Capitulo 12: Noche de recuerdos.
Suspiró cansado. ¿Cuántas veces más iba a regresar a su mente el recuerdo de aquellas palabras?
“Olvida lo de anoche”
¿Cómo podría olvidarlo? ¿Cómo podría haber tenido sexo con la persona que amaba con locura, y luego tratarla como si nada hubiera pasado? ¿Acaso Key podía hacer algo así? Las interrogantes flotaban en su mente, con amargura, haciendo a sus ojos humedecerse. Había enviado mensajes, nada. Había llamado cuando llegó a casa, y nada; Key estaba en plan de ignorarlo. Soltó un suspiro, observando una vez más la quincuagésima llamada sin contestar, también los 27 mensajes que había enviado… parecía un acosador haciendo eso, y un idiota, a sabiendas que no quería hablar con él. Pero, ¿no fue así también lo de anoche? Fue a su casa, sabiendo que sería echado a patadas, o como mínimo, haría cabrear al pelinegro, y así había pasado. Sin embargo, todo acabó con una noche de pasión juntos. Dio vueltas en la cama, revolviendo las sábanas y aplastando la almohada. Quizá debió haber respondido… ¿Por qué demonios no lo hizo? Quizá… si hubiese dicho que sí todo sería diferente entre ambos.
Aún podía recordarlo, el cómo se sentía su cuerpo entre sus brazos, cómo temblaba ligeramente mientras le decía que lo amaba. Recordó el dulce embriagante de sus besos, su aroma, sus gemidos. Jong lo quería todo de él. No quería solamente su cuerpo, quería sus sentimientos, sus sonrisas, que todos los momentos felices fuesen junto a él, que en todos los momentos difíciles él pudiera estar para apoyarlo incondicionalmente. Quería estar junto a él. Ser por y para él.
Esas habían sido las palabras que tanto quiso decir siempre, ¿Por qué no las había dicho anoche? ¡¿Por qué demonios no lo hizo?! Era un verdadero problema. Lo había lastimado… más de lo que nunca quiso…
*
-Mierda…- apretó la mandíbula, sintiéndose impotente
Llevó sus manos hasta su rostro, hasta la entrada de su cabello, jalándolo con fuerza, para luego aflojar y volver a jalarlo con más fuerza que antes. Quería desbaratar todo a su alrededor, gritar con fuerza hasta cansarse y quedar afónico o dejar sordo a alguien.
Era una verdadera mierda. Kibum no contestaba el teléfono, y no era sólo con él, tampoco le contestaba a Minho, Onew e inclusive, evitaba al mismo Taemin. Trató de llamar a su casa, y su madre atendió el teléfono local, sin embargo cuando preguntó por Kibum su voz sonó sombría, apesadumbrada, deprimida, como si alguien acabase de morir. Acto seguido, luego de contestar que Key había salido a dar una vuelta, colgó de inmediato. Eso lo preocupó enormemente.
¿Por qué sonaba así? La madre de Key por lo general era bastante animada, igual que su hijo, y si no, al menos trataban de no mostrar cuan mal estaban. Sólo era posible notar esa expresión llorosa cuando realmente estaban mal.
Se mordió el labio inferior. ¿Qué podría haber ocurrido? Quizá no era nada más que el simple hecho de que Key no quisiera hablarle, pero eso no explicaba la actitud de su madre. Podría ser que no tuvieran nada que ver ambas cosas, o muy probablemente sólo era él mismo, que estaba paranoico.
Soltó un suspiro, agotado. Había pasado tanto en tan poco tiempo que aún le costaba asimilarlo todo.
-Jong, cálmate. Seguramente no es nada- sonrió el rubio, tratando inútilmente de aliviar a su amigo
-Cierto, Hyung. Si algo hubiese pasado, ya nos habríamos enterado- el castaño se acercó también con una sonrisa
-Gracias, Taemin- murmulló con la mirada fija en el suelo
-Bueno, nosotros ya debemos irnos- dijo Minho con algo de pesar, observando el reloj
-Vale. Hasta mañana, chicos- fingió una sonrisa mientras los despedía desde la puerta
Se despidieron con un movimiento de la mano, y justo cuando se disponía a entrar de nuevo a su casa, escuchó la voz del maknae llamándolo. Se giró para verlo extrañado, y lo encontró sonriendo- ¡Hyung, no te preocupes! Si Umma te quiere, no va a dejarte. Dale su tiempo- soltó una risilla y luego se giró, yendo de nuevo con los otros dos
El platinado de quedó ahí de pie como un idiota. Quizá tenía razón…
Quizá sólo debería dejarlo solo… pero, no podía dejar las cosas así. Tenía que aclarar lo de la noche anterior. ¡No podía dejar que pensara que tan sólo deseaba su cuerpo! ¿Debería esperar? ¿Debería ir a buscarle cuanto antes? Qué complicado.
-Todo sería más fácil si tan sólo el amor viniera con un manual- se mordió el labio inferior, con la mirada gacha
-¿Kim Jong Hyun?- escuchó una voz familiar que lo llamaba desde sus espaldas
-Sodam…- musitó en un suspiro
-¿Pasa algo? ¿Por qué estás en la puerta?- se acercó, inclinando la cabeza hacia adelante
-Despedía a Onew, Tae y Minho. Me voy a dormir. Mañana tengo clase- y sin decir más se dio la vuelta, esquivando a su hermana para irse a su habitación
Una vez ahí se lanzó sobre de espaldas a la cama, y se giró, quedando viendo fijamente a la pared de color verde azulado. Realmente, ese era un color muy bonito…
Flash back
Era 26 de Diciembre, e día después de noche buena. Se suponía que debería estar descansando en su cama, pero en lugar de eso estaba parado en la entrada de su habitación, con brocas y rodillos, mientras cierto pelinegro tenía dos latas de pintura, una en cada mano, con un overol lleno de manchas de pintura. Originalmente, parecía ser de blue jeans.
Soltó un suspiro- ¿Cuánto tiempo más vas ver mi habitación?- preguntó fastidiado
-Tus paredes son tan insulsas. El beige es tan neutro, parece aburrido
-¿Y?- ese chico comenzaba a exasperarle
-… Tú eres aburrido- infló las mejillas, haciendo pucheros
-Dije que quería pintar las paredes. Pero, ¿Por qué trajiste dos botes de pintura, diferentes?- arqueó una ceja
El pelinegro esbozó una sonrisa de oreja a oreja, y alzó ambos botes de pintura. En su mano derecha sostenía que, al parecer, contenía verde manzana, y el izquierdo uno de azul verdoso. Arqueó aún más las cejas, inquisitivo. Kibum protestó ante su expresión, haciendo un puchero con el ceño fruncido.
-Sólo tienes que escoger una, la que más te guste- alzó los botes hasta donde sus brazos le daban
-No quiero ninguna- volvió a renegar
-¡Vamos! ¡Sólo elige!
-… Ese- señaló el bote de pintura aguamarina (azul verdoso, como se les antoje decir)
-¡Genial! Entonces voy por los demás para empezar a pintar todo- dijo emocionado, dando saltitos hasta la puerta
-¡¿Qué?! ¡¿Todo mi cuarto de ese azul?!- lo detuvo a medio camino, cogiéndolo del brazo
-Sí
-No quiero que esté todo así…- masculló
El pelinegro lo pensó unos instantes, y luego sonrió. Señalando la pared contra la que estaba su cama, dijo: -Jong, ayúdame a correr tu cama
-¿Mi cama? ¿Para qué?- preguntó confundido
-Tú sólo hazlo- su sonrisa se curvó aún más
-Va-Vale
End flash back
Al final, habían acabado por pintar solamente una pared, y era la pared que estaba viendo en esos instantes. Se sentía mal de cierto modo; hasta en esos momentos, Key había sido tan atento como siempre, y estaba pasando por un momento amargo. Nunca se dio cuenta de lo mucho que significaba para él, hasta el momento en que fueron al cumpleaños de Onew. No pudo sacarse de la cabeza que en verdad, en verdad lo quería, que lo… que lo amaba como lo que era, un idiota.