Capitulo 3: Planes para un amigo.
-¡Ahh! ¡Demonios! ¡Mierda! ¡La puta madre que los parió!- vociferó Jong mientras se revolvía y jalaba el cabello, visiblemente furioso y estresado por las pilas de formularios, cuestionarios y tareas (¿Y quién no?) frente a él en la biblioteca. En ese momento la voz de Key retumbaba en las paredes de su cabeza, volviéndolo loco, si es que se podía más todavía.
“Te lo dije”.
-¡Joder, Kibum, sal de mi cabeza!- gritó enajenado
-¡¿Qué rayos te pasa?!- el aludido se sobresaltó al oír ese grito dirigido obviamente hacia él
El platinado chocó su frente contra la mesa, queriendo llorar de frustración y desespero. ¿Cómo le sería posible terminar todo eso para el final del día? No tenía NI IDEA de cómo le haría, pero de que la terminaba, la terminaba. No podía darse el lujo de quedarse atrás con esos deberes, además, Kibum había planeado el viaje para celebrar su cumpleaños para ese mismísimo fin de semana y no quería arruinar los planes, ¡y no era algo de todos los días que hiciera eso! Suspiró cansado y levantó la cabeza de la mesa, pero los papeles le cubrían la vista, aún así sabía a la perfección que el otro estaba frente a él con una expresión de confusión, o de preocupación. Hizo a un lado algunos papeles para verlo, confirmando que lo miraba con una ceja enarcada, la boca semi-abierta en una pequeña O, y los brazos cruzados sobre su pecho, claramente pensaba “¿Qué mosquito te picó?” o algo parecido.
-¿Cuánto falta?
-Menos que ayer y más que mañana, Jong- sonrió burlonamente-. Te lo dije, ¿o no? ¡Debes hacerme más caso!- le regañó con el ceño fruncido
-¡Ayúdame en lugar de empezar a sermonearme! ¿O quieres que se te caigan los planes?- con eso, el de cabellera oscuro se congeló
-¿Serías capas de no hacer los deberes y perderte de ESTE fin de semana?- arqueó una ceja como si preguntara “¿Es en serio?”, y a la vez se veía algo herido
-Claro que no. Prefiero mil veces ir a cualquier sitio contigo que quedarme el fin de semana estudiando para presentar talleres, entregar trabajos y esas cosas. Eres mejor que eso- se encogió de hombros con algo de desinterés
-Entonces yo sólo estoy para divertirte, ¿eh?- su mirada se ensombreció, fingiendo estar ofendido o triste
-¡No quise decir eso, no es así!
El pelinegro rió con ganas, recibiendo un regaño de la bibliotecaria, así que cayó.
-No comprendo. Cuando tú estabas puteando a medio mundo, y gritaste no te dijeron ni “Pío”- gruñó cruzado de brazos, sin perder la sonrisa-. Bueno, creo que soy tan irresistible que es imposible no notar…- se señaló a sí mismo con un gesto arrogante y engreído- a ESTA preciosura. Pfft, Jong, soy un bombón- echó hacia atrás la cabeza con una sonrisa y se corrió el cabello
El aludido lo observó por unos segundos en esa “pose”, viendo su cuello expuesto y mordiéndose el labio inferior. Se sentía tentado a hacer ESO, pero… ¿y si lo hacía qué iba a pasar? Aún así se arriesgó. Se levantó de su silla, inclinándose sobre la mesa hasta quedar lo suficientemente cerca de Key, quien mantenía los ojos cerrados y una sonrisa aún algo arrogante; se acercó más, hasta quedar a milímetros de su cuello, y entonces…
-¡¿Qué crees que haces?!- preguntó alterado en un susurro, empujándolo lejos al darse cuenta del calor corporal de Jong, y de su respiración sobre su cuello
Sentía escalofríos, y el nerviosismo se había disparado causando esa sensación incómoda que le retorcía las tripas. Se colocó las manos en el cuello, intentando tranquilizarse un poco. No podía dejar ver tal reacción, pero ya lo había hecho así que al menos desvió la mirada para evitar que sus nervios aumentaran y que sus mejillas se pusieran más rojas que antes. Era una extraña mezcla de sorpresa, casi pánico, nervios y algo de enojo, aunque en el fondo no le había desagradado del todo o al menos no tanto como para ahorcar a Jonghyun, pero sí como para dedicarle una buena y merecida tandita de insultos y quizá uno que otro golpe por idiota e imprudente… ¡estaban en la biblioteca y había gente alrededor! ¡Jong, usa la cabeza, joder!
-¿Qué diablos te cruza la cabeza?- arqueó una ceja, un poco más calmado
-Has sido tú quien ha dicho que era un bombón- le lanzó una mirada pícara, tratando de salir de esta, aunque se podía ver que en realidad quería arrancar a correr. ¡¿Por qué hizo eso?!
-Hm, aunque sea así… ¡controla tus impulsos, Kim!- le dio un golpe con una revista enrollada, justo como a los cachorros que muerden los zapatos (¡¿Qué clase de monstruo sin corazón, sentimientos o sentido común haría eso?! Q.Q Jong: ¡¿Y conmigo?! An-chan: Ah, no, tú no vienes al tema. Jong: ¬¬”)
-Ay… ay… ay- se quejó bajito- ¡¿de dónde mierda sacaste eso?! ¡¿Y por qué el revistazo?!- gruñó aún hablando bajo, para que no fuese la bibliotecaria a regañarlo
-Por atrevido
-… Serás- se sobó la parte trasera de su cabeza, donde lo habían atacado con una revista para adolescentes
El pelinegro soltó un suspiro, liberando la tensión de sus músculos, se sentó junto a Jong para ayudarlo con la pila de deberes. Eran muchos, pero Jong ya había hecho la mayoría, y era su culpa que estuviera tardando, lo había distraído mucho, olvidando por completo la razón de que estuvieran ahí. Comenzó a buscar las páginas correspondientes en cada libro, pasando desde matemáticas, historia, castellano y un solo cuestionario faltante de biología, bueno, esos los haría él, sólo iba a ayudarlo a transcribir los trabajos y a terminar uno de los talleres a pesar de que era individual, pero bueno… “Ojos que no ven, corazón que no siente”, y lo que importaba era entregarlos. Cuando fue a coger el otro libro de historia para pasarle las respuestas a Jong, este se disponía a tomarlo para el mismo motivo, haciendo que sus manos chocaran y se rozaran sus dedos, enviando una oleada de sensaciones a través de su cuerpo. “¡¿Es en serio?! ¡Tan sólo fue un simple roce! Cuerpo, contrólate”.
-¿Qué haces?- cuestionó el platinado confundido, y para romper el silencio incómodo que los había rodeado
-Te ayudo- contestó con simpleza, tomando el libro y leyendo las líneas resaltadas con marcador rosa fluorescente. Seguro Sully le había prestado sus apuntes
-¿Por qué?
-Tengo planes para un amigo- sonrió ligeramente
-Puedo hacerlo solo
-No, no puedes. Terminarás el día de la Pera
-… Vale. Ayúdame- se resignó, buscando el taller para empezar a responder las preguntas
-Sabía que ibas a decir eso- esbozó una sonrisa complacido y comenzó a dictarle las respuestas conforme iban apareciendo las preguntas
Al cabo de media hora, la pila de papeles por hacer disminuía cada vez más, y ahora sólo faltaba un trabajo escribo para historia de 200 páginas, un último cuestionario, y habrían acabado, sin embargo ya eran las 6 de la tarde y la bibliotecaria estaba a punto de cerrar. A ambos les entró pánico, ¿eso era el final de la jornada? Y si era así, entonces no iban a poder entregar todas las tareas y Jong estaría el fin de semana terminándolos. Mal, mal… ¡malísimo! Jong corría de un lado para otro en busca de los profesores para entregarles los deberes que habían terminado, y Key lo seguía de cerca, retorciendo su rostro con una mueca de decepción y enojo. Si no lo hubiera distraído…
Al final entregaron todo menos el trabajo de 200 páginas, al que le faltaban 168, como mínimo. El profesor había dicho que podía entregarlo el martes siguiente, pero no sabían si eso ameritaba alguna sonrisa de celebración. Se sentaron en una de las banquetas del patio con los rostros bastante ensombrecidos, ya no había estudiantes en la institución, al menos no a la vista, así que probablemente ellos eran los últimos.
-Lo siento- murmuró el pelinegro con algo de tristeza y decepción-. Quizá fui más un atraso que una ayuda- bufó
-Vamos, no digas eso- el platinado le dio una fuerte palmada en la espalda-. Pfft, no es propio de ti darte por vencido tan rápido, ¡y fuiste de mucha ayuda! ¿O es que crees que yo solo hubiera podido acabar todo lo que acabamos a esta hora?
-No, lo dudo- se rió
-Y de todos modos sólo faltó un trabajo. Lo terminare hoy, ¡eso seguro! Y lo entregare mañana en la mañana, antes de las clases
-Pero dijo que podías…
-No se quejará, se lo entregare antes, dudo que se moleste- colocó las cosas dentro de su mochila, echándose la al hombro y comenzando a caminar
Key sólo lo siguió a cierta distancia.
-Además- se giró, sonriendo ampliamente y con ligerísimo rubor en sus mejillas-, ¡quiero ir a ese viaje que has planeado! Definitivamente quiero hacer eso contigo, Bumie- soltó una leve risa, girando de nuevo su rostro
El aludido se quedó perplejo unos segundos, parpadeando, tratando de procesar la información, no fue hasta que Jong lo llamó que reaccionó.
-¿Piensas estar ahí parado todo el rato? Se hace de noche, Bumie~
-¡¿Bum-Bumie?!- un sonrojo atacó violentamente su cara, frunciendo el ceño
-Sep. Mi Bumie- le sacó la lengua
-¡No me provoques! ¡Ahhg! ¡¡No huyas, Jonghyun!!
-¿Provocarte? Jaja, ¡si aún ni he hecho el esfuerzo por ello, BUMIE!- hizo guiño bastante gay, al tiempo que seguía corriendo
De nuevo, una persecución tomó lugar bajo una repentina tormenta que los hizo acabar como sopa de Kim’s. Al menos hasta que llegaron a la casa de Key.