoco es que hiciese nada malo ¿o si? - Akihiko se sobó el labio y vio que tenía sangre

 

-  Te mereces semejante paliza, vamonos, esta noche estarás ocupado con otros temas más importantes...

 

Los dos salieron del hotel, Frances enojada con Akihiko y Akihiko herido pero bien orgulloso de su travesura.

Mientras, Aikawa, la prometida de Akihiko se preparaba para la gran noche. La noche de los premios Pulitzer. Eri Aikawa y Usami Akihiko, eran prometidos desde hacía solo un año, dos veces habían planeado seriamente su enlace y dos veces habían tenido que aplazarlo. Aikawa venía de muy buena familia, tenía buenos contactos y era una leona en la cama. Para muchos hombres, era la mujer perfecta, una female fatal. Pero para él, no era más que otro de sus negocios cerrados. ¿Entonces no la amaba? La amaba, pero a su manera. Ambos eran muy distintos. Mientras que él era serio, tranquilo y sin temperamento. Su prometida era todo lo opuesto. Le gustaba tener todo controlado, a sus padres, a sus contactos e incluso a su prometido. Sabía que Akihiko tonteaba con hombres y mujeres, lo aguantaba, lo aceptaba hasta cierto limite, pues amaba a ese hombre, por eso permitía que su prometido jugase sexualmente con otras personas.

 

Akihiko llegó al hotel, Crosby Street Hotel de Nueva York, donde se alojaría para la recogida del premio Pulitzer.

 

-  Escucha, Frances, ¿crees que soy tan bueno como para ganar ese premio? Ni siquiera sé por qué estoy nominado, hay grandes escritores que se merecen ese premio más que yo, ahora me siento asustado, incluso aunque no gane, soy feliz de haber sido simplemente nominado, eso ya es mucho para mi

 

-  ¿Que pasa? Pensé que tenías más confianza en ti mismo, debes estar seguro de tu increíble potencial, no estás solo, tus lectores te apoyan, tu debes ser el que se encargue de convertir ese apoyo en confianza en ti, no pienses demasiado en ese premio, será lo mejor – le aconsejó Frances como si se tratase de su hermano menor

 

Akihiko sabía que su editora tenía razón, no podía simplemente asustarse y mucho menos a esas alturas. Debía confiar en si mismo, de todas formas, ya no había marcha atrás, había sido nominado y había aceptado la invitación para la entrega de los premios. Echarse atrás era del todo imposible e inviable. Además, también su prometida iba a ir a esa entrega, el mismo la había invitado.

 

-  Necesito descansar, Frances, ¿podrías despertarme a las cinco de la tarde? Esta noche pasada no pude dormir muy bien – le pidió Akihiko cuando se encontraban frente a la puerta de su habitación – Gracias de antemano

 

-  No deberías preocuparte tanto, terminaras lastimando tu cuerpo, de todas formas, no te preocupes, te avisare a las cinco, supongo que hoy tampoco comerás...Te llevare un sándwith a la habitación cuando despiertes – Frances besó su frente – Relajate y tomalo con calma

 

El escritor se encerró en la habitación y se recostó en la cama, estaba agotado, además, pensaba que quizás no ganaría el premio, que quizás todo eso no era más que un sueño. Con esos pensamientos en mente, se durmió.

"Akihiko sintió un frío recorrer todo su cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, al abrir los ojos se vio a si mismo rodeado de un espeso bosque, de arboles altos que intentaban alcanzar las grises nubes del cielo. No sabía donde se encontraba, miró a su alrededor pero todo resultaba igual y confuso. Oscuro. Sin señales ni indicaciones por ninguna parte, no sabía por donde dirigirse. No conocía aquel lugar, era extraño. Era el bosque más aterrador que había visto jamás.

Una suave brisa movió las delgadas ramas de los arboles, provocando un sonido parecido a un lamento. Las ramas más gruesas rugían al rozar con las otras ramas, era una tétrica melodía.

 

“Tranquilo, solo es el viento” - se dijo a si mismo intentando razonar aquellos sonidos que escuchaba “No es nada, seguro que por aquí cerca debe haber algún lugar donde refugiarme”

Caminó sin un rumbo fijo, investigando aquel lugar, pero cada paso que daba, un nuevo sonido lo asechaba, en algunos momentos eran ramas caídas de los árboles, en otras solo eran las pequeñas piedras del suelo y en otras ocasiones era el propio viento.

 

“No es la primera vez que visito un bosque por la noche” Akihiko confiaba que ese miedo que sentía era por qué hacía demasiado tiempo que no veía un bosque nocturno.

Poco a poco el bosque se fue despejando, aquellos sonidos que resonaban con eco se iban quedando atrás y ante él se presentaba una imponente mansión, de estilo clásico y antigua, totalmente oscura, casi parecía una sombra, era negra como el carbón, pero quizás eso se debía a la falta de iluminación pensó Akihiko. Camino hasta unas escaleras gemelas las cuales se encontraban frente a la puerta de la mansión. Al poner su mano en el pomo de la puerta de la entrada, ésta se le lleno de un fino y grisáceo polvo “Debe de estar abandonada o desocupada desde hace al menos varios meses” Se dijo mentalmente el escritor limpiando su ensuciada mano con su propio pantalón.

Cuando abrió la puerta, la madera chirrió asustando un poco más al pobre hombre que buscando refugio entró en aquel lugar.

Por dentro seguía tan oscuro como por fuera, sin señales de vida, no sabía como orientarse si todo a su alrededor era de color negro. Lo único que sabía es que se encontraba en el hall de la entrada, pero no sabía como estaba distribuida aquella mansión.

“Esta mansión es una mansión del siglo diecinueve, seguramente si continuo en dirección recto me encontrare con otras escaleras” caminó y por poco tropezó. Un trozo de madera rota sobresalía peligrosamente del suelo. Esa madera estaba realmente podrida. Incluso el caminar resultaba peligroso en aquel lugar. Con un suspiro de resignación continuó caminando. Casi igual que en la entrada dos escaleras imponentes ascendían del suelo y se unían al centro de para después divorciarse hasta llegar a la planta superior. Subió escalón por escalón, hasta subir al primer piso.

A partir de allí, un laberinto de pasillos a la derecha y a la izquierda comenzaba. En cada fila había habitaciones a ambos lados, todas cerradas. Se decidió investigar por el ala derecha, intentando abrir puerta por puerta. Pero casi todas parecían estar cerradas con llave. Por suerte encontró una habitación abierta y entró. Era igual de oscura y negra que el resto de la mansión. Dio dos pasos más y chocó contra algo, lo palpó y se dio cuenta de que era una vieja mesa de madera. Siguió palmando y tocó algo muy blando y un poco áspero, era un peluche en forma de conejo, la tela había envejecido tanto que ahora era áspera al tacto. Algo en sus dedos comenzó a hacerle pequeñas cosquillas seguido de leves picores molestos. Al sobar sus manos se percató de que las tenía llenas de hormigas corriendo de arriba a bajo, movió sus manos intentando quitar esos pequeños insectos que se aferraban a la punta de sus dedos. Pronto descubrió que esa mesa también estaba carcomida por chinches y el peluche estaba infestado de hormigas. Salió corriendo de la habitación. Cerró la puerta de esa habitación y siguió caminado por el largo y fúnebre pasillo. Al final de ese lugar se encontraba una habitación. La intentó abrir pero esta no parecía haber sido cerrada con llave, más bien parecía que alguien la había atrancado desde dentro.

 

Miró por la mirilla de la puerta y vio una enorme habitación, las ventanas estaban abiertas y las cortinas roídas y viejas danzaban al son del aullar del viento. Aunque no pudo ver mucho más, pues era un pequeño agujero, con curiosidad forzó la puerta y consiguió entrar.

El olor era fétido y desagradable, pero la luz de la luna se reflejaba en el centro de la habitación.

Caminó hasta el centro y vio que la cama tenía un dosel, pero por desgracia no conservaba la belleza que tuvo en el pasado. El cortinaje de la cama estaba desgarrado y hecho jirones, en vez de ser de color blanco el material parecía tan gastado y por culpa de la humedad ahora era de color crema.

Esa habitación le daba cierta paz y tranquilidad, pero al mismo tiempo nostalgia y tristeza.

“Este lugar es extraño, evoca tantos sentimientos” pensó Akihiko en voz alta.

Alguien comenzó a golpear la puerta pero al girarse vio que no había nadie.

“Es solo mi imaginación” la tranquilidad que inspiraba esa habitación se esfumó de repente.

Los golpes en la puerta seguían resonando en la vieja madera, pero nadie había, solo él.

 

“¿Quien eres? ¿Por qué quieres descubrir mi pasado?

¿Es este el lugar que siempre soñaste? ¿Creés que es un maravilloso lugar?

Esta es tu imaginación

Tu que sigues viviendo en la hipocresía de esa humanidad.

Deja de soñar.

Lo que ves y lo que oyes es solo la voz inconsciente de tu interior.

No busques otra vez este lugar

Y

Conseguirás vivir en paz.”

 

La voz era parecida a la de un muchacho.

¿De donde provenía esa voz? ¿De quien era esa voz?

Nuevamente los golpecitos en la puerta volvían a oírse, el miedo era total. Su cuerpo estaba paralizado, no conseguía moverse.

No tenía sentido lo que esa voz acababa de decirle, parecía más bien un rompecabezas.

“Jamás busques darle un sentido a mis palabras”

 

La respiración agitada de Akihiko comenzaba a hacerle imposible respirar."

 

Después, todo fue silencio. Negro, oscuridad y soledad.

Notas finales:

Esto es todo.

Se aceptan sugerencias, preguntas, cualquier tipo de comentario ^^

Quizás publique también esta versión en la sección de Kuroshitsuji, aún no me decido...De momento, lo dejaré así :D

Gracias por ver!! À bientôt!

 


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